UN DEBATE ABIERTO EN EUROPA Hace falta un mayor esfuerzo colectivo para defender el futuro del Estado de Bienestar Manuel Garnacha Villarrubia (*) e uando en nuestra Federación hablamos del llamado Estado del Bienestar Social, y de todos los temas con él relacionados, queremos que nuestros afiliados tomen conciencia de que, contrariamente a lo que desde algunas esferas -incluso sindicales- se intenta decir, la crisis de la 'Sociedad del Bienestar' no es una crisis que afecte sólo a España. Es una crisis que, en mayor o menor grado y dependiendo del país que se trate, afecta a todo el continente que se identifica por ser precisamente el de la 'Sociedad del Bienestar'. Es Europa en su conjunto quien se está viendo afectada de forma muy especial por la grave crisis económica que padecemos. Las razones de la crisis, en mi opinión, son por un lado la competencia externa: Japón, Estados Unidos, los llamados 'pequeños dragones' o 'tigres asiáticos', ... Yo creo que en to7 dos los hogares de este país tenemos muchos elementos -sean vestimenta, calzado o electrodomésticos- que provienen de esos llamados 'pequeños tigres' o 'dragones asiáticos'. Otro fenómeno, que también está influyendo tremendamente, es sin duda la caída del comunismo , ya que los países del antiguo bloque del Este son altamente rentables para los intereses del capitalismo multinacional. Aunque no me gusta utilizarlos en exceso, dispongo de los datos de un estudio realiza- 24 EL TRABAJO. Abril de 1994 do por un grupo de catedráticos e investigadores de la Universidad de Colonia por encargo de los sindicatos alemanes de la Construcción y la Madera que nos permite percibir con bastante claridad parte del problema con el que debemos enfrentarnos. Se trata de una comparación a todos los niveles de la situación salariai de determinadas profesiones en distintos países. Por ejemplo, el análisis compara los costes laborales de un oficial-albañil de primera en los distintos países. De igual forma se analiza y comparan los costes laborales y sociales de otros oficios manuales del sector de la construcción y del sector de la madera. Evidentemente, al ser un estudio alemán, se ha tomado Alemania como país de referencia. Pues bien, según el estudio, con el coste de un trabajador alemán, se puede pagar a 1,82 trabajadores españoles, a 1,52 franceses, a 4,76 portugueses o a 5,5 turcos. La diferencia es especialmente pronunciada si nos situamos en los antiguos países de la Europa del Este. Con el coste de un trabajador alemán se paga a 38 búlgaros de idéntica cualificación, a 18 polacos, a 36 rumanos, a 16 checos o eslovacos, a 1Ohúngaros o a 71 rusos. El estudio continúa con los pequeños dragones asiáticos: con el coste de un trabajador alemán se paga a 17 coreanos, a 23 chinos de Taiwán , a 25 de Hong Kong o de Singapur. Esta es una realidad que no podemos obviar quienes tenemos responsabilidad en el movimiento sindical. Y no podemos obviarla, entre otras cosas, porque el fenómeno de la desaparición del comunismo está influyendo de forma muy importante en nuevos movimientos migratorios desde aquellos países hacia a los vecinos occidentales de la sociedad del bienestar. Personalmente, me toca ir como mínimo una o dos veces al año a Hungría, a la República Checa y a la Eslovaca para ayudar en la formación de los nuevos líderes sindicales de nuestros sectores, y me he encontrado con cosas muy significativas. Por ejemplo, de un año para otro, en Hungría, el personal del hotel en donde me hospedaban los compañeros, era totalmente húngaro hasta el año pasado. En mi última visita, en el mismo hotel, sólo eran húngaros los maítres de los restaurantes y el jefe de recepción, todos los demás eran rusos, rumanos o búlgaros. Los húngaros , a su vez, han tenido que emigrar hacia otros países. Precisamente los sindicalistas austríacos nos comentaban que en su país se está produciendo una desregulación enorme, ya que con una población 8 millones de habitantes cuentan en estos momentos con más de un millón y medio de inmigrantes clandestinos provenientes de aquellos países del antiguo bloque del Este y que se ofre- cen a trabajar por 1Oo 20 veces menos de lo que perciben los trabajadores autóctonos según convenio. A esas razones externas hay que añadir razones internas. El alargamiento de la vida media de los trabajadores, y por tanto, el cobro durante más tiempo de las pensiones; la entrada más tardía en el mercado de trabajo por parte de los jóvenes o el crecimiento del desempleo son factores que inciden gravemente sobre los problemas financieros de instituciones esenciales del llamado Estado del Bienestar. Eso es lo que nos debe interesar desde el movimiento sindical y desde los partidos de la izquierda: cómo asegurar el mantenimiento de la sociedad de bienestar. Para mantener un sistema que está en déficit -ojalá no entre en quiebra, pero si no se toman medidas eso será inevitable- está claro que debemos hacer todos un esfuerzo dirigido a equilibrar los ingresos en relación a los gastos. Como yo nunca defenderé que se reduzcan los gastos, no me queda más remedio que defender que se incrementen los ingresos. Y creo que hay una primera forma de incrementar los ingresos a través de la financiación pública. Y yo creo que eso es posible si de una vez acabamos con el fraude fiscal. Si hemos de buscar manchas en nuestro Gobierno socialista, hay una muy grande: