382 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES Aún cuando el socio tenga interés en retirarse, debe aguardar para ello un momento oportuno. Era fraudulenta si quería privarlos de un beneficio cierto como en el caso que estando unidos por una sociedad universal, se retiraba para beneficiarse el sólo de una herencia abierta; si la herencia era solvente se debía tener en cuenta a los asociados, si era insolvente debía soportar sólo sus consecuencias. Era intempestiva, cuando renunciaba antes del término: en este caso las operaciones hachas por los asociados antes de la expiración del término, les aprovechaba solamente a ellos, si eran favorables, pero las pérdidas debían ser soportadas por el renunciante. Todas estas soluciones, para los diferentes casos, se fundaban en el principio socius liberate a se non se liberat a socio. Muerte de uno de los asociados. La sociedad no podía continuar entre los sobrevivientes sino en virtud de una cláusula usual formal del contrato, pero no se podía convenir de antemano que continuara con los herederos del difunto. En la societas vegtigalis, que era más una sociedad de capitales que de personas, la asociación continuaba en pleno derecho entre los sobrevivientes, y por una convención especial se podían admitir los herederos del difunto. Capitis deminutio. En el antiguo derecho toda capitis deminutio disolvía la sociedad y bajo JUSTINIANO la máxima y la media, solamente producían estos efectos que se unían igualmente a la confiscación general de bienes independientes de toda capitis deminutio Bonorum venditio. La venta en masa del patrimonio de un asociado disolvía la sociedad; bajo JUSTINIANO la cesión de bienes que hacía un asociado, implica la extinción de la relación social. Las otras causas de disolución resultaban de la voluntad de las partes o de las circunstancias, y la llegada del término, el fin de la empresa proyectada, lo mismo que la pérdida de las cosas puestas en común y todo acontecimiento que hiciera imposible la continuación de la sociedad. Después de la disolución, la acción pro socio efectuaba la liquidación de la sociedad y la acción communi dividundo efectuaba la partición. d) Del mandato-mandatum. Era el contrato consensual, en virtud del cual, una de las partes se obligaba a realizar gratuitamente una gestión que le había sido conferida por otra persona.