mensiones de brezos y de fayas van aumentando a medida que nos acercamos a la divisoria, sin que desaparezca el Cistus monspeliensis, aunque el helécho común (Pteris) predomine en el sotobosque. U n a v e z cruzada la divisoria (1.300 m.), el paisaje cambia totalmente: los brezos arbóreos, en formación densa, asombran el suelo por completo; desaparecen las jaras en el sotobosque, donde sólo vemos musgos y heléchos; las ramas y los troncos tortuosos de los brezos aparecen en gran parte cubiertos por liqúenes (Usnea barbata) este bosque, que al iniciar el descenso es casi puro de brezo, ofrece un aspecto fantástico, que nos recuerda las ilustraciones de los cuentos de hadas (fot. 37). Hacia los 1.250 m., las fayas, aunque supedita das al brezo, empiezan a tener representación apreciable; son frecuentes los ejemplares de gran talla que muestran puntisecas sus principales ramas, probablemente efecto de una enfermedad criptogámica. Paulatinamente, este fayal-brezal v a transformándose en laurisilva, que podemos suponer iniciada a los 1.100 m., con sus mejores manifestaciones en las depresiones próximas a esta cota y en el primer valle o garganta, atravesado por la traza del perfil. Sin que brezo y faya dejen de tener representación abundante, el bosque aparece caracterizado por laurel (Laurus canariensis) y acebiño (Ilex canariensis) muy abundantes, bosquetes de viñátigo (Persea indica) y algunos mocanes (Visnea mocanera). E n el sotobosque abundan los heléchos, algaritofes (Dracocephalum canariensis), capitana (Phyllis nobla), margullón (Ranunculus cortusaefolius), Myosotis macrocalycina, Geranium anemonaefolium, Hypericum grandiflorum, etc. A s pecto que recuerda bastante al clásico del monte Las Mercedes, de Tenerife (fot. 38). Próximamente a los 940 m. podemos suponer el paso a la facies de laurisilva degradada, con porte general arbustivo, abundantes brezos entre los laureles y acebiños, y gran profusión de zarzales y de heléchos; aspecto frecuentemente interrumpido por las parcelas de cultivos pertenecientes al pueblo de Hermigua: cereales, huertas y bastante ñame. Desde los 400 m. aparecen las tabaibas y demás representantes de la región costera: altabacas (ínula viscosa), espinos (Rhamnus crenulata), incienso (Artemisia canariensis), etc.; pero en esta orien-