Gipuzkoa Euskadi España/Mundo "Los suicidios han ido en aumento hasta convertirse en un problema de salud pública" JORGE NAPAL DONOSTIA. El psicólogo clínico Patxi Izagirre sigue teniendo muy presentes los resultados de un "sorprendente" estudio del INE (Instituto Nacional de Estadística) en torno al número de suicidios que se registran en el Estado. Parece a todas luces un error, pero es bien cierto. El número de personas que se quitan la vida es superior incluso al de quienes la pierden en accidentes de tráfico. Los suicidios no dejan de aumentar. "Cuando conocí ese dato hace dos años, ni me lo creía, pero sí, efectivamente es así", admitía ayer Izagirre a este periódico, poco antes de dar una charla sobre Intervención en situaciones de suicidio , dentro de las II Jornadas sobre Urgencias Sociales que han tenido lugar en la Universidad de Deusto, organizadas por Babestuz. Todo ello en un contexto en el que el número de suicidios se ha incrementado en Gipuzkoa en un 80% en el último año. El psicólogo clínico Patxi Izagirre, ayer, en la Universidad de Deusto de Donostia.FOTO: RUBEN PLAZA Así es. Lo cierto es que la muerte es de por sí un tabú, pero el suicidio es más bien un fenómeno clandestino. En todo caso, más allá de las cifras, me sorprende la actitud de negación, de miedo y falta de educación que sigue mostrando la sociedad ante el suicidio. Cuando nos cruzamos con alguna familia en la cual se ha suicidado el hijo, por ejemplo, nos pasamos a la otra acera porque no sabemos qué decir, pero hay que recordar que la enfermedad mental no es contagiosa. Que el número de suicidios supere al de las muertes en carretera refleja una preocupante realidad que, sin embargo, no parece trascender en su justa medida. Es impresionante. De hecho, el año pasado, Bernard Marquet, autor de un informe del Consejo de Europa sobre esta cuestión, ya alertó de que el suicidio se ha convertido en un problema de salud pública. Y así es, por lo que es preciso desarrollar programas de intervención, pero sobre todo es necesario reflexionar en torno a lo que está ocurriendo con la salud mental. ¿Y cómo describe esa preocupante situación? Las patologías están aumentando. Los indicadores de insatisfacción, soledad y desprotección están aumentando tanto en adultos como en adolescentes. Son situaciones que exigen una reflexión muy seria. El debate en torno a la conveniencia, o no, de reflejar la trastienda de esos suicidios también salpica a los medios de comunicación. ¿Conviene hablar de ello en las páginas de un periódico? Me alegro de esa pregunta porque es uno de los temas que más nos planteamos. ¿Sensacionalismo? ¿Información preventiva? Hasta hace bien poco existía una especie de acuerdo tácito para no informar demasiado sobre estas cuestiones, ante el temor de que dar cobertura de ello pudiera generar una suerte de efecto llamada . ¿Cree que una persona 'borderline' puede acabar quitándose la vida por haber conocido un caso a través de los medios de comunicación? Hay muchos que pensamos que no, pero siempre y cuando esa información no aparezca exclusivamente ligada a una muerte más o menos llamativa. Hace falta abordar también el fenómeno desde un punto de vista preventivo, algo que, sin duda, ayuda a las personas que están viviendo esa situación. Ha hablado en su charla sobre contención e intervención en situaciones de suicidio. ¿Qué tipos de casos ha tratado? Conocemos situaciones en las que se llega a encontrar a adolescentes preparando la soga en la habitación. La familia se alarma, busca ayuda, y es cuando intervenimos ofreciendo nuestra ayuda. No se trata tanto de mediar con personas que están al borde del precipicio. De hecho, ese tipo de situaciones no responden a la realidad del suicidio, ofrecen una imagen muy peliculera. La mayor parte de los casos suelen ser mucho más discretos. ¿Qué aspecto resulta clave a la hora de reconducir esa caída en picado que vive una persona hasta coger una cuerda con el fin de quitarse la vida? Hay que valorar muchas cosas. En primer lugar, ese nivel de angustia hay que rebajarlo con medicación. En segundo lugar, el terapeuta tiene que saber transmitir a esa persona que es testigo de la injusticia que está viviendo, algo que no suele ser reconocido externamente. De alguna manera, que pueda transmitirle una sensación de confianza, reconocimiento y escucha activa. ¿Pero cómo evitar que el suicida interprete que se están compadeciendo de él? No se trata de estandarizar la actuación sino que el terapeuta tiene que estar los suficientemente entrenado como para llegar a ser capaz de conectar con el paciente, hacer un ejercicio de empatía. ¿Usted atiende a muchas personas en su consulta que, en algún momento, pensaron que no merecía la pena seguir viviendo? No me gusta vender mi profesión, pero es cierto que un 80% de los casos que atiendo responden a familias que afrontan un duelo porque sus hijos dieron el paso, y un 20% son personas que lo han intentado en algún momento. En todo caso, es preciso hacer una observación. Desde la sociedad común tendemos a etiquetar a estas personas, como si fueran una especie de bicho raro con alto riesgo una vez que han protagonizado una tentativa. Pero no hay que olvidar que a un alto porcentaje de personas de las que son consideradas normales , se les ha pasado por la cabeza en algún momento de sus vidas hacer algo así. ¿Qué hay detrás de esos pensamientos tan autodestructivos? El problema es la agresión o rabia que sienten estas personas y que no es adecuadamente canalizada. Todo ello está relacionado con el sentimiento de culpa, y cuando una persona está viviendo durante largo tiempo una situación de rabia tan contenida y constante, cuando no la pueden exteriorizar, llegan a una conclusión: "qué culpable se van a sentir cuando vean que yo me he muerto y tengan que venir a mi entierro". Es una forma de agredirse en pasivo. Para ese tipo de casos, en la intervención inicial, es cuestión de alentar y animar a estas personas a que vuelquen toda esa rabia hacia fuera de una forma más sana. Haznos tu página de inicio | Visite también www.noticiasdealava.com | www.noticiasdenavarra.com © NOTICIAS DE GIPUZKOA Avda. 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