1 1. INTRODUCCIÓN A lo largo de la historia, la filosofía ha sufrido

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1. INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la filosofía ha sufrido una serie de cambios pero, a pesar de
ello, puede advertirse un motivo unitario de la experiencia filosófica.
Aristóteles la define como; “Ciencia del ser en general, y de los ámbitos de lo existente”. Otra acepción de explicar mejor y frente a las creencias mítico-religiosas, cuestiones en torno al origen y destino del hombre de la educación, etc. Es decir, la filosofía
se convierte para las escuelas morales del periodo Helenístico (epicureismo, estoicismo,
etc.) en un instrumento para producirse bien en la vida. Por tanto vemos que el sentido
teórico apuntado por Aristóteles se convierte en ese periodo helenístico en un “Arte de
Vivir”.
En la Edad Media el problema en torno al destino del hombre lo resolvía mejor la
religión, ofreciendo un conjunto de normas morales para dirigir la vida que conllevaba
una visión del mundo y del hombre. De este modo la filosofía tuvo un papel subalterno
(“ancilla theologiae”). Esto trajo una creciente enemistad entre la filosofía y la teología.
Acaba con la ruptura entre ambas. A partir del Renacimiento, la filosofía trata de construir los temas con independencia de la religión. La filosofía moderna parte sólo de la
razón y la experiencia humana, y frente al dogma, y se presenta como una sabiduría
mundana que reflexiona lo mismo que la antigüedad sobre la totalidad de lo real. En el
siglo XVIII, Kant en “La Crítica de la Razón” muestra la imposibilidad de un conocimiento filosófico - metafísico del mundo al modo como lo hacían las ciencias particulares (Método Experimental). Desde entonces la tarea de la filosofía se circunscribe a un
auto-reflexión crítica sobre el conocimiento, sus posibilidades, sus funciones y límites.
Ha habido algún intento de entender la filosofía desde la visión romántica de Aristóteles
como una ciencia universal y capaz de resolver problemas como el conocimiento cientí-
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fico, la experiencia moral, la necesidad de encontrar valores que den sentido a la acción
humana, la búsqueda de una sociedad más justa, la creación artística, etc.
Por lo tanto, “cada época (Según Ortega y Gasset) ha tenido un sistema de referencias distinto y de cegueras diferentes”.
2. ESCUELAS MORALES DEL PERÍODO HELENÍSTICO
A finales del siglo IV a.C, la filosofía deja a un lado las preocupaciones por la física,
la naturaleza, y se propone centrarse en el ser humano y la reflexión moral. Con el vasto
imperio creado por Alejandro Magno se terminó la época de las polis, Atenas dejó de
ser libre e independiente y se vio sumergida en un vasto imperio; no estaba lejos el día
en que Grecia entera se convirtiese en una provincia del Imperio romano. Esta nueva
situación política influyó en el campo de la filosofía.
No se desatienden completamente las investigaciones acerca del universo, pero la
preocupación vital estará en el giro antropológico de la filosofía, que se debe a circunstancias socio-políticas.
Hasta entonces, las polis habían constituido para los griegos la comunidad política
fundamental, y para ellos, participar en la organización de la polis era esencial en sus
vidas, daba sentido a sus vidas. La desaparición de las polis hizo que muchos griegos
cayeran el desconcierto y tuvieran que buscar un nuevo sentido a su vida y unos nuevos
ideales. Es por esto que las escuelas filosóficas de este período se plantean fundamentalmente el tema ético. La existencia es cuestionada.
Para los elaboradores de los grandes sistemas: Platón y Aristóteles era inconcebible
el individuo aparte de la polis. En la ciudad, donde el individuo lograba su fin, donde
vivía como ser humano, alcanzaba la plenitud. Pero cuando la polis quedó englobada en
un imperio, pasó al primer plano no sólo el cosmopolitismo con su ideal de ciudadanía
universal (como sucedió con los estoicos), sino también el individualismo.
Grandes contrastes llegan en el ámbito público y privado: frente a la defensa del
bienestar público que habían hecho Sócrates, Platón y Aristóteles, las éticas del hele-
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nismo van a ser individualistas; frente a la defensa de la política de los clásicos, Epicuro
llega incluso a recomendar no intervenir en política para alcanzar la felicidad.
Las escuelas morales que suceden en este período presentan un modelo de ser
humano un retrato de cuál sería la actitud de un hombre realmente sabio, ya que solamente el sabio es feliz (continúan con la tradición del intelectualismo ético de Sócrates:
la virtud se identifica con el saber, de ahí que el ideal humano sea el sabio).
