ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS Pablo Berrobianco González INTRODUCCIÓN; ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS 1.-TIPOS DE OBJETIVOS: 2.- EFECTIVIDAD DEL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS. 3.- PRINCIPIOS BÁSICOS DEL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS. 4.- METAS Y FACTOR MOTIVACIONAL 5.- RELACIÓN ENTRE METAS, CLIMA Y COHESIÓN 6.- DISEÑO DE UN SISTEMA DE ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS 7.- PROBLEMAS FRECUENTES EN EL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS: Con frecuencia, la gente se fija n objetivos en el deporte o en actividades físicas como los arriba referidos. Así, uno puede pensar ¿por qué dedicar un capítulo entero al establecimiento de objetivos si las personas ya los fijan por sí mismas? El problema no está en hacer que las personas identifi quen los objetivos sino en que establezcan el tipo correcto de los mismos – los que proporcionan dirección y aumentan la motivación - y en ayudarlas a aprender el modo de ceñirse a ellos y alcanzarlos. Como muchos de nosotros ya sabemos por las decisiones q ue se toman en Nochevieja para el año que empieza, es mucho más fácil establecer un objetivo que hacer todo lo necesario para conseguirlo. Objetivos como perder peso o hacer ejercicio físico rara vez se establecen de manera realista en lo que se refiere a l compromiso, la dificultad, la evaluación del progreso y las estrategias específicas para alcanzarlos. La mayoría de personas no necesitan ser convencidas de que los objetivos son importantes, sino recibir instrucciones sobre el establecimiento efectivo d e aquellos y sobre el diseño de programas para hacerlos realidad. En este tema aprenderemos sobre: - definición de objetivos. - Las últimas investigaciones sobre establecimiento de objetivos: - Principios básicos de establecimiento de objetivos. - Los aspectos prácticos del diseño de un programa de establecimiento de objetivos. - Problemas habituales del establecimiento de objetivos y modo de superarlos. Los objetivos que se persiguen son fortalecer la motivación cotidiana y la autoconfianza de los deportistas, a yudándoles a mantener la concentración en los entrenamientos y las competiciones. 1. Información sobre los distintos tipos de objetivos, se enseña a los deportistas a diferenciar entre los objetivos de Resultado que se refieren a los logros deportivos que pre tende alcanzar y los objetivos de Ejecución que incluirían el trabajo que deben hacer a nivel físico, técnico, táctico y psicológico para poder lograr tales resultados. 2. Establecimiento de objetivos de realización y de ejecución a corto, medio y largo plazo para la temporada, que ayudan a que los deportistas tengan una visión global del trabajo que deben ir realizando y de los objetivos que deben conseguir para lograr su objetivo final. 3. Se plantean una serie de objetivos para los entrenamientos, que ayudan a que los deportistas estén centrados en lo que deben hacer y a tener información objetiva del progreso que va alcanzado, reforzando de esta forma su autoconfianza y potenciando su motivación. 1.- TIPOS DE OBJETIVOS: Muchas personas definen un objetiv o como una meta, patrón o propósito de alguna acción, o un nivel de ejecución o competencia. Algunas hablan de fines u objetivos muy subjetivos, como divertirse, hacerlo lo mejor posible o disfrutar de la actividad. Otras centran su atención en propósitos más objetivos, como levantar una cantidad de peso determinada, correr un cierto número de vueltas a la pista, o anotar una cantidad de puntos concreta en un partido de baloncesto: es decir, alcanzar un nivel particular en un evento o tarea (McClements, 198 2). 1.1.- COMPRENSIÓN DE LAS METAS OBJETIVAS: La didáctica plantea una serie de normas generales que resultan efectivas para poder orientar de forma adecuada las sesiones de entrenamiento, resultando entonces más productivas y así poder cumplir las met as y objetivos objetivos. A continuación se muestran algunas desde el punto de vista del entrenador : PLANEAR EL TRABAJO. El entrenador debe planear el trabajo, a través de desarrollar un plan o proyecto para dirigir sus sesiones de entrenamiento; así podrá lograrse una dosificación adecuada de los esfuerzos y el equilibrio necesario entre los distintos aspectos o fases de la tarea que se han propuesto (Aquino y Zapata, 1980). Algunos factores que fundamentan la necesidad de plantear adecuadamente las sesiones de entrenamiento son: I. Permitir la correlación de las tareas de manera progresiva y sistematica debiendo tenerse en cuenta los factores humanos y materiales: lugar de trabajo, horario, clima, cantidad y sexo, edad de los atletas, etc... II. Al preparar la clase, el entrenador reflexionará sobre las situaciones y previsiones inmediatas que deberá tomar para organizar al atleta o equipo, así como proveerse del material necesario. III. Debe ofrecerse oportunidades para la realización de experienc ias de integración por medio de trabajos cooperativos, tanto en los contenidos del aprendizaje como el cuidado y preservación de los materiales de trabajo, las instalaciones, etc; por parte de los atletas IV. La planeación no debe privar al entrenador de libertad y oportunidades de creación, puesto que necesita adecuarse a las cambiantes posibilidades que el atleta o equipo va mostrando a lo largo de un periodo de trabajo. V. La preparación cuidadosa de cada sesión de entrenamiento permite una dosificación adecuada. VI. Deben tenerse en cuenta las posibilidades de rendimiento de los atletas en cada época del año, aplicando el principio de periodicidad. No es correcto trabajar con la misma actividad todo el año; el trabajo será más efectivo si se toman en cuenta los factores que inciden en el rendimiento físico, así como el proceso de aprendizaje. VII. La preparación previa a la sesión (y también todo un plan de trabajo) aún cuando no pueda llevarse a la práctica totalmente, da una idea y deja constancia d e lo que se ha inentado realizar. Al examinar después esta información, se tienen elementos para evaluar la adecuación de lo planeado, existiendo la posibilidad de incluir tareas pendientes en otro momento. VIII. La planeación permite comparar distintos p rogramas tanto en el curso del año como a traves de varios ciclos de entrenamiento. IX. Al tener preparado lo que quiere enseñar, el entrenador puede dedicarse con más tranquilidad al manejo de las situaciones prácticas y de las formas más convenientes de lograr sus objetivos, así como modificar lo programado si surgen otras posibilidades que enriquezcan los entrenamientos, adecuándolos a las necesidades de los atletas. INDICAR QUE HACER. El entrenador no debe olvidarse de prever, para todas sus sesion es de entrenamiento qué es lo que el atleta debe hacer para mejorar. Esta previsión es de suma importancia. Debe pensarse en lo que los atletas pueden y deben hacer para el desarrollo de los aspectos físicos, técnicos, tácticos, etc...; así como también en lo que concierne al problema de la disciplina, ya que como es sabido, el atleta que no tiene que hacer es, por lo general, un atleta indisciplinado; además de que terminaran por aburrirse y abandonar su disciplina deportiva. RESPETAR AL ATLETA. El entrenador debe aceptar al atleta tal como es, procurando mejorarlo a partir de la realidad personal del sujeto. Cuando es necesario amonestar a un discípulo, debe hacerlo sin exceder la frontera del amor propio, que lleva, fatalmente a la humillación y al resentimiento. RECONOCER LOS ESFUERZOS. Es necesario que el entrenador reconozca tanto los esfuerzos de sus atletas como sus éxitos. No deben elogiarse tan solo los buenos resultados, sino también los esfuerzos desplegados, independientemente de los logr os obtenidos. No hay duda que uno de los factores de éxito en la vida es la persistencia y capacida d de esfuerzo de los individuos. PROPICIAR UNA MEJOR RELACION. Factor de éxito en el desempeño deportivo es, sin duda, la buena relación entre entrenadores y atletas. Esa relación ejerce benéfica influencia en el desempeño de los atletas y permite una asistencia más efectiva del entrenador para con sus atletas, individual y por equipo. El problema de la disciplina se ve bastante facilitado y las posibilidad es de dificultades que surjan son fácilmente vencidas cuando existe un buen entendimiento entre el entrenador y los atletas, esto es cuando existe respeto y estima mutuos. DIALOGAR. El entrenador debe estar siempre dispuesto a dialogar con sus atletas. El diálogo debe ser franco y abierto, para que el atleta sienta que no existen actitudes preconcebidas con respecto a él. El diálogo ayuda al entrenador a una mejor comprensión de la problemática personal de los atletas. PRESTAR ATENCION A LAS DIFERENC IAS INDIVIDUALES. Es indispensable tener presente que los atletas difieren unos de otros en muchos aspectos, de ahí que no puedan ser tratados igualmente, para alcanzar las metas dentro del deporte. ES útil, no olvidar que los atletas requieren un trato i gualitario, pero teniendo en cuenta sus desigualdades. NO SOBRECARGAR DE TRABAJO. No se debe exigir a nadie más de lo que puede dar. El entrenador debe conducir al atleta a trabajar y a producir según sus posibilidades y su ritmo normal de acción, para que haya real aprovechamiento de los entrenamientos. ELIMINAR EL MIEDO COMO FUERZA MOTIVADORA. El miedo ha sido el gran recurso didáctico de todos los tiempos para hacer que el atleta realice correctamente los ejercicios. El más factible y el más malo . El miedo genera inseguridad, inhibiendo o volviendo agresivo al atleta y violando siempre su indole humana. No es buena norma la de echar mano de amenazas y castigos para conseguir que el atleta haga lo que debe hacer. LA COMPRENSION DEBE ESTAR PRESEN TE. El entrenador debe enterarse, al indicar los ejercicios o cualquier otro tipo de trabajo, si el atleta va comprendiendo. Una actividad sin comprensión de lo que se esta haciendo, o sin una imagen previa de los objetivos que se pretende alcanzar carece de sentido. El tiempo como el esfuerzo pueden darse por perdidos, sumándose a ello la indisposición del atleta hacia el deporte y hacia el entrenador. Teniendo como posible consecuencia, una practica irregular o hasta la deserción DAR CLARIDAD A LAS ME TAS. Resulta importante mostrar la meta a la cual se pretende llegar, esto es, lo que se quiere alcanzar, lo que se desea hacer, cuándo se le exige a alguien un esfuerzo. El esfuerzo por el esfuerzo no tiene sentido y cansa fácilmente, a la vez que, si se tuviese en vista la meta a alcanzar, se daría un estímulo mas valioso al esfuerzo realizado. El atleta mismo puede apreciar si se esta aproximando o se esta distanciando de la meta, llevándolo a dar dirección y un sentido inteligente a sus esfuerzos. PRESTAR LA MAYOR ATENCION A LOS ERRORES. El entrenador debe estar atento a los errores de sus atletas, para averiguar la causa de los mismos, esto es, si éstos se deben a la fatiga, a la falta de atención, a perturbaciones emotivas, falta de interés, falta de comprensión, etc. Los errores deben construir un indicio para la mejor comprensión del atleta, y no un pretexto para represalias. El entrenador debe llevar a cabo un registro de los errores, y de acuerdo con su frecuencia, realizar una rectificación de l aprendizaje en forma colectiva, individual o de pequeños grupos. AUSCULTAR ASPIRACIONES. Es función del entrenador auscultar las aspiraciones de sus atletas, a fin de auxiliarlos en lo posible, para que dichas aspiraciones lleguen a colmo. El atleta se siente realmente motivado cuando percibe que sus sueños tienden a convertirse en realidad. La gran ayuda del entrenador junto con el psicólogo consiste en orientar a sus atletas para que ciñan a medidas más reales i objetivas, la dimensión de sus aspiraciones, pero, eso sí, sin matar jamás la belleza de la imaginación juv enil. ESTAR SIEMPRE DISPONIBLE. Los responsables de los atletas (entrenadores, médicos, nutriólogos, psicólogos)deben revelar siempre que están disponibles para ellos. Disponibilidad no es tanto una cuestión de tiempo, sino más bien, de actitud. La actitud de estar siempre a disposición de un atleta cuando el lo necesita. Nada es más oportuno y útil que atender al deportista en la hora precisa, principalmente cuando éste solicita un poco de atención y le hace falta una palabra, un cambio de opiniones, una voz de aliento y comprensión o ayuda. SER OPTIMISTA. El entrenador tiene la obligación de ser optimista, y si no lo fuera, debe esforzarse por serlo. La situación del atleta, a cua lquier nivel, es de cierta expectativa e inseguridad, que fácilmente podrá transformarse en ansiedad, falta de ánimo o de interés por el deporte cuando advierte el pesimismo del entrenador. Los atletas necesitan sentir el optimismo de sus entrenadores, de manera que la práctica del deporte tome un sentido positivo. Definitivamente éstas no son todas las normas útiles para orientar de forma más adecuada los entrenamientos, pero son suficientes para hacernos reflexionar sobre la preparación que se requiere a l hacerse cargo de un equipo de cualquier deporte. Se puede concluir diciendo que el conocimiento de la didáctica dentro del deporte resulta igualmente importante que en otras disciplinas, debido a que también nos enfrentamos al proceso enseñanza -aprendizaje. Resulta importante hacer conciencia de lo necesario que es preparase integralmente para el optimo desarrollo del deporte en México. Por lo general, los psicólogos del deporte y el ejercicio fís ico distinguen entre metas objetivas y subjetivas, y ded ican la mayor parte de su tiempo a ayudar a sus clientes o alumnos a establecer y alcanzar las primeras. Podrían definir estos propósitos como: “conseguir un nivel específico de competencia en una tarea, normalmente en un tiempo determinado” (Latham) un re gistro determinado de victorias y derrotas a final de temporada, o reducir el tiempo de ejecución en la próxima competición son ejemplos de metas objetivas. Nuestra definición de éstas incluye tanto las de rendimiento como las de resultado (Burton 1984 y M artens 1990). - A) METAS DE RESULTADO: Habitualmente, las metas de resultado se centran en el colofón competitivo de un evento, como la victoria en una carrera, la consecución de una medalla o la anotación de más puntos que el adversario. Así pues, el l ogro de estas metas depende no sólo de los propios esfuerzos sino también de la capacidad y de la forma de jugar del contrario. Un tensita puede jugar el mejor partido de su vida y a pesar de todo perderlo, fracasando con ello en el logro de la meta objeti va, que no era otro que la victoria. - B) METAS DE RENDIMIENTO: Las metas de rendimiento, o de proceso, se centran en lograr patrones o metas de rendimiento que se comparan con las propias ejecuciones anteriores, por lo que tienden a ser más flexibles y a estar bajo control. Por ejemplo si una persona juega a tenis, puede establecer la meta de mejorar de un 70 a un 80 % el porcentaje de primeros servicios que entran. Con este tipo de objetivos se pueden hacer ajustes mucho más precisos (por ejemplo el aume nto desde el 80 al 82%) que con las metas de resultado, las cuales tienen tan sólo dos niveles: ganar o perder. El logro de una meta de rendimiento no depende de la conducta del adversario, sino sólo de la propia. Asimismo, en comparación con las metas de resultado, las de rendimiento están asociadas generalmente a una ansiedad menor y a un nivel de ejecución superior en las competiciones. Por todos estos motivos, normalmente se hace hincapié en que con los deportistas se utilicen metas de rendimiento. 2.- EFECTIVIDAD EN EL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS: Los psicólogos (sobre todo, los del trabajo y organizacionales) han estudiado el establecimiento de metas como una técnica motivacional, centrando su atención en si la fijación de objetivos difíciles y específicos mejora el rendimiento más que si no existe meta alguna o si ésta consiste en hacerlo simplemente lo mejor posible. - 2.1.- INVESTIGACIÓN SOBRE EL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS: Los estudios realizados han llegado a la conclusión de que el estab lecimiento de objetivos funciona y con un alto grado de efectividad. De hecho, más del 90 % de los trabajos demuestran que el establecimiento de objetivos tiene un poderoso y firme efecto sobre la conducta, tanto si lo realizan niños de nivel elemental com o científicos profesionales, en tareas creativas o cargando camiones. Los investigadores han examinado la relación existente entre diversos tipos de objetivos y tareas vinculadas a la forma física. En una investigación estudiantes universitarios inscrit os en un curso de baloncesto de ocho semanas establecieron objetivos específicos o generales para tareas relativas a destrezas básicas, observandose que las metas específicas, más que las generales mejoraban el rendimiento, si bien no en todas las tareas: la mejora parecia ser más evidente en las poco complejas que en las más complejas. No es un método infalible, debe ponerse en práctica con criterio, comprensión del proceso y planificación. - 2.2.- ¿POR QUÉ EL ESTABLECIMIENTO DE OB JETIVOS FUNCIONA? Los investigadores tienen dos formas de explicar el modo en que las metas influyen en la conducta: a) desde un punto de vista mecánico directo. B) desde una perspectiva indirecta de proceso de pensamiento. La explicación directa especifica que los objetivos influyen en el rendimiento de una de las cuatro formas siguientes: - los objetivos dirigen la atención hacia elementos importantes de la destreza que se va a ejecutar. Los objetivos movilizan los esfuerzos del ejecutante. Los objetivos prolongan la persever ancia del ejecutante. Los objetivos favorecen el desarrollo de nuevas estrategias de aprendizaje. La explicación del proceso de pensamiento indirecto sugiere que los objetivos influyen indirectamente en el rendimiento al afectar al estado psicológico del ejecutante, en el que se incluyen factores como el nivel de confianza, la ansiedad y la satisfacción. 3.