Breve historia de la Ingeniería Mecánica

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Breve historia de la
Ingeniería Mecánica
Parte II
Oscar Mauricio Barajas P.
Calle 155 No. 28-A-10 Interior 1 Apto. 404. Bogotá D.C.-Colombia.
ocar@impsat.net.co
http://www.oscarbarajas.com
LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA:
La máquina de vapor y la Revolución Industrial.
El cúmulo de sacudidas políticas y sociales del siglo XVIII y principios del
XIX contribuyeron a transformar el mundo tanto o más que el invento de la
máquina de vapor y otras invenciones prácticas. La independencia de las colonias
inglesas en América, la Revolución Francesa y, sobre todo, las Guerras
Napoleónicas, obligaron a buscar nuevas rutas para el comercio y fomentaron el
progreso de las industrias. Casi todas las naciones se vieron obligadas a fabricar
lo que antes importaban del extranjero; otras tuvieron que abrirse nuevos mercados
para los productos que exportaban a naciones enemigas. Inglaterra, viéndose
boicoteada en Europa por Napoleón, buscaba en Sudamérica, El Cabo y la India
la salida para sus productos. El bloqueo inglés obligó a Francia a fabricar con
remolacha el azúcar, que antes llegaba de las Antillas. Se empezó a emplear la
achicoria como substituto del café. Aunque estas dificultades no tenían mucha
importancia por ser artículos de lujo, eran síntomas que casi excusarían de explicar
lo que pasó con los de primera necesidad: papel, vidrio, jabón, tejidos y metales.
Cada nación forzó su industria a producir más y mejor de lo que antes fabricaba.
Ni el determinismo político, ni el fatalismo económico de los sociólogos modernos
que hacen historia con cifras de preciso y jornales, pueden explicar la fenomenal
transformación de Europa a principios del siglo XIX.
El invento más conspicuo de esta época es, sin duda, la máquina de vapor. Se
ha llamado el siglo del vapor al siglo XIX; la electricidad no ha allegado todavía
beneficios comparables a los que allegó el empleo del vapor. El efecto mecánico
de la fuerza de expansión del vapor de agua había sido observado desde muy
antiguo, pero no se había conseguido aprovechar para usos prácticos. El
descubrimiento de la máquina de vapor se hizo gradualmente. En un principio
sólo se pensó en utilizarlo para producir el vacío por la condensación del vapor
dentro de un émbolo, de modo que la presión atmosférica le obligara a retroceder.
En 1690 Denis Papin, con su famosa marmita, producía el vacío dentro de un
recipiente que llenaba de vapor y después condensaba enfriándolo. Parece que
Papin ya tuvo la idea de utilizar su aparato para producir fuerza motriz y emplearla
en la propulsión de navíos. Pero los marineros de Munden, creyendo que la
invención de Papin podía quitarles trabajo, destruyeron un barco de cuatro ruedas
que había construido, y no sabemos de lo que hubiera resultado de su invención.
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Marmita de Papin.
En el número 19 de
INGENIERÍAS se publicó la
parte 1 de este artículo.
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
Las máquinas de Savery y de Newcomen.
En cambio, pocos años más tarde Savery consiguió
elevar agua con una máquina fundamentada en el
principio de la marmita de Papin. Después de hecho
el vacío en el recipiente, el agua empujada por la
presión atmosférica subía para llenarlo.
En 1717 Newcomen imaginó otro artificio, que
ya fue un gran progreso respecto del de Savery: el
vapor empujaba un émbolo, se condensaba y la
presión de la atmósfera hacía caer el émbolo,
produciéndose un movimiento balancín, que movía
una palanca. Esta hacía subir y bajar el pistón de una
bomba para elevar el agua. El cilindro del émbolo de
la máquina de Newcomen quedaba abierto por un
lado, y así el vapor servía para empujar en una
dirección; para retroceder se contaba con el vacío
que producía el vapor al condensarse.
James Watt nació en 1736. Su padre era
comerciante acomodado de Edimburgo, pero perdió
su fortuna y tuvo que enviar el niño a Londres. Allí
aprendió el oficio de fabricante de instrumentos de
física, e hizo también descubrimientos de química. A
su regreso, los maestros de Edimburgo no quisieron
reconocer el aprendizaje que Watt había hecho en
Londres. Por ello Watt tuvo que encontrar ocupación
como reparador de aparatos en el gabinete de física
de la Universidad y allí inventó la máquina de vapor,
pues al componer una de las máquinas de elevar agua
de Newcomen se le ocurrieron varias mejoras por
las que pidió patente de invención. Consistían,
esencialmente, en cerrar el émbolo por ambos lados,
obligando al vapor a empujarlo en ambas direcciones.
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Así podía conseguir fuerzas mucho mayores que la
de la presión atmosférica en el vacío. Otra gran
invención de Watt fue la de un brazo articulado que
podía transformar el simple movimiento de palanca
de la máquina de Newcomen en movimiento giratorio.
En realizad, la máquina de Watt era ya la máquina
de vapor que hemos usado hasta nuestros días. Se
perfeccionó con doble émbolo, se le añadió un
condensador, se inventó la caldera tubular, se le dieron
proporciones gigantescas; pero el principio siempre
fue el descubierto por Watt.
En 1775 Watt encontró un socio capitalista,
Matew Boulton, y la sociedad Boulton and Watt, de
Birmingham, tuvo el monopolio de la construcción
de máquinas de vapor por medio siglo. Las máquinas
de Watt funcionaban a la perfección; sin embargo, al
principio se emplearon casi únicamente en las minas
de carbón. Servían para extraerlo a la superficie, en
lugar de hacerlo las mujeres y los niños con capazos,
y para achicar el agua de las galerías inundadas. La
famosa lámpara de Humphrey Davy, inventada en
1815, que disminuyó los riesgos del grisú, acabó de
abaratar el carbón al hacer posible la explotación de
minas que antes se consideraban peligrosas. Las
primeras industrias en utilizar la máquina de vapor
fueron las de hilados y tejidos.
