Cambios estructurales de la economía tendientes a superar la

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Cambios estructurales de la economía tendientes a superar la restricción externa:
construyendo densidad nacional.
Eje temático3. Argentina, ¿Nueva Etapa?
María del Carmen Vila
CONICET, mdelcvila@yahoo.com
Palabras claves: restricción externa, desarrollo industrial independiente, investigación y
desarrollo, producción pública
Autorizo a publicar la Ponencia si así se requiriera.
Soporte para la exposición: Proyector de imágenes-PC
Desde sus comienzos, nuestro país se ha caracterizado por ser exportador de materias
primas, esencialmente alimentos, e importador de artículos manufacturados primero y,
luego de la crisis de 1930 y la segunda guerra mundial, comenzó un proceso de
industrialización sustitutiva de importaciones (ISI), que genero una industria nacional con
demanda de maquinarias e insumos
importados.
A lo largo de más de un siglo la
restricción externa es el desencadenante de las recesiones del ciclo económico argentino a
causa de la creciente demanda durante las etapas de crecimiento del ciclo de importaciones
de manufacturas primero y más tarde, a partir del ISI,
de insumos y maquinarias
importadas para la industria nacional.
Es, además, esta industria nacional la principal generadora de empleo dada la baja, y cada
vez más decreciente, demanda de mano de obra en la actividad agrícola. Sostener el
desarrollo industrial es entonces un requerimiento para mantener un alto nivel de empleo.
Sin embargo, para poder sostener el desarrollo industrial es necesario superar esta
dependencia de insumos importados lo que requiere moverse en la dirección de una
producción con diseño, tecnología, desarrollo, marca y componentes totalmente nacionales.
Solemos aceptar que contamos en el país con profesionales altamente capacitados, muchos
de ellos han hecho, o aún hacen, en el exterior del país un importante aporte al desarrollo
científico tecnológico que es un importante motor del desarrollo económico.
Al respecto, cabe recordar el discurso del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama,
el 27 de abril de 2009 en la Reunión Anual de la Academia Nacional de Ciencias, donde
señala “Están aquellos que dicen que no podemos afrontar invertir en ciencia, que apoyar a
la investigación es de algún modo un lujo en momentos definidos por necesidades. Yo
estoy
fundamentalmente en desacuerdo. La ciencia es más esencial para nuestra
prosperidad, nuestra seguridad, nuestra salud, nuestro medio ambiente, y nuestra calidad de
vida, de lo que nunca ha sido antes” Y dice más adelante ”Esta en nuestro carácter liderar.
Y es tiempo para nosotros de liderar una vez más. Así que yo estoy aquí hoy para establecer
este objetivo” (www.whitehouse.gov/the_press_office/Remarks-by-the-President-at-theNational-Academy-of-Sciences-Annual-Meeting/ ).
Es clara la importancia estratégica de quien crea conocimiento, importancia, también
destacada en sus discursos por la Presidenta de la Nación, quien ha creado el Ministerio de
Ciencia y Tecnología y puesto a su cargo a un reconocido Investigador, el Dr. Lino
Barañao. Se han hecho cambios positivos pero aún estamos lejos de la meta y con
posibilidades de mejorar nuestra actuación.
Según un informe del año 2005 de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, la meta era
alcanzar una inversión del 1% del PBI en 2010 pero este porcentaje se ha mantenido
alrededor del 0.6.
Para un análisis comparativo, según datos del Banco Mundial del año 2007, la inversión en
investigación y desarrollo (I+D), como porcentaje del PBI fue en: Argentina 0.51, Brasil
1.1, China 1.44, Canadá 1.9, Francia 2.04, Alemania 2.54, Estados Unidos 2.72, Japón
3.44 (http://data.worldbank.org/indicator/GB.XPD.RSDV.GD.ZS). Además, la cantidad de
investigadores por millones de habitantes fue en: Brasil 657, Argentina 980, China 1071,
Francia 3496, Alemania 3532,
Canadá 4260, Estados Unidos 4663, Japón 5573
(http://data.worldbank.org/indicator/SP.POP.SCIE.RD.P6). Del análisis comparativo surge
que resta camino por recorrer.
