LA TOLERANCIA (Apuntes 4º ESO B) 1. Tolerancia como valor moral La tolerancia como valor moral: Cuando se habla de ‘tolerar a algo’ o ‘a alguien’, indica que se acepta porque no queda más remedio que soportar, hechos o personas que piensan y actúan de forma diferente. Sin embargo, este no es el concepto de tolerancia que vamos a analizar. La tolerancia es una virtud cuando se aceptan las diferencias culturales, creencias etc., de los demás, porque no se puede implantar una verdad única y definitiva, en cuestiones morales políticas y culturales La tolerancia definición: Aceptación de las diferencias culturales, políticas o morales de las demás personas tanto en grupo como individualmente, sin que suponga una renuncia de los propios pensamientos, pero sí, intentar comprender los diferentes puntos de vista, e intentar aplicarlos a los tuyos. Tolerancia como valor moral: Está relacionada con el respeto a creencias, opiniones y formas de vidas diferentes, pero este término no se puede aplicar a las ciencias ya que solo cabe una afirmación. Es en el terreno de la moral, la política y la práctica cultural, y es día a día cuando surgen entre las personas diferentes ideas y es ahí donde la tolerancia tiene sentido como valor moral. Sara Rubio Miriam Villarroya 2. Tolerancia como virtud política. En las sociedades democráticas: aceptación del pluralismo cultural La tolerancia es una virtud moral recogida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las sociedades democráticas mantienen sus sistemas de convivencia gracias a la aceptación consciente del pluralismo cultural, gracias a la tolerancia. Por eso, hoy en día la preocupación de los filósofos y políticos se centra en que los ciudadanos conozcan y practiquen la tolerancia, ya que sin ella el sistema democrático está en peligro. Para que haya democracia tiene que haber tolerancia. Tolerancia en las Constituciones políticas Todas las Constituciones políticas de los Estados democráticos modernos se basan en el reconocimiento de los distintos modos de pensamiento de sus ciudadanos. Por ello, la tolerancia, la aceptación de las diferencias, se convierte en el único medio para vivir en democracia. A pesar de que es un valor moral y una virtud pública necesaria, es necesario establecer cuáles son sus límites y cómo ha de practicarse en la vida cotidiana: se puede tolerar las creencias de otras personas siempre que no vayan en contra de los Derechos Humanos, no es lo mismo ser indiferentes que aceptar las 1 diferencias de otros y respetarlas, no se pueden tolerar a los intolerantes porque no admiten otras posturas. 3. La tolerancia: un recorrido histórico En el mundo occidental la tolerancia comenzó a ser proclamada y exigida por pensadores ilustrados, debido a las crueles guerras que los países europeos mantenían entre sí por motivos religiosos. A partir del siglo XVII en Europa, la necesidad de la tolerancia se vinculó a la necesidad de sistemas de gobierno democráticos. La tolerancia fue defendida por J. Locke en sus famosas Cartas sobre la tolerancia (1689) y luego, en el s. XVIII por Voltaire en su Tratado sobre la tolerancia. En ambos se trataba de una apelación al reconocimiento de los excesos, el fanatismo religioso y la necesidad de aceptar a los que pensaban de manera distinta. En Inglaterra y Francia se estaban produciendo luchas entre católicos y protestantes, o entre católicos y hugonotes; y ambos pensadores ilustrados criticaban el fanatismo de las gentes que había sido estimulado por las jerarquías eclesiásticas. Michael Walzer publicó su Tratado sobre la tolerancia (1997) en el que habla de la tolerancia desde las perspectivas del pluralismo cultural propio de las sociedades modernas. La tolerancia posee diferentes grados, desde la indiferencia al entusiasmo. La tolerancia ha sido siempre necesaria en la historia, gobernantes y ciudadanos siempre han convivido con “diferentes” ya sea por su religión, su cultura o su lengua, y han tenido que superar los conflictos que podían surgir. Hoy en día las rápidas comunicaciones y las migraciones, han provocado que casi todos los Estados y naciones del mundo se hayan convertido en “sociedades de emigrantes”, por ello la tolerancia es imprescindible para la convivencia y la virtud más importante en la vida pública. Sin ella cualquier forma de intolerancia pone en peligro la vida social. El problema que surge es el de buscar modos y formas de aceptar el pluralismo. Carla Nuin Esteban Elena Leyre Sangrós Conte Mª Valvanera Martínez de Baños Beatriz Monterde Martínez 4. Los límites de la tolerancia ¿Cuáles son los límites de la tolerancia? Los pensadores siempre han estado preocupados por cuál es el límite de la tolerancia porque tenemos que saber ser tolerantes, pero hasta cierto punto. 2 La tolerancia no puede incluir todo tipo de conductas porque de ese modo los fanáticos querrían hacer todo a su manera y podrían aprovecharse de esas personas que no tienen límites en su tolerancia. ¿Cómo se establece la tolerancia? En la actualidad todos coinciden en que la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece la tolerancia (lo que se puede aceptar o no). En la historia se encuentran ejemplos como el nazismo y el fascismo en los que no aparece la tolerancia en las leyes ni se respetan los Derechos Humanos. Para poder resolver conflictos sociales es necesario el diálogo y el acuerdo, siempre y cuando se basen en el respeto mutuo y en el reconocimiento de las ideas. La intolerancia Todavía hay lugares en el mundo en los que se practica la intolerancia ya que no se cumplen los Derechos Humanos. Globalización y particularismo En el mundo hay dos fenómenos contradictorios, por un lado está la globalización que hace sentir las diferencias culturales, religiosas y lingüísticas sin necesidad de salir de casa. Y por otro lado, lo que ayuda a construir la personalidad de cada persona son las tradiciones religiosas, culturales y políticas, el particularismo. Declaración de los Derechos Humanos: Ser tolerante (reconocer y respetar que hay diferencias) y tener una actitud de reconocimiento y de respeto, son los principales factores que hacen posible la convivencia. Como señalan grandes profesores y filósofos, la única manera de salir del relativismo ético (tolerar todo sin excepciones) es encontrar un referente ético mínimo que sea compartido por la mayor parte de los ciudadanos. Este referente es la Declaración de los Derechos Humanos. Para que sea posible el cumplimiento de los Derechos Humanos y el uso de la tolerancia, es necesario un sistema democrático en el ámbito de la política en el que todos seamos ciudadanos. Cada ciudadano tiene el derecho de participar libre, racional y críticamente en la vida pública del país en el que se vive. Carla Berned Samatán Alberto Pinilla Uriel Alba Mª Baucells López 3