Estos inventos fomentaron el desarrollo rápido de
la industria por toda Europa. En 1750 la metalurgia
en toda Europa se hallaba en un estado tan primitivo
como en la Edad Media. La pirita de hierro se
beneficiaba en hornos pequeños con carbón vegetal
y fuelles de mano. El primer adelanto en la fabricación
de hierro fue la introducción de los fuelles movidos
James Watt.
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Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
con las máquinas de vapor. El segundo, ya un gran
invento, fue el pudelado, que consiste en inyectar
aire a través del hierro fundido para que, absorbiendo
oxígeno, se convierta en hierro maleable. Este método
se empezó a usar en Inglaterra en 1783, y al año
siguiente se emplearon ya rodillos en lugar de
martillos para forjar. Con tales procedimientos los
ingleses se pusieron a la cabeza de la metalurgia,
que hasta entonces había monopolizado Francia y
Suecia. Expuesta en cifras, la producción de hierro
en la Gran Bretaña (que en 1750 era de 17.000
toneladas) en 1826 se elevó a 17 millones y en 1830
había más que duplicado la producción últimamente
mencionada: 39 millones de toneladas.
Estimulados por la competencia inglesa, los
forjadores franceses aplicaron el pudelado y hasta
fueron más allá, empleando hulla en lugar de carbón
vegetal para la fundición. En 1841 los hermanos
Scheider, del Greuzot, inventaron el martillo de vapor;
después vinieron los hornos Siemens y demás
inventos.
La transformación de la industria, convertida de
oficio manual y doméstico en trabajo en gran escala
con máquinas de vapor, exigía la correspondiente
expansión en el comercio. Los primeros ensayos para
aplicar la máquina de vapor a los transportes se
hicieron por la vía fluvial; hubo embarcaciones
movidas por vapor antes, mucho antes de que se
pensara utilizarlo para arrastrar vehículos sobre rieles.
EL AUTOMÓVIL Y EL MOTOR DE COMBUSTIÓN
INTERNA
El intento de obtener una fuerza motriz que
sustituyera a los caballos se remonta al siglo XVII.
El vapor parecía el sistema más prometedor, pero
sólo se logró un cierto éxito a finales del siglo XVIII.
El vehículo autopropulsado más antiguo que se
conserva, un tractor de artillería de tres ruedas
construido por el ingeniero francés Joseph Cugnot
en 1771, era muy interesante, pero de utilidad
limitada. Después, una serie de ingenieros franceses,
estadounidenses y británicos —entre ellos William
Murdoch, James Watt y William Symington—
inventaron vehículos todavía menos prácticos.
En 1789 el inventor estadounidense Oliver Evans
obtuvo su primera patente por un carruaje de vapor,
y en 1803 construyó el primer vehículo autopropulsado
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Vehículo autopropulsado de Joseph Cugnos.
que circuló por las carreteras estadounidenses. En
Europa, el ingeniero de minas británico Richard
Trevithick construyó el primer carruaje de vapor en
1801, y en 1803 construyó el llamado London
Carriage. Aunque este vehículo no se perfeccionó,
siguieron produciéndose mejoras en la máquina de
vapor y en los vehículos. Estos avances tuvieron lugar
sobre todo en Gran Bretaña, donde el periodo de
1820 a 1840 fue la edad de oro de los vehículos de
vapor para el transporte por carretera. Eran máquinas
de diseño avanzado, construidas por ingenieros
especializados como Gurney, Hancock o Macerone.
Sin embargo, esa naciente industria de fabricación
tuvo una vida muy breve. Los trabajadores que
dependían del transporte con caballos para su
subsistencia fomentaron unos peajes o cuotas más
elevados para los vehículos de vapor. Esta
circunstancia tenía una cierta justificación, ya que
dichos vehículos eran pesados y desgastaban más
las carreteras que los coches de caballos. Por otra
parte, la llegada del ferrocarril significó un importante
golpe para los fabricantes de vehículos de vapor. La
restrictiva legislación de la Locomotive Act de 1865
supuso la restricción final a los vehículos de vapor
de transporte por carretera en Gran Bretaña, y
durante 30 años impidió prácticamente cualquier
intento de desarrollar vehículos autopropulsados para
el transporte por carretera. Esto hizo que el desarrollo
del motor de combustión interna tuviera lugar en otros
países como Francia, Alemania y Estados Unidos.
Thomas Edison, el inventor estadounidense, escribió
en 1901: “El vehículo de motor debería haber sido
británico. Ustedes (los británicos) lo inventaron en la
década de 1830. Sus carreteras son las mejores
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
Triciclo de Karl Benz.
después de las francesas. Tienen ustedes cientos de
ingenieros especializados, pero han perdido su
industria por el mismo tipo de legislación y prejuicios
estúpidos que les han atrasado en muchos aspectos
de la electricidad”.
Aunque el científico holandés Christiaan Huygens
diseñó un motor de combustión interna en 1678, nunca
llegó a construirse. El suizo Isaac de Rivaz construyó
un carro automotor en 1805, y en 1863 Étienne Lenoir
fabricó en París un vehículo que funcionaba con gas
del alumbrado. Pero hasta mediados de la década de
1880 el motor de combustión interna no alcanzó un
nivel que permitiera su utilización de forma eficaz en
vehículos de carretera.
En 1866, dos ingenieros alemanes, Eugen Langen
y August Otto, desarrollaron un motor de gas, y en
1876 Otto construyó un motor de cuatro cilindros
que constituyó la base de casi todos los motores
posteriores de combustión interna.
La importante unión de motor y vehículo se
produjo en 1885 y 1887, cuando Karl Benz y luego
Gottlieb Daimler introdujeron los primeros automóviles
de gasolina eficaces. El vehículo de Benz era el mejor,
con una gran diferencia, ya que estaba diseñado
como un todo y empleaba las nuevas tecnologías de
la industria de la bicicleta. El carruaje de Daimler no
era más que un coche de caballos adaptado. Benz
empezó a producir de forma limitada su vehículo de
tres ruedas en 1888, con lo que nació la moderna
industria del automóvil. Sin embargo, el motor de
Daimler era revolucionario y significó un cambio
radical en la industria del automóvil. De hecho,
Daimler estaba más interesado en vender motores
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
que vehículos, como fuente de potencia para
diferentes usos. En esa misma época, en las décadas
de 1870 y 1880, los inventores e ingenieros franceses
como la familia Bollée, Léon Serpollet o el conde De
Dion y sus ingenieros Bouton y Trépardoux
construyeron excelentes vehículos de vapor.
