¿Qué pasa con el GAS en Venezuela? | AUTOR Diego J. González Cruz | El Gobierno venezolano, apoyado en la Ley Habilitante del 26 de abril de 1999, dictó el 12 de septiembre de ese mismo año el Decreto No 310 con Rango y Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos (LOHG). En la Exposición de Motivos de dicha Ley quedaron establecidas las líneas fundamentales del Estado en materia de gas natural y sus componentes, las cuales se resumen en 8 puntos: Explotar las reservas probadas de gas natural para atender primordialmente el mercado nacional doméstico, comercial e industrial y eventualmente, el de exportación como materia prima o combustible a otros países. Incrementar las reservas de gas libre, para no depender demasiado del gas asociado –sujeto a las variables de la producción petrolera–, estimulando la búsqueda de yacimientos de gas libre. Las actividades con hidrocarburos gaseosos pueden ser realizadas directamente por el Estado o a través de entes de su propiedad, o por personas privadas nacionales o extranjeras con o sin la participación del Estado, a través de licencias y permisos. El Estado exigirá una regalía de 20% sobre los volúmenes de hidrocarburos gaseosos producidos. 1. 2. 3. 4. | 1 | petroleo yv 5. Se crea un ente con autonomía funcional denominado “Ente Nacional del Gas” para promover el desarrollo del sector y la competencia en todas las fases de la industria del gas, relacionadas con las actividades de transporte y distribución. Los precios del gas natural y las tarifas de transporte y distribución deberán atender a facilitar la recuperación de las inversiones, a obtener una rentabilidad razonable, así como al mantenimiento adecuado del servicio y a asegurar a los consumidores el menor costo posible. Con el fin de evitar conductas monopólicas, se prohíbe que una misma persona realice o controle en una región dos o más de las actividades de producción, transporte o distribución, sin embargo, cuando la viabilidad del proyecto así lo requiera, podrá ser autorizado por el Ministerio de Energía y Minas (hoy MENPET) para ejercerlas, en este caso deberán llevarse contabilidades separadas como unidades de negocio claramente diferenciadas. Dar prioridad a los proyectos de industrialización de los hidrocarburos gaseosos que propendan a la formación de capital nacional, a una mayor agregación de valor a los insumos procesados y cuyos productos sean competitivos en el mercado exterior. 6. 7. 8. FOTO: NOTIMEX / AFP El Negocio del Gas en Venezuela es un constante fuego que hay que apagar. Con estas políticas, Venezuela estaba en la oportunidad de desarrollar una verdadera industria del gas, sin embargo, ¿qué ocurrió? Las reservas probadas de gas natural, que son en un 90% asociadas al petróleo, no se han podido desarrollar por la caída de la producción petrolera. Cuando se promulgó la Ley la producción era de 3.059.000 barriles diarios (BD), y hoy no alcanza los 2.500.000 BD, por lo que el mercado nacional doméstico, comercial e industrial están en déficit. No se han incrementado las reservas de gas libre, y se sigue dependiendo del gas asociado sujeto a las variables de la producción petrolera. Aún cuando la LOHG permite otorgar licencias a particulares sin la participación del Estado, en más de 7 años solo se han concedido 16 licencias (5 en tierra y 11 costa afuera) y ahora esas empresas están amenazadas de tener que ceder el 60% de sus acciones al Estado, ya que se cambiará la Ley por decisión gubernamental. Hay la amenaza que el Estado incremente la regalía de 20% a 30%, también por el cambio de la Ley. El “Ente Nacional del Gas” resultó ser una dependencia más del MENPET, sin autonomía alguna para cumplir con el mandato de la Ley, como era el de “promover el desarrollo del sector y la competencia en todas las fases de la industria de los hidrocarburos gaseosos relacionadas con las actividades de transporte y distribución”. Siete años después de promulgada la Ley no se ha establecido empresa de gasoductos alguna y no se ha otorgado ningún permiso para distribuir gas por tubería en las ciudades. Los precios del gas natural y las tarifas de transporte y distribución, no cumplen con lo establecido por la Ley, ya que son fijados unilateralmente