T-23096 (01-06

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República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN LABORAL
Radicación No.23096
Acta No. 18
Magistrado Ponente: CAMILO TARQUINO GALLEGO
Bogotá D. C., primero (1º) de junio de dos mil diez (2010)
Decide la Corte la acción de tutela interpuesta por LUZ
STELLA OSORIO DE GONZÁLEZ contra el JUZGADO CUARTO
LABORAL DEL CIRCUITO DE CALI, la SALA LABORAL DEL
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL de la misma
ciudad, la Sociedad CALIMA RESORT S.A. – hoy liquidada por
ACCIÓN FIDUCIARIA S.A. (antes FIDUCIARIA FES S.A.) y la
SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES.
ANTECEDENTES
1.- Pretende la actora la protección de sus derechos
fundamentales “AL DEBIDO PROCESO, AL ACCESO EFICAZ A
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LA JUSTICIA(sic)
y A LA IGUALDAD DE LAS PARTES”,
presuntamente vulnerados por las entidades accionadas.
Sustentó su pedimento en los hechos que a continuación se
sintetizan:
Que ante el Juzgado 4º laboral del Circuito de Cali, instauró
demanda ejecutiva contra la sociedad CALIMA RESORT S.A.
en
liquidación,
por
la
suma
de
$21.816.167.oo
representados en el Acta de Conciliación No. 560 de
septiembre 25 de 2001 y $ 55.042.000.oo representados
en la factura 043 de mayo 25 de 2004; que librado el
mandamiento de pago, la demandada propuso excepciones
previas y de mérito, que denominó falta de competencia,
inexistencia del título ejecutivo y prescripción; que el
Juzgado, mediante auto 1161 del 4 de junio de 2008, las
declaró infundadas y ordenó
seguir adelante con la
actuación.
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Expuso que el Tribunal Superior, conoció del asunto en
varias oportunidades, y por auto del 11 de febrero de 2010,
confirmado en providencias del 18 de marzo y 19 de abril de
2010, revocó el proveído 1161 de junio 4 de 2008, ordenó
dar por terminado el proceso y dispuso el levantamiento de
las medidas cautelares, con fundamento en que el Acta no
cumplí los requisitos del Art. 488 del C. de P.C., por no estar
autenticada, y carecer de la constancia de ser primera
copia, que prestara mérito ejecutivo; que en relación a la
factura, la corporación, dijo no ser título valor, conforme al
artículo 744 (sic) del Código de Comerció, numerales 4º y 5º,
aunado a que aportado en copia al carbón y no fue
aceptada.
Adujo la actora que con la decisión asumida por el cuerpo
colegiado, se incurrió en “VÍAS DE HECHO, CON VIOLACIÓN
AL DEBIDO PROCESO” por cuanto no existió una valoración
integral del título ejecutivo complejo, aportado como base
del recaudo; además omitió aplicar la norma que legalmente
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correspondía, e ignoró el estudio conjunto de las pruebas
recaudadas en el proceso.
En ese orden, solicitó “Dejar SIN EFECTO LEGAL LOS AUTOS
No. 010, 027 y el 033 emitidos el 11 de febrero, 18 de
marzo y el 19 de abril de 2010,
respectivamente (…)”
ORDENAR AL Superior, proferir de manera inmediata la
decisión que legalmente corresponda (…) ORDENAR se
retrotraiga el proceso No. 2004-00397 a su estado anterior
al 11 de febrero de 2010 (…)”.
2.- Por auto de 18 de mayo de 2010 ésta Sala de la Corte
avocó conocimiento, ordenó comunicar a los accionados, y
demás intervinientes dentro del proceso cuestionado, para
que se pronunciaran sobre los hechos materia de la queja
constitucional.
Las partes no se manifestaron, según constancia secretarial
obrante a folio 14 del cuaderno de la Corte.
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CONSIDERACIONES DE LA CORTE
De acuerdo con el artículo 86 de la Constitución Política y
los decretos que reglamentaron su ejercicio, la acción de
tutela
fue
establecida para reclamar