Un acontecimiento crucial en la historia de la
industria automovilística fue la Exposición Universal
de París de 1889, donde los ingenieros franceses René
Panhard y Émile Levassor conocieron el motor de
Daimler. En 1890 obtuvieron los derechos para
fabricar dicho motor, pero no vieron un gran futuro
en el automóvil y concedieron a la empresa Peugeot
el derecho a emplear motores Daimler en vehículos
autopropulsados. Puede considerarse que Peugeot
fue el primer fabricante de automóviles en serie de
todo el mundo, ya que construyó 5 coches en 1891 y
29 en 1892. En 1893, Benz se convirtió en un
fabricante de vehículos en toda regla. Aquel año, la
carrera París-Burdeos demostró la superioridad del
motor Daimler sobre los automóviles de vapor, a pesar
de que estos últimos estaban muy desarrollados.
En Estados Unidos también trabajaban pioneros
de la fabricación de automóviles. En 1891, John W.
Lambert construyó el primer vehículo de gasolina de
Estados Unidos. En 1895, los hermanos Charles y
Frank Duryea crearon la primera empresa
automovilística estadounidense, después de haber
creado un prototipo en 1893. Elwood Haynes,
Alexander Winton y Henry Ford también mostraron
interés por este campo en la década de 1890.
La demanda de automóviles creció sin cesar a lo
largo de los últimos años del siglo XIX. El mayor
fabricante europeo, Benz, afirmaba en 1900 haber
producido un total de 2.500 vehículos, y el
estadounidense Olds fabricó 400 desde mediados de
1899 hasta 1900.
En Estados Unidos, George Baldwin Selden
obtuvo en 1895 una patente que cubría la aplicación
a un vehículo de un motor de combustión interna. La
patente fue asignada a la empresa Electric Vehicle
Company en 1899. Varias empresas importantes
compraron licencias, pero otras, encabezadas por
Henry Ford, se negaron a hacerlo. El proceso judicial
se inició en 1903 y terminó en 1911 —un año antes
de que expirara la patente— con un veredicto
favorable a Ford. Con anterioridad, Harry Lawson
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Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
había intentado sin éxito obtener un monopolio similar
en Gran Bretaña para todos los automóviles de
gasolina, al crear en 1895 el British Motor Syndicate
para explotar las patentes de Daimler y otros. Sin
embargo, una decisión judicial de 1901 acabó con las
aspiraciones monopolistas de Lawson.
Gran Bretaña centró sus investigaciones en los
motores de combustión interna —en lugar del vapor
o la electricidad— antes que Estados Unidos, debido
en gran parte al ejemplo francés y a que la eliminación
de las restricciones de patentes fue anterior a la
estadounidense. En 1911, en las carreteras de Estados
Unidos había más de 600.000 automóviles, bastantes
más que en los países europeos, pero muchos estaban
propulsados por vapor o electricidad. Aunque tardó
en arrancar, la industria británica acortó distancias
con la francesa después de 1909. Entre 1909 y 1913
la producción francesa creció un 30%, mientras que
en Gran Bretaña aumentó un 200%. En 1913, la
producción de automóviles y vehículos comerciales
era de 34.000 anuales, frente a los 45.000 de Francia
y los 23.000 de Alemania. Sin embargo, la producción
total europea era menos de una cuarta parte de la
estadounidense.
La combinación de una renta per cápita mayor,
unas técnicas eficaces de producción en serie y una
población dispersa hizo que el mercado y la industria
automovilística de Estados Unidos superara con
rapidez a la del resto del mundo, lo que en 1914
representaba fundamentalmente Europa. En ese año,
en Estados Unidos había un vehículo por cada 77
personas, en Gran Bretaña había uno por cada 165,
en Francia uno por cada 318 y en Alemania uno por
cada 950. Esto también significaba que Gran Bretaña
era el mayor mercado europeo.
La producción en serie no fue inventada por Henry
Ford. En 1798 Eli Whitney introdujo la producción
normalizada de mosquetes, y las fábricas de carne
de Chicago habían introducido cadenas de
producción en la década de 1860. En 1902, el
automóvil Oldsmobile ya se fabricaba en serie. A
partir de 1908, cuando se introdujo el modelo de Ford,
Henry Ford empezó a combinar esos factores y
reunió las enseñanzas de un siglo de forma
espectacular. Entre 1913 y 1915 en la fábrica de Ford
de Highland Park se combinaron la producción
normalizada de piezas de precisión (que hacía que
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fueran intercambiables) y la fabricación en cadenas
de montaje, que simplificaba las operaciones y las
dividía en zonas de trabajo. La eficacia de la
producción era tal que los precios de los automóviles
bajaban sin cesar. Los automóviles salían de la
cadena de montaje cada 10 segundos, con un ritmo
anual de 2 millones. Esto hizo que Estados Unidos se
motorizara de forma masiva en la década de 1920.
Los fabricantes europeos aprendieron la lección, en
especial el británico Morris, el francés Citroën, el
alemán Opel, el italiano Fiat y, naturalmente, las
fábricas de Ford situadas fuera de Estados Unidos.
A pesar de todo, en la década de 1920 Estados
Unidos y Canadá producían más del 90% de los
automóviles fabricados en el mundo. La mayoría de
estos vehículos se vendían en Norteamérica, pero
las exportaciones suponían un 35% del mercado
mundial de automóviles.
La producción de vehículos fuera de Estados
Unidos sobrevivió en gran medida porque General
Motors, Ford y Chrysler establecieron plantas de
fabricación en el extranjero, pero sobre todo porque
los gobiernos europeos protegieron su industria
automovilística de la competencia estadounidense
mediante aranceles y cuotas. En 1932, los aranceles
eran del 33,3% en el Reino Unido, del 25% en
Alemania, entre el 45 y el 70% en Francia y entre el
18 y el 23% en Italia. En 1929 se fabricaron 4,8
millones de vehículos en Norteamérica, frente a
554.000 en Europa occidental.