- PRINCIPIOS BÁSICOS DEL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS: Partiendo de las investigaciones y los entrenamientos, pueden identificarse varios principios básicos en el establecimiento de objetivos. La aplicación correcta de estos principios proporciona una base sólida para el diseño de un programa de establecimiento de metas. 3.1.- Establecer objetivos específicos: Los objetivos específicos afectan al c ambio de conducta más de lo que lo hacen los objetivos generales. Sin embargo, muchos profesores, entrenadores y educadores físicos todavía les dicen a sus alumnos o clientes simplemente “que hagan lo que puedan”. Los objetivos han de formularse en término s muy específicos, mensurables y conductuales. Por ejemplo, un objetivo que consista en mejorar el juego en el golf es demasiado vago. Otro más eficaz sería el de rebajar el handicap de 14 sobre el par a 11 mediante la mejora de la precisión de los golpes de aproximación al green. 2.- Establecer objetivos difíciles pero realistas: Las elevadas exigencias del deporte de competición en la actualidad, junto con el paulatino incremento de la popularidad del mismo entre la población más joven, nos sirven de punto de partida para el planteamiento de un proceso de detección y selección de posibles talentos deportivos y del entrenamiento en la infancia. Por un lado, este proceso nos debe llevar a identificar cuanto antes a aquellos que presenten condiciones potenc ialmente positivas para llegar a obtener un alto rendimiento deportivo en la edad adulta. Por otro, nos ayuda a concretar los intereses y las expectativas de un gran número de jóvenes deportistas que, iniciados en el deporte por motivaciones externas y exp ectativas de éxito, pueden llegar a abandonar el deporte si éstos no llegan, pues el fracaso en la competición se relaciona con un descenso de la motivación hacia el deporte (Malina y cols., 1982). Esta situación podría evitarse si existiera una correcta o rientación previa hacia objetivos más recreativos o hacia la participación en competiciones de menor exigencia. Esta diferenciación inicial entre posibles talentos deportivos y jóvenes deportistas “normales”, optimiza el proceso de entrenamiento y formació n deportiva específica de ambos, por cuanto a los que demuestran una buena aptitud se les puede planificar una vida deportiva de forma ordenada y metódica que favorecería la aceptación del nivel de sus posibilidades y de su rol en el deporte (Galilea y cols. 1986), y a aquellos que presentan menos aptitud deportiva se les encauzaría hacia objetivos menos competitivos, favoreciendo igualmente la aceptación de su nivel y su desarrollo potencial, lo cual podría evitar la frustración y el consiguiente abandono deportivo. No obstante, el proceso de selección de talentos no debe hacerse en unas pocas sesiones o días, sino que debe ser un proceso activo y prolongado, sistematizado y riguroso, en el que el seguimiento y la enseñanza marcará el resultado de la selecc ión global de talentos (Gutiérrez A., 1990), pues en muchas ocasiones, muchos niños que destacan precozmente, luego no han desarrollado un alto nivel de performance y, por el contrario, niños que en principio no destacaban por su aptitud, más tarde han con seguido niveles muchos más altos, como así se demuestra en algunos estudios experimentales (Muro y cols., 1988). 3.- Establecer objetivos a corto y largo plazo: Desafortunadamente, los cambios de conducta importantes no se producen de la noche a la mañana, por lo que hay que fijar objetivos tanto a corto como a largo plazo. Una forma de emplear este principio es imaginando una escalera con el objetivo a largo plazo o ideal en su parte superior, el nivel actual de capacidad en el peldaño más bajo; y una s ecuencia de objetivos a corto plazo enlazados gradualmente que conectan las partes superior e inferior de la escalera. 4.- Establecer objetivos de rendimiento Aquí mi objetivo no es otro que tratar de adaptar e introducir todos los conceptos relacionado s con la preparación física en el proceso general del entrenamiento de un equipo de baloncesto. Las propias características del juego, su complejidad en cuanto a las variables que influyen en el resultado, nos hacen necesario un planteamiento integrado del entrenamiento donde los ejercicios utilizados tengan un carácter complejo y afecten a todos los sistemas implicados en el entrenamiento (físico, técnico, táctico,…) Es decir, exponemos como utilizar todos los conceptos relacionados con la preparación física en el entrenamiento del día a día, y cómo ir introduciendo los diferentes sistemas de entrenamiento, medios, métodos y las diferentes cualidades físicas necesarias en nuestras sesiones diarias de entrenamiento y en las diferentes fases de competición. Quizá sea algo difícil tratar de generalizar sobre algo que depende de tantos factores, pero aún siendo conscientes de ello, simplemente pretendemos hacer una aproximación lógica al tema. 5.- Anotar por escrito los objetivos: Diversos psicólogos han reco mendado que una vez se han fijado las metas hay que anotarlas, y colocarlas en un lugar donde puedan verse con facilidad. Existen formas diversas de registrar y apuntar los objetivos. Se puede hacer que los alumnos, deportistas o participantes simplemente escriban sus metas en tarjetas, o bien se pueden redactar contratos conductuales complejos. No hay ninguna estrategia que sea la óptima. - Se debe hacer por escrito. Debe ser claro y explícito su contenido de manera que no permita confusiones. En él debe expresarse que las metas son aceptadas por el deportista. Las metas deben tener los atributos antes señalados. Debe ser público, de conocimiento de las organizaciones y compañeros de equipo. Debe estar firmado por deportista y entrenador. 6.- Desarrollar estrategias para el logro de objetivos: La enseñanza requiere de un plan de acción, o sea una propuesta pedagógica del docente, que permite organizar las secuencias didácticas que deberán ser utilizadas con la suficiente flexibilizaci ón para su adecuación permanente. El alumno tiene una posición frente al objeto de conocimiento y la intervención docente trata de generar o encauzar, la motivación (vivencia de interés), que es importante para el aprendizaje. El docente promueve y se compromete en las relaciones que se establecen entre el alumno y el objeto de aprendizaje; propone y capitaliza actividades mediante las cuales el alumno organiza sus experiencias y construye sus saberes. Orienta su tarea a partir de los saberes pr evios de sus alumnos. Frente al desafío de organizar situaciones de aprendizaje que faciliten la apropiación de saberes motrices por parte de los alumnos, el docente del área de Educación Física necesita: Conocimiento de contenidos de la asignatura : conocimiento académico o erudito de la disciplina a enseñar. Verdades aceptadas en esta área de conocimiento que permiten facilitar las intervenciones pedagógicas. Conocimiento de los contenidos pedagógicos: cómo enseñar los contenidos propios del área. Toma de decisiones acerca de cómo enseñar. Conocimientos de contenidos del curriculum: ¿cómo enseñar determinada materia? ¿qué enseñar? Conocimientos del sujeto que aprende: procesos cognitivos, afectivos y sociales que hacen posible el aprender, tenien do presente el desarrollo humano y las etapas por las que atraviesa. El mensaje que el profesor proporciona al alumno es el que caracteriza especialmente la acción educativa. Las estrategias didácticas son el conjunto de acciones que realiza el docent e con una clara intencionalidad pedagógica, proponiendo para su concreción tareas las cuales suponen: un propósito, los recursos, el acondicionamiento del medio, y la consigna, aspectos que caracterizan la acción educativa. Según se especifique o no, uno o varios de estos elementos se obtiene una clasificación de las tareas pedagógicas: tareas no definidas, tareas semidefinidas y tareas definidas. En la relación docente -alumno-contenido, las estrategias didácticas definen el modo de interacción de l alumno y el contenido a aprender. La concepción de la intervención pedagógica atribuye al docente una importancia decisiva como orientador, guía y facilitador del aprendizaje mediante un adecuado accionar. Mediante las estrategias de intervención docente el alumno construye esquemas motores y esquemas de acción. En la medida en que el alumno posea esquemas, construidos en experiencias previas, podrá utilizarlos en presencia de una situación nueva, en la cual reconocerá su pertinencia a los esquemas ya con struidos. Además debe estar motivado para relacionar el aprendizaje actual con los anteriores. Para favorecer la adquisición de nuevas habilidades motoras, el docente debe saber qué hay que modificar, y la propuesta consecuente debe ser superior a la capacidad de los alumnos, pero a su vez, adaptada a sus posibilidades, para que logren un buen porcentaje de éxito (dificultad óptima). Las estrategias metodológicas responden a la pregunta de cómo hay que enseñar, por tanto, nos referimos a una sec uencia ordenada de todas aquellas actividades y recursos que utiliza el profesor en su práctica educativa. En suma, a los diferentes caminos que existen para que las intenciones educativas se hagan realidad. En Educación Física se han sistematizado a lgunas estrategias metodológicas en lo que se ha dado en llamar estilos de enseñanza entre los que podemos citar los tradicionales (instrucción directa, asignación de tareas); participativos (enseñanza recíproca, en pequeños grupos); los que tienden a la i ndividualización (programas individuales, trabajo por grupos, enseñanza modular); cognitivos (descubrimiento guiado, resolución de problemas); y aquellos que propician la creatividad. Sin embargo, en la práctica pedagógica no se aplican en estado puro, sin o que han de adaptarse al contexto en que se desarrolla la enseñanza. 7.- Considerar la personalidad de los participantes: Cuando ayudamos a participantes en el deporte y el ejercicio físico a alcanzar objetivos, es importante tener en cuenta sus persona lidades. La motivación y las orientaciones de futuro de una persona influyen en los objetivos que se propone y en lo bien o mal que funcione el programa de establecimiento de éstos. Las personas que presentan un nivel de logro elevado y cuyas personalidades se caracterizan por un alto grado de motivación para evitar el fracaso, y bajo para conseguir el éxito, tratarán de plantearse objetivos o muy fáciles o muy difíciles. Del mismo modo, en fase de comparación social del logro los niños tienden a centrar su atención en objetivos de resultado y competitivos. Las personas competitivas tambien se concentran en metas de resultado, mientras que los deportistas orientados a la tarea se muestran mucho más dispuestos a asumir metas de rendimiento. La comprensión e identificación de esas diferencias de personalidad nos ayudará a saber qué podemos esperar de las personas a las que estamos ayudando a establecer objetivos. 8.- Favorecer el compromiso con objetivos individuales: Una persona no alcanzará ningún objetivo si no se compromete a ello. Los educadores deben promover este compromiso estimulando el progreso y proporcionando un feedback constante. Los profesores y entrenadores no deben establecer, directa o indirectamente, los objetivos a alumnos y deportistas. En vez de ello, han de hacer que estos formen parte del proceso de elaboración y fijación de las metas requiriendo su parecer y permitiéndoles establecer sus propios objetivos. 9.- Proveer de apoyo a los objetivos: Hay otras personas que también pueden apoy ar a los deportistas, alumnos y practicantes de ejercicio físico en su establecimiento de objetivos. Pero ello no es muy frecuente. Por ejemplo un entrenador del equipo de lacrosse de una escuela superior, cuyo equipo está compitiendo por el campeonato del distrito, puede hacer que sus jugadores establezcan una serie de metas de rendimiento, pero también es posible que por su parte, los padres, profesores y amigos les estén recordando a aquéllos una y otra vez que han de ganar el campeonato. Se puede educar a esas personas significativas en la importancia de las metas de reuniones con los cuadros técnicos o artículos en el periódico de la escuela. Por último, los profesionales del acondicionamiento físico han de mostrar un interés auténtico por las personas con que trabajan. Tienen que revisar los objetivos individuales, preguntarles sobre sus progresos, empalizar con sus esfuerzos, y favorecer un ambiente de atención, optimismo y estímulo. 10.- Evaluar los objetivos: El feedback de rendimiento sobre el prog reso es del todo esencial si los objetivos van a cambiar efectivamente la ejecución y la conducta. Sin embargo, es frecuente que no se lleve a cabo la evaluación de los objetivos ni se proporcione feedback. Las estrategias de evaluación de los objetivos de berían iniciarse al principio del programa de establecimiento de estos, y ponerse en práctica de manera contínua a medida que el programa avanza, pudiendo tomar diversas formas. La clave está en ser constante. Con frecuencia, a la definición y fijación de objetivos se dedica una gran cantidad de tiempo que al final resulta irremisiblemente perdido al no llevarse a cabo las dos acciones esenciales: evaluación y feedback. 4.- METAS Y FACTOR MOTIVACIONAL: En nuestros días, los especialistas que trabajan en el deporte de iniciación, coinciden en que las contingencias de mayor importancia para el resultado de hacer hábito la práctica de deporte con fines competitivos desde las edades más tempranas, lo constituyen las habilidades, capacidades y motivación de l individuo. Este enfoque lleva a los pedagogos y psicólogos, entre otros, la búsqueda y perfeccionamiento de sus programas de planificación y dirección de la preparación de los deportistas actuales. para poder alcanzar el desarrollo de la capacidad del practicante y la materialización de nivel de destreza en cuanto a la maestría deportiva y a encontrar procedimientos que permitan enriquecer la motivación a practicar y obtener resultados deportivos ascendentes. Para ello se utilizan diferentes procedimiento s en el área de la psicología. En realidad dentro del las actividades del practicante puede ser definida como obtención de metas. En tal sentido el profesor (Williams, J. y Williams, M. 1991) recapitulando los trabajos realizados desde los años 60 en los Estados Unidos destacan la importancia del establecimiento de metas, considerándola como la definición de objetivos concretos para la obtención de un determinado rendimiento futuro. Así en otras búsquedas bibliográficas se destacan las investigaci ones realizadas por J. D. Clements y C. D. Botterill, así como R. N. Singer, H. K. Hall y A. T. J. Byrne, y E. A. Locke, plantean que el establecimiento de metas ayuda a los practicantes a tomar conciencia de cuales son las metas tanto desde el punto de vista parcial como el objetivo final de sus acciones, focaliza la atención y regula sus esfuerzos. Cuando hablamos de motivación nos referimos a aquellos factores de la personalidad, variables sociales y de conocimiento que entran en juego cuando un sujeto realiza una tarea y que dirigen su conducta hacia una o unas metas fijadas. Por ello la motivación es esencial para el funcionamiento del deportista. Elemento destacado por (Tijomirov, O.K. 1987), pues este autor considero que las metas adoptadas representan un importante factor motivacional de la regulación de la actividad al constituir una fuerza que estimula la implicación y asumir responsabilidades que después repercutirán en sus resultados. Además plantea la meta asociada al reflejo devenido c onsciente del resultado futuro de la acción. (Tijomirov 1987:136). En este sentido podemos definir como las metas, a las cuales se hace referencia por muchos especialistas, nos conduce a considerar desde el punto de vista psicopedagógico, dos posicion es, por un lado del nivel de habilidad, que se sustentan en demostrar el grado de dominio del aprendizaje técnico, táctico o estratégico de una tarea, o sea percibir cada vez un grado mayor de maestría deportiva. El atleta se juzga en concomitancia a él mi smo. Y por el otro lado encontramos el entrenamiento y competición, que consiste en la comparación del rendimiento del deportista en relación a los otros. El atleta se juzga en relación a sus semejantes. Importa más el puesto que la forma. Por ello retomamos de diferentes autores, sus puntos de vista, y consideramos el establecimiento de metas beneficia el rendimiento mediante cuatro atributos, del proceso de la motivación del deportista: Un programa de metas atrae la atención del sujeto. Le permite d irigir y regular su personalidad en el curso de la actividad. Cumple un papel activador, moviliza recursos para que el sujeto realice los esfuerzos necesarios. Incrementa la persistencia. El sujeto se siente comprometido a trabajar, esforzarse durante el tiempo necesario para alcanzar la meta, resistir el gasto o costo afectivo y cualquier cosa que tenga que padecer en el transcurso de sus acciones por lograr los objetivos. Estimula la creatividad compulsando a seleccionar las soluciones a los problemas que conlleva obtener la meta. Muchas cualidades de la voluntad tal como la perseverancia, determinación y valor pueden verse beneficiadas mediante el establecimiento de metas. El deportista puede adquirir un mayor grado de responsabilidad, madurez y estabilidad en la lucha por conseguir sus logros. Por ello consideramos que establecimiento de metas da lugar a un programa racional, dirigido a alcanzar los más elevados rendimientos y esclarecer cual es la línea de acción del deportista, es decir que se convierte en un regulador de la esfera de motivación, la actuación del deportista y le permite la regulación de su conducta, para que esta sea completamente eficaz. Se pueden enumerar otros factores que intervienen en la motivación, y que a nuestro entender juegan un papel determinante durante la iniciación deportiva. Papel de los padres y de los entrenadores: En muchas ocasiones condicionan la actuación del deportista, con la realización de comentarios o la administración de información en forma inadecuada, ya sea sobre los resultados obtenidos o sobre el