220-66968 del 27 de noviembre de 2006 Convocatoria Juntas de Socios - Representación de acciones de sucesión ilíquida. Me refiero a su comunicación radicada en esta Entidad con el número 2006-01-170036, mediante la cual relata los siguientes hechos: “ 1° En una sociedad limitada falleció un socio. 2° El gerente ha convocado varias juntas de Socios y ha enviado las convocatorias a las direcciones registradas en la compañía para esos efectos. 3° Los herederos del socio difunto no han asistido. 4° Uno de los socios entiende que la convocatoria de la Junta de Socios se le debe dirigir a todas las personas que sean socios de la compañía sin excepción alguna, pero censura que el que se hubiera convocado a los titulares de las cuotas sociales que figuran inscritas a nombre de una persona que falleció y de allí concluye que en este caso el gerente ha convocado un muerto y dice que como la convocatoria debe hacerse a los socios y el muerto no puede asistir, la convocatoria está mal hecha. 5° El gerente entiende más o menos lo mismo porque dice que la convocatoria de la Junta de Socios se le debe dirigir a todas las personas que figuran inscritas en el libro de socios, sin que importe si están casadas, solteras, gozan de buena salud, están ausentes o han muerto porque en este último caso ya verán sus herederos si asisten o no a las juntas de socios. El gerente también señala que si la tesis del socio inconforme fuera cierta las grandes compañías abiertas, las que tiene una nómina de 60.000 o más accionistas, como Bavaria, Acerías Paz del Rio o Coltejer, jamás podrían reunir sus asambleas porque en ellas es ordinario y normal que entre una y otra reunión de la asamblea fallezcan algunos accionistas y la simple y universal experiencia demuestra que las convocatorias se hacen a los socios en general, sin que su salud ni su situación vital deban constituirse en motivo de afán para quienes hacen las convocatorias. El gerente también le dice al socio que habla de convocar a los muertos que esas son prácticas esotéricas y que la convocatoria de las asambleas no se hace a hombres o mujeres, separadas, casadas, solteros, extranjeros o a otras categorías, sino a los socios, sean quienes sean y cualquiera que sea su estado porque pueden estar presos, secuestrados, enfermos o ausentes e inclusive muertos pero si figuran como socios se les debe convocar porque son socios, solo por eso sin que lo demás importe.” Al respecto, solicita la opinión de esta oficina para saber si cuando el socio muere se pueden convocar juntas de socios o si ello ya no es posible o si la convocatoria debe hacerse de una manera especial. Para responder los interrogantes planteados, en preciso en primer término formular algunas precisiones normativas, para lo cual se transcriben los textos legales que informan la materia. Artículo 148 del Código de Comercio. “ Si una o más partes de interés, cuotas o acciones pertenecieren proindiviso a varias personas, estas designarán a quien haya de ejercitar los derechos inherentes a las mismas. Pero del cumplimiento de las obligaciones para la sociedad responderán todos los comuneros” . Artículo 378 ibídem. “ Las acciones serán indivisibles y, en consecuencia, cuando por cualquier causa legal o convencional una acción pertenezca a varias personas, éstas deberán designar un representante común y único que ejerza los derechos correspondientes a la calidad de accionista. A falta de acuerdo, el juez del domicilio social designará el representante de tales acciones, a petición de cualquier interesado. El albacea con tenencia de bienes representará las acciones que pertenezcan a la sucesión ilíquida. Siendo varios los albaceas designarán un solo representante, salvo que uno de ellos hubiese sido autorizado por el juez para el efecto. A falta de albacea, llevará la representación la persona que elijan por mayoría de votos los sucesores reconocidos en el juicio.” Artículo 368 idem: “ La sociedad continuará con uno o más de los herederos del socio difunto, salvo estipulación en contrario. No obstante, en los estatutos podrá disponerse que dentro del plazo allí señalado, uno o más de los socios sobrevivientes tendrán derecho de adquirir las cuotas del socio fallecido por el valor comercial a la fecha de su muerte. Si no se llegar a un acuerdo respecto del precio y condiciones de pago, serán determinados por peritos designados por las partes. Si fueren varios los socios que quisieren adquirir las cuotas, se distribuirán entre ellos a prorrata de las que posean en la sociedad.” Así las cosas, debe tenerse en cuenta que en el momento en que una persona fallece, surge a la vida jurídica una comunidad que recae sobre la masa de bienes dejados por el causante, que constituye un patrimonio destinado a ser liquidado; pero mientras ello sucede los derechos que corresponden a las cuotas sociales deben ser ejercidos a través de un representante, para lo cual, en el evento en que el socio no hubiese dejado un testamento o que existiendo no se hubiese designado albacea o que habiéndose designado no acepte el cargo, debe llevarse a cabo conforme a lo dispuesto por el citado artículo 378, en concordancia con el artículo 1327 del Código Civil, que consagra que la representación del interés social del de cujus corresponde a la persona que elijan por mayoría de votos los herederos reconocidos en juicio. En este sentido, la Superintendencia de Sociedades mediante oficio 100-42480 del 31 de julio de 1997 expresó lo siguiente: “ De lo anteriormente expuesto se colige que tal como lo dispone el Estatuto Mercantil, el Código civil y El Código de Procedimiento Civil, en cuanto se refiere al ejercicio de la representación de las acciones que pertenecen a la sucesión ilíquida, las personas que pretendan ejercerla, deberán demostrar su calidad de albacea con tenencia de bienes, o su carácter de representante de los sucesores reconocidos en el respectivo trámite sucesoral, previa elección por mayoría de votos.” De lo dicho se desprenden las respuestas a las inquietudes planteadas en el siguientes sentido: De una parte, ningún heredero puede arrogarse la facultad de representar un socio fallecido y de otra, salvo estipulación en contrario prevista en los estatutos (artículo 368 del Código de Comercio), en las sociedades de Responsabilidad Limitada, la sociedad debe continuar con uno o más herederos del socio fallecido. Por lo tanto, los órganos de administración de la sociedad deben continuar funcionando y en tal virtud la convocatoria para las reuniones ordinarias o extraordinarias debe realizarse a quienes figuren como socios en el libro de registro de socios de la sociedad (artículo 361 del Código de Comercio, en concordancia con el artículo 379 del Código de Comercio). En los anteriores términos considero haber respondido sus inquietudes, no sin antes anotarle que el presente oficio tiene los efectos previstos en el artículo 25 del Código Contencioso administrativo.