Doña Úrsula A pesar de ser realmente creyente

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EURIDES GUERRERO PAULINO
 De justicia
 De comprensión
 De honorabilidad
 De honradez
 De compasión
 De ayuda al huérfano, a la viuda, al extranjero, al débil,
al incapaz, y al menesteroso en general.
 De abrigo al forastero, al vagabundo, al peregrino.
 De sinceridad entre las personas
 De medicina al enfermo
 De familias funcionales
 De compañía y calor al anciano
 De pulcritud
 De aptitud de servicio
 De la muerte de: la vanidad, el despilfarro, el engaño, la
mentira, el deshonor, la inercia del bien, la hipocresía,
la iniquidad, las desigualdades humanas, el maltrato, el
hambre, la exclusión social, el terror psicológico, la
criminalidad, el horror, el miedo, el egoísmo, el lucro
fácil, las diferencias económicas extremas entre los hijos
de Dios.
 De un abrazo y un susurro que no me esconda la verdad.
 De un maestro que me haga reconocer mi error, que me
enseñe a serle realmente útil a la humanidad
 De la capacidad de pedir perdón sin bajar la vista, sin
sentir vergüenza, tristeza, pena, dolor, ni humillación por
ello.
 De cuidado por la naturaleza, por los niños, por el
planeta.
 De una lucha efectiva por la igualdad de derechos a la
salud, la alimentación, la educación, la vivienda que son
los derechos que dignifican la vida de las personas.
No pude seguir escuchando más, pues se quedó dormida
plácidamente, en un sueño profundo como una dicha y
como una bofetada para mí, a quien no le queda más que
seguir transitando los espinosos y mezquinos caminos de
esta humanidad agridulce, penumbrante. ¡La vida es así!
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EURIDES GUERRERO PAULINO
Final fructífero de Doña Úrsula
La hora del adiós había llegado, la eternidad aguardaba con
celos y desespero, sus ojos parecían quererse cerrar, la vista
se apagaba por sí misma, las manos temblaban y sudaban,
el labio menor de su boca temblaba, ebrio de años y las
arrugas cada día parecían multiplicarse más.
Eran características a las que califiqué de fatales, y en mi
interior comencé a pensar que el fin era inminente y con
aceleración se acercaba. Dejar que se apagara tanta luz no
era cuestión mía, ni de nadie en particular, los años ya
marcaban un límite, la diabetes se había ensañado en su
contra y la insuficiencia renal había decretado un fin real
que dejaría a toda una familia y comunidad en dolor real y
orfandad maldita.
La preparación académica de doña Úrsula era nula, apenas
escribía su nombre con trazos que habría que adivinar. En
medio de su crepúsculo llamó a sus once vástagos, y a los
vástagos de ellos; los vecinos aguardaban el desenlace
responseaban
soñolientos
algunos,
otros
réquiems
cantaleteaban, Aun así quise conversar con doña Úrsula,
saber si en algo era mi acreedora.
-Doña Úrsula dígame si se siente usted bien.
-Sí, gracias a Dios sí.
-Si siente algún malestar dígamelo que yo la auxilio en lo
que pueda, o la llevo al doctor.
-No mi hijo, lo que yo tengo es que me espera la morada
final de cada ser viviente, de la que no podremos escapar de
ninguna manera.
-No diga eso doña Úrsula, yo sé que Dios nos la dejará
mucho tiempo aún.
-Nadie es para siempre, mi hijo, tenemos que ser realistas.
-Pero la noto un poco acongojada, hoy.
-Te contaré cuál es el problema, la causa de mi congoja,
toma un lápiz y papel para que no se te olvide:
 En la vida nunca pensé que pasarían tantos años viendo
con mis ojos como la maldad “panquea”
 Que la injusticia es el pan de cada día de los seres
humanos.
 Que somos los únicos seres que detractamos a nuestros
semejantes y que ofendemos a nuestro creador.
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 Que amamos de mentira y odiamos de verdad
 Que guardamos el rencor y el enojo para siempre y el
amor se escapa de manera precoz, acelerada y con
desesperación.
 Que nuestra estancia en la vida es como un abrir y cerrar
de ojos delante de Dios.
 Que la miseria del mundo es engendrada por el deseo
desmedido de dinero y poder de algunos en perjuicio de
sus semejantes.
 Que aunque cada tarde condena al día a su término, la
noche es un preludio de un día nuevo, de nuevas
esperanzas y de oportunidades.
 Que el futuro está en manos de Dios, pero que es
determinado por nuestras propias acciones.
 Que quien maquina el mal, el mal mismo acabará con su
paz, su armonía y su existencia misma.
 Que el ser humano vive huyendo de sí mismo y
persiguiéndose así mismo, cavando su propia tumba y
propiciando su propio fin.
 Que entre inanimados y animados la gran diferencia es
que quienes están llamados hacer el bien, se ocupan de
hacer el mal en escala de gran magnitud.
 Que sin importar cuál sea la calidad de vida que en esta
tierra tengamos, los gusanos se comerán nuestro cuerpo
y que de lo demás sólo Dios sabe que será en lo delante.
 Que en lo que no existe nadie piensa, pues si aunque sea
en el pensamiento existe, existe realmente en alguna
parte del universo.
 Que si es cierto lo que establece la ley de conservación
de la materia: “La materia no se crea, ni se destruye, sólo
se transforma”, es cierto que somos creación: materia
que se transforma en polvo como antes era y fuerza que
mueve esa materia que jamás muere y que se alberga en
los brazos de Dios.