Todas las escuelas van a defender la búsqueda de la felicidad (éticas eudemonistas)
a través de la ataraxia, imperturbabilidad, tranquilidad del alma.
Las principales escuelas: cínicos, estoicos y epicúreos.
CÍNICOS
Los cínicos sostuvieron que la verdadera felicidad no depende de cosas externas (lujo, poder...), porque esas cosas son fortuitas y vulnerables. La clave para ser feliz está en
llevar una vida sencilla, frugal; natural como la vida de los animales, ¡la vida de un perro! ... La meta del Hombre ha de ser la “autarquía”, es decir, el autogobierno y la autosuficiencia. Para ello ha de conseguir el dominio de los sentidos y el control de los deseos. ¡Se basta a sí mismo y se conforma con lo que tiene! El cínico, por tanto, no se
guiará por las convenciones, usos y costumbres sociales o legales, sino por la virtud
natural: ¡vivir según la naturaleza! El cínico se siente ciudadano del mundo: “cosmopolités”. No creen en banderas personales, ni en patrias ni en raíces: necesitan de horizontes abiertos para poder vivir...
EPICUREOS
El epicureismo es una escuela fundada por Epicuro. Nacido en Samos (341 a. de C.)
fundó en Atenas su escuela, denominada el Jardín. De sus muchos escritos se conservan
varias cartas, la más importante la Carta a Meneceo.
El conocimiento de la naturaleza le interesa sólo en la medida en que le sirve para
contribuir a la felicidad del hombre, es por ello que no crea una teoría propia sino que la
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retoma de los atomistas, aquellos que como veremos mejor sirven para justificar sus
teorías éticas. Epicuro elige la teoría física de los atomistas con un fin práctico: liberar
al hombre de sus temores
El hombre debe liberarse de los tres grandes temores que le impiden disfrutar:
1) el temor a la muerte (no hay que temerla dado que el alma, compuesta de átomos,
es mortal, y por tanto la muerte es la ausencia de sensaciones),
2) el temor a los dioses (de acuerdo con el atomismo, los dioses no intervienen en el
movimiento de los átomos y, por tanto, tampoco en la vida de los seres humanos; los
dioses ni nos premian ni nos castigan) y
3) el temor al destino (el destino no existe ya que los acontecimientos dependen del
movimiento azaroso de los átomos)
La felicidad consiste en la consecución del placer (teoría hedonista) y en el alejamiento del dolor. El placer en Epicuro no se relaciona con los excesos sino con la ausencia de dolor. No se refiere a los placeres momentáneos, sino al placer que dura toda
la vida, al placer que proviene de la salud del cuerpo y la serenidad del alma.
Epicuro propugna el rechazo de aquellos placeres pasajeros que a largo plazo van a
proporcionarnos un mayor dolor, así como la elección de placeres a largo plazo, aunque
ello suponga de forma momentánea algún dolor. “A veces prescindimos de muchos placeres si es probable que de ellos se siga alguna dificultad; y preferimos a los placeres
muchos dolores cuando a éstos les ha de seguir un placer mayor si resistimos por un
momento aquellos dolores”.
“Todo placeres, pues, un bien por su misma naturaleza, pero de aquí no se sigue que
todo placer sea digno de elección; exactamente igual que todo dolor es un mal y, sin
embargo, no todo dolor debe evitarse”. “Cuando decimos que el placer es un bien principal, no estamos hablando de los placeres del disoluto, ni de los que consisten en el
goce sensual, como creen algunos ignorantes, y quienes no participan de nuestras opiniones o las interpretan al revés, sino que queremos referirnos a la liberación del dolor
corporal y de las inquietudes y confusiones del alma. Pues no son las continuas embriagueces y orgías lo que hacen la vida feliz, sino sobrias contemplaciones que examinan
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los motivos de toda elección o evitación, y rechazan las vanas opiniones de las que se
originan la mayor parte de las inquietudes que turban el alma”.
El hedonismo epicúreo no pretende inducir al libertinaje y los excesos, sino a una
vida serena y sosegada, al autocontrol y la vida sencilla que favorecen la salud y liberan
al hombre de angustias. El hombre es desgraciado por sus temores y sus deseos vanos;
si consigue eliminar aquellos y poner freno a éstos, entonces será feliz.
