EJEMPLOS DE EXPERIMENTOS CON UNA RBU PRUEBAS QUE HAN FUNCIONADO pero no han seguido CANADA Entre 1974 y 1979, el pueblo canadiense de Dauphin experimentó la renta básica universal. Cada familia recibía una renta mínima mensual. La cantidad variaba entre unos casi simbólicos 100 dólares mensuales a unos 5.800 anuales para los que carecían de otros ingresos. Se constató que la motivación para buscar y rendir del principal trabajador de la familia no disminuía. Las investigaciones también mostraron que los ciudadanos elegían con mayor libertad el trabajo que podían llevar a cabo. Sí hubo un pequeño descenso en la ocupación de los adolescentes y las madres de niños pequeños. Los primeros se veían liberados de la necesidad de apoyar económicamente a sus familias con lo que un mayor número de adolescentes terminó sus estudios. Entre otros efectos, se constató que se redujeron las visitas al médico, la salud mental de los ciudadanos mejoró y descendieron la violencia doméstica, los accidentes de coche y las hospitalizaciones psiquiátricas. Por lo tanto, la medida no sólo no perjudicó el mercado laboral, sino que incrementó notoriamente el bienestar general de la población. NAMIBIA Conocemos también un experimento de puesta en marcha de una renta básica en la región Otjivero-Omitara de Namibia. En julio de 2007 se entregó una renta básica mensual de 100 dólares namibios a cada residente menor de 60 años. A finales de 2008, algunos de los resultados observados fueron los siguientes: La pobreza se redujo del 76% al 16%. La población (mayor de 15 años) involucrada en actividades económicas pasó del 44% al 55%, sobre todo por el inicio de pequeños negocios gracias al subsidio recibido. La malnutrición infantil descendió del 42% al 10%. Las tasas de absentismo escolar pasaron del 40% a prácticamente cero. La delincuencia se redujo en tasas del orden del 42%, de acuerdo con datos de la policía local. Se redujo la deuda media de los hogares en un 36%. INDIA Dos programas piloto llevados a cabo por UNICEF en India desde comienzos de la década mostraron mejoras notables en parámetros tan variados como la nutrición infantil o la actividad económica. Pese a ello, la reducida escala del proyecto -apenas 6.000 personas- y su enfoque específico en una economía en vías de desarrollo han llevado a los más críticos a dudar de que las conclusiones del experimento puedan ser extrapolables a una economía desarrollada como la finlandesa. LO QUE HAY ALASKA Todos los habitantes de Alaska, con más de un año de residencia, reciben un “dividendo” obtenido por los ingresos del petróleo, que varía cada año dependiendo de los ingresos pero que se aproxima a los 2.400 dólares anuales para cada residente. Estos ingresos se gestionan a través de un fondo de inversión. Fundamento: compensar a los habitantes por llevarse para siempre un recurso no renovable (petróleo) y por hacerse con un material cuya propiedad es de todos. En Alaska, existe desde hace años un fondo procedente del capital que genera la explotación de minerales y petróleo en el Estado. Toda persona que reside legalmente en el estado durante un mínimo de 6 meses recibe un ingreso en función del rendimiento del fondo, del orden de los 2.000 euros anuales. Ninguna autoridad ha cuestionado sus virtudes, ni siquiera la conservadora gobernadora Sarah Palin. Nadie habla de efectos perversos de tal renta y Alaska es el segundo estado con menor desigualdad en los Estados Unidos, solo superado por Utah. La renta básica supera los inconvenientes de los programas tradicionales de rentas mínimas: porque es incondicionada y automática, sin necesidad de solicitud ni aprobación previa; se recibe antes incluso de que aparezca la necesidad, evitando los retrasos de los sistemas vigentes que llegan a una media de doce meses; exige una gestión mínima frente al actual laberinto burocrático; es compatible con otros ingresos, por lo que elimina la trampa de la pobreza y los posibles incentivos a la economía sumergida; evita la estigmatización de la pobreza; y puede graduarse fácilmente, a posteriori, en función del nivel de renta (lo que permite también garantizar su viabilidad financiera). Las noticias reseñadas al inicio parecen mostrar que el avance hacia la implantación de una renta básica es consistente. Con las ventajas descritas y las experiencias de aplicación disponibles tan favorables, la pregunta es ¿por qué no abandonamos los experimentos para pasar ya a su puesta en marcha? ¿Aparecerán políticos valientes, con capacidad de liderazgo para atreverse definitivamente a hacerlo? LO QUE ESTÁ POR PONERSE EN MARCHA HOLANDA En este año, y durante un año serán invitadas a participar de la experiencia todas aquellas personas que reciban una prestación social, seleccionando una muestra aleatoria de unas 300 personas, entre quienes quieras. Utrech es la primera ciudad que realizará el experimento pero le seguirán otros 40 municipios más. La experiencia piloto durará un año y serán invitadas a participar todas las personas que reciben una prestación social en Utrecht. Estas personas, que serán elegidas al azar entre los solicitantes, se dividirán en cinco grupos. Uno que estaría “controlado”, siguiendo las normas actuales, otros tres que se administrarán con normas más flexibles y uno que se establecerá sin reglas ni ningún requerimiento y que será el “más parecido a la renta básica universal”. Según el concejal de empleo y protección social de la ciudad Victor Everhardt, “Nuestros datos muestran que menos del 1.5 por ciento abusa de las prestaciones, pero, antes de entrar en debates, necesitamos comprobar primero si la renta básica realmente funciona”. Para Everhardt, la idea de este experimento “surge de la voluntad de simplificar las normas y los requisitos actuales en materia de bienestar”, porque “muchas no contribuyen a nuestro objetivo común de ayudar a la gente a encontrar trabajo”. El experimento será monitorizado por la Universidad de Utrecht. Y seguido muy de cerca por unos 40 municipios holandeses que también examinan la viabilidad de proyectos piloto que investiguen sobre la renta básica universal y ofrezcan soluciones alternativas al actual sistema de subsidios sociales, reflejando un creciente interés en Holanda por este tipo de ingreso ciudadano. FINLANDIA En Finlandia, está previsto que comience a ponerse en funcionamiento una renta básica universal a finales de este año o en el 2017. El gobierno de centro derecha de Juha Sipilä se comprometió a poner en marcha esta medida ante el nivel de paro, que llega al 10% y no ven forma de bajarlo; a que su población cada vez está más envejecida; a los bolsones de pobreza, y que no ven cómo activar la economía. La medida, que está apoyada por el casi 80% de la población, se implementaría en dos etapas: 1.- 550 euros y coexistirían algunos beneficios y prestaciones sociales actuales. Sería como experimento. 2.- 800 euros para toda la población, sustituyendo a todas las prestaciones. SUIZA En este país un comité popular ha conseguido más de las 100.000 firmas necesarias para convocar el referendo, que se celebrará en junio de este año, con el que los suizos decidirán si se aprueba o no que cada ciudadano cobre una renta de 2.275 euros al mes de forma incondicional. No se sabe qué votarán los suizos, dado su carácter conservador y ya que dos años atrás ya votaron y decidieron que NO. ONTARIO (CANADÁ) No hablé de ello. Acaba de aparecer la noticia. Se trata de un nuevo experimento piloto con la RBU, que aún no se ha puesto en marcha pero que está previsto en los presupuestos de este año. Será un experimento para ver si esa RBU mejora los resultados escolares y permite, asimismo, ahorrar dinero en otras partidas presupuestarias como sanidad, vivienda, ayudas sociales... La RBU, parece, que es una vieja idea de la izquierda canadiense. Ya Justin Trudeau, padre del actual primer ministro puso en marcha el experimento de Dauphin, del que hablamos. Quienes han promovido el actual experimento son el Comité Nacional de Mujeres Liberales. Pero también otras voces, en absoluto cercanas al Partido Liberal del primer ministro también son partidarias de una RBU.