596 Ciro Nolberto Güechá Medina los asuntos o controversias de los particulares, ya que los principios que sustentan a una y a otra son diferentes por naturaleza. El principio de igualdad que ampara las relaciones entre particulares, se rompe en la actividad administrativa. Las relaciones entre el Estado y los administrados se refleja en un principio de desigualdad, por lo que la jurisdicción que regula los conflictos surgidos entre la Administración y los particulares debe ser una jurisdicción diferente a la ordinaria y ésta no es otra que la jurisdicción contencioso administrativa. Finalmente es pertinente afirmar que el derecho procesal administrativo es consecuencia de la necesidad de establecer una jurisdicción que regule los conflictos surgidos de la actividad administrativa, como actividad especial, en contraposición a la ordinaria de los particulares entre sí; debido a que los principios que inspiran a una y otra son diferentes por naturaleza. Alguien podría pensar en contrario y decir que el derecho procesal administrativo es fruto del azar, porque a los revolucionarios franceses se les pudo haber ocurrido incluir en la jurisdicción ordinaria el conocimiento de las controversias de la administración, para fortalecer el principio de separación de poderes, por ejemplo, y así la jurisdicción contenciosa no hubiera existido. Considero que esto no habría durado mucho tiempo, porque los principios de una y otra habrían generado más temprano que tarde su separación; es tal el caso que los criterios de responsabilidad, de servicio público, de obra pública, de contratos, etc.; no son los mismos, por lo que no se hubieran podido controvertir y juzgar de la misma manera y bajo los mismos parámetros. En cuanto a la originalidad de nuestro sistema, se refleja en aspectos tan importantes como en las acciones de reparación directa y contractual, donde no es necesario una decisión previa de la administración, sino que es posible acudir directamente ante la jurisdicción contencioso administrativa para efectos de instaurar la acción judicial correspondiente. Situación diferente ocurre en el sistema francés, donde es necesario esperar una decisión previa de la Administración para ejercer así la acción de plena jurisdicción. Entre nosotros, las dos acciones mentadas tienen independencia y no se refunden en la acción de plena jurisdicción, dando mayor agilidad al trámite contencioso administrativo. Los trámites administrativos, determinan procedimiento surtido ante las entidades públicas, que se convierten en condición necesaria para acudir a la jurisdicción contencioso administrativa. En efecto, circunstancias como el agotamiento del recurso de apelación en vía administrativa, se convierte en requisito de procedibilidad para instaurar la acción o medio de control contencioso administrativo.