En cuanto al financiamiento, según un informe reciente de la Comisión Europea Eurostat,
54.1% del gasto total en I+D de los países de la Unión Europea en 2009 fue financiado por
empresas, 34.9% por el gobierno y 8.4% desde el extranjero. Las empresas financian el
78.2% en Japón y 67.3% en Estados Unidos. Contrariamente, la mayoría de este gasto fue
financiado
por
el
gobierno
en
Bulgaria,
Polonia
o
Rumania
(http://epp.eurostat.ec.europa.eu/statistics_explained/index.php/R_%26_D_expenditure). El
financiamiento empresarial es mayor en los países desarrollados, donde están las casas
matrices que concentran la I+D. En los países menos desarrollados, el estado lidera este
financiamiento. En Argentina la participación en el financiamiento en I+D del sector
publico es de 65% y del privado 35%.
Cabe diferenciar crecimiento y desarrollo, el primero se refiere a un aumento del PBI, es
decir los bienes y servicios producidos, el segundo tiene que ver con la calidad de ese
producto y no sólo evalúa la cantidad de valor agregado sino contenido científico
tecnológico en ese agregado y origen. No es lo mismo fabricar y exportar una vacuna
totalmente desarrollada en el país, que una que no lo es. Este país, al presente, es el único
de América Latina que ha formado tres científicos galardonados con el premio Nobel en el
área biomédica. Tiene posibilidades de generar un desarrollo autónomo sin ser apéndice de
corporaciones extranjeras. Se necesitan políticas públicas sostenidas y financiamiento
garantizado, que dada nuestra presente estructura industrial, recae principalmente en el
Estado.
Sería importante convocar a nuestras Universidades y generar financiamiento que permita
diseñar y desarrollar desde ferrocarriles, aviones, barcos, generadores de energía,
medicamentos, vacunas, equipamiento hospitalario, electrodomésticos y todo aquello cuya
necesidad no pueda quedar condicionada a la existencia de divisas o a la voluntad externa
para su provisión.Tomando como modelo el INVAPque produce reactores nucleares,
radares, satélites, generadores eólicos y es propiedad de la provincia de Rio Negro. Esta
empresa pública ha tenido un desenvolvimiento rentable con una continua superación
tecnológica en su área de competencia y reúne a destacados profesionales con
reconocimiento nacional e internacional.
Por otro lado, sería importante coordinar estos emprendimientos productivos dentro del
Mercosur de modo de asegurar complementariedad y/o compatibilidad de proyectos.
Si bien a lo largo de los últimos años, no hemos avanzado en la concreción del diseño y
desarrollo de autos, ferrocarriles o aviones nacionales pese a algunos anuncios en esa
dirección, sería importante comenzar a avanzar en este sentido.
Esto permitiría generar una estructura industrial menos demandante de importaciones y, por
lo tanto de divisas,
facilitar autonomía de crecimiento y eventualmente generar
exportaciones con mayor contenido tecnológico. De este modo, se estaría actuando sobre
las causas del problema de la restricción externa y no sobre los efectos tratando de
equilibrar la hoja de balance de la balanza comercial. Además este modelo de desarrollo
productivo permitiría garantizar la oferta de bienes manufacturados en tiempos de escasez
de divisas.
Esto no sólo contribuiría a fortalecer la densidad nacional, como la define el Dr. Aldo
Ferrer, sino que evitaría la importante salida de divisas en concepto de utilidades y
dividendos que hoy tenemos debido al importante grado de extranjerización de nuestra
industria, y permitiría un mayor control doméstico de nuestra producción, todo lo cual
contribuiría a protegernos de crisis externas.
En consonancia con estas ideas, cabe recordar los comentarios del Dr. Eduardo Basualdo en
el reciente Congreso de AEDA publicadas el pasado 18 de agosto en el diario Página 12,
respecto a los requerimientos de una “mayor presencia estatal en producciones estratégicas
junto a la adopción de políticas activas para combatir el elevadísimo grado de
extranjerización, concentración y escasa diversificación de la producción que tiene nuestro
país.”
Tenemos las herramientas y los recursos, esta en nuestras manos tomar las decisiones
apropiadas en pos de un modelo económico que nos permita atender nuestras necesidades.
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