Insights Documentos de Estrategia I05/2011 Asuntos Públicos Cómo gestionar eficazmente programas de RSC y convertirlos en proyectos ejecutables ¿Cuáles son las claves para aplicar en la dirección de programas de RSC? ¿Por qué y en qué fallan a menudo los proyectos que no consiguen llegar a buen puerto? ¿Qué posibles criterios son adecuados para seleccionar los mejores proyectos de RSC a llevar a cabo? Frecuentemente desarrollamos proyectos en el seno de una organización: las direcciones corporativas o de negocio anualmente planifican sus programas y los llenan de proyectos a ejecutar con el objetivo de accionar dichos planes, de convertirlos en realidad. Pero habitualmente también existen iniciativas que no encajan dentro de este marco, son iniciativas aisladas, fruto de la improvisación, o procesos que se repiten uno tras otros. Los directivos en las empresas emprenden tres tipos fundamentales de iniciativas en su día a día, según explica Jaume Ribera, profesor del Departamento de Dirección de la Producción, Tecnología y Operaciones de IESE Business School: 1. Improvisaciones: sin responder a ningún plan, son difíciles de seguir, de aprender de ellas y, por tanto, de enseñar posteriormente. Para improvisar bien, con garantías de éxito, debes de ser un gran experto en la materia. En el actual ciclo de aceleración de la innovación disruptiva y la aparición de empresas altamente innovadoras, el espacio para la innovación y la no planificación ha vuelto a abrirse terreno, aunque de una manera diferente y, en cierta medida, planificada. Como afirmó en una ocasión el ex primer ministro británico Winston Churchill: “Me voy a preparar la improvisación de mañana”. Es la improvisación planificada. 2. Procesos: son secuencias repetitivas de acciones que hacemos a menudo, como respuesta a algo continuo o específico. Las rutinas profesionales de cada ámbito o sector entran dentro de esta categoría. Los procesos son esenciales para hacer efectivo el 80% del trabajo en muchas organizaciones, pero en ellos se esconde a menudo el germen de la falta o dificultad para la innovación. Es importante descubrir qué tareas están siendo procesadas sin necesidad de que lo requieran, y al revés. 3. Proyectos: se elaboran o desarrollan puntualmente, en una única secuencia. Lo importante es cómo no preparamos para ello. Los proyectos, al igual que Documento elaborado por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership citando, entre otras fuentes, la intervención de Jaume Ribera (profesor del Departamento de Dirección de la Producción, Tecnología y Operaciones de IESE) durante las sesiones del Programa de Executive Education ‘Making Social Responsibility Works: The Cornerstone of Sustainable Business’ organizado por la escuela de negocios IESE en Barcelona en julio de 2011. How to manage CSR programs efficiently and convert them into feasible projects ‘Una de las habilidades clave para tener éxito en el desarrollo de proyectos, en especial en materias intangibles, es la flexibilidad y la capacidad de adaptación’ los procesos y a diferencia de las improvisaciones, sí pueden ser analizadas, seguidas, aprendidas y enseñadas, podemos sacar conclusiones de ellos y llevar a cabo una mejora continua. Los proyectos representan un esfuerzo coordinado en el conjunto de la organización que se extiende por un período limitado de tiempo, empiezan y acaban, para lograr un objetivo bajo ciertas especificaciones, involucrando una serie compleja de elementos y recursos de diferente naturaleza. De hecho, para crear un proceso creamos inicialmente un proyecto, es decir, las compañías que por primera vez se plantean elaborar su memoria de Responsabilidad Corporativa plantean inicialmente un proyecto, el primer informe de Sostenibilidad, que posteriormente debe convertirse en un proceso anual, repetido año tras año, y no por ello básicamente rutinario, pero sí permanente de recogida, análisis, selección y publicación de datos. Evidentemente los proyectos muestran un mayor interés, son más interesantes que los procesos, dado que con ellos se pretende lograr algo más específico y forman parte de un programa completo, en este caso el programa global de una empresa sobre RSC. ¿Qué dimensiones tienen los proyectos? Fundamentalmente podemos describir tres aspectos clave con las que todo proyecto debe contar y que deben ser manejados adecuadamente: 1. Coste: cuál es el importe económico que nos va a suponer la elaboración de la primera memoria, por seguir con el ejemplo anterior, o de la adecuación del entorno de trabajo y su conversión en un espacio sostenible y saludable. 