REFUERZOS Y CASTIGOS: EL REFUERZO POSITIVO Desearíamos que los niños vinieran con libro de instrucciones, pero hasta ahora no es así. Por ello, ejercemos nuestra labor de padres y madres como mejor lo sabemos hacer. Sin embargo, en ocasiones podemos llegar a decir “No puedo con mi hijo”, o “No me llevo al niño porque siempre se porta mal”. Pero seguro que si nos paramos a pensar, encontramos momentos en los que hacen las cosas como a nosotros nos gusta. Son esos momentos a los que les tenemos que dar importancia y reforzar. Normalmente, caemos en una rutina en la que les recordamos continuamente lo mal que se portan “Te estás portando muy mal!”, y les decimos qué efecto tiene eso en nosotros “Me estoy enfadando”. Incluso después de muchas advertencias, ponemos en práctica las consecuencias de sus actos, y les castigamos “¡A tu cuarto sin tele!”. Muchas veces, les castigamos sin hacer algo que les gusta, y como no hacen sino portarse mal, acaban con un castigo eterno (una semana sin tele,…). Sin embargo, cuando lo hacen bien, no solemos decirles nada, solemos dejarles solos en esos momentos no vaya a ser que empiecen a portarse mal, en vez de estar a su lado. No les decimos lo contentos que estamos, lo bien que lo están haciendo, no estamos a su lado prestándoles atención,…. Para que esos ratitos que lo hacen estupendamente se repitan y se alarguen, tenemos que cambiar nuestra manera de actuar. Vamos a ver cómo utilizar los refuerzos y los castigos de la manera adecuada, pero vamos a empezar por saber qué es eso de Refuerzo y Castigo: REFUERZO POSITIVO + Darle algo que le gusta Ej.: Jugar con la bici CASTIGO Darle algo que no le gusta Ej.: Ordenar el trastero NEGATIVO Quitarle algo que no le Quitarle gusta gusta Ej.: No recoger la mesa algo que le Ej.: No comer postre El Refuerzo Positivo es el incremento de la probabilidad de que una conducta concreta se vuelva a repetir en un contexto determinado. Incremento de la probabilidad: porque el niño va a querer repetir esa conducta para recibir el premio. Por eso el refuerzo siempre tiene que ir después del comportamiento deseado, y cuanto menos tiempo pase entre éstos, mayor fuerza tendrá como reforzador. Conducta concreta: porque el refuerzo actúa sobre un comportamiento específico, definido con un principio y un fin. Y esto es algo que el niño tiene que tener claro. No podemos decir “pórtate bien”, hay que decirle qué tiene que hacer “tienes que estar sentado hasta que nos digan que podemos pasar”. Contexto determinado: porque como todos hemos comprobado los niños se comportan en unos sitios de una manera y en otros, de otra distinta, o también con unas personas se portan mejor que con otras. La consecuencia positiva es el reforzador, pero un mismo reforzador no sirve para todo el mundo, los personales, reforzadores contextuales….. son Por eso hay que acordarlos con el niño, porque a lo mejor a nosotros nos parece que jugar al futbol es un refuerzo, pero el niño ya no siente tanta motivación por el futbol y prefiere ir en bici. Con 8 años, ir en bici puede ser un refuerzo, pero con 12, el mismo niño puede preferir otro premio. Según cuando aparezca el refuerzo, podemos hacer que aumente la frecuencia de la conducta (lavarse los dientes), la duración (estudiar más de 15 minutos seguidos), o la intensidad (hablar sin gritar). Utilizando los refuerzos positivos le estamos dando un feedback de su comportamiento, de manera que nuestro hijo/a pueda autorregular su propia conducta. Y además, aprenderá que sus actos pueden tener consecuencias o efectos, lo cual le permitirá aprender a reflexionar antes de actuar, y a desarrollar el pensamiento consecuencial, tan importante en la vida.