Henry Ford.
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
Prototipo desarrollado por Ford a principios del
siglo XX.
En el periodo de entreguerras se produjo una
fuerte reducción en el número de fabricantes de
automóviles en la mayoría de los principales países
productores. En 1939, el sector estaba dominado en
Estados Unidos por General Motors, que en la década
anterior había superado a Ford gracias a una mejor
comercialización. El único fabricante importante
además de estas compañías era Chrysler. En
Alemania, los líderes del mercado eran Opel —que
General Motors había comprado en 1928—,
Mercedes-Benz y Auto Union. En Francia el sector
estaba dominado por Renault, Peugeot y Citroën
(véase Louis Renault; Armand Peugeot; André
Citroën). Sólo en Gran Bretaña había más fabricantes
en 1939 que en 1929. Allí, Morris y Austin rivalizaban
por el primer puesto, seguidos por Ford, Vauxhall (de
General Motors), Standard y Rootes. Las principales
marcas especializadas eran Jaguar, Rover y RollsRoyce.
En el periodo posterior a 1945 comenzó una
importante expansión de la producción y prosiguió la
racionalización, tendencias que continúan en la
actualidad. En 1950, Europa representaba el 13,6%
de la producción mundial, que ascendía a 8,2 millones
de vehículos. El número de fabricantes tradicionales
continuó en declive. En Estados Unidos, Studebaker,
Packard y American Motors abandonaron el sector
o fueron absorbidos. En el Reino Unido, los principales
fabricantes de propiedad británica se fusionaron en
la década de 1960 para formar British Leyland, que
cambió su nombre a Rover en 1986 y fue adquirida
por BMW en 1994. En Francia, en la década de 1970,
Peugeot compró Citroën y las instalaciones europeas
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
de Chrysler en Gran Bretaña, Francia y España. Salvo
algunas fábricas pequeñas, toda la industria
automovilística italiana es propiedad de Fiat. En
España, SEAT, que estaba a la cabeza del sector
automovilístico español, empezó a notar la crisis en
1976 y ya a partir de 1984 inició un plan de
colaboración con la alemana Volkswagen, que en
1986 adquirió el 51% de la empresa. Este proceso
de reducción de empresas afectó a los coches, los
vehículos comerciales y la fabricación de piezas.
Aunque la fabricación de vehículos está dominada
principalmente por empresas con enormes mercados
oligopolistas y muy competitivos, es posible entrar
en algún segmento de estos mercados (véase
Oligopolio). A partir de 1960 tuvo lugar el surgimiento
de la industria automovilística japonesa, que en ese
año fabricó sólo 165.094 coches y en 1990 produjo
9.947.972. A mediados de la década de 1990, la
industria automovilística surcoreana parecía constituir
una fuerza importante, y en el futuro podría haber
industrias locales importantes en India, China y Rusia.
El crecimiento económico de Europa y la mayor
eficiencia en la producción de vehículos hicieron que,
a principios de la década de 1970, el consumo y
producción total de automóviles en Europa superaran
a los de Norteamérica por primera vez desde los
primeros días de la industria. Los aranceles
experimentaron grandes reducciones en todo el
mundo desde principios de la década de 1960; la
inadaptación de los coches estadounidenses para la
mayoría de los mercados de exportación hizo que los
primeros en beneficiarse fueran los fabricantes
europeos y posteriormente los japoneses. Sin
embargo, alrededor del 20% de la producción y venta
de automóviles en Europa correspondía a fabricantes
estadounidenses.
En 1995 había en el mundo más de 625 millones
de coches y vehículos comerciales en uso. De ellos,
193 millones correspondían a Estados Unidos, 17
millones a Canadá, 63 millones a Japón y 183 millones
a Europa occidental. Si sólo se cuentan los coches,
Europa occidental, con 162 millones, superaba a
Estados Unidos, con 146 millones. Sin embargo, la
combinación de un mayor poder adquisitivo per cápita
y unos precios más bajos hacía que la densidad de
automóviles fuera mayor en Estados Unidos que en
Europa y el resto del mundo. En Estados Unidos hay
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Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
1,7 personas por automóvil, frente a 2,3 en Europa
occidental. Las cifras de Europa oriental van desde
3,8 personas por automóvil en la República Checa
hasta 16,0 en la antigua Unión Soviética. A título
comparativo, en Japón hay 3,0 personas por
automóvil, en Canadá 2,0 y en Australia 2,2
LA AVIACIÓN
El primer vuelo con éxito fue precedido de siglos
de sueños, estudio, especulación y experimentación.
Existían viejas leyendas con numerosas referencias
a la posibilidad de movimiento a través del aire.
Ciertos sabios antiguos creían que para volar sería
necesario imitar el movimiento de las alas de los
pájaros o el empleo de un medio como el humo u
otro más ligero que el aire. Hacia el siglo V de nuestra
era se diseñó el primer aparato volador: la cometa o
papalote. En el siglo XIII el monje inglés Roger
Bacon, tras años de estudio, llegó a la conclusión de
que el aire podría soportar un ingenio de la misma
manera que el agua soporta un barco. A comienzos
del siglo XVI Leonardo da Vinci analizó el vuelo de
los pájaros y anticipó varios diseños que después
resultaron realizables. Entre sus importantes
contribuciones al desarrollo de la aviación se
encuentra el tornillo aéreo o hélice y el paracaídas.
Concibió tres tipos diferentes de ingenios más pesados
que el aire: el ornitóptero, máquina con alas como las
de un pájaro que se podían mover mecánicamente;
el helicóptero diseñado para elevarse mediante el giro
Dibujo de Lenardo Da Vinci.
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de un rotor situado en el eje vertical, y el planeador
en el que el piloto se sujetaba a una estructura rígida
a la que iban fijadas las alas diseñadas a imagen de
las grandes aves. Leonardo creía que la fuerza
muscular del hombre podría permitir el vuelo de sus
diseños. La experiencia demostró que eso no era
posible. Fue una figura muy importante porque aplicó
por primera vez técnicas científicas para desarrollar
sus ideas.
