KANT. TERMINOS DE SU FILOSOFÍA A priori: Se contrapone a “a posteriori”. Lo que en el conocimiento no procede de la experiencia, sino de las facultades del sujeto. Así se habla de las formas o funciones a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo), de las categorías del entendimiento o de las ideas de la razón teórica; también en la razón práctica o voluntad (ley moral), etc. Lo a priori tiene los caracteres de universalidad y necesidad, a diferencia de lo a posteriori, que, por proceder de la intuición empírica, es singular y contingente. Categoría: Se llama así, con un término de raigambre aristotélica, al concepto puro del entendimiento. Las categorías son los conceptos originarios y primarios del entendimiento, por medio de los cuales se lleva a unidad lo múltiple de la sensibilidad para la constitución de un objeto y obtener así un conocimiento. Los conceptos puros o categorías se aplican a priori a objetos de los sentidos. Su obtención y justificación (deducción) se hace siguiendo el hilo conductor de la forma de los juicios (deducción metafísica). De las categorías se hace un uso empírico cuando se las refiere a la intuición para constituir un conocimiento. Si se pretende hacer un uso de las categorías fuera de este campo, sobrepasando la experiencia, se hace un uso trascendental o más bien, un “mal uso’, que da lugar a apariencias y errores. Experiencia/empírico: componente de la experiencia objetiva que procede de la sensación o intuición empírica (lo empírico) y que es a posteriori. Fenómeno: El objeto del conocimiento empírico y objetivo. Así entendido, el fenómeno encierra una estructura compleja, pues es el resultado de los diferentes momentos que constituyen el conocimiento: momento intuitivo-sensible y momento intelelectual-conceptual. A nivel sensible, se llama fenómeno al objeto indeterminado de una intuición empírica. Lo que en él corresponde a la sensación es la materia del fenómeno; lo que hace que lo diverso y múltiple del fenómeno (su materia) pueda ser ordenado en ciertas relaciones es la forma del fenómeno. El fenómeno así formalizado a nivel sensible requiere, para llegar a ser conocido objetivamente, ser sintetizado según los conceptos o categorías del entendimiento. Este aspecto constituye su momento intelectual. Al fenómeno se contrapone nóumeno. Idea: Son formas a priori de la razón, o conceptos racionales, a diferencia de las categorías o conceptos puros del entendimiento. Idea es un concepto necesario de la razón, al cual no le es dado en los sentidos ni en la experiencia ningún objeto que le corresponda. Las ideas sobrepasan la posibilidad de la experiencia, si bien en su uso teórico desempeñan una función importante. Las ideas de la razón en su uso teórico son tres: mundo, alma, Su función en el conocimiento no es constitutiva, sino regulativa, como principios de unidad en el uso del entendimiento. Imperativo: Es la fórmula de un mandato de la razón. Se llama ‘mandato” a la representación de un principio objetivo, en tanto que es constrictivo para la voluntad. Los imperativos son, pues, fórmulas de determinación de la acción. Los imperativos se expresan por medio de un debe ser y formulan el mandato de una ley objetiva de la razón a una voluntad que, por su constitución subjetiva, no es determinada necesariamente por esa ley racional. El imperativo puede ser categórico o hipotético, según que el mandato que encierra mande de un modo necesario, sin suponer ninguna condición dada, o bien mande bajo la hipótesis de un fin u objetivo dado, con respecto al cual se impera una determinada acción. Ley: Leyes en la naturaleza. Por tales se entienden las reglas o principios que rigen la naturaleza y la hacen posible. Considerada formalmente, la naturaleza está regida por leyes a priori, universales y necesarias, en estrecha conexión con la legalidad del entendimiento. Considerada materialmente, hay que señalar en la naturaleza leyes empíricas. Leyes morales: El hombre, como ser racional, posee la facultad de obrar por la representación de las leyes. La razón práctica es la sede de los principios o leyes morales. La ley moral existe a priori, no contiene nada empírico, comporta una necesidad absoluta y es fundamento de una obligación para un ser sensiblemente condicionado. Noúmeno: “Nóumeno” significa “inteligible”, en cuanto contrapuesto a, y radicalmente distinto de, lo “sensible”. Expresa el mero objeto del entendimiento, sin relación alguna, ni de procedencia ni de referencia a la sensibilidad, ni a la intuición sensible. Del nóumeno cabe hablar en un doble sentido. Positivamente, nóumeno se refiere al objeto de una intuición intelectual, esto es, de una intuición no sensible. Ahora bien, tal intuición intelectual no es posible para el entendimiento humano, que sólo conoce por conceptos y mediatamente. Por eso hay que negar la realidad y existencia de objetos como nóumenos en su significación positiva. Negativamente, nóumeno es sólo “un concepto límite”, es decir, un concepto llamado a limitar la pretensión de la sensibilidad a agotar el todo de lo pensable y de lo existente. El concepto de nóumeno tiene, pues, un uso meramente negativo. Práctico: Todo lo que es posible mediante la libertad. Tiene que ver, pues, con la facultad de desear y, más precisamente, con la voluntad pura como facultad superior de desear. Lo práctico se refiere, pues, no a lo que es, sino a lo que debe ser. Lo práctico está estrechamente ligado al deber moral. La razón en su uso práctico establece los fundamentos de determinación de la voluntad: la ley moral. A diferencia de la ley práctica, que es pura y a priori, las leyes pragmáticas están encaminadas a la consecución de fines recomendados por los sentidos y establecen la coordinación y uso de medios para alcanzar dichos fines. Puro:. En contraposición a empírico, es puro aquel conocimiento o representación en que no hay nada que pertenezca a la sensación se derive de ella o esté mezclado con ella. En este preciso sentido, puro es lo mismo que a priori.. Teórico: Se dice del conocimiento, esto es, de la facultad de conocer y de todo lo referido a ella. Se diferencia de lo práctico, que tiene que ver con la facultad de desear. El conocimiento teórico se refiere a lo que es y determina sus objetos sirviéndose de conceptos de la naturaleza, que es su esfera de actuación. Trascendental: modo de conocimiento de objetos en cuanto dicho conocimiento es posible a priori. Expresa, pues, sus condiciones de posibilidad. Así, la estética trascendental y la analítica trascendental encierran, respectivamente, las condiciones de la sensibilidad y del entendimiento que hacen posible un conocimiento objetivo. En otro sentido, trascendental se dice de lo que sobrepasa determinado campo o determinado régimen de validez del conocimiento objetivo (por ejemplo, “dialéctica trascendental”, “uso trascendental de las categorías”, etc.).