Tema 122 PORFIRIA CUTÁNEA TARDA Dres. J.L. Rodríguez Peralto, Ana Saiz y A. Segurado DEFINICIÓN Las porfirias son un grupo de enfermedades causadas por déficits de enzimas que participan en la síntesis de la hemoglobina. Estos déficits producen la acumulación de metabolitos intermedios (las porfirinas) que son los responsables de las manifestaciones clínicas y analíticas. La porfiria cutánea tarda es la porfiria más frecuente en Europa y América del Norte. ETIOLOGÍA La porfiria cutánea tarda no es una enfermedad única, sino un grupo de trastornos y manifestaciones clínicas producidos por una disminución de la actividad de la enzima uroporfirinógeno decarboxilasa (URO-D), cuya función habitual es catalizar el paso de uroporfirinógeno a coproporfirinógeno. Su origen radica en un defecto adquirido (PCT esporádica o de tipo 1) o hereditario de patrón autosómico dominante con penetrancia incompleta (PCT familiar o de tipo 2) del enzima uroporfirinógeno decarboxilasa. El gen que codifica esta enzima está localizado en el cromosoma 1p34. Diversas sustancias pueden actuar como desencadenantes, entre ellas el alcohol, los suplementos de hierro, el hexaclorobenceno, medicamentos como los estrógenos (anticonceptivos orales) o la griseofulvina e infecciones como las hepatitis, especialmente la hepatitis C. CLÍNICA Una de las manifestaciones clínicas más características de las porfirias es su enorme fotosensibilidad (excepto en la porfiria aguda intermitente y en el déficit de ALA-dehidratasa) que es máxima a 508 longitudes de onda de 400 nm (+/- 10 nm). Tradicionalmente, las porfirias se han clasificado dependiendo del órgano donde se producía mayoritariamente el déficit enzimático. Así, si se producía en la médula ósea se denominaban porfirias eritropoyéticas, si era en el hígado porfirias hepáticas y si se producía en ambos, porfirias hepatoeritropoyéticas. Sin embargo, probablemente sea más adecuado clasificar las porfirias en razón a sus manifestaciones clínicas, en: 1. Porfirias con episodios agudos y sin signos cutáneos (Porfiria aguda intermitente, Déficit de ALA-dehidratasa); 2. Porfirias con episodios agudos y signos cutáneos (Porfiria variegata y Coproporfiria hereditaria) y 3.- Porfirias con sólo signos cutáneos (Porfiria eritropoyética congénita, Protoporfiria eritropoyética, Porfiria cutánea tarda y Porfiria hepatoeritropoyética). La Porfiria cutánea tarda (PCT) es la porfiria más frecuente y se puede presentar con tres formas clínicas mayores: familiar, esporádica y tóxica. Clínicamente, se caracteriza por una marcada fragilidad cutánea con aparición de erosiones, vesículas, y ampollas ante mínimos traumatismos. Las lesiones tardan mucho en cicatrizar y lo hacen dejando hiper e hipopigmentaciones, así como quistes de millium. Las localizaciones más frecuentes son el dorso de las manos y la cara, es decir las zonas de mayor fotoexposición (Fig. 1). También se pueden observar cambios esclerodermiformes e hipertricosis facial. Se ha descrito un mayor riesgo de desarrollo de carcinoma hepatocelular y linfoma. El diagnóstico se basa en las pruebas analíticas, donde aparece un aumento de porfirinas en sangre, orina y heces. En la porfiria cutánea tarda existe un aumento de uroporfirinas (isómeros I y III) y coproporfirinas en la orina (que puede fluorecer en rosa con la luz de Wood), así como isocoproporfirinas en las heces. Junto a todo ello, los pacientes pueden tener alterados los niveles de las enzimas hepáticas y presentar índices altos de hierro y ferritina sérica. Porfiria cutánea tarda Figura 1. Porfiria cutánea tarda: Lesiones vesículo-costrosas, con áreas cicatriciales sobre piel hiperpigmentada en dorso de mano. HISTOPATOLOGÍA Las características histopatológicas de las manifestaciones cutáneas en las distintas variantes de porfirias son similares; las diferencias son más cuantitativas que cualitativas. Histopatológicamente, los datos claves en las porfirias son: 1. Depósitos de material hialino, eosinófilo claro, PAS