llares también de pies cuadrados de terreno. Es materialmente imposible que un viajero herborice las formas intermediarias que enlazan las especies propuestas, y de consiguiente, decidir con seguridad, si una especie es buena ó mala. Esto se queda para los naturalistas del país en condiciones de explorar detenidamente una región. 96.—Satureja ovobata LA.G. Bajo la fé del difunto Lóseos.—Supl. 7.°, p . 49; pi. exs. ad me miss, el herb.l—he nombrado una forma de Albarracin y reino valenciano S. intricata L G E . en mi fascículos 1 y H . El SR. WILLKOMM dice que esta especie sólo existe en la región alpina de Sierra Nevada, v que la planta del Bajo Aragón y Albarracin es S. ovobata. (ILLUSTR., II, pp. 65-68, tab. CXXV1IL f. A et B.) Algo de problemático existirá por necesidad en los caracteres diferenciales de ambas plantas, cuando el mismo botánico aragonés, estando en relaciones con el autor de la especie, se atreve á consignar la 5 . intricata LGE. acompañada del signo de admiración. En efecto: á mi parecer, la intricata W I L L K . /. c. no difiere especificamente de la ovobata, y comparando los magníficos dibujos de la citada lámina 128, me ratifico en lo expuesto, sintiendo en el alma contradecir la respetable opinión de dichos botánicos. Poseo una forma de los Pirineos franceses que es á la S. •.r.ontana L. lo que la intricata es la ovobata. El. SR. WILLKOMM está por admitir especies geográficas; contra esto nada puedo oponer. El inmortal LINNEO refutó estas tendencias en su Philosophia Botanica y número 264 «Locus natalis species distinctas non tradii.» También en la historia que nos dá de la especie en cuestión, arroja la idea de que la S. montana L. «falta en la mitad me* ridional de España y quizá de toda la Penínstala».—Gomo sólamente en duda se atreve á negar la existencia en todo nuestro país, no me parece necesario insistir ni probar que dicha especie no falta en nuestra flora. Tampoco en la parte m e r i -