 Que también es cierto que toda fuerza produce un
desplazamiento, sin embargo hay quienes pasan toda su
vida trabajando y tratando con vehemencia y esfuerzo
mayúsculo, sin embargo no se produce ningún
desplazamiento desde sus condiciones de vida de
pobreza y de escasez a una vida donde la situación no
colida con el bienestar físico, económico, mental y
social.
 Que he pasado mi vida pensando en que cada cosa se
transforma en otra, para cada cosa hay un lugar de eterno
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reposo, sin embrago no sé aun donde se va la luz cuando
se apaga, el fuego cuando desaparece, el sonido una vez
es emitido, la inocencia del niño y niña cuando la misma
es perdida y el amor cuando se acaba.
 Que la vida se vive, sin tomar en cuenta que al
transcurrir de la misma, se gesta la eternidad en las
condiciones consecuenciales en que se vivió la estancia
en este mundo.
Su voz parecía apagarse, la entonación que le daba a las
palabras era débil y enfermiza, la mirada se perdía, la
respiración se aceleraba, descansa por lo menos un cuarto
de hora y prosigue:
 Hijos, por nada deseen el mal para nadie y el mal
sufrido páguenlo con el doble pero en bien, porque
las lágrimas del insensato serán las que le calmaran la
sed a los mismos y mucho más que gotas en temporal
se multiplicará el dolor del fatuo y desprevenido.
 Quien mucho duerme, poco vive, pues el sueño es la
hermana piadosa de la muerte.

Cuando a algo aspire trata de lograrlo sin escatimar
esfuerzo, ni recursos, pues tiempo vendrá de congoja
y dolor en que lejos se estacionaran aquellas cosas
por las que ahora deliras.
 Quien cambia su palabra vende su alma y la
indignidad construye para sí.
 El mayor amigo del hombre es su corazón propio,
pero si este es fatuo, sólo le producirá mal y
depresión inmensurable.
 Imita al perro en su fidelidad, defiende a tu prójimo
aunque ello cueste la vida misma.
 Como cerdo no puedes vivir, no más que para comer,
pues la grosura se convierte en enemigo ensañado y
despiadado.
 Quien ríe, un día llorará, hay quien llora y nunca ríe.
 No te creas dueño del hombre y del mundo, pues la
vanidad te hará su víctima y el dolor del menesteroso
ignorado atestiguará un día en tu contra ante la corte
del Justo Juez.
 Suma a tu bienestar todo lo que pueda, siempre que
no desdeñes a nadie.
 Ni la inmensidad misma como patrimonio te
garantizan la paz, si con vehemencia golpeas o
humillas al débil
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 No pidas auxilio, si auxilio jamás has dado al
necesitado.
 Si estas en medio de aguas profundas, mueve los pies
y los brazos, pues es deshonroso morir entregado y
resignado de manera pusilánime
 Echa agua a la semilla para que germine, no la
desperdicies en arboles estériles, moribundos y
longevos.
 Los niños son el futuro de la humanidad, una niñez
maltratada hace del mundo un lugar inhóspito,
retrógrado, triste y hostil.
 La vida misma utiliza su látigo para todo aquel que
látigo tiene para amedrentar, humillar y abusar. Lo
usa
además
para
el
soñoliento,
descuidado,
desprevenido e improviso.
 La ciencia es un instrumento de Dios, y Dios mismo
delega en ella sus actos
 Hijos, por nada cierren sus oídos, a veces cierren sus
ojos, su boca nunca la habrán para debatir lo que
importancia escasa posee
 Vendrán días en que no creerás en nadie, por la
cantidad de cosas vividas, trata de no perder la
credibilidad en ti mismo y que Dios atestigüe a tu
favor.
 No son los años los que dan la ciencia, al contrario,
ellos la nublan, son expertos en enturbiar y hacer del
hombre perito en claudicaciones, desconfianza, duda
y ambivalencia.
 El hombre indeciso e hipócrita no es digno de que le
des ni el saludo, solo agua para que no se detenga
ante tu puerta.
 El pánico se apodera del que de males ha llenado su
corazón, pues sabe que las acreencias en su contra
son muchas.
 No guardes el enojo al que te ha faltado, indúltalo y
será tu eterno deudor
 Si de veras alguien te golpea pon en práctica el
mandato de Jesús: “que te golpe en el otro lado” y
cuantas veces quiera, pues su pago es más seguro que
el alba del día y más percibible que la oscuridad de
mi Valle de Hicagua en noches sin estrellas, ni luna.
 Por nada desampares al que amparo necesita, es una
gran virtud servir y una bienaventuranza no ser
servido
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 La muerte no acaba la vida, ésta sólo se muda de
lugar, si has sido fiel y digno, nacerás en
inmensurable paz y gozo celestial; los insensatos
tendrán dolor incuantificable aún más allá de la
muerte.
Un estornudo prolongado ahogó sus palabras, sus ojos se
cerraron en mi misma presencia, mi corazón se preño de
tristeza, en mi cerebro se quedó esculpida su imagen. Su
silueta me persigue, en mis venas corre su sangre, mis
acciones las definen sus enseñanzas. Muy cierto es que
ya no está desde aquel día gris, triste y nefasto de
febrero que apagó en mi misma presencia la luz de
Úrsula Paulino Reyes Guerrero Martínez y Silvestre.
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