proceso de preparación del niño. La percepción: El novel deportista hace de su actuación, y ello en relación directa a la suma de esfuerzo empleado. A menor esfuerzo empleado para una buena actuación, la valoración del rendimiento será positiva, lo que habitualmente lleva a una mejora en los niveles motivacionales. Clima motivacional: Generado por los entrenadores ya sea durante las voluminosas cargas de entrenamiento o en la competencia, dando determinadas indicaciones, recompensas y expectativas. Para ello es importante que el entrenador conozca cómo reaccionan cada uno de los deportistas frente a las diferentes situaciones y que conductas son las que conviene seguir (por ej.: gritos, alientos, retos, etc.). La significación del resultado obtenido: La información sobre el resultado afecta a las expectativas sobre los futuros triunfos y fracasos. Muchas veces se asume que ganar y perder son sinónimo de éxito y fracaso respectivamente y ello no es así. Se puede tener éxito aunque se pierda, si el nivel en que se llevó a cabo la competencia estaba dentro de los objetivos previstos o los supera. Al igual que se puede ganar una competencia sin haber tenido una buena actuación, lo que quedaría más del lado del fracaso. La identificación con los ídolos: El querer "ser como" pone en movimiento al deseo y por lo tanto puede ser motivante, ya sea en el inicio de la vida deportiva como en todo su transcurso. En tal sentido la participación como un com promiso mental emocional hacia las metas, es una reflexión personalizada que permite compartir responsabilidades para el logro de objetivos. La participación implica tres aspectos centrales: compromiso, contribución y responsabilidad. Ante estas pautas, se considera que el novel deportista insertado en la participación reflexiva, con el desarrollo de los fundamentos técnicos, tácticos o estratégicos del deporte dado, debe sentir el compromiso con la tarea, con el grupo y consigo mismo. La meta es inter iorizada desde la participación, es decir, es una meta construida desde el sujeto y se incorpora a "su marco referencial". (Alfonso García, M. R. 1997). Desde este enfoque, el establecimiento de metas con carácter participativo como factor regulador p ara la actividad deportiva, implica reflexión por parte del deportista ante la tarea y los esfuerzos que deben realizar, y es el proceso que dirige y encauza el trabajo y las acciones por dar cumplimiento a las tareas plantadas durante la preparación. De este modo la participación en la meta, a nuestro juicio, no implica otro tipo de meta. Es el nuevo carácter que esta adquiere en el proceso de su aceptación y establecimiento. Orientaciones a tener en cuenta durante la dirección de la preparación del novel deportista El establecimiento de metas parte de dos premisas básicas: Desarrollar un programa de metas de forma planificada. Evaluar el desempeño del deportista en conseguir esas metas. Hay que destacar que las metas deben ser difíciles p ero realistas y constituir un reto. En todos los casos las metas deben estar basadas en la capacidad y aspiraciones del deportista tanto a largo plazo como para períodos más cortos. Sobre el carácter difícil o no de las metas existen muchas evidencias que señalan que las metas fáciles o moderadas no llegan a mejorar el rendimiento mientras que las metas superiores por su dificultad o complejidad compulsan al sujeto a obtener rendimientos más elevados. Las metas permiten lograr rendimientos mucho mejor si. El establecimiento de metas como señalamos solo alcanza sus objetivos si las metas son evaluadas y existe retroalimentación o información al deportista acerca de su progreso. Una forma de brindar la información consiste en emplear gráficos que representen los avances. El gráfico debe revelar tres indicadores: Lo que el deportista esta alcanzando en ese momento. Cuán lejos está de la meta. La dirección de sus resultados. Por ello es muy importante que durante la iniciación deportiva las metas, deben estar vinculadas a algún tipo de recompensa, y en este sentido recomendamos. La utilización del reconocimiento . Esta puede ser formal o informal. El reconocimiento formal incluye premios, sobre todo de carácter simbólico por estar representado en un emblema o distinción. Es necesario que al igual que las metas el reconocimiento se otorgue a algo específico. Además las metas en el deporte de iniciación, se deben relacionar con el estilo de vida del deportista, el tipo de dieta que debe mantener, el régimen de descanso, hábitos de trabajo en el deporte, recreación, el resultado docente - educativo, etc., así como la vinculadas a la actividad práctica como la obtención de la destreza en el proceso de entrenamiento, incluyendo el tiempo que debe empl ear para adquirir los hábitos y el grado de concentración mientras práctica, número de repeticiones para lograr la ejecución, etc. Las metas de rendimiento constituyen otro aspecto. En ellas aparecen los resultados concretos y permiten seguir el siste ma de dirección por objetivos. Un caso especial de las metas son las relacionadas con las sesiones de entrenamientos y competencias. Las metas en el entrenamiento deben responder a los diferentes tipos de preparación del deportista, y durante el perio do competitivo no deben ser numerosas, un número restringido quizás de dos o tres metas relativas a aspectos de importancia, deben tener un carácter dinámico ya que deben de variar de acuerdo con el standard de rendimiento del contrario y lo logrado por el deportista. Después de expresar los atributos más importantes de las metas en el deporte de iniciación debemos señalar algunos factores que es imprescindible considerar en el momento de establecer las metas, tal y como lo señalan Mc. Clements y C. B . Botterill, y R. S. Weinberg, entre otros. Los rendimientos que esperamos que el deportista alcance deben estar estructurados como una meta a largo plazo y número de sesiones de entrenamiento o programas de actividades que deben dar origen a este resulta do. Para ello hay que hacer un uso razonable de estas sesiones las cuales deben ser avaladas con metas a corto o medio plazo. El compromiso del deportista en relación con las metas. Este es un factor fundamental en el establecimiento de metas esto ocurre tanto de manera individual como con el equipo. En el se debe expresar el tiempo y grado de esfuerzo que se debe realizar para lograr sus metas. Es importante considerar las oportunidades reales o efectivas que tiene el deportista para alcanzar la meta. En este aspecto serán considerados: El tiempo de práctica y las facilidades disponibles para ello. Los límites del entrenamiento. Las competencias disponibles. La alimentación. Las condiciones climatológicas. En estas líneas se pueden adicionar ot ros aspectos que no se hayan considerado inicialmente y tienen un peso decisivo en la actuación. El potencial del deportista. De todos los factores éste es el más difícil de evaluar y depende de la pericia o maestría del entrenador. Su concepción acerca d el deporte y el deportista. Su sistema de preparación, etc. El entrenador al proponer sus metas debe tener una imagen exacta del deportista. ¿Posee un nivel de aspiración elevado? Estas características son cuestiones sobre las que debe meditar por par te del entrenador. Recomendaciones para un programa de establecimiento de metas En oportunidades al aplicar el establecimiento de metas encontramos varios deportistas que no llegan a lograr los resultados esperados en la práctica, resulta evidente que con frecuencia se debe a un débil desarrollo de sus cualidades volitivas o consecuencia de un pobre grado de motivación por el desarrollo de la actividad. En tal sentido, J. Kuhl, nos sugiere la necesidad de una orientación a la acción para poder alcanz ar las metas propuestas en la actividad. Se trata del paso de la intención a la acción. La orientación a la acción resulta una variable mediadora para cualquier estrategia autorregulativa. A. Chamarro y D. L. Palenzuela, destacan un conjunto de estrat egias volitivas implicadas en el aseguramiento de la ejecución de las orientaciones a la acción que señalamos a continuación: Concentrar la atención y los pensamientos en lo que se desea realizar. Imaginar lo bien que llegara a sentirse cuando alcance la meta. Imaginar la satisfacción de los demás al lograr la meta. Darse autoinstrucciones o automandatos dirigidos al cumplimiento de la meta. Utilizar el apoyo de otros: entrenadores, compañeros de equipo, amigos, etc. Contar con el reforzamiento direct o del psicólogo y el entrenador. Básicamente en el programa de establecimiento de metas se deben de tener estas consideraciones. Ver E. Locke y G. P. Latham. En él mismo, el psicólogo puede resultar un ayudante efectivo del entrenador brindando su ap oyo y la información suficiente para comprender las condiciones psicológicas del deportista, lo que permite trazar una estrategia más efectiva en su ejecución. Como resumen, habría que poder pensar en seguir conmoviendo al deportista como una ser bio-psico-social, que exige de tratamientos pedagógicos que respondan a sus diferencias individuales, por lo tanto los entrenadores deben estar capacitados para utilizar técnica de intervención de las ciencias aplicadas deporte, las cuales le permitirán un m ejor contacto con del deporte y sin ello no habría deporte de alto rendimiento. 