El desarrollo práctico de la aviación siguió varios
caminos durante el siglo XIX. El ingeniero
aeronáutico e inventor británico George Cayley,
teórico futurista, comprobó sus ideas experimentando
con cometas y planeadores capaces de transportar
un ser humano. Diseñó un aparato en forma de
helicóptero, pero propulsado por una hélice en el eje
horizontal. Sus méritos le llevaron a ser conocido por
sus compatriotas como el padre de la aviación. El
científico británico Francis Herbert Wenham utilizó
en sus estudios el túnel aerodinámico, sirviéndose
del flujo del viento forzado en su interior para analizar
el uso y comportamiento de varias alas colocadas
una encima de otra. Fue además miembro fundador
de la Real Sociedad Aeronáutica de Gran Bretaña.
Otros personajes interesantes del mundo aeronáutico
de la época fueron el inventor británico John
Stringfellow y William Samuel Henson, quienes
colaboraron a principios de la década de 1840, para
fabricar el prototipo de un avión que pudiera
transportar pasajeros. El aparato desarrollado por
Stringfellow en 1848 iba propulsado por un motor de
vapor y arrastrado por un cable, y consiguió despegar,
aunque no pudo elevarse. El inventor francés
Alphonse Penaud fabricó un modelo que se lanzaba
con la mano e iba propulsado por bandas de goma
retorcidas previamente, y consiguió en el año 1871
que volase unos 35 metros. Otro inventor francés,
Victor Tatin, diseñó un ingenio propulsado por aire
comprimido y equipado con un rudimentario tren de
aterrizaje de cuatro ruedas. Lo sujetó a un poste
central y las dos hélices consiguieron elevar el aparato
en vuelos cortos y de baja altura.
El inventor británico, nacido en Australia,
Lawrence Hargrave desarrolló un modelo de alas
rígidas que iba impulsado por paletas batientes
movidas por un motor de aire comprimido. Voló 95 m
en 1891. El astrónomo estadounidense Samuel
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
Pierpont Langley fabricó en 1896 un monoplano en
tándem impulsado por un motor de vapor cuyas alas
tenían una envergadura de 4,6 m. El aeroplano hizo
varios vuelos, recorriendo entre 900 y 1.200 m de
distancia durante un minuto y medio. Subía en
grandes círculos; luego, al pararse el motor, descendía
lentamente para posarse en las aguas del río Potomac.
Se hicieron numerosos esfuerzos para imitar el
vuelo de las aves con experimentos basados en
paletas o alas movidas por los músculos humanos,
pero nadie lo logró. Merecen citarse el austriaco Jacob
Degen entre 1806 y 1813, el belga Vincent DeGroof,
que se estrelló y murió en 1874, y el estadounidense
R. J. Spaulding, que patentó su idea del vuelo
empujado por músculos en 1889. Más éxito tuvieron
quienes se dedicaron al estudio de los planeadores y
contribuyeron al diseño de las alas, como el francés
Jean Marie Le Bris, quien probó un planeador con
las alas batientes, el estadounidense John Joseph
Montgomery y el renombrado alemán Otto Lilienthal.
Este último realizó sus experimentos con cometas y
ornitópteros, pero los mayores éxitos los obtuvo con
sus vuelos en planeador entre 1894 y 1896. Por
desgracia, murió en 1896 al perder el control de su
aparato y estrellarse contra el suelo desde 20 m de
altura. Percy S. Pilcher, de Escocia, que también
había obtenido grandes éxitos con su planeador, tuvo
asimismo un accidente mortal en 1899. El ingeniero
estadounidense Octave Chanute consiguió en 1896
pequeños logros con sus planeadores de alas múltiples,
pero su contribución más notable a la aviación fue
un libro escrito en 1894 sobre los avances
aeronáuticos.
Los numerosos experimentos realizados con
cometas durante esta época, consiguieron mejorar
de forma notable los conocimientos sobre
aerodinámica y estabilidad de vuelo. El inventor
estadounidense James Means publicó sus resultados
en los Aeronautical Annuals (Anuarios aeronáuticos)
de 1895, 1896 y 1897. Lawrence Hargrave inventó
en 1893 la cometa en forma de caja y Alexander
Graham Bell desarrolló entre 1895 y 1910 diversas
cometas en forma de tetraedro capaces de
transportar a un ser humano en un pequeño
alojamiento.
Entre 1890 y 1901 se realizaron numerosos
experimentos con prototipos provistos de motor. El
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Aeroplano de los Wright piloteado por Orville Wrigth en
1908 en Virginia, EUA.
más importante fue el de Langley, un aeroplano a un
cuarto de escala de su tamaño real, que probó e hizo
volar sin piloto en 1901 y 1903. Le llamó Aerodrome
y fue la primera aeronave más pesada que el aire
provista de un motor de gasolina que consiguió volar.
El modelo a escala real se terminó en 1903 y realizó
dos pruebas que acabaron en desgraciados
accidentes. El aviador alemán Karl Jatho intentó en
1903, también sin éxito, volar un modelo motorizado
de tamaño real.
Los logros conseguidos a lo largo del siglo XIX
aportaron los fundamentos necesarios para el éxito
de los hermanos Wright, pero los mayores avances
se debieron a los esfuerzos de Chanute, Lilienthal y
Langley a partir de 1885. En 1903 aún no se habían
conseguido la estabilidad y el control necesarios para
un vuelo prolongado, pero los conocimientos
aerodinámicos, y sobre todo el éxito de los motores
de gasolina, que sustituyeron a los más pesados de
vapor, permitirían que la aviación evolucionara con
rapidez.
El día 17 de diciembre de 1903, cerca de Kitty
Hawk, en el estado de Carolina del Norte, los
hermanos estadounidenses Wilbur y Orville Wright
realizaron el primer vuelo pilotado de una aeronave
más pesada que el aire propulsada por motor. El avión
fue diseñado, construido y pilotado por ambos
hermanos, quienes realizaron dos vuelos cada uno.