2. Tiempo: cuántas semanas, meses o a veces años, nos va a suponer la puesta en marcha, desarrollo y conclusión del proyecto, de qué espacio de tiempo estamos hablando y si es asumible por parte de la organización, como en el caso del coste. 3. Especificaciones: a qué ámbito se circunscribe el proyecto, qué áreas están implicadas, si lo está toda la organización o no, así como la calidad, con qué nivel de calidad, de excelencia y precisión queremos, Etapas de la gestión del ciclo de vida del proyecto Iniciación Post Implementation Cierre Definición Ciclo de Vida del Proyecto Control Detalle Ejecución Fuente: MPMM, 2011. Planificación por ejemplo, elaborar un buen mapa de stakeholders, incluyendo su categorización detallada y su priorización en función de diferentes variables. Una de las habilidades clave para tener éxito en el desarrollo de proyectos, en especial en materias tan intangibles como el de la Responsabilidad Social Corporativa, es la flexibilidad y la capacidad de adaptación ante circunstancias o acontecimientos que necesariamente serán cambiantes. Es importante priorizar, en ese caso, en función de los compromisos adquiridos ante el Comité Directivo o Ejecutivo y el resto de instancias de la empresa: comité y departamento de RSC, otros departamentos implicados, etc. En cuanto a las dimensiones de un proyecto de RSC, según el profesor Ribera podemos describir cinco distintas: 1. Eficiencia: cumplir con los plazos, hacer honor al calendario previsto previamente. 2. Impacto: en terceros, ya sean estos los consumidores, empleados u otros stakeholders. 3. Equipo: impacto en sus miembros, en su compromiso con el proyecto y las posibles deserciones. 4. Resultados: retorno de la inversión, aumento del valor de marca, capacidad de atraer mejores recursos, etc. 5. Preparación: para el futuro, nuevas tecnologías y herramientas a aplicar, nuevas capacidades y talentos a incorporar. El ciclo y procesos del Project Management Existen cuatro fases técnicas por las que todo proyecto debe pasar, teniendo en cuenta, como hemos definido, que siempre tiene un inicio y un cierre, un final: 1. Inicio: analizar la viabilidad, documentar el caso con ejemplos de las mismas prácticas de RSC de otras compañías, preferiblemente del sector, y escoger al equipo (propio o multidisciplinar). 2. Planificación: trazar la hoja de ruta dibujando el plan del proyecto (recursos humanos, financiación, calidad, comunicación y relación con stakeholders). 3. Ejecución: crear los entregables y controlar el alcance, los costes, la calidad, los riesgos asociados (en términos propios y de reputación) y los asuntos clave que surjan, temas emergentes que puedan torcer el proyecto. 4. Cierre: reducir el proyecto liberando poco a poco a personas del equipo, manejando los entregables a la dirección de la empresa y hacer una revisión completa a posteriori del proyecto completo. En ocasiones los proyectos tienen distinta naturaleza y debemos saber qué queremos llevar a cabo y cómo queremos hacerlo: 1. Tradicionales: sabemos el qué y el cómo (síndrome del pintor de números). 2. Adaptativos: sabemos el qué pero no el cómo (síndrome de la búsqueda). Insights 2 How to manage CSR programs efficiently and convert them into feasible projects 3. Emergentes: no sabemos el qué pero sí el cómo (síndrome del martillo). 