positivo, en la pared y alrededor de los vasos de pequeño calibre de la dermis superficial; 2. Reduplicación vascular o de la membrana basal epidérmica y 3. Depósitos de material amorfo, fibrilar alrededor de vasos y en la unión dérmo-epidérmica. Asimismo, son característicos los llamados “cuerpos oruga”, que representan cúmulos de material de membrana basal, semejantes a los cuerpos de Kamino del nevus de Spitz, que se localizan en la capa basal de la epidermis. Si aparecen ampollas (Fig. 2), estos depósitos se localizan en el techo de la misma. En la porfiria cutánea tarda de forma más específica, los depósitos de material hialino, PAS positivos, se limitan a las paredes de los vasos (Fig. 3) y zonas próximas y a veces a la membrana basal epidérmica, sin formar agregados grandes (Fig. 4), aunque también se pueden observar pequeños depósitos en zonas de piel no afectada clínicamente. Con frecuencia, se observa elastosis solar y engrosamiento escleroso de la dermis. En la porfiria cutánea tarda son especialmente frecuentes las ampollas subepidérmicas, en las que a menudo se observa una “protusión” de las papilas dérmicas 509 Dermatología: Correlación clínico-patológica Figura 2. Porfiria cutánea tarda: Vesícula subepidérmica sin fenómenos inflamatorios ni otras lesiones evidentes con HE. Nótese la persistencia de las papilas dérmicas en el suelo de la vesícula, dando una imagen festoneada. Figura 3. Porfiria cutánea tarda: Depósitos PAS positivos delicados en la pared de los vasos del plexo superficial. La cavidad de la vesícula aparece vacía, sin celularidad inflamatoria. hacia la luz de la ampolla dando lugar a una imagen típica, denominada en “festón” (Fig. 2). La inmunofluorescencia directa revela depósitos de IgG y menos frecuentes de IgM y complemento en y alrededor de los vasos superficiales. 510 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Clínicamente, el diagnóstico diferencial más importante se debe establecer con la pseudoporfiria o dermatitis ampollosa fototóxica, en la que las Porfiria cutánea tarda Figura 4. Porfiria cutánea tarda: Detalle de los depósitos de material PAS positivo en los vasos dérmicos. ampollas y erosiones cutáneas se producen por fotosensibilidad, inducidas por medicamentos como las tetraciclinas, sulfonamidas, etc. Sin embargo, y a diferencia de la porfiria, los niveles de porfirinas en suero, heces y orina son normales. El diagnóstico diferencial histopatológico se establecerse con aquellas enfermedades que muestran depósitos hialinos dérmicos, como son: la hialinosis cutis, en la que a diferencia de la porfiria, los depósitos hialinos PAS positivos son extensos y ocupan de forma masiva la dermis profunda y el tejido celular subcutáneo; el Milium coloide en el que el material hialino, generalmente PAS negativo, expande la dermis papilar, formando hendiduras y fisuras características; y la Proteinosis lipoidea, en la que el material se deposita en toda la dermis, tiene una distribución no sólo perivascular sino más extensa que en la porfiria, y suele afectar a glándulas sudoríparas. TRATAMIENTO En el tratamiento es tan importante la terapia farmacológica como el evitar factores desencadenantes, es decir eliminar el consumo de alcohol, suspender el tratamiento hormonal, evitar la exposición solar directa y utilizar diariamente fotoprotectores de amplio espectro. El aporte de betacarotenos a dosis de 50 a 200 mg/d puede disminuir la fotosensibilidad en algunos pacientes. La administración de dosis bajas de antipalúdicos (cloroquina o hidroxicloroquina) actúa reduciendo el daño hepático. Estos fármacos ejercen su acción formando complejos con las porfirinas o con el hierro, lo que favorece su eliminación. No obstante, el tratamiento más efectivo de la porfiria cutánea tarda es la flebotomía que actúa reduciendo las concentraciones séricas de hierro y secundariamente las de porfirinas. Se recomienda extraer 500 ml de sangre una o dos veces por semana hasta que la hemoglobina alcance 10 g/dl. 511