5.- RELACIÓN ENTRE METAS, CLIMA Y COHESIÓN: Las investigaciones científicas imponen establece r relaciones teóricas así como los vínculos causales que conducen al efecto logrado (Weiss, 1975). En la literatura de la Psicología Social se ha abordado acerca de la relación entre los procesos sociopsicológicos. Ahora bien, ¿cómo entender la relación que se establece entre las variables en estudio para la mejor comprensión de los resultados que se obtienen en la práctica? ¿Qué papel desempeña el trabajo sistematizado de estas variables en el logro de la eficiencia grupal del equipo deportivo? ¿Cuál es el papel de las metas participativas en esta relación? Las respuestas a estas interrogantes no existen en la literatura de la Psicología del Deporte. En los estudios realizados por (Carron, 1965), (Rodríguez, 1983), (Gutiérrez, 1984), (Sabas y del Pino, 1994) y otros autores nos explican qué procedimientos metodológicos pu eden emplearse para el logro de la eficiencia grupal. Son estudios donde predomina la descripción y caracterización de la influencia de los procesos sociopsicológicos en el equipo deportivo. Cuando en el establecimiento de las metas participan los mie mbros del grupo existe más posibilidad de que las metas se acerquen y se adecuen a la realidad del equipo, adquiriendo sentido para sus integrantes. El carácter de esta interrelación debe posibilitar la satisfacción de los miembros en tanto generan expectativas para su logro. El carácter participativo de las metas supone estados emocionales grupales positivos, al actuar sobre los miembros del grupo e incentivarlos a desplegar esfuerzos conjuntos, establecer compromisos y a estimular la participación individual a favor del equipo. Los atletas pueden expresar libremente sus criterios y opiniones acerca de cuál puede ser su actuación, la de los demás y la del equipo. Esta situación impone la reflexión acerca de la eliminación de obstáculos, tensiones y conflictos existentes en el grupo que implica establecer y mejorar relaciones, comprender, aceptar, cooperar, utilizar la crítica y la autocrítica en los aspectos que deterioren la imagen y la actuación del equipo como un todo. Es necesario jerarquizar en el grupo las metas más importantes a partir de las discusiones provocadas. Mediante la cooperación y participación se debe establecer climas donde se manifiesten positivos estados emocionales a favor del grupo. Se trata de distensionar, mejorar y/o consolidar las relaciones entre los miembros del grupo. Entendemos esta relación en calidad de procesos interdependientes, pues en la medida que el grupo haga suyas sus metas, las comparta, las cumpla y vivencie el éxito, debe aumentar la satisfa cción por las actividades y el deseo de permanecer en el grupo, de sentirse reconocido por su participación; “el amor a la camiseta”, muy relacionado con el sentido de pertenencia, impulsa que se consolide la identificación por el equipo. De aquí se infiere que el tratamiento de las metas con carácter participativo y el mejoramiento del clima favorece la existencia de una elevada integración grupal porque la participación une y compromete al trabajo conjunto lo que garantiza la unidad de criterios, afe ctos y para la acción. El clima inserta en sí, los resultados de la cohesión y se nutre a su vez del resultado de la integración grupal para matizar los estados emocionales predominantes. La cohesión grupal se encuentra insertada en la interacció n de complejos fenómenos que intervienen en los estados emocionales del grupo. Cuando estos procesos se manifiestan armónicamente en el grupo entendemos que esto puede propiciar las manifestaciones de combatividad, responsabilidad en el rol, apoyo mor al, se evitarán discusiones en el juego que facilitará una buena actuación como grupo en el entrenamiento y competencia. Es evidente que, dada la interrelación existente entre estos procesos, en el manejo experimental de estas variables no implica que estas no se superpongan y se interpenetren. Resulta difícil predecir hasta donde se trabaja una y dónde comienza la influencia de las otras. Por esto, la dirección del equipo en correspondencia con los objetivos de la preparación psicológica debe gui ar y conducir el proceso de establecimiento de metas que garanticen su objetivo cumplimiento y la satisfacción por el logro de los deportista y el equipo en general, de esta manera se crean las bases para trabajar en equipos cohesionados y con climas armon iosos. 6.- DISEÑO DE UN SISTEMA DE ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS: De la misma forma que un entrenador de baloncesto crea un plan de jugadas individuales, el profesional de la educación física ha de desarrollar un sistema de establecimiento de objetivos a partir de los 10 principios básicos que acabamos de analizar. Aunque existen sistemas muy distintos, la mayoría de ellos incluyen tres fases básicas: 1. Preparación de instructor -líder 2. Educación y adquisición 3. Puesta en práctica y seguimiento Analizaremos cada una de ellas por separado. Lógicamente, estos objetivos deben ser atractivos y alcanzables para el deportista y, por supuesto, viables y suficientemente prioritarios en el conjunto del plan de entrenamiento. 6.1.- PREPARACIÓN DEL INST RUCTOR-LÍDER Un líder, preparador o entrenador que quiera ser eficaz no entra en ningún contexto de actividad física sin estar preparado. Se requiere tiempo para elaborar ideas y la preparación que deben anteceder al establecimiento efectivo de objetivos, pero todo el que se dedica a la preparación del proceso ahorra un gran número de horas de trabajo una vez el programa está ya en marcha. El entrenador tiene a su cargo la enseñanza, conducción y responsabilidad del desarrollo del atleta, deportista o e quipo deportivo, para obtener el máximo rendimiento de estos en competición. Éste trabaja con personas, por lo que su capacitación y su desarrollo en el ámbito de las relaciones humanas debe ser constante a lo largo de toda su vida. Ya que no se acepta q ue el entrenador sólo asigne tareas y ejercicios físicos extenuantes para mejorar el nivel competitivo del deportista. A) Evaluación de capacidades y necesidades Lo primero que se necesita es una evaluación de las capacidades y necesidades del practic ante. En base a este conocimiento del deportista, el profesional de la actividad física debe identificar las áreas que, según él, más precisan de mejora. Para planificar un programa para la mejora del deportista hay que atender al nivel de éste, ya que son diferentes los programas para cada nivel del deportista. Cuando se sabe poco sobre la experiencia y antecedentes del deportistas, también puede ser útil confeccionar una lista de todas las destrezas necesarias para la actividad en cuestión, y a continuaci ón, pedirle a aquél que haga una estimación de sus aptitudes con respecto a cada una de las destrezas identificadas. Cuando un entrenador llega nuevo a un club, y no sabe nada de sus jugadores, debe realizar una recogida de datos sobre ellos, para adaptar su programa en función de las características que tengan. También debe recoger información por parte de terceras personas e incluso, información de sus mismos jugadores. B) Establecimiento de objetivos en diversas áreas Con demasiada frecuencia, se tiene en cuenta sólo los objetivos relacionados con el rendimiento. Éstos pueden y deben establecerse en una variedad de áreas, entre las que se incluyen - destrezas individuales, - destrezas de equipos, - niveles de forma física, - tiempo de juego, - disfrute, y -destrezas psicológicas. La progresión de estos objetivos tendrá un carácter progresivo y acumulativo, a corto plazo los objetivos propuestos serán los primeros en lograrse. Después a medio plazo se establecen relaciones entre unos contenid os u otros, pudiéndose alcanzar objetivos más complejos. A largo plazo, el alumno será capaz de conseguir los objetivos generales, propuestos para cada una de las diversas áreas que se establecen anteriormente. Una vez se ha completado la fase de planific ación y preparación, el entrenador, el profesor o el educador físico pueden iniciar la educación del deporte directamente sobre las formas más efectivas de establecer objetivos, lo que conlleva la enseñanza de principios básicos e información sobre el esta blecimiento de objetivos. Tenemos que implicar a los deportistas en la consecución de los objetivos que se marcan: - Metas y objetivos sencillos y alcanzables. - Valorando a todos los miembros del equipo - Dándoles a conocer los objetivos - Procurar mejorar de fo rma gradual - Introduciendo mejoras técnicas - Potenciando la cohesión grupal C) Identificación de influencias sobre los sistemas de establecimiento de objetivos Los objetivos no se pueden establecer en el vacío. Antes de evaluarse el potencial, el compromi so y las