ESTUDIOS CULTURALES. Su intento de definición se encuentra con una primera imposibilidad de no aceptar una definición disciplinar. Florecen en los márgenes de y por sucesivos encuentros con distintos discursos institucionalizados, especialmente los de los estudios literarios, la sociología y la historia. Debemos definirlos: - Por conjuntos de objetos, metodologías y problemas teóricos que navegan entre disciplinas diversas. - Como sucesivas y polémicas colocaciones en distintos campos intelectuales, como trayectos intelectuales. Nacen de una doble fundación: - Entre fines de 1950 y comienzos de los 60: Remite a la aparición de un conjunto de obras y autores, posteriormente denominados, padres fundadores, que instituyen un conjunto de objetos y problemas, así como una mirada desviada respecto de los cánones hegemónicos en la academia contemporánea. Consistían básicamente en el campo de los estudios literarios, en la centralidad de LEAVIS y su revista Scrutiny. Su obra define, desde un campo más amplio de atención. HOGGART: publica The Uses of Literacy, que significa un giro decisivo. Piensa en la alfabetización como un recurso a utilizar. Introduce el término de “etnografía” basándose en sus recuerdos personales ya que su origen familiar es obrero. Esta condición de clase será un dato importante: remite a las transformaciones sucedidas tras la posguerra, permitiendo a hijos de obreros acceder a la educación superior. Trabaja las relaciones entre las culturas obreras de la 1ª m. XX y las publicaciones de masas, leyendo la cultura obrera como una matriz de reinterpretación y uso de la Cultura de Masas, y extendiendo el universo de lo describible a una concepción ampliada de lo cultural, incluyendo aspectos “menores” de lo cotidiano. Sociedades de masas industriales: su aparición lleva a la reivindicación de una gran tradición de cuyos límites no había que apartarse. R.WILLIAMS: publica Cultura y sociedad (1958) y La larga revolución (1961), libro que cambia el debate desde una definición literaria-moral de la Cultura a una antropológica. Pasa a definirla como el “proceso total” mediante el cual los sentidos y definiciones son construidos socialmente y transformados históricamente, con la literatura y el arte. Sitúa el análisis de la cultura inglesa dentro del marco del marxismo, como herramienta para explicar las relaciones entre la cultura y otras prácticas sociales (a diferencia de Hoggart). P. THOMPSON: procedente del núcleo de historiadores del Partido Comunista inglés. Autor de La formación histórica de la clase obrera (1964), obra fundamental para la historia social británica. Reacciona contra el economicismo dominante en la historiografía marxista contemporánea, para definir que la clase, antes que un recorte matemático, es un proceso de construcción de una experiencia de lucha, que se expresa en una cultura de clase. En estos autores pueden leerse algunas de las características que decidirán la orientación de los estudios culturales: innovación teórica en el marxismo, tras la crisis de la izq. británica de 1956, la perspectiva histórica, desde la crítica literaria o la h.social; la comprensión de la cultura desde una perspectiva antropológica; la relación biográfica con el mundo obrero (caso de Williams y Hoggart*). 1964: se funda el Centro de Estudios Culturales Contemporáneos en Birmingham, bajo dirección de Hoggart hasta 1968 y después de HALL hasta 1984. Uno de los objetivos centrales será la búsqueda de una teoría materialista y no idealista de la cultura. Se busca por tanto una definición antropológica en el sentido de prácticas culturales, así como una definición histórica de esas prácticas. Se intenta definir la relación entre las prácticas culturales y las no culturales en formaciones sociales definidas. Esto conduce a dos tópicos problemáticos: el de la determinación y el de la autonomía relativa de lo cultural. La lectura del Estructuralismo francés será de gran ayuda. ALTHUSSER: destaca la imposibilidad de establecer correspondencias simples entre formaciones de clase y culturales y la caracterización de la ideología como práctica, antes que como sistema de ideas. GRAMSCI: será la obra decisiva por su vigoroso antirreduccionismo, por la noción de hegemonía, por su interés de la articulación política de lo cultural. Williams escribe un artículo en 1973, Base y superestrucutra, incluído después en Marxismo y literatura (1977). Se construye un grupo de estudios feministas que instala una línea de interpretación cada vez más autónoma, definiendo una segunda contradicción, el género, que termina desplazando la noción de clase, igual que sucederá a posteriori con la categoría de etnia (WILLIS y HEBDIGE). HALL: escribe Codificacion/Decodoficación, de gran importancia para los estudios culturales. Plantea la asimetría entre esos procesos de los mensajes masivos. Abre las puertas a la actividad de las audiencias, que termina opacando otras líneas de trabajo. La idea de probar empíricamente las tesis de Hall lleva a la aparición de gran cantidad de estudios de “etnografía de audiencia” (los de MORLEY y ANG entre otros). MATTELART: habla de “giro etnográfico” que si bien estaba previsto en el trabajo fundacional de Hoggart como en las primeras investigaciones del CCCS, en las últimas dos décadas revelaría una tendencia hacia un empirismo metodológico. - 1980-90: asisten a una explosión de los estudios culturales, tanto en sentido de su institucionalización como de su producción, accesible en la edición de libros y journals, y a la vez de sus temas y objetos, que participan activamente en nuevas modas teóricas: el multiculturalismo o los estudios poscoloniales. Si la definición de los estudios culturales se produce por objetos, problemas y preguntas, puede encontrarse su práctica y despliegue también en América Latina. Su institucionalización se ha limitado generalmente a escuelas y departamentos de comunicación social o a intentos individuales de intelectuales de la crítica literaria o la antropología. GRIMSON y VARELA destacan el énfasis político de los debates, fuertemente vinculados a la cuestión democrática y el rol de las culturas populares en la democratización del continente, en el marco de la noción de hegemonía, rasgo que se verá debilitado en la década siguiente, cuando la discusión se desplace al estudio de audiencias, la ciudadanía entendida como consumo y las consecuencias de la globalización, provocando incluso la desaparición de la categoría culturas populares del mapa temático y del vocabulario académico. ETNOCENTRISMO/RELATIVISMO Etnocentrismo: Término utilizado más tarde, especialmente tras la 1ª G.M. para designar críticamente las formas específicas que esa disposición universal asumía en Occidente, en visiones que identificaban la frontera de la humanidad con la propia lengua, cultura, clase social, raza, religión o carácter nacional. Relativismo: permite dar un sentido positivo a la comprobación de que toda experiencia social involucra un punto de vista singular, de que toda cultura contiene una teoría del mundo con una racionalidad específica, sus propios criterios y valores con respecto a lo justo y correcto. Desde entonces el uso de ambos términos se ha mezclado en los debates. Relación HOGGART-FOSTER: ambos hablan de la etnografía. WILLIAMS-GRAMSCI Diferencia HOGGART-WILLIAMS*.