El más largo fue el de Wilbur con 260 m recorridos
en 59 segundos. Al año siguiente continuaron
mejorando el diseño del avión y su experiencia como
pilotos a lo largo de 105 vuelos, algunos de más de 5
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Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
minutos. En 1905 llegaron a recorrer 38,9 km en 38
minutos y 3 segundos. Todos los vuelos se realizaron
en campo abierto, regresando casi siempre cerca del
punto de despegue.
Hasta 1906 nadie más consiguió volar en un avión.
En ese año el húngaro residente en París, Trajan Vuia,
realizó algunos saltos muy cortos y también lo
consiguió Jacob Christian Ellehammer en Dinamarca.
El primer vuelo oficialmente registrado en Europa lo
hizo en Francia el brasileño Alberto Santos Dumont,
y su trayecto más largo lo logró el 12 de noviembre
de 1906 cubriendo una distancia de 220 m en 22,5
segundos. El aeroplano, registrado como 14-bis, había
sido diseñado por él y construido en la primera fábrica
de aviones del mundo, la de los hermanos Voisin en
París. Era como una gran cometa en forma de caja
en la parte trasera y otra pequeña en la delantera,
unidas por la estructura cubierta de tela. El motor
era un Levavasseur Antoinette de 40 CV y estaba
ubicado, junto con la hélice, en la parte posterior. El
piloto iba de pie en una cesta situada delante del ala
principal. En Europa nadie consiguió volar más de
un minuto hasta finales de 1907, cuando lo logró Henri
Farman en un avión construido también por Voisin.
En contraste con Europa, los hermanos Wright
conseguían en Estados Unidos superar sus marcas
día a día. El 3 de septiembre de 1908, Orville Wright
hizo una demostración con un modelo más veloz para
el Cuerpo de Señales del Ejército en Fort Meyer,
Virginia. El 9 de septiembre completó el primer vuelo
mundial de más de una hora y, también por primera
vez, se transportó un pasajero, el teniente Frank P.
Lamh, durante 6 minutos y 24 segundos. Estas
demostraciones se interrumpieron el 17 de septiembre
a causa de un accidente en el que resultaron heridos
Orville y su pasajero, el teniente Thomas E. Selfridge,
quien murió horas después a consecuencia de una
conmoción cerebral. Fue la primera persona muerta
en accidente de avión propulsado por motor.
Entretanto Wilbur Wright, que había ido a Francia en
agosto, completó, el 31 de diciembre, un vuelo de 2
horas y 20 minutos demostrando un control total de
su avión con suaves virajes, subidas y descensos a
su entera voluntad. Recuperado de sus heridas y con
la colaboración de Wilbur, Orville reanudó las
demostraciones para el Cuerpo de Señales en julio
de 1909 y cumplió sus requisitos a finales de mes. El
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Avión típico utilizado durante la 1º Guerra Mundial.
aeroplano fue comprado el 2 de agosto y se convirtió
en el primer avión militar operativo de la historia.
Permaneció en servicio activo durante dos años y
después fue retirado y trasladado al Instituto
Smithsonian, en la ciudad de Washington, donde puede
contemplarse todavía.
Una figura importante entre los diseñadores,
fabricantes y pilotos estadounidenses fue Glenn
Hammond Curtiss, de Hammondsport, Nueva York.
En 1907 realizó en solitario un vuelo en el dirigible
construido por Thomas Baldwin, propulsado por un
motor de motocicleta de la fábrica de Curtiss que él
mismo había modificado. En mayo del año siguiente
Curtiss voló, también en solitario, el aeroplano
diseñado y fabricado por un grupo conocido como la
Asociación de Experimentos Aéreos, organizada por
Alexander Graham Bell. Curtiss era uno de sus cinco
miembros. Con su tercer avión, el June Bug, el 4 de
julio de 1908 Curtiss cubrió la distancia de 1.552 m
en 42,5 segundos y ganó el Trofeo Científico
Americano, primer premio estadounidense concedido
al vuelo de un avión. En Reims, Francia, el 28 de
agosto del año siguiente, Curtiss ganó el primer torneo
internacional de velocidad, al conseguir una marca
de 75,6 km/h. El 29 de mayo de 1910 ganó también
el Premio New York World, dotado con 10.000
dólares, por realizar el trayecto desde Albany, en el
estado de Nueva York, hasta la ciudad de Nueva
York, y en agosto completó el trayecto desde
Cleveland a Sandusky, Ohio, sobrevolando la costa
del lago Erie. En enero de 1911 consiguió ser el primer
estadounidense en desarrollar y volar un hidroavión.
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
En Europa lo había conseguido el 28 de marzo de
1910 el francés Henri Fabre.
El pionero en cruzar el canal de la Mancha fue el
ingeniero y piloto francés Louis Blériot. El día 25 de
julio de 1909, durante 35,5 minutos recorrió 37 km,
desde Calais, Francia, hasta Dover, Inglaterra, en un
avión monoplano diseñado y fabricado por él mismo.
Durante los años posteriores a la I Guerra Mundial
se realizaron grandes progresos tanto en el diseño
de los aeroplanos como en los motores. Los aviones
de dos alas con los motores y las hélices situadas en
la parte posterior pronto fueron sustituidos por aviones
con los motores situados en la parte delantera. Había
muy pocos modelos de monoplanos, pero, en cambio,
durante la guerra ambos contendientes fabricaron
enormes biplanos con dos, tres y hasta cuatro
motores, que en Europa fueron al principio del tipo
rotativo, aunque pronto se sustituyeron por los
modelos radiales. En Gran Bretaña y Estados Unidos
predominaron los motores refrigerados por agua.
El transporte aéreo de correo se aprobó
oficialmente en Estados Unidos en el año 1911 y se
realizó el primer vuelo el 23 de septiembre. El piloto,
Earle Ovington, llevó la saca de correos en sus rodillas
en un vuelo que tan sólo duró 5 minutos y recorrió
los 8 km que hay entre el bulevar Nassau y Mineola,
ambos en Long Island, Nueva York. Ovington lanzó
la saca sobre Mineola, donde fue recogida y
trasladada a la oficina de correos. El servicio duró
sólo una semana.
Lindbergh transportando correo aéreo.
