Rosa Rosa spp Descripción Las rosas, en tallos largos o cortos, son las flores de planta leñosa más apreciadas y cultivadas en jardinería. El diez de mayo y el día de los enamorados son el artículo de mayor demanda en el país. El resto del año, su uso es sobre todo ornamental. Además, el agua y la esencia de rosas se han utilizado en perfumería y medicina desde hace mucho tiempo. Las flores más populares Las hojas de las rosas son alternas, ásperas, pecioladas, compuestas de un número impar de foliolos elípticos, con forma de sierra en los márgenes. Las flores son terminales, solitarias o en racimo, con el cáliz aovado o redondo. Su corola está compuesta por cinco pétalos redondos o acorazonados, muchos estambres y pistilos. Los rosales se desarrollan mejor en zonas templadas y crecen con facilidad en inviernos fríos y helados, primaveras suaves y días con mucho sol en verano. Deben estar situados en un lugar con abundancia de luz, calor y humedad. La planta nunca debe ponerse a favor del viento, ni tampoco a pleno sol. Sin embargo, la rosa es versátil y puede adaptarse a condiciones adversas de temperatura y cantidades variables de sol y lluvia. En términos generales, el rosal prefiere un término medio: ni riego en exceso ni demasiada sequía. Rosas sin abrir Los rosales se reproducen sobre todo por injerto o esquejes. La siembra debe realizarse lo antes posible para evitar que los esquejes se sequen. Una vez realizada la siembra, se dan riegos abundantes y se mantiene el punto de injerto cinco centímetros por encima del suelo. Los viveros especializados plantan las rosas en filas con pasillos de al menos un metro de longitud. La densidad normal es de seis a ocho rosales por metro cuadrado cubierto. De este modo requieren menos inversión y el mantenimiento es más sencillo. El corte de las flores se lleva a cabo en distintas etapas, dependiendo de la época y la demanda en el mercado. Cuando es verano y hay una alta luminosidad, la mayor parte de las variedades se cortan cuando los pétalos aún no se han desplegado y los sépalos del cáliz son reflejos. En invierno, la cosecha se realiza cuando las rosas están más abiertas, aunque con los dos pétalos exteriores todavía sin desplegarse. Si se cortan demasiado inmaduras, las cabezas pueden marchitarse y la flor no se endurece, ya que los vasos conductores del pedicelo aún no están suficientemente lignificados. En todo caso, siempre debe dejarse el tallo con dos o tres yemas que correspondan a hojas completas. Blancas o rojas, rosas o amarillas, las rosas seguirán siendo la mejor forma de embellecer jardines y, para los enamorados, de expresar sentimientos.