PRESENTACIÓN DE LAS OBRAS COMPLETAS Diputación Foral de Gipuzkoa 2 de junio de 2011 Diputatu Nagusia- Gotzain jauna, Jaun-Andreok, Señoras y Señores, Amigos todos, adiskideok: Gauza asko entzun ditugu nire eta nire Idazlan Guztiei buruz, orain arte parte hartu dutenen hitzetan; niretzat, nire belarrirako eta, batez ere, bihotzarako, oso gustagarriak diren hitzak. Donostiako Elizbarruiaren ekimena izan da, nire Idazlan hauen argitalpena; Gipuzkoako Diputazioak izan duen parte-hartze oso garrantzitsuari esker, aurrera eraman ahal izan den ekimena. Orain, niri dagokit zuei hitz batzuk esatea. Baina, hobeto esan, hitz bakar bat daukat zuei esan beharra: ESKERRIK ASKO! Ezpainekin esandako hitza da, baina bihotzaren barru-barrutik sortzen zaidana. Argitalpen hau burutzeko, era batera edo bestera, parte hartu duzuen guztioi esan nahi dizuedan hitza: MILA ESKER! Lankide izan diren guztien artean, bi pertsona nahi ditut nabarmendu era berezian: MAITEALKORTA, hiz zitzaiguna, beraren ahalegin eta lan isila gabe, ez baitzen egin izango bilduma hau; eta Mª ROSA MIRANDA erlijiosa, Erdi Aroko beneditarren pazientziaz eta lan arduratsuaz, balio handiko zerbitzua egin duena, batez ere Idazlan hauek praktikoki eta egoki erabili ahal izateko. Berak egin du hitzen Aurkibide Analitiko alfabetikoa, VII. Liburukian datorrena. 92 (laurgoeita hamabi) orrialde hartzen dituena. Lan hau nolako zehaztasunez egina dagoen ikusteko, aski da, esate baterako, libertad hitza hartzea; 309 (hirurehun eta bederatzi) orrialdetan azaltzen dela hitz honen aipamena adierazten da. Mila esker benetan obra honen argitalpenean lankide izan zareten guztioi! * * * Pero, aunque parezca extraño e injustificado, quiero mostrar mi agradecimiento especial a la totalidad del Pueblo de Gipuzkoa y a la totalidad de la Iglesia que es la Diócesis de San Sebastián. No se trata de palabras sin contenido, sino de una realidad objetiva e histórica que explica, de alguna manera, la dimensión o el volumen de lo escrito. En modo alguno, se debe éste, a lo que alguien pudiera pensar: “es que a Setién le gusta escribir”. No es esa la razón. Lo hacía por necesidad, como una exigencia del servicio que, en razón de mi condición de Obispo, debía prestar al pueblo guipuzcoano, para ser fiel al ministerio que voluntariamente acepté, el año 1972, como Auxiliar, y el año 1979, cuando me propusieron ser Obispo de San Sebastián. Trataré de explicarme. Me hicieron Obispo para anunciar el Evangelio de Jesús. Un Evangelio del que desde el principio dije que no me avergonzaba. Pero Evangelizar suponía enfrentarse a la realidad individual y social del “pueblo”, de la sociedad de Gipuzkoa, para iluminarla desde la luz y las exigencias del Evangelio. Analizar, conocer, iluminar, valorar, ofrecer caminos éticos, esperanza de vida y, en definitiva, la salvación del Evangelio, en su dimensión temporal y en su apertura a la trascendencia de la naturaleza humana y a la fe que salva. Todo esto y más, exigía la misión evangelizadora que se me confiaba. Desde mi debilidad y mis límites personales, necesitaba pensar, acertar en lo posible en lo que había de decirme a mí mismo y decir también al pueblo al que me debía. No podía improvisar. Quienes oyeren mi voz tenían derecho a conocer lo que les quería decir. Pero yo entendía que no era capaz de hacerlo sin escribir, sin corregirme a mí mismo antes de hablar, sin que hubiera dudas sobre lo que yo quería decir, de manera que, quienes lo desearan, pudieran verificar, sin alteraciones ni tergiversaciones, el contenido de mi discurso, de mis palabras. Escribir era un medio para ello, lo que se convertía para mí en una obligación. Des esta manera, el servicio que debía prestar a mi pueblo era una “afortunada” oportunidad para mí. Siendo así fiel a él, a ese servicio, yo mismo saldría beneficiado. Es lo que quiero agradecer al Pueblo de Gipuzkoa, en Euskal Herría, y también a la Iglesia que se fió de mí. Escribir fue para mí un medio útil para no frustrar ni a la Iglesia, ni al Pueblo, que tenía entonces y sigue teniendo ahora derecho a oír la palabra de salvación del Evangelio, mediante el discurso humano necesario para comunicarnos; entre nosotros; que es la palabra dicha y escrita. Por esto quiero decir, desde esta verdad fundamental de mi vida: Gracias a la Iglesia que me quiso Obispo de San Sebastián, y gracias al Pueblo guipuzcoano que me obligó a hacer algo que debía hacer para servirle mejor, desde mi capacidad personal y desde mi humana limitación, escribir y hablar. Eskerrik asko! ¡ Muchas gracias a todos!