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
En 1911 se completó el primer vuelo
transcontinental en Estados Unidos, desde la ciudad
de Nueva York hasta Long Beach en California. Lo
consiguió el piloto estadounidense Calbraith P.
Rodgers. Salió de Sheepshead Bay, en Brooklyn,
Nueva York, el 17 de septiembre, al mando de un
aeroplano Wright, y aterrizó en su destino el 10 de
diciembre, 84 días más tarde. El tiempo real de vuelo
fue de 3 días, 10 horas y 14 minutos.
Durante la I Guerra Mundial se usaron como
armas tanto los aeroplanos como las aeronaves más
ligeras que el aire. Las urgentes necesidades de la
guerra estimularon a los diseñadores para construir
modelos especiales para reconocimiento, ataque y
bombardeo.
Como consecuencia de la presión de la guerra
fueron entrenados más pilotos y construidos más
aviones en los 4 años de conflicto que en los 13 años
transcurridos desde el primer vuelo.
Gran parte de los excedentes militares vendidos
después de la guerra fueron adquiridos por aviadores
formados y entrenados durante la misma, dispuestos
a realizar con ellos cualquier actividad que les
produjera ingresos económicos: transporte de
pasajeros, fotografía aérea, propaganda (por lo
general, escribiendo los nombres de los productos en
sus aviones), vuelos de instrucción, carreras aéreas
y exhibiciones acrobáticas.
Los vuelos transoceánicos comenzaron con el NC4. El vuelo de este enorme hidroavión se inició en
Rockaway Beach, Long Island, el 8 de mayo de 1919
y finalizó el 31 en Plymouth, Inglaterra, tras varias
escalas intermedias en Terranova (Canadá), las islas
Azores y Lisboa (Portugal). El primer vuelo
transatlántico sin escalas lo consiguieron los pilotos
británicos John William Alcock y Arthur Whitten
Brown. Entre el 14 y el 15 de junio de 1919, en poco
más de 16 horas, volaron desde Saint John’s,
Terranova, hasta Clifden, Irlanda, y ganaron un
premio de 50.000 dólares otorgado por el London
Daily Mail.
El día 26 de enero de 1926 se inició en Palos de
Moguer, España, el vuelo del Plus Ultra. Era un
hidroavión Dornier Wall con el que el piloto español
comandante Ramón Franco y su tripulación, tras
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Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
varias escalas y algún incidente, consiguieron llegar
el 7 de febrero a Buenos Aires, Argentina. Entre el
20 y el 21 de mayo de 1927 se completó el primer
vuelo en solitario cruzando el océano Atlántico. Lo
llevó a cabo el aviador estadounidense Charles A.
Lindbergh desde la ciudad de Nueva York hasta París,
recorriendo una distancia de 5,810 km en 33,5 horas.
Lindbergh se convirtió con esta hazaña en uno de los
pilotos más famosos de la historia de la aviación.
Pero nadie había conseguido cruzar el Atlántico
sin escalas en dirección oeste, a causa de los vientos
contrarios, hasta que entre el 12 y el 13 de abril de
1928 el capitán alemán Hermann Köhl, el barón de
la misma nacionalidad Gunther von Hünefeld y el
capitán irlandés James Fitzmaurice, tras salir de
Dublín, Irlanda, volaron 3,564 km, hasta Greenly
Island, Labrador. Existía entonces una auténtica
fiebre por ser los pioneros en realizar cualquier
trayecto, y así los australianos Charles KingsfordSmith y Charles T. P. Ulm, junto con los
estadounidenses Harry W. Lyon y James Warner,
emprendieron la Southern Cross y volaron desde
Oakland, California, hasta Sydney, Australia, con un
total de 11,910 km y escalas en Hawai, islas Fiji y
Brisbane, Australia. Tres pilotos estadounidenses,
Amelia Earhart, Wilmer Stultz y Louis Gordon,
cruzaron el Atlántico entre Trepassey Bay,
Terranova, y Burry Port, Gales, el día 17 de junio y
del 3 al 5 de julio. El capitán Arturo Ferrarin y el
comandante Carlo P. Del Prete, pilotos del Ejército
italiano, realizaron un vuelo de 7,186 km sin escalas
desde Roma hasta Genipabu, Brasil.
En el año 1920 se crearon las primeras líneas
aéreas para correo y pasajeros entre Cayo Hueso,
Florida, y La Habana, Cuba, así como entre Seattle,
Washington (Estados Unidos), y Vancouver, Columbia
Británica (Canadá). En 1921 se estableció el servicio
transcontinental regular de correo entre las ciudades
de Nueva York y San Francisco, inaugurado por el
Departamento del Servicio Postal. En 1925 el
Congreso aprobó el decreto Kelly sobre correo aéreo,
que autorizaba al servicio postal a realizar contratos
con los operadores de transporte aéreo para trasladar
el correo por avión. Ya en 1926 se inauguraron
catorce líneas aéreas nacionales y se establecieron
enlaces entre Estados Unidos, América Central,
América del Sur y Canadá.
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Entre 1930 y 1940 el transporte aéreo creció
rápidamente y se acometieron frecuentes vuelos
transoceánicos y de larga distancia. Los aviadores
estadounidenses, volando pequeños aviones,
redujeron cada vez más las plusmarcas de tiempo en
los vuelos transcontinentales sin escalas y
posteriormente las mejoraron con aviones de
transporte. En 1930 Roscoe Turner voló desde Nueva
York hasta Los Ángeles en 18 horas y 43 minutos;
Frank Hawks lo hizo en sentido inverso en seis horas
menos. En 1937 Howard Hughes invirtió sólo 7 horas
y 28 minutos entre Burbank, California, y Newark,
Nueva Jersey, y en 1939 Ben Kelsey tardó 17 minutos
más entre California y Nueva York.
La más grande de las compañías internacionales
que operaban en el momento de comenzar la
II Guerra Mundial era Pan American Airways. Junto
con sus empresas subsidiarias y afiliadas servía una
red de 82,000 millas en rutas que llegaban a 47 países
y colonias en todos los continentes.
