Núcleo Central de los planteos de Bauman a) Dicotomía entre vínculos inquebrantables y vínculos frágiles: “Por no tener vínculos inquebrantables y establecidos para siempre, el héroe de este libro –el habitante de nuestra moderna sociedad líquida– y sus sucesores de hoy deben amarrar los lazos que prefieran usar como eslabón para ligarse con el resto del mundo humano, basándose exclusivamente en su propio esfuerzo y con la ayuda de sus propias habilidades y de su propia persistencia. (…)De todos modos, esa conexión no debe estar bien anudada, para que sea posible desatarla rápidamente cuando las condiciones cambien… algo que en la modernidad líquida seguramente ocurrirá una y otra vez. Este libro procura desentrañar, registrar y entender esa extraña fragilidad de los vínculos humanos, el sentimiento de inseguridad que esa fragilidad inspira y los deseos conflictivos que ese sentimiento despierta, provocando el impulso de estrechar los lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos.” (AL, int). Coincido con él en la erosión y licuación de los modos vinculares modernos. La diferencia central con él es sobre la naturaleza misma del vínculo y respecto a los modos de existencia y su consistencia. Estas diferencias hacen que cambia totalmente el significado (y por tanto el valor) del paso de la modernidad sólida a la líquida. Bauman no logra salir de un pensamiento dicotómico, puede sutilizarlo y enriquecerlo, ver las paradojas, pero no puede salir de ese entorno. Por lo tanto es fundamental encontrar “otro modo de cartografiar” y crear otro espacio y estilo conceptual no dicotómico, antes de considerar cualquier tema en particular. Las paradojas del vínculo las he tratado en detalle en “Dinámica Vincular: territorios creados en el juego”. La(s) arquitectura(s) conceptual de la complejidad es para mí la de la inmanencia que permite pensar un único universo-diverso y por lo tanto desplegar múltiples configuraciones y aceptar la diversidad de modos de configurar la experiencia, todos ellos como parte de un proteico universo común. Los detalles de este planteo están en mi artículo “Estética de la complejidad”. En relación a la consistencia de las formas y tomando el esquema de los estados de la materia: sólido-líquido-gaseoso, podemos plantearnos que lo vincular sólo existe en el estado líquido (que el único que admite claramente variaciones de consistencia). En el estado sólido ya no tiene sentido hablar de vínculo pues la pertenencia es obligada y admite sólo un modo (esto es precisamente lo que permite la rigidez). En el estado sólido (que “in extremis” no existe en un mundo dinámico) no hay vínculo sino pertenencia absoluta (la solidez es más un horizonte de sentido que un estado de la materia). De hecho, este es uno de los problemas que suscita la distinción entre el “todo y las partes” se da en todos los niveles de escala, el problema va tomando diversas formas: a nivel atómico las nociones de sólido-líquido y gaseoso no tienen sentido, sólo aparecen en el mundo macroscópico (definido como tal en relación a la experiencia humana…Protágoras vuelve “el hombre es la medida de todas las cosas”). b) Bauman detecta muy claramente la estética del pensamiento moderno: “Entre la multitud de propósitos imposibles que la modernidad se propone a sí misma y que hicieron de ella lo que es, el propósito del orden (más en concreto y más importante, del orden como propósito) es el que destaca...como el arquetipo de todos los demás propósitos, propósito que interpreta al resto como simples metáforas de sí mismo. El orden refiere a lo que no es caos; el caos a lo que no está ordenado. Orden y caos son los gemelos modernos... podemos decir que la existencia es moderna en la medida en que se bifurca en orden y caos. La existencia es moderna en la medida en que contiene la alternativa orden y caos.”i Pero no encuentra la salida: mira desde el umbral y se lamenta. “la sustancia de la política moderna, del intelecto moderno, de la vida moderna, es el esfuerzo por exterminar la ambivalencia: un esfuerzo por definir precisamente –y por ahogar o eliminar algo que podría o debería ser definido”. i Zigmunt Bauman, en: Para comprender la teoría sociológica, Josetxo Beriain, José Luis Iturrate (Editores), Editorial Verbo Divino, Navarra, España, 1998, p. 541