4. Extremos: no sabemos ni el qué ni el cómo (síndrome del perdido en la niebla). Los proyectos también viven diferentes fases psicológicas, en función del estado anímico del equipo según la evolución del mismo: • Entusiasmo: sobre todo al inicio. • Desilusión: ante los primeros problemas. • Pánico: ante graves problemas y primeras deserciones. • Búsqueda del culpable: ante la deriva negativa. • Hacer culpable al inocente: ante el fracaso del proyecto. ¿Qué hace que un proyecto difícil falle? ‘Podemos establecer algunos criterios que resultan útiles para la calificación de proyectos en la empresa que tienen una naturaleza ligada a la RSC’ Existen cinco factores que hacen que un proyecto pueda sufrir diferentes tipos de complicaciones e, incluso, pueda entrar en barrena: 1. Novedades: un aspecto derivado de otro no contemplado inicialmente, una ruptura de lo establecido al principio. 2. Tecnología: en función del nivel bajo, medio, alto o muy alto de tecnología que estemos utilizando. 3. Complejidad: necesidad de ensamblar diferentes aspectos y crear sistemas de interacción. 4. Matriz: el aspecto más complicado de gestionar. 5. Ritmo: tres tipos posibles, normal, competitivo, crítico en tiempo. Los proyectos acostumbran a fallar por distintas razones: • Se ha seleccionado mal a la gente del equipo. • Se ha seleccionado mal el proyecto (es solo un sueño irrealizable). • No se prioriza correctamente. • No se define bien el objetivo. • No se tiene en cuenta que hay más de un proyecto en marcha. • No se tiene en cuenta a todos los stakeholders implicados. Lo desconocido como causa del fracaso de proyectos Lo que la compañía sabe gestionar Lo que la compañía es conciente que no sabe gestionar • Falta compromiso en el equipo. • No existe un objetivo común. • No disponer de un equipo serio y responsable. • No saber qué representa el éxito en este proyecto. En función de las fases, los problemas suelen ser: 1. Inicio: el plan ha sido impuesto o exceso de optimismo. 2. Planificación: no ha habido negociación con los plazos, se han obviado importantes acciones, no existe un equipo real o es un plan lineal, cuando debería ser iterativo (varias acciones ocurriendo al mismo tiempo, no una detrás de la otra). 3. Ejecución: mala gestión, no hay monitorización, mala comunicación, hay competencia por lograr recursos o no hay resultados rápidos. 4. Cierre: no se cierra el proyecto a tiempo si no es exitoso o no se aprende de los fallos cometidos. Indicadores para la selección de proyectos Podemos establecer algunos criterios que resultan útiles para la calificación de proyectos en la empresa que tienen una naturaleza ligada a la RSC. En cualquier caso, deberemos establecer antes dos categorías: 1. Requerimientos: son calificadores para que los proyectos sean tomados en cuenta y pasen la primera criba. 2. Facilitadores: son criterios ganadores, que permiten decidir proyectos a ser puestos en marcha. Los posibles criterios de RSC son el impacto social, el alineamiento con misión, visión, valores, la estrategia de negocio, la vinculación con las personas y los empleados, la transparencia, el impacto medible, el apoyo del CEO y, por último, el carácter innovador. Conclusiones: algunos consejos a no olvidar Los proyectos tienden a crecer por naturaleza, por tanto es importante limitarlos desde el principio, saber qué entra dentro del proyecto y qué se queda fuera. La selección es clave para saber qué proyectos desarrollar y superar la dicotomía habitual volumen de proyectos/tiempo para ejecutarlos. Los criterios de RSC deben ayudarnos a escoger correctamente y deben ser lo más precisos posibles, adaptados también a cada organización. Lo que la compañía no sabe gestionar Fuente: Boston College, 2011. Insights 3 Leading by reputation ©2011, Corporate Excellence - Centre for Reputation Leadership Fundación empresarial creada por grandes empresas para profesionalizar la gestión de los activos intangibles y contribuir al desarrollo de marcas fuertes, con buena reputación y capaces de competir en los mercados globales. Su misión es la de ser el motor que lidere y consolide la gestión profesional de la reputación como recurso estratégico que guía y construye valor para las empresas en todo el mundo. Aviso Legal Este documento es propiedad de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y tiene por objetivo compartir el conocimiento empresarial sobre la gestión de la reputación, marca, comunicación y asuntos públicos. 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