por el MENPET, están congelados y son tan bajos que no permitirían el desarrollo de empresas de transporte y distribución de gas por tubería. La Ley obligaba a PDVSA a dejar el monopolio de la industria del gas, para permitir la participación del sector privado y ello no se ha cumplido, al contrario, hoy la situación monopólica es más crítica. En materia de proyectos de industrialización de los hidrocarburos gaseosos no se ve progreso alguno, y mucho menos en la formación de capital nacional. a. b. c. d. e. f. g. h. Resumiendo, a casi 8 años de promulgada la LOHG no se ha cumplido con los mandatos de la misma, hecho que se constata al ver el incumplimiento de los Planes de PDVSA en materia de gas. A pesar de esta crítica situación a nivel nacional, se escucha hablar de proyectos faraónicos como el gasoducto hasta Argentina, o de un gasoducto a Panamá o a las islas del Caribe. En cualquier caso, antes de decidir la viabilidad de la exportación de gas, sea por tubería o por vía marítima y cuando se desarrollen sustanciales reservas de gas libre, Venezuela necesita de unas políticas de Estado en materia energética, que trasciendan los gobiernos de turno. | PYV | | 2 | petroleo yv Venezuela estaba en la oportunidad de desarrollar una verdadera industria del gas, sin embargo, ¿qué ocurrió? Venezuela necesita de unas políticas de Estado en materia energética, que trasciendan los gobiernos de turno. Estas deberían incluir asuntos importantes como: • El uso del gas en las operaciones de la industria petrolera, en especial para la inyección de los yacimientos, para el levantamiento artificial por gas, para la generación de vapor y como combustible. Acorde con el MENPET-2004, la industria petrolera consume 4.816 MMPCD, el 72,9% del gas producido en el país (6.608 MMPCD), y está en déficit. El gas usado para la producción de petróleo podría ser reemplazado por dióxido de carbono o nitrógeno para recuperación secundaria; por bombas electro-sumergibles en las operaciones de levantamiento; por Orimulsión para la generación de vapor, etc. • Matriz energética deseable para el mercado interno. Aunque hoy el gas representa el 42% de los consumos primarios de energía, todavía el consumo de líquidos derivados del petróleo y el gas es alto (26%) y parte podría ser reemplazado por gas y por otras fuentes de energía, en especial los biocombustibles y la energía solar. • Formas de exportación de energía. Aquí surgirá la discusión sobre si realmente el gas es el energético ideal para efectos de exportación. Si el gas se va a usar primeramente para la generación eléctrica, ¿por qué no pensar en la Orimulsión, ya sea generando la electricidad en Venezuela con este hidrocarburo, o exportándolo para que la electricidad sea generada en el país que la requiera? • Rol de la hidroelectricidad. Hoy Venezuela exporta electricidad a Colombia y Brasil. En un proceso de integración energética, usando el gas como bandera, esto tiene que ser considerado por algunas economías. • El impacto ecológico del desarrollo de las diferentes formas de energía, en especial los crudos de la Faja del Orinoco. • La Orimulsión ¿alternativa energética? Es indudable que habría que evaluar la factibilidad de usar este hidrocarburo, tanto en el mercado interno, como para la exportación. Sin dudas tendrá efecto en el cambio de la matriz energética primaria de Venezuela. • La necesidad de fortalecer capacidades humanas en toda la cadena de valor del recurso “Gas”. • Precios y tarifas para los diferentes energéticos. Es sabido que los precios de la gasolina, el fuel, el diesel, la electricidad y el GLP están subsidiados. Ello hace que se le dé mal uso a todos ellos en Venezuela. • Propuestas para avanzar hacia un marco regulatorio regional para el gas. Pareciera necesario revisar y actualizar las decisiones que se tomaron en 1998 en la III Reunión de Ministros de Energía, conocida como Declaración de Caracas. • Política de subsidios para productores y consumidores. Es necesario que esas políticas vayan directamente a los que realmente necesiten el subsidio, y no a toda la población como ocurre hoy. • Promover la participación del sector privado nacional e internacional en toda la cadena del negocio del gas y sus componentes.