DOCTRINA DEL TC SOBRE NORMATIVA BASICA EN MATERIA DE PLANES Y FONDOS DE PENSIONES El TC ha mantenido que respecto a los fondos de pensiones, el juego conjunto del los títulos competenciales del artículo 149.1.11 y 13 CE, al amparo de los cuales permiten considerar básicos: 1. Considera básica la previsión normativa por la que se priva a los Fondos de personalidad jurídica ( art. 149.1.11.CE) 2. La regulación de la tipología de fondos (art. 149.1.11.) 3. La regulación de las normas que regulan la constitución y estructura misma de los Fondos (art. 149.1.11 y 13) 4. La regulación del contenido de la escritura de constitución. (art. 149.1.11.) Entiende como título habilitante el art. 149.1.11 CE y lo justifica en cuanto a través de ella se sientan los principios elementales de organización del Fondo 5. La regulación de las normas «que fijan las reglas de sus operaciones de inversión. El carácter básico de estos dos primeros puntos los justifica en la necesidad de proporcionar la homogeneidad imprescindible para operar en un mercado de escala nacional (STC 206/1997) 6. Las reglas sobre retribución e incompatibilidades de los depositarios también las encuadra en la competencia del art. 149.1.11, en cuanto que las considera aspectos esenciales del régimen jurídico del depositario y garantizan la transparencia de gestión y control del propio Fondo. 7. La existencia de un sistema de registro y autorización previa de los Fondos, así como el conjunto de reglas que contemplan el funcionamiento del registro como mecanismo necesario de calificación y control del cumplimiento de reglas. Para otorgarle el carácter de básico argumenta que ello viene justificado por la incidencia que tienen las Entidades Gestoras de los Fondos de Pensiones en el sistema financiero, en cuyo funcionamiento están profundamente implicadas y la necesidad de dotarles de homogeneidad organizativa y funcional que les permita operar en un mercado de escala nacional. Analizado este argumento desde una perspectiva europea nos llevaría a plantearnos que desde la incorporación del Estado Español en la UEU, las competencias de ejecución que se atribuye el Estado para garantizar esa “homogeneidad imprescindible” para actuar en el mercado nacional ( el Registro estatal, la autorización previa…) deberían residir en los organismos europeos y no necesariamente en el estado, dado que actualmente se ha superado la visión de “mercado nacional” para participar en el “mercado europeo”. Si tan imprescindible fuese para el “mercado europeo” estos 3 instrumentos de control, Europa hubiese previsto un único registro para toda la EUU y, sin embargo, el artículo 9 de la Directiva2003/41/CE establece justamente lo contrario, es decir, prevé diversos registros: un registro por cada autoridad responsable para la supervisión y autorización. Incluso prevé el supuesto de actividades transfronterizas de los fondos, estableciendo que los registros anotarán también el hecho de que un determinado Fondo realiza actividades en otros Estados. La Directiva estudiada puede decirse que establece lo que debiera ser también a nivel del Estado la normativa básica. De la doctrina del TC, por el contrario, parece desprenderse una cierta desconfianza hacia las autoridades autonómicas, como si no fueran capaces de hacer cumplir la normativa que como básica estableciera el Estado 8. Considera así mismo básica la atribución de la facultad de decidir a una única instancia, coextensa con el mercado en que han de operar. 9. La regulación de la Comisión de Control del Fondo y sus funciones (art. 149.1.11.) Considera que se trata de normas de carácter organizativo, en cuanto articula el mecanismo de control y participación de los interesados sobre la actividad del Fondo. 10. La necesidad de la existencia de una entidad gestora que proceda a formular y someter a aprobación las cuentas anuales. (art. 149.1.11.), así como la determinación de qué entidades pueden ser gestoras, los requisitos para ello y su retribución. Esta previsión normativa la encuadra entre las normas destinadas a garantizar el control, la estabilidad y la transparencia del sistema instaurado en la Ley. El establecimiento de obligaciones a las Entidades Gestoras las considera orientadas a “asegurar el desenvolvimiento de los Fondos y a evitar situaciones de insolvencia o que amenacen a la efectividad de las prestaciones. 11. Entidades Depositarias de los Fondos de Pensiones: normas que disciplinan sus funciones y aspectos esenciales de su organización, concretamente sus funciones, remuneración y régimen de incompatibilidades. 12. El principio de responsabilidad de las entidades gestoras y de las depositarias, frente a las entidades promotoras, partícipes y beneficiarios de todos los perjuicios que les causaren por el incumplimiento de las respectivas obligaciones. 13. La previsión de las modalidades de sustitución, disolución y procedimiento concursal de las entidades depositarias y de las entidades gestoras, así como, las normas esenciales de procedimiento. 14. Un sistema de carácter unitario en todo el Estado de supervisión, inspección y vigilancia. El TC reconoce, sin embargo, la posibilidad de que las CCAA organicen servicios propios de vigilancia. El TC con esta doctrina está permitiendo la duplicidad de administraciones en una misma materia (en contra de lo previsto en el artículo 11-3 LPC). El TC entiende que 3 estas facultades garantizan el “sistema establecido en la Ley “, que pretende asegurar desenvolvimiento de los Fondos y evitar situaciones de insolvencia o que amenacen la efectividad de la prestaciones. Esta argumentación nos lleva a plantearnos si no existen otros mecanismos igualmente garantistas más respetuosos con la distribución de competencias del bloque constitucional 15. Régimen de infracciones y sanciones para entidades gestoras y depositarias (149.1.1, 149.1.18, 149.1.11). Le permite al Estado, dentro del ámbito de la normativa básica, realizar la tipificación de las infracciones, establecer las sanciones máximas por cada nivel de infracción, determinar las autoridades competentes para la imposición de las sanciones, e incluso ejercer la potestad sancionadora. Establece un límite material al ejercicio de la potestad sancionadora del Estado y que es que las infracciones que se refieren a aspectos esenciales y básicos del régimen jurídico de los Planes y Fondos de Pensiones. El TC entiende que el Estado puede establecer el elenco de infracciones, en cuanto constituyen una forma de velar por el cumplimiento de las normas básicas previamente establecidas. Le niega la posibilidad, sin embargo, de establecer normas de carácter residual, que le impidan el desarrollo normativo a las CCAA. 16. Se le atribuye al Estado la competencia para regular, con el mismo carácter de básico, los aspectos transitorios de la materia considerada básica. (art. 149.1.11.) En Vitoria-Gasteiz a10 de diciembre de 2004 3