CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL LENGUAJE HUMANO Un principio elemental enuncia que “el lenguaje es tan antiguo como el hombre y la sociedad”. Federico Engels destacó el trabajo como la premisa de la cual surgieron el hombre, la sociedad y el lenguaje. El lenguaje hunde sus raíces filogenéticos (históricas) tanto en condiciones objetivas como en necesidades practicas: objetivas fueron el trabajo orientado a la transformación del mundo y la producción material, así como algunas formas primarias de relaciones sociales; necesidades practicas fueron la interacción comunicativa, el requerimiento de un medio para suplir tal necesidad y engendrar los procesos del pensamiento y el conocimiento. El lenguaje como uno de los máximos atributos de la especie humana es el resultado de transformaciones: biológicas, anatómicas, psíquicas y sociales ocurridas en el genero de los primates –los prehominoideos- los antropoides y los homo erectus, faber, habilis, sapiens y loquens, en el transcurso de unos cinco mil millones de años aproximadamente. Fueron únicamente los hominoideos los que sufrieron la evolución superior que incluye: cerebración hasta los 1000 c.c., bipedestación, o sea la marcha erecta sobre los miembros de locomoción posteriores, liberación de las manos que propicio la fabricación de utensilios y el empleo de materiales naturales para la actividad del trabajo. El lenguaje, la naturaleza, la sociedad y el hombre como constituyentes de lo real son el producto de la evolución y el desarrollo dialéctico: el infinito y progresivo cambio y movimiento de la materia, su unidad, su carácter contradictorio, son argumentos objetivos que nos permiten entender aspectos fundamentales del lenguaje humano. Algunas concepciones idealistas sobre el lenguaje, han desvirt uado la dimensión natural y social de éste, atribuyéndole un origen divino, asignándole un carácter espiritual o viendo en él una entelequia o forma perfecta nacida a imagen y semejanza de Dios (Mitologema) de dotar al hombre de una facultad que lo disting a de los demás seres de la naturaleza. Las consideraciones divinistas nunca han podido ni podrán explicar el origen del lenguaje: al ubicar el problema en un mito o en una creencia teísta, basada en una falsa conciencia colectiva, convierten el asunto en algo insostenible que no facilita el análisis ni la comprensión científico natural. La capacidad lingüística, i.e., la disposición genotípica para aprender una lengua, es exclusivamente humana; ningún otro ser ha desarrollado ni ha dado muestras de poder c ontar con una predisposición para formar filogenéticamente el lenguaje y emplearlo en la manifestación concreta de una lengua, tal como lo hace el hombre Fenotípica u Ontogenéticamente (individualmente). En este orden de ideas tenemos ya un poco esbozado el pretexto de este corto escrito: mostrar la especialidad del lenguaje humano como producto genuinamente histórico -social, desvirtuando de paso, las concepciones divinistas o mitológicas, como también, separándolo de las tesis que tratan de identificar e l lenguaje del hombre con algunos mecanismos de comunicación de que disponen los animales. Solamente el lenguaje del hombre reviste un carácter multifacético por su origen, por su estructura sistemática, por sus funciones tales como: la formación del pens amiento y la expresión del mismo, la adquisición del conocimiento y el servir de instrumento capitalisimo para la interacción humana. Las artes, las técnicas y todas las ciencias particulares que reflejan la capacidad cognitiva, creadora y transformadora del hombre no se hubieran desarrollado ni fueran conocidas a través del tiempo y en todos los continentes del mundo. Este aspecto matético del lenguaje, i.e. su función en el proceso del conocimiento, en el saber, marca la frontera entre el hombre y el ani mal. Hasta hoy no conocemos alguna clase de vertebrados o mamíferos distintos al hombre, que tengan una conciencia social, que convivan con sus semejantes en razón de unas relaciones de producción y menos que hayan elaborado técnicas para la transformación del mundo, y ciencias en las cuales plasme la comprensión objetiva de las leyes de formación y desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. El lenguaje, pues se vincula a la vida del hombre de una manera practica y es al vez instrumento de su propio análisis; esta función, denominada reflexiva o metalingüística, hace posible la constitución de modelos teóricos que explican la naturaleza, la estructura, las funciones, las relaciones y demás procesos sistemáticos de las lenguas naturales del mundo. También vale la pena destacar en el lenguaje humano el aspecto creador o productivo. ¿En qué consiste esta propiedad?. Consiste en que el hombre una vez que ha adquirido su capacidad lingüística esta en condiciones de emplear la lengua para generar y comprender un número infinitamente variado de locuciones, textos o discursos, apropiados a nuevas situaciones y necesidades y que expresan nuevos pensamientos, sin ser indispensables para ello de una experiencia previa. Así mismo tiene la posibilidad de distinguir entre oraciones gramaticales de oraciones no gramaticales, sin tener una referencia teórica que explique el funcionamiento del sistema de su