Epicuro distingue entre placeres naturales (dentro de ellos están los que son necesarios para la felicidad y el bienestar del cuerpo) y los placeres vanos. La vida moderada
que defiende no consiste en la búsqueda de placeres vanos, sino en la satisfacción de los
placeres naturales y necesarios, que son más fáciles de conseguir. Sólo el que se conforma con poco (autosuficiencia) puede alcanzar la felicidad.
Por último, señalar que el sabio elige los placeres espirituales (entre los que destaca
la amistad) por encima de los placeres materiales.
La prudencia es la mayor virtud, imprescindible para alcanzar la felicidad, todas las
demás virtudes se subordinan a ella. En resumen: un sabio prudente eliminaría sus temores y elegiría: los placeres a largo plazo, naturales y moderados, así como los espirituales.
ESTOICOS
El estoicismo es una escuela fundada por Zenón (341 a.C.). Su concepción del universo la retoman de Heráclito: Todo está en constante devenir debido a la lucha de
opuestos, pero este cambio no es caótico porque está regido por un principio racional, el
Logos. Mantuvieron, por tanto, una teoría determinista; todo en la naturaleza, también el
ser humano, está determinado y nada puede hacerse para cambiar el rumbo de los acontecimientos.
Como defienden la existencia del Destino, creen que es necio intentar rebelarse contra él, porque sólo se alcanzará desesperación y sufrimiento. La verdadera sabiduría, la
única manera de alcanzar la felicidad, consiste en aceptar el destino serenamente. El
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sabio estoico es, por tanto, imperturbable, se resigna frente al destino, no se rebela, guía
su vida por la razón y elimina las pasiones para alcanzar la apatía. De entre las virtudes
del sabio destaca la prudencia, junto con el autodominio, la fortaleza de carácter y la
templanza.
3. TU Y YO ESTAMOS HECHOS ARTESANALMENTE
“Para lo único que sirve la ética es para intentar mejorarse a uno mismo, no para reprender elocuentemente al vecino; y lo único seguro que sabe la ética es que el vecino,
tú, yo y los demás estamos todos hechos artesanalmente, de uno en uno, con amorosa
diferencia”, afirma Fernando Savater en Ética para Amador.
El alumnado que se inicia en el pensamiento abstracto, que posiblemente ya se encuentre en algunas de las crisis existenciales-vitales que se superan en la adolescencia, a
la vez está inmerso en dicotomías: mentiras-verdades, estudiar-no estudiar, tradiciónprogreso, teísmo-ateismo, hablar-silenciar, estar solo/a-acompañado/a, heterosexualidad-homosexualidad,…La profundización en las corrientes éticas les ayuda a distinguir
las opciones que tiene ante sus ojos, dilucida la elección y fomenta el respeto a opciones
de vida dispares a la propia. En nuestra época, el profesorado se encuentra ante el compromiso de hacer pensar, ofrecer múltiples opciones y generar la igualdad.
El profesorado al realizar esta actividad pretende que el alumnado sepa optar por un
modelo ético, generar valores: libertad, igualdad, respeto,…, tomar conciencia del más
allá, desarrollar un espíritu crítico y respetuoso frente a otras opciones de vida y frente a
la opción de vida elegida, dar importancia al valor del trabajo, detectar un buen argumento moral, aún no coincidiendo con los propios, optar por determinismo e indeterminismo, conocer la hélade en profundidad y las aportaciones a la historia del pensamiento
de estoicos, cínicos y epicúreos.
4. QUIERO ENTRAR A FORMAR PARTE DE UNA ESCUELA HELENÍSTICA.
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Este acercamiento a los griegos, cada docente lo puede estructurar según la clase, y el
contexto. A continuación se propone una forma de hacerlo:
A) Primera sesión: presentación de la actividad. Tras explicar las características
fundamentales de cada escuela, el alumnado, de forma individual, debe optar por una de
ellas. En la segunda media hora de la primera sesión, y encontrándonos en un aula tic,
se visitan aquellas páginas relacionadas con la escuela elegida, para tener un mayor
acercamiento, sus costumbres, ropas, formas de hablar y comportarse,… Se pueden usar
los siguientes enlaces que permiten un recorrido virtual por la hélade:
http://www.cinicos.com/
http://www.e-torredebabel.com/Balmes-Historia-Filosofia/Estoicos-H-F-B.htm
http://filosofia.idoneos.com/index.php/328460
http://www.luventicus.org/articulos/03U014/epicureismo.html
http://grecia.pais-global.com.ar/index.php/1845
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0229/articulo.php?art=5404&ed=0229
http://www.nueva-acropolis.org.ar/Anecdotas-de-Diogenes-de-Sinop.563.0.html
http://www.slideshare.net/minervagigia/el-helenismo
B) Segunda y tercera sesión: el alumnado ataviado al estilo de la época debe convencer a la asamblea de ser admitido en ella (deben haber elegido entre cínicos, estoicos
y epicúreos). En virtud de la fuerza de su argumento, la asamblea (resto de la clase) decidirá su ingreso o no. Los compañeros y compañeras tienen encima de la mesa una
plantilla con los nombres de todos y todas y en ella anotarán lo convincente del discurso.
