decir: a los que ya cultivaban la poesia infantil hace varios lustros

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RE
VISTA
I
B E R OAMERICANA
decir: a los que ya cultivaban la poesia infantil hace varios lustros, sin
contar con los estimulos espirituales y materiales de que hoy disfrutan
quienes realizan tan bella tarea. Y entre esos precursores no puede ni
debe olvidarse el nombre de Germin Berdiales, argentino, autor de muchisimos libros para nifios, todos hermosos, todos interesantes. Su obra
representa el triunfo de una vocaci6n aut6ntica. Lo hemos visto ascender
gallardamente en su carrera literaria. La poesia, la fibula, el cuento, el
ensayo -todo relacionado siempre con los niiios- han tenido en 1 a un
devoto, a un estudioso, a un observador, a un realizador.
Este libro Coplas argentinas, lindamente presentado, con magnificas
reproducciones xilogrificas que firma Oscar Soldati, participa en parte
de las caracteristicas de la obra anterior de Berdiales. Y decimos en parte, por cuanto estas coplas son igualmente recomendables para los nifios
y los adultos. Toda la buena literatura para la infancia tiene siempre, es
cierto, un nexo con el alma adulta. Ya Rod6, en uno de sus pocos poemas,
habl6 de ese retorno del alma cansada a los libros celestes de la infancia.
Pero la mayoria de los libros de Berdiales se dirigen expresamente a los
nifios. Y no asi estas Coplas, que son ante todo un magnifico libro de
poemas. Y luego -y porque son de Berdiales-, un libro de poemas para
encantar a los nifios.
Coplas argentinas, fresquitas, blancas y celestes, como la bandera;
blancas de pureza, celestes de horizonte. Coplas de rios, lagos, caminos, sierras, pijaros, ciudades ... Tienen tal espontaneidad, tal gracia, que se dirian cantares populares. Pero no: son la obra de un poeta cultisimo, que ha
logrado, despues de mucho laborar, el secreto de la expresi6n depurada,
esencial.
MATEO Booz, Aquella noche de Corpus.-Santa Fe (Argentina), Imprenta de la Provincia de Santa Fe, 1942. 190 pp.
Este argentino es conocido sobre todo por sus novelas y sus cuentos
cortos. La tierra de agua y sol (1926), La vuelta de zamba (1927), El
tropel (1932) y especialmente, La mariposa quemada (1938), que obtuvo gran difusi6n.
Este libro, que ahora aparece en edici6n ornada de muy bellos grabados, recoge lo que el autor denomina un "cronic6n poemitico".
La historia de Santa Fe -terrufio del poeta- halla en estos versos
una fuerza y sugesti6n liricas que la revive, le da jerarquia estetica. Es,
en definitiva, una obra de caricter ipico, de soplo dramitico. En tal
sentido, participa de las cualidades clisicas del g6nero. Pero el autor ha
sabido infundirle cierta agilidad, cierto sentido sintdtico moderno, que
libra a sus versos de esa pesadez corriente en la mayoria de los poemas
epicos.
RESE
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AS
Conocedor profundo del pasado de Santa Fe,
mente el Ilamado a realizar una obra como 6sta,
,aguafuerte alucinadora, en sus versos cilidos, llenos
suaves, ya impetuosos, siempre vivientes. Tritase,
,de arte.
Mateo Booz era realque tiene mucho de
de inspiraci6n, a veces
en suma, de una obra
:SARA DE IBANEZ, Canto a Montevideo.-Montevideo, Comisi6n Municipal
de Cultura, 1941. 72 pp.
Este poema obtuvo el Premio Unico del concurso realizado para celebrar el Centenario del Certamen Poetico del 25 de mayo de 1841, con
motivo del cual se presentaron cincuenta obras ante la Comisi6n que lo
ha editado. El canto triunfante -finamente editado- es obra de alta
poesia. Sus alejandrinos serenos, majestuosos, hacen pasar ante nuestra
alma todo el pasado de la ciudad y nos dan una visi6n de su espiritu.
Estos tercetos de misica noble, de imigenes ineditas, de intenso sentido
estetico, se leen con renovado deleite. Es el lirismo de Sara de Ibafiez,
una de las voces puras de la America de hoy, a quien celebr6 Pablo
Neruda, al frente del libro Canto (1940), en que revel6 a la artista uruguaya. He aqui un fragmento de este Canto a Montevideo, que no podemos reproducir en su integra hermosura:
Madre de dulces pumas y zorzales cefiudos:
tuviste que arrancarte las raices mordientes,
tocar la sal y el viento con los nervios desnudos
para hacer de tus hombres las voladoras frentes,
las libres lenguas sanas, los fuegos creadores:
Zorrilla, que anudara las herencias latientes,
Delmira y Maria Eugenia, de amargos resplandores,
el pilido Florencio, aceite de sus dramas,
y Rod6, meditando desde sus miradores.
Julio, en su estremecida Torre de Panoramas
te llena el cielo de angeles, de enloquecidos nardos:
en su luz de violines, todavia te inflamas.
Creces por todas partes como el mar y los cardos;
como los guayacanes en tus flores te anegas:
sus blancos estallidos mueven tus muros pardos.
No gimes, no te encoges, no lamentas, no ruegas.
Te gobierna cantando la santa democracia.
GASTON FIGUEIRA
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