lengua. También es capaz de relacionar una serie de oraciones para asociarlas con un mismo referente fí sico o nocional. Puede asociar oraciones activas con las de forma pasiva como dos modelos expresivos de un sentido equivalente. El uso innovador, que acabamos de describir brevemente, es exclusivo del hombre, pues los animales y las maquinas están lejos de hacerlo. Una maquina diseñada por el hombre para efectuar trabajos de traducción automática, por ejemplo, operan con mecanismos que solo permiten darnos cuenta de datos preestablecidos y finitos y no es capaz de justificar, mediante la explicación, su ac tuación “Lingüística”. Tampoco un animal, como el loro que puede repetir algunos sonidos del lenguaje articulado humano, tiene capacidad para construir frases u oraciones, de un modo libre que le permita sustentar aquello que hace o “dice”. Esto significa , en termino hipotéticos, que si un loro poseyera el lenguaje, por el hecho de poder pronunciar la expresión “Dígale sí a Colombia”, debería estar, entonces, presto a contestar nuevas preguntas y a decir cosas nuevas que no hayan requerido de un largo proc eso de adiestramiento, así debería responder a cuestiones como éstas: ¿Cómo te llamas? “Pacheco”; ¿Cuántos años tienes? “Dos”; ¿Qué te gustaría comer? “ Zanahoria”; o sin atender a ninguna pregunta concluir por su propia cuenta y experiencia algo como es to: “pertenezco a la clase de las aves, estoy concursando con otros loros en un programa de la televisión colombiana y creo que soy incapaz de pronunciar una frase aparentemente sencilla para el hombre, pero para mí demasiado complicada, porque no estoy predispuesto genéticamente ni hereditariamente para hablar y pensar como el hombre”. Como se puede deducir existen distancias inalcanzables entre el “lenguaje de las maquinas” mas sofisticadas y perfectas que tratan de simular los procesos biológicos del pensamiento y del lenguaje humano y el “lenguaje”, o mejor, capacidad comunicativa de los animales; en contraste con la facultad lingüística del hombre. Un animal como el gorila del zoológico de Palo Alto -California, que fue sometido a un experimento por una socióloga e investigadora de zoo-semiótica, sistema de signos empleados por los animales para su comunicación, después de tres años de adiestramiento, fue capaz de conocer 375 signos cuales pudo establecer comunicación con su adiestradora y hacer las c uatro operaciones de la aritmética elemental. Pese a estos resultados bastante sorprendentes , sobre la experimentación de la hipótesis según la cual: los animales también poseen un lenguaje, no es suficiente para aceptarla. Cabria preguntarse si la gorila se da cuenta de lo que esta haciendo o ¿cuál seria su reacción si se introdujeran en el corpus de los 375 signos otros nuevos y desconocidos?. Si se dislocan algunos de los dispositivos condicionantes de su supuesta “Actuación Lingüística y del pensamien to animal” ¿qué dirección adquiere su comportamiento?. ¿Aprenderán los demás gorilas a hablar cuando existan uno o varios de ellos amaestrados para imitar el lenguaje del hombre?. Y otra es: ¿Qué tipo de necesidad se impone para preocuparse para que el gorila u otros animales puedan hablar?. He aquí unos pocos interrogantes con respecto a la defensa de la idea, según la cual los animales poseen un lenguaje semejante al hombre. Tengamos además en cuenta como el niño normal y aún el afectado por ciertas lesiones externas, aprenden la lengua en los primeros cuatro años de su vida, por contacto directo con los datos lingüísticos que le proporciona el medio social, vale decir: la comunidad lingüística, aunque no resulte ser suficiente. Es necesario además qu e el sujeto este predispuesto: no únicamente de un sistema sensoperceptivo y fonatorio, pues también lo posee el animal, sino de la materia altamente cualificada y evolucionada: el cerebro, como órgano del sistema nervioso central capaz de procesar las señales externas para una interpretación de si mismo y de todo cuanto lo rodea, por medio de las funciones analítico sintéticas, (si el problema fuese de órganos externos, como el oído, entonces un perro y un gato que todos los días oyen el habla de las personas ya hubiesen aprendido a hacerlo, pues ellos también poseen esos sentidos). De tal manera que el lenguaje no puede ser menos que exclusivamente humano por su naturaleza histórico -social e intersicológico, por ser instrumento insustituible del conocer y del pensar, por vincularse de manera orgánica a los procesos de abstracción y generalización, por su reflexividad, por su función cultural y comunicativa, por su forma, por su contenido semántico conceptual: lo real natural, lo real social y lo real human o aparecen imbricados en una unidad cuya urdimbre está en gran parte tejida por el lenguaje. Mientras –y lo más probable siempre - que los animales y las maquinas carezcan de pensamiento, de conocimiento, de probabilidades de abstracción, generalización y simplificación, y hasta tanto no estén en disposición Psicosociobiológica para conjugar la fase sensorial con la lógica en el proceso del conocimiento y fundamentalmente entre tanto su estado “social” no evolucione hasta lo humano, ellos jamás se percatar án de la necesidad de elaborar un lenguaje, en estricto sentido.