Las exigencias de la guerra aceleraron el
desarrollo de los aviones y se consiguieron
importantes avances en los de bombardeo y combate,
así como en el transporte aéreo de tropas
paracaidistas, tanques y equipo pesado. De esta
forma y por primera vez en la historia, la aviación se
convirtió en el factor más decisivo en el desarrollo
de la guerra.
También se extendió con rapidez la fabricación
de pequeños aviones. Bajo la supervisión del
programa de entrenamiento de pilotos civiles,
patrocinado por la Administración Civil Aeronáutica
de Estados Unidos, los operadores privados dieron
Avión típico utilizado durante la 2ª Guerra mundial.
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
Pan American Airways era la mayor compañía aérea
comercial al inicio de la 2ª Guerra Mundial.
grandes facilidades para la formación como pilotos
de miles de estudiantes que se convirtieron así en la
columna vertebral de las fuerzas aerotransportadas
de los tres ejércitos. Los aviones diseñados para uso
privado encontraron también un amplio uso militar
en todo el mundo, por lo que en 1941 el Ejército y la
Armada de Estados Unidos compraron grandes
cantidades de aviones ligeros que dedicarían a
diversas misiones militares.
En 1941 la aviación militar estadounidense
operaba en todos los frentes. La industria aeronáutica
tenía empleadas a 450,000 personas frente a las
190.000 que había antes de la guerra. Ese año,
3,375.000 pasajeros fueron transportados por las 18
compañías aéreas estadounidenses, un millón más
que en 1940. La carga de pago y el correo se
incrementaron en cerca de un 30 por ciento.
Hacia el final de la guerra las batallas aéreas
crecieron en intensidad y extensión y la producción
de aviones alcanzó un máximo. Por otra parte, las
líneas aéreas nacionales también establecieron
nuevas plusmarcas tanto en el transporte de pasaje
como de carga. Como consecuencia de todo ello, el
número de aviones producidos en Estados Unidos
en 1944 alcanzó la importante cifra de 97,694, con
una media de 4.770 kg por avión. En el mismo año,
Alemania ponía en combate dos ingenios
Ingenierías, Julio-Septiembre 2003, Vol. VI, No. 20
completamente nuevos en el mundo de la aviación:
el primer avión reactor y el primer proyectil volante.
En 1945 la producción de aeroplanos militares en
Estados Unidos se redujo drásticamente, pero los
pedidos de aviones civiles se incrementaron de forma
considerable. Al finalizar el año, los fabricantes tenían
contratos para construir 40,000 aviones, en contraste
con la producción máxima de 1941, que fue de 6.844.
De nuevo las líneas aéreas nacionales e
internacionales estadounidenses rompieron las
plusmarcas anteriores en todos los tipos de tráfico y
consiguieron sustanciales mejoras con respecto a
1941. Se redujeron las tarifas tanto de pasaje como
de carga, y en 1945 volvieron a operar todos los
servicios comerciales internacionales. La experiencia
obtenida en la fabricación de aviones militares durante
la guerra fue utilizada en la construcción de aviones
civiles nada más terminar las hostilidades. Las
compañías aéreas dispusieron de aviones más grandes
y mas rápidos con adelantos como las cabinas
presurizadas. Se mejoraron los aeropuertos, los
pronósticos meteorológicos y las ayudas a la
navegación fueron más eficientes y aumentó la
demanda pública de transporte aéreo de pasaje y
carga, que creció a niveles desconocidos hasta
entonces gracias a la repentina prosperidad de la
posguerra.
Los experimentos en el campo del diseño
aerodinámico, de los nuevos metales, nuevas plantas
de potencia y avances electrónicos trajeron el
desarrollo de los aviones turborreactores de alta
velocidad, diseñados para vuelos transoceánicos,
vuelos supersónicos, aviones cohete experimentales,
aviones de despegue corto o vertical (STOL, VTOL)
y cohetes espaciales.
En diciembre de 1986 el avión ligero experimental
Voyager completó con éxito el primer vuelo alrededor
del mundo sin escalas y sin repostar. Fue diseñado
por Burt Rutan, que lo dotó de líneas muy poco
ortodoxas que recuerdan en algunos aspectos a un
catamarán. El avión iba provisto de dos motores, el
delantero para despegar, maniobrar y aterrizar y el
posterior para el vuelo de crucero. Los materiales
eran de plástico ligero por lo que su peso al despegar
era tan sólo de 4.420 kg y cargaba 4,500 litros de
combustible distribuidos en 17 depósitos. Una vez
consumidos, su peso al aterrizar era de 840 kg. Los
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Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte II / Oscar Mauricio Barajas P.
El “Voyager” realizó el 1er. vuelo alrededor del mundo
sin escalas y sin reabastecerse de combustible.
pilotos fueron Dick Rutan (hermano de Burt) y
Jeanna Yeager, y volaron 40.254 km en 9 días, 3
minutos y 44 segundos, a una velocidad media de
186,3 km/h. Este vuelo estableció una nueva
plusmarca de distancia y tiempo en el aire, duplicando
la de distancia, que permanecía desde 1962 en 20.169
kilómetros.
Ya en 1889 se efectuaron varias conferencias para
resolver los problemas internacionales originados por
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la aviación, pero hasta 1947 no se creó el primer
organismo adecuado: la Organización de la Aviación
Civil Internacional (OACI), adscrita a la ONU, con
sede en Montreal (Canadá). Otra organización que
surgió a partir de la iniciativa de las compañías aéreas
es la Asociación Internacional del Transporte Aéreo
(IATA), también con sede en Montreal y que agrupa
a más de 100 empresas de transporte aéreo, por lo
general de líneas regulares, unidas en este organismo
para resolver sus problemas comunes. El gran
desarrollo de la aviación a escala mundial ha obligado
a todos los países a establecer leyes y regulaciones
que permitan un eficiente y seguro tráfico aéreo y a
firmar convenios y protocolos internacionales como
el de Tokio en 1963 o el de La Haya en 1973. En la
actualidad existen en la mayoría de las naciones leyes
sobre la navegación aérea que junto con otras medidas
han llevado a este medio de transporte a convertirse
en uno de los más seguros y eficientes.
Nota del editor:
La tercera y última parte de esta historia de la
Ingeniería Mecánica se publicará en nuestro siguiente
número.
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