Se levanta la mano, para decidir el ingreso.
El tiempo invertido en cada intervención no debe sobrepasar los tres minutos, de
forma que sean quince intervenciones (45 minutos) las correspondientes a la segunda
sesión y quince intervenciones las propias de la tercera sesión.
La clase debe disponerse en forma de u, de manera que la persona que defienda su
discurso, ante ella, pueda dirigirse con naturalidad a la totalidad del grupo.
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5. CONCLUSIONES:
Tendemos a enfocarnos excesivamente en actividades placenteras, y que en apariencias nos enriquecen, como parte de una búsqueda equívoca, de la felicidad tan ansiada.
Nuestro alumnado ha perdido en gran medida el reconocer el valor del trabajo. Nuestra
sociedad posmoderna, múltiple, diversa, pone al alcance de la juventud también placeres
tóxicos, que pueden desequilibrar su aún no formada personalidad. Tomamos las conquistas sexuales como trofeos de guerra que decoran nuestras vitrinas; vamos buscando
el placer intenso que ese encuentro íntimo nos brinda y al terminar, sentimos la falta y
necesidad de sostener ese placer momentáneo, sin meditar en el vacío que se produce
después de despedirnos de esa compañía, sin darnos cuenta que, siempre estamos buscando amor de ida y vuelta.
Disfrutamos excesivamente de hobbies que nos insume mas tiempo que el dedicado
a nuestros afectos como es el caso de los videojuegos, o el tiempo excesivo dedicado a
la Internet, sin percatarnos que nuestra necesidad primaria e impulsora de toda búsqueda,
es precisamente de sentimientos genuinos.
Estas y tantas otras actividades nos traen ciertamente cuotas de placer importantes,
nos seducen y embriagan perentoriamente llevándonos durante un breve lapso al mundo
imaginario del placer en cualquiera de sus formas, pero al igual que el alcohol o tabaco
en exceso, a la larga nos envilece, nos enferma, nos termina abriendo aún más las verdaderas heridas.
Son estos, los "Placeres tóxicos", actividades, pasatiempos o actitudes que nos descuelgan momentáneamente de nuestra realidad cotidiana, dilatan el verdadero enfrentamiento hacia los desafíos que potencialmente nos facilitan el encuentro de un equilibrio
superador, nos permite evadirnos sin enfrentar nuestras dolencias reales, aquellas que sí
necesitan atención urgente para sanarlas como ser: la falta de afecto, la falta de reconocimiento, la superación de una pérdida, la falta de paz interna, la falta de trabajo, la falta
de autoestima, la falta de familia, etc.
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Es importante elegir un horizonte en nuestra vida, “Libertad en la responsabilidad”,
como afirmaba Ortega, y para la vida de nuestros alumnos y alumnas. Esto es lo pretendido y lo conseguido por la actividad.
La satisfacción de esta actividad comienza por algo tan sencillo como oír hablar de
escuelas morales fuera del aula, en un pasillo, cafetería,… Dado el pragmatismo que
vive nuestro entorno no es usual. Por otro lado es una gran huella para el alumnado, que
además de disfrutar enormemente con esta simulación de asamblea, distingue para
siempre las características de las escuelas estudiadas. Recuerdan al que se vistió de cínico, al que tiró un billete de 30 euros a la papelera, o al que se apesadumbraba por la
inquietud de un destino determinado. Se trata de un examen racional y crítico ante las
reacciones personales, ante quienes son en algún aspecto diferentes a nosotros mismos,
teniendo como opciones grandes escuelas, grandes pensadores, lejanos y cercanos. Una
forma de aprender a vivir y convivir.
6. BIBLIOGRAFÍA:
FERNANDO SAVATER. Ética para Amador. Editorial Ariel. Barcelona 2008.
FERNANDO SAVATER. Política para Amador. Editorial Ariel. Barcelona 2007.
JESÚS MOSTERIN. La Hélade: historia del pensamiento. Alianza Editorial. Madrid
2006.
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