oportunidades de entrenamiento, del participante. Por ejemplo, sirve de muy poco arbitrar objetivos de entrenamiento fuera de hora para un deportista que no está lo bastante comprometido o disciplinado para ello. Para él sería más efectivo estable cer objetivos que pudiera alcanzar durante las sesiones regulares, o, mejor todavía, fijar la meta de volverse más independiente y disciplinado y poder así entrenarse por su cuenta. El potencial del un jugador se desarrolla más si se entrena bien, y esto está relacionado con el compromiso y las oportunidades de entrenamiento. Si un jugador no es suficientemente responsable no entrenará por ejemplo ejercicios de flexibilidad que se mandan para horas extras para la apertura de piernas, por lo que por culpa de esta falta de compromiso, el entrenador no sabrá si se están realizando las tareas propuestas. Y también no es recomendable mandar tareas fuera de horario porque muchos alumnos a lo mejor no tienen la oportunidad de realizarla fuera de el lugar de entren amiento normal. En definitiva, es mejor trabajar las actividades y ejercicios en horas en las que el entrenador pueda observarlas, y conforme pase el tiempo, intentar mejorar la implicación y la responsabilidad con la actividad que se practica, con el obj etivo de poder entrenarlas en buenas condiciones fuera de las horas de entrenamiento D) Planificar estrategias de logro de objetivos Deben planificarse estrategias que los practicantes puedan utilizar para alcanzar sus objetivos. Éstos no son eficaces a menos que estén vinculados a estrategias específicas y realistas. Podemos mencionar que las estrategias psicológicas son de gran importancia en todas las áreas del entrenamiento deportivo, enriqueciendo el trabajo con los deportistas y optimizando sus posibilidades de rendimiento. Algunas estrategias (por ejemplo: procedimientos para la evaluación de la conducta externa, establecimiento de objetivos, técnicas operantes, modelado) deben ser aplicadas por el entrenador como parte de su método de traba jo; otras (por ejemplo: procedimientos de autoobservación y autoevaluación, autoinstrucciones, prácticas en imaginación) tienen que ser utilizadas por el propio deportista; y otras mas complejas (por ejemplo: reestructuración cognitiva) tiene que ser utilizada por el psicólogo deportivo. 6.2.- EDUCACÍON Y ADQUISICIÓN Una vez se ha completado la fase de planificación y preparación, el entrenador, el profesor o el educador físico pueden iniciar la educación del deporte directamente sobre las formas más efectivas de establecer objetivos, lo que conlleva la enseñanza de principios básicos e información sobre el establecimiento de objetivos. Para que esto se produzca el entrenador debe intentar tener una buena comunicación con su jugadores, intentando tr atar de ver a todos por igual, explicando y dejando claro cuales son los objetivos que se intentan cumplir y la manera de consecución que se empleará para alcanzarlos. A) Programación de reuniones Debe programarse una reunión formal, o una serie de ell as más breves e informales, antes de las clases o los entrenamientos, en las cuales el entrenador y los deportistas puedan identificar ejemplos de objetivos eficaces o ineficaces. Los participantes no han de suponer que van a ser capaces de enumerar objeti vos enseguida, sino que habrá que irles enseñando en qué consiste dicha tarea y darles tiempo para pensar. El entrenador o educador puede programar una reunión de seguimiento o entrenamientos posteriores para analizar objetivos específicos. Sus intervenciones verbales deben de ser claras y precisas, sin ambigüedades, centrándose en lo que considera más importante que los deportistas asimilen o atiendan, y dándoles la información que necesitan para poder ejecutar o decidir correctamente. B) Concentración de un objetivo Al menos que el deportista tenga mucha experiencia en el establecimiento de objetivos, es mejor fijar sólo uno cada vez. El entrenador puede ayudar a cada persona a hacer la elección a partir de la lista confeccionada, después de lo cual ésta centrará su atención en definir correctamente el objetivo y en perfilar estrategias realistas para alcanzarlo. Una vez los participantes ya han aprendido a establecer y alcanzar un único objetivo, pueden estar en condiciones de intentar lo mismo con objetivos múltiples. Si los deportistas intentan desarrollar más de una tarea específica a la vez, lo que puede suceder con mayor probabilidad, es que el deportista no aprenda bien ninguna de las tareas propuestas. Esto no pasaría en deportistas de alto nivel, los cuales están preparados para realizar varias tareas unidas debido al desarrollo que tienen y a sus capacidades físicas. Pero estos también han pasado por la etapa en la que sólo podían ir realizando una tarea hasta conseguir realizarla perfectamente para pasar ala siguiente. 6.3.- PUESTA EN PRÁCTICA Y SEGUIMIENTO Tan pronto los participantes ha aprendido a establecer objetivos, el paso siguiente consiste en enumerar los objetivos identificados como adecuados. El entrenador o el educador tendr án que tomar parte en la evaluación de objetivos y en el proceso de seguimiento. A) Identificación de los procedimientos adecuados para la evaluación de objetivos No se deben diseñar sistemas de establecimiento de objetivos que los entrenadores, profes ores o educadores físicos vayan a tener dificultades para seguir. Así, por ejemplo, es conveniente prever cual va a ser la época más ocupada del año y estimar el tiempo de que se dispone para la evaluación de objetivos y el seguimiento. Además, hay que p rocurar identificar el sistema más eficaz de control de la evaluación de objetivos y del seguimiento. Muchos entrenadores racionalizan el proceso de evaluación haciendo que los administrativos llevan a cabo e informen de estadísticas de entrenamientos y de juegos referidas a los objetivos de cada deportista. Del mismo modo, algunos educadores físicos programan test periódicos de destrezas durante las clases, en los que los alumnos reciben feedback sobre el progreso de su rendimiento en la línea que conduce al logro de los objetivos marcados. En estos casos, el proceso de feedback no supone una gran inversión de tiempo para el entrenador o el educador. B) Provisión de apoyo y estímulo A lo largo de la temporada, el entrenador necesita preguntarles a los participantes por sus objetivos y alentar sus progresos. La expresión de entusiasmo acerca del progreso de establecimiento de objetivos brinda apoyo a los deportistas y les ayuda a mantener la motivación necesaria para lograr sus objetivos. Los entrenadores usan programas que ayudan a la motivación de los deportistas a la hora de cumplir sus objetivos. Uno de estos seria el programa de reforzamiento, en el cual se incluye la aplicación deliberada de consecuencias favorables, de manera contingente a la emi sión de la conducta o decisión que es objeto de aprendizaje, reforzando, así, la probabilidad que, en sucesivas ocasiones, el deportista emita de nuevo esa conducta. Las consecuencias que contribuyen al reforzamiento de la conducta, se denomina reforzadore s. Un tipo de estos seria ‘’reforzador social’’ en el cual entra el papel del entrenador, ya que el simple echo de usar un reforzador como ‘’bien echo’’o “eso es”, a los deportistas le ayuda para conseguir el objetivo que se proponen. C) Planificación p ara la reevaluación de objetivos El establecimiento de objetivos no es ciencia perfecta, y a veces no funciona. Por ejemplo, es posible que un tenista fije el objetivo de alcanzar un 40% de primeros servicios buenos, y compruebe que, a base de entrenar d icha destreza, no tiene demasiados problemas en llegar al 50% por lo que su objetivo inicial deberá modificarse y ser reemplazado por otro que suponga un reto mayor. Otros deportistas establecen objetivos iniciales demasiado difíciles, dándose el caso contrario al anterior. Las lesiones y las enfermedades también pueden exigir del deportista un cambio en sus objetivos. Es necesario reevaluarlos de vez en cuando: la modificación y el reestablecimiento de objetivos son elementos habituales del proceso. Esta reevaluación de objetivos también tiene que producirse, a lo largo del tiempo. Ya que es probable que cuando se marquen unos objetivos, haya que modificarlos si estos son demasiados difíciles, o por si el contrario son fáciles, y son superados como en el ejemplo del tenis. También, es lógico pensar que conforme pase el tiempo, los deportistas irán superando sus objetivos y tendrán que marcarse nuevas metas por lo que deben modificar los objetivos que tenían para crear otros nuevos más difíciles y motivant es. 7.- PROBLEMAS FRECUENTES EN EL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS: El establecimiento de objetivos no es una técnica psicológica difícil de entender, aunque ello no significa que en la ejecución de un programa de este tipo no vayan a surgir problemas (G ould, 1993). Entre algunos problemas habituales se incluyen - fracaso en el establecimiento de objetivos específicos, - establecimiento de un número excesivo de objetivos demasiado pronto, - fracaso en la adaptación de objetivos cuando no se están alca nzando, - fracaso en el establecimiento de objetivos de rendimiento, y - no iniciación de procedimientos de evaluación de establecimiento de objetivos y de seguimiento. Mediante la comprensión y previsión de esos problemas, podemos reducir sus efectos e incluso soslayar alguno por completo Las personas con poca experiencia deberían establecer solo uno o dos objetivos cada vez. Y si ello se hace pensando a corto plazo (por ejemplo, dos semanas en vez de cinco meses), las metas se mantienen en primer pla no y se maximiza el entusiasmo del ejecutante. La localización del objetivo y la provisión de feedback también resultan más fáciles en un período de tiempo más corto. Los objetivos múltiples y simultáneos pueden establecerse una vez la persona ha adquirido la experiencia necesaria. 7.1.- FRACASO EN EL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS ESPECÍFICOS El problema más frecuente de los participante en el deporte y la actividad física consiste en no lograr establecer objetivos específicos. Incluso cuando a los participantes se les explica la importancia de formular objetivos en términos conductuales y específicos, a menudo lo que hacen es identificarlos de una forma general e imprecisa. Por ejemplo, puede que se fijen la meta de << mejorar el servicio de tenis>> en ve z de <<mejorar la precisión de buenos servicios del 60 al 70 % mediante el desarrollo de un lanzamiento más firme de la bola hacia arriba>>. Para los profesionales de la educación física es importante controlar los objetivos iniciales y proporcionar feedb ack sobre su especificidad. Además, necesitamos enseñar a la gente a elaborar un objetivo numérico que pueda incluir una mejora de porcentaje o un número de determinadas conductas. Por último, cuando establecemos objetivos de destrezas deportivas, se le de be pedir al ejecutante que incorpore características específicas de mejora de la técnica en la formulación del objetivo (por ejemplo, <<mejorar el porcentaje de strikes [bolos] doblando más la espalda>>). Ayudas para establecer objetivos La perseverancia y mantenerse enfocado son el resultado de establecer una visión y objetivos importantes. Trate de enfocarse en un área a la vez. Algunos autores recomiendan no olvidar las dimensiones de lo físico, emocional, mental y espiritual. Utilice herramientas que le ayuden a recordar sus propios compromisos, puede ser tan sencillo como una agenda de bolsillo o tan sofisticada como una agenda digital (PDA). Sea flexible y adapte sus tareas a medida que el entorno va cambiando. Cuando mantenga una lista de tare as, trate de cumplirla. No se comprometa a más de lo que humanamente puede. Comparta sus metas y objetivos con otros. Establezca metas intermedias y no olvide premiarse en el camino Manténgase activo y positivo Si algo le toma menos de cinco minuto s hacerlo, !hágalo! y elimínelo de la lista de tareas Revise y evalúe periódicamente sus objetivos, trabajos y logros. Alégrese de sus éxitos pero aprenda de sus errores. 7.2.- ESTABLECIMIENTO DE UN NÚMERO EXCESIVO DE OBJETIVOS DEMASIADO PRONTO Los novatos en el establecimiento de objetivos tienden a asumir demasiados objetivos a la vez. Su deseo de mejorar les hace excesivamente entusiastas y poco realistas. En el aspecto practico, cuando los practicantes tienen demasiados objetivos, es virtualme nte imposible que el educador físico pueda controlar, localizar y proporcionar feedback individualizado de una manera gradual. Además, cuando se fijan demasiadas invariablemente acaban abandonándose. metas a la vez, casi Las personas con poca experiencia deberían establecer solo uno o dos objetivos cada vez. Y si ello se hace pensando a corto plazo (por ejemplo, dos semanas en vez de cinco meses), las metas se mantienen en primer plano y se maximiza el entusiasmo del ejecutante. La localización del objeti vo y la provisión de feedback también resultan más fáciles en un período de tiempo más corto. Los objetivos múltiples y simultáneos pueden establecerse una vez la persona ha adquirido la experiencia necesaria. 7.3.- FRACASO EN LA ADAPTACIÓN DE OBJETIV OS El ajuste de objetivos -sobre todo, rebajarlos - después de fijados puede ser difícil. Por ejemplo, en un estudio con nadadores se observó que éstos no tenían ninguna dificultad en ajustar sus objetivos hacia arriba, si bien los que salían de una lesión o una enfermedad comprobaban que, desde una perspectiva psicológica, les resultaba sumamente difícil ajustar sus objetivos a un nivel inferior (Burton, 1989b). Se puede paliar este problema de dos maneras. En primer lugar, desde el principio mismo del programa de establecimiento de objetivos, hay que analizar la necesidad de adaptar objetivos hacia arriba o hacia abajo. De este modo, los participantes observarán los ajustes como un elemento normal del proceso más que como el indicador de algún problema . En segundo lugar, si hace falta rebajar los objetivos a causa de una enfermedad o lesión, se debe hacer que el ajuste forme parte de una escalera de objetivos cuyo peldaño final represente la superación del objetivo original. De esta manera, la persona p odrá concebir el ajuste a la baja como un contratiempo temporal que a la larga será superado. 7.4.FRACASO RENDIMIENTO EN EL ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS DE En los deportes competitivos, a menudo resulta más difícil establecer objetivos de rendimient o que de resultado. Los primeros han de recalcarse a lo largo de toda la temporada. Los entrenadores y educadores físicos han de estar alerta para no subrayar inconscientemente los objetivos de resultado; en lugar de ello, han de evaluar a fondo los objeti vos de rendimiento de los participantes después tanto de una victoria como de una derrota. Para los profesionales de la educación física es importante controlar los objetivos iniciales y proporcionar feedback sobre su especificidad. Además, necesitamos enseñar a la gente a elaborar un objetivo numérico que pueda incluir una mejora de porcentaje o un número de determinadas conductas. Por último, cuando establecemos objetivos de destrezas deportivas, se le debe pedir al ejecutante que incorpore característ icas específicas de mejora de la técnica en la formulación del objetivo 7.5.- FALTA DE EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO La falta de seguimiento y evaluación es uno de los factores principales del fracaso de los programas de establecimiento de objetivos. Es imp rescindible desarrollar un plan de evaluación y seguimiento y revisarlo críticamente para dotarle de la máxima seguridad y eficacia. Asimismo, ha de ser fácil de poner en práctica. El establecimiento de objetivos sin seguimiento ni evaluación no es más que un pérdida de tiempo y esfuerzo. RESUMEN Los objetivos son metas o fines de acciones. Pueden ser <<objetivos>> o <<subjetivos>>, y estar dirigidos hacia el rendimiento o hacia el resultado. Las investigaciones sobre el establecimiento de objetivos ponen de manifiesto que éstos constituyen medios poderosos para lograr cambios en la conducta, sea de forma directa o indirecta. Los objetivos influyen directamente en la conducta haciendo que el ejecutante dirija la atención a los elementos importantes de la destreza o tarea, aumentando su motivación y su perseverancia, y facilitando el desarrollo de nuevas estrategias de aprendizaje. E influyen indirectamente al provocar cambios en importantes factores psicológicos, como la autoconfianza, la ansiedad y la satisfacción. Entre los principios básicos del establecimiento de objetivos se incluyen que éstos sean: específicos, difíciles pero realistas, tanto a largo como a corto plazo, y de rendimiento. Otros principios básicos del establecimiento efectivo de obj etivos son la necesidad de anotarlos por escrito, de desarrollar estrategias de logro, de tener en cuenta la personalidad de los participantes, de favorecer el compromiso con objetivos individuales, de proporcionar apoyo a los objetivos marcados y de lleva r a cabo una evaluación de los mismos. Estos 10 principios de establecimiento de objetivos constituyen las bases del sistema de tres fases en que implica la preparación del instructor -líder, la educación y adquisición, y el seguimiento. El fracaso en el establecimiento de objetivos específicos, el planteamiento de un excesivo número de ellos demasiado pronto, la incapacidad de reajustarlos, el fracaso en establecer objetivos de rendimiento, y la falta de seguimiento y evaluación son problemas frecuentes qu e un buen programa de establecim iento de objetivos debe abordar. Bibliografía Básica RIERA, J. y CRUZ, J. (1991). Psicología del Deporte. Aplicación y perspectivas. Barcelona: Martínez Roca. Capítulo 8. Establecimiento de objetivos en el deporte WEINBERG, R. & GOULD, D. (1996) Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio. Barcelona. Ariel Psicología. Capítulo 17. Establecimiento de objetivos WILLIAMS J.M. (1991). Psicología Aplicada al Deporte. Madrid. Biblioteca Nueva. Capítulo X. Establecimiento de metas para el máximo rendimiento.