Textos SAN AGUSTÍN TEXTO 1 (Del libre albedrío) Si el hombre en sí es un bien y no puede obrar rectamente sino cuando quiere, síguese que por necesidad ha de gozar de libre albedrío, sin el cual no se concibe que pueda obrar rectamente. Y no porque el libre albedrío sea el origen del pecado se ha de creer que nos lo ha dado Dios para pecar. Hay, pues, una razón suficiente de habérnoslo dado, y es que sin él no podía el hombre vivir rectamente. • Idea principal: – San Agustín afirma que el libre albedrío es un bien otorgado por Dios al hombre para poder obrar rectamente. • Ideas secundarias: – – – – – – El hombre es un bien Para hacer el bien hay que querer Ello presupone poder elegir, tener libre albedrío El libre albedrío es el origen del pecado El hombre puede obrar bien o mal Dios no nos lo ha dado para pecar, sino para elegir el bien, que es en lo que consiste la verdadera libertad. Texto 2 (Del libre albedrío) (…) porque no se puede decir que se ha hallado lo que se cree sin entenderlo, y nadie se capacita para hallar a Dios si antes no creyere lo que ha de conocer después. Por lo cual, obedientes a los preceptos de Dios, seamos constantes en la investigación, pues iluminados con su luz, encontraremos lo que por su consejo buscamos, en la medida que estas cosas pueden ser halladas en esta vida por hombres como nosotros; porque, si, como debemos creer, a los mejores aun mientras vivan esta vida mortal, y ciertamente a todos los buenos y piadosos después de esta vida, les es dado ver y poseer estas verdades más clara y perfectamente, es de esperar que así nos sucederá también a nosotros, y, por tanto, despreciando los bienes terrenos y humanos, debemos desear y amar con toda nuestra alma las cosas divinas. • Idea principal: – La razón y la fe, gracias a la iluminación de Dios, nos lleva al conocimiento de la verdad. • Ideas secundarias: – No se llega a la verdad si no se comprende y no se puede buscar si antes no se cree. Así, fe y razón se complementan. – Con su iluminación podremos llegar a la verdad. – Algunos, los mejores, ya han tenido la oportunidad de contemplar dichas verdades. – Igualmente nos puede pasar a nosotros. – Por eso debemos amar y desear las cosas divinas. En este texto de san Agustín descubrimos como idea principal la convicción de que mediante la fe y la razón, y gracias a la iluminación de Dios, podemos llegar al conocimiento de la verdad. Para Agustín, razón y fe son elementos complementarios y no opuestos en esta búsqueda de la verdad, pero siempre necesitados de el auxilio o iluminación divina, ya que nuestras capacidades son finitas y limitadas y nunca podrían, por sí solas, llegar al conocimiento de la verdad eterna. San Agustín se apoya también en el hecho de que ya algunos han llegado a semejante conocimiento y, por tanto, lo mismo puede pasarnos a nosotros siempre y cuando, eso sí, deseemos elevar nuestra alma hacia las cosas divinas.