Una enfermedad SILENCIOSA Para Manuel es común que le duela la panza y que sus amigos lo carguen por ser el más petiso del grado; se alimenta bien, pero tiene anemia en forma recurrente. Sofía también es bajita; recorre, sin suerte, supermercados y perfumerías buscando un shampoo que le mejore su pelo seco y quebradizo. Daniela quiere ser mamá, pero su deseo se frustra una y otra vez con abortos espontáneos. Ninguno de ellos lo sabe, pero pueden ser celíacos. La razón es sencilla: sólo en la menor parte de los casos la celiaquía se presenta a través de sus formas clásicas como lo son la diarrea, la desnutrición, la distensión abdominal y otras múltiples expresiones producto de las carencias alimentarias (baja talla, falta de ácido fólico, pérdida de grasas, etc.). El resto puede tener como única manifestación síntomas atípicos y extradigestivos que despiertan poca sospecha clínica como anemia, esterilidad, abortos repetidos, osteoporosis, depresión, piel seca o baja estatura, entre otros, o directamente no tener síntomas en absoluto. Gracias al desarrollo de métodos de diagnóstico más específicos y a un mayor conocimiento de la enfermedad, se ha podido no sólo mejorar el nivel de presunción ante síntomas o enfermedades que antes se creían desvinculados de esta patología, sino también establecer una prevalencia más realista de la Enfermedad Celíaca (EC). En un estudio realizado entre el año 1998 y el año 2000 por la unidad de Soporte Nutricional y Enfermedades Malabsortivas del Hospital "San Martín" de La Plata, a cargo del Dr. Juan Carlos Gómez, una de cada 167 personas resultaron ser celíacas y el 70 por ciento de ellas no tenía ningún tipo de síntomas. El muestreo, en el que colaboró también el Hospital "Bonorino Udaondo" de Capital Federal, especializado en gastroenterología, fue el primer trabajo en Sudamérica de prevalencia de la celiaquía en la población general adulta y los valores estadísticos obtenidos fueron semejantes a los de otros países con similares patrones genéticos y de alimentación. "Hace diez o quince años creíamos que había un enfermo cada 800 o 1000 personas; ahora se sabe que hay uno cada 160, aproximadamente, y que en algunos países del mundo ya se habla de uno cada 50. Es decir que, si antes teníamos un celíaco por escuela, ahora podríamos decir que tenemos uno por aula, o uno cada dos aulas. Antes se consideraba celíaco al que tenía diarrea, desnutrición o distensión abdominal, pero ahora sabemos que hay chicos que se cansan, otros que tienen anemia, otros que son callados, otros que tienen mal carácter, que les duele la panza, o que se les cae el pelo, que son celíacos, pero como no son desnutridos no se los diagnostica como tales", comenta el Dr. Eduardo Cueto Rúa, jefe del servicio de Gastroenterología del Hospital de Niños "Sor María Ludovica" de La Plata y uno de los fundadores de la Asociación Celíaca Argentina. UNA ENFERMEDAD AUTOINMUNE La EC es una intolerancia total y permanente a proteínas contenidas en el gluten del trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). Estas sustancias resultan tóxicas para el organismo de un celíaco y afectan directamente a su intestino delgado, que es el encargado de la absorción de los nutrientes. Por lo tanto, como consecuencia de ello, el intestino no puede cumplir con esta función. "El intestino es como una toalla, tiene pelitos. Si te bañás y agarrás una toalla con pelitos, te secás todo el cuerpo; pero si agarrás una toalla sin pelitos, no te seca porque no absorbe. Lo mismo pasa a nivel intestinal: con esos pelitos absorbo la comida, si esas vellosidades se atrofian por el gluten, los alimentos no se asimilan. El celíaco, todo lo que come, lo pierde", explica el Dr. Cueto Rúa. La atrofia vellositaria puede recuperarse mediante un solo y único tratamiento: a través de una dieta estricta y de por vida sin TACC.Para que el intestino no comprometa su función absortiva y para que el paciente no ponga en riesgo su salud se deben retirar estos cereales de la alimentación. "En general, la respuesta clínica es muy rápida en casi todos los pacientes y con ocho o nueve meses de dieta, ya hay mejoría. Pero aquel que la transgrede puede tener complicaciones y mayor prevalencia de enfermedades asociadas. Parecería que la dieta libre de gluten también protege al organismo de otras enfermedades autoinmunes, como la diabetes, la artritis o las enfermedades tiroideas", señala el Dr. Gómez. Esto se debe a que, ante la reacción tóxica que generan las proteínas contenidas en el gluten, el sistema inmunológico de un celíaco genera anticuerpos y autoanticuerpos, es decir, una reacción inmunológica contra el propio organismo. "Su sistema inmune está contra él mismo. Esta es la razón por la que un celíaco que no hace la dieta o que no sabe que es celíaco, se encuentre con enfermedades autoinmunes que lo complican", enfatiza el Dr. Cueto Rúa. LAS MANIFESTACIONES MAS SILENCIOSAS La celiaquía es una condición genética: se nace con la predisposición a padecerla, aunque no siempre se manifiesta clínicamente. Por este motivo, los familiares de un celíaco constituyen un grupo de riesgo y es conveniente que se realicen los exámenes específicos para detectarla (análisis de anticuerpos y biopsia de intestino delgado), aún cuando no haya síntomas visibles. Según detalla el Dr. Gómez, " el 12 por ciento de los familiares de cada celíaco tiene la enfermedad y la mayoría no tiene ningún síntoma. Es decir que, más allá del hecho de compartir un patrón genético por el parentesco, no hay nada que permita sospechar de la presencia de la enfermedad, pero hay lesión intestinal". Pacientes y familiares de pacientes con diabetes tipo 1, personas que sufren de trastornos tiroideos o hepáticos, de enfermedades del tejido conectivo, de síndrome de Down o de trastornos neurológicos, entre otros, también conforman un grupo de alto riesgo que debería someterse a los tests serológicos, ya que existe una alta prevalencia de EC asociada a estas patologías. Además de las formas silentes, la celiaquía también puede expresarse a través de manifestaciones monosintomáticas extradigestivas que muchas veces no se relacionan con la enfermedad, razón por la cual el diagnóstico se retrasa, en promedio, cinco años. Se trata de pacientes bien nutridos, sin diarrea ni síndromes carenciales que pueden tener como único indicio, por ejemplo, depresión o piel seca a causa de esta intolerancia alimentaria. "El diagnóstico temprano de la EC y su correspondiente tratamiento, además de corregir o evitar trastornos metabólicos y nutricionales y mejorar la calidad de vida, evitaría la exposición al gluten y los riesgos que esto acarrea a la salud de un celíaco", remarca el Dr. Gómez. L OTROS SINTOMAS EN NIÑOS l Cansancio l Mal Carácter l Niños Callados l Osteoporosis l Dolor de panza l Caída del pelo SINTOMAS TIPICOS l Diarrea l Desnutrición l Distención Abdominal l Baja Talla l Falta de Acido Fólico l Pérdida de Grasa SINTOMAS ATIPICOS l Anemia l Esterilidad l Abortos Repetidos l Osteoporosis l Depresión l Piel Seca l Baja Estatura