INTRODUCCIÓN El reconocimiento de los derechos sociales ha sido una preocupación manifiesta de los distintos órdenes jurídicos internacionales. Con el surgimiento de las primeras Constituciones sociales, y en específico, la de 1917; vigente hasta nuestro días, se buscó dar protección a sectores sociales vulnerables, entre los que se encontraba el sector obrero. Dicha consigna mereció que se reconocieran una serie de derechos a los trabajadores, contenidos en el artículo 123 Constitucional apartado A. Mediante esta disposición y las leyes reglamentarias que de ella se desprenden, se tutela a la clase obrera de nuestro país y se pretende alcanzar un mejor nivel de vida y mejores condiciones laborales para los trabajadores. A fin de lograr estos objetivos, las leyes imponen ciertas obligaciones a cargo de los patrones las cuales deben cumplirse en aras de una mejora para los trabajadores. Una de estas obligaciones que a su vez se traduce en un derecho para la clase trabajadora es el participar en las utilidades de la empresa. La participación de los trabajadores en las utilidades (PTU) es el derecho que tienen los trabajadores de participar en las utilidades generadas en un ejercicio fiscal por la empresa para la que laboran, como recompensa al esfuerzo realizado y a la participación de ellos en la percepción de dichas utilidades. Este derecho contemplado tanto en la Ley Federal del Trabajo en el artículo 120 como en la Ley del Impuesto sobre la Renta en el artículo 116, si bien estimula la productividad e incentiva a los trabajadores a mejorar su desempeño laboral, cuestión benéfica para la empresa, trae a su vez aparejada una serie de dificultades que impiden el logro de los fines deseados. La persona moral se encuentra en una posición de amplia desventaja ante esta disposición, lo cual inhibe la inversión de capital.