Oficio 340-047662 del 30 de agosto de 2005 SON LOS SOCIOS LOS QUE DETERMINAN LA FRAGMENTACIÓN PATRIMONIAL PROPIA DE LA ESCISIÓN. Para dar respuesta al asunto consultado, este Despacho se permite hacer las siguientes precisiones: 1. El artículo 3º de la Ley 222 de 1995, se refiere a la escisión en los siguientes términos: Habrá escisión cuando: a) Una sociedad sin disolverse, transfiere en bloque una o varias partes de su patrimonio a una o más sociedades existentes o las destina a la creación de una o varias sociedades. b) Una sociedad se disuelve sin liquidarse, dividiendo su patrimonio en dos o más partes, que se trasfieren a varias sociedades existentes o se destinan a la creación de nuevas sociedades. La sociedad o sociedades destinatarias de las transferencias resultantes de la escisión, se denominaran sociedades beneficiarias. 2. El artículo 4º ídem, dispone que, el proyecto de escisión deberá ser aprobado por la junta de socios o asamblea general de accionistas de la sociedad que se escinde. Como podemos observar el contenido de la norma es clara, en el sentido de que, uno de los elementos esenciales de la escisión, lo constituye la transferencia en bloque de una o varias partes del patrimonio de la sociedad escindida. De igual forma, no debe perderse de vista que la escisión en términos generales, puede definirse como una figura jurídica en virtud de la cual, una sociedad se desprende de una determinada parte de su patrimonio, para formar una nueva compañía, cuyo capital se integra con la porción patrimonial que la sociedad escindida le trasfiere, y cuyos socios serán los mismos o algunos de ésta. Ahora bien, los estados financieros que sirvan de base para que el máximo órgano social apruebe la escisión, se deberán elaborar en los términos del artículo 29 del Decreto 2649 de 1993, esto es, que la fecha de corte no puede ser superior a un mes a aquella en la cual se apruebe el proyecto de escisión por el órgano competente. Estos balances deben contener la discriminación y valoración de los activos y pasivos de la sociedad que se escinde y de la beneficiaria o beneficiarias participantes en el proceso, certificados por el representante legal, revisor fiscal, si lo hubiere y el contador de cada una de las compañías participantes los que se acompañarán de las notas a los estados financieros, las cuales hacen parte integral de los mismos. De otra parte, cabe indicar que las cuentas que integran el patrimonio en un balance general, no se identifican en su mayoría con determinados rubros del activo. En cuanto a los ítems que lo componen, puede afirmarse que representan derechos de los propietarios del ente económico, que tienen un origen conocido y por ende, el objetivo y destinación que le fija la ley o los estatutos y el máximo órgano social, en los casos de su competencia. En consecuencia, es dable afirmar que no es lo mismo por su origen el superávit por valorización de propiedades, planta y equipo o de inversiones, frente a la revalorización del patrimonio; tampoco estos rubros son equiparables con las reservas del origen legal, estatutaria u ocasional, el capital social, las utilidades acumuladas o el superávit de capital por la aplicación del método de participación patrimonial. Más aún, pueden existir resultados de ejercicios anteriores negativos (pérdidas acumuladas) e inclusive la revalorización del patrimonio con saldo debito, que podrían afectar, como de hecho ocurre, la conformación del patrimonio en el proceso de escisión. En este orden de ideas, y teniendo en cuenta el fin perseguido, debe conformarse la estructura financiera y contable de las sociedades beneficiarias, incluyendo los activos y pasivos transferidos en el proceso en comento. Además, debe observarse que de conformidad a lo previsto en el inciso final del artículo 3º de la Ley 222 de 1995, los socios deben participar en las sociedades beneficiarias en la misma proporción que poseen en la escíndente, salvo la excepción allí prevista. Con fundamento en lo expuesto, y teniendo en cuenta que la escisión implica la transferencia en bloque del patrimonio, y que para la reorganización de una empresa son los socios los que determinan la fragmentación patrimonial propia de la escisión y, de acuerdo a que no existe ninguna restricción señalada expresamente en la ley que impida que los socios decidan que en virtud de la escisión la sociedad escíndete trasfiera en bloque porciones patrimoniales al ente societario, este Despacho no encuentra objeción alguna para que, de los ejemplos descritos en su consulta, transfieran el porcentaje que consideren y tomen las cuentas que determinen, sin sobrepasar dicho porcentaje en los activos a transferir a la beneficiaria, teniendo en cuenta qué, si en la designación de activos resultan partidas vinculadas con determinados rubros patrimoniales, éstos se deben trasladar a la compañía beneficiaria, como es el caso del superávit por valorizaciones de la propiedad, planta y equipo, de inversiones y de otros activos, así como del superávit de capital por la aplicación del método de participación en inversiones en subordinadas. Es importante anotar además que, en forma unánime se acuerdan las condiciones en que se realizará dicho proceso, esto, de acuerdo a lo señalado en el artículo 4º de la mencionada Ley 222 de 1995, mediante el cual señala que dicho proyecto deberá ser aprobado por la Junta de Socios o Asamblea General de Accionistas de la sociedad que se escinde.