EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO

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EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO
Martes, 30 de Agosto de 2005
Página 8
Opinión
Por: Víctor Hugo Malagón*
Desde este espacio he procurado no sólo emitir crítica expresiones públicas de intolerancia,
fanatismo e irresponsabilidad, sino también aplaudir iniciativas que favorecen el desarrollo de
nuestra nación.
He vivido grata experiencia durante el fin de la semana que acaba de pasar, participando
en el desarrollo de Exposocial, dirigida por la organización Minuto de Dios, en su misión de
promover el desarrollo humano y social, y que viene realizando desde 1993. Como cualquier
feria, ésta dispuso espacios físicos para la presentación de los proyectos y programas de las
entidades participantes, además de contar con un interesante evento académico, que se
constituyó en espacio de actualización y reflexión frente a temas de desarrollo, y
específicamente en esta edición la evaluación de los tan nombrados: "Objetivos de Desarrollo
del Milenio" (ODM), de la mano de personajes de la talla de Pablo Guerra, Manfred
Max-Neef, Leonardo Schvarstein, entre muchos otros.
Aquí tuve la honrosa responsabilidad de moderar el Panel de experiencias en Educación
Popular y Educación Social que contribuyen al logro de los ODM en el marco del cuarto eje
temático, desarrollado en el evento: "Educación para el Desarrollo".
Verificamos entonces la importancia que tiene la formación y acumulación de capital
social y de capital humano para el logro real de los objetivos de desarrollo, ya no como
recurrente muletilla retórica que proporciona un toque de filantropía a la idea de "educación
para el desarrollo", sino como postulado cuya verificación en la realidad aporta ejemplos de
estándares mínimos de vida digna, en el sentido más amplio del término "dignidad".
La teoría económica enseña que la generación de riqueza y de valor en una sociedad de
tecnología moderna, no depende de estilos medievales de capital físico, sino del concepto de
capital humano y de capital social, es decir, habilidades, conocimiento y aptitudes que
desarrolla la persona a través de su proceso cognoscitivo y, especialmente en su proceso
socializador.
La proliferación actual de los estudios comparados sobre políticas de micro y
macro-desarrollo, nos facilita una apreciación certera sobre los planos de diferencia que la
formación de estos tipos de capital trae consigo. Del mismo modo que la democracia
económica no consiste en el reparto de los bienes sino en la distribución de oportunidades
para acceder a los medios, el crecimiento y el consecuente desarrollo, están en función de la
inversión de los agentes individuales y de la acumulación de capital humano y social.
vicmalagon@hotmail.com
*Economista. Especialista en Política y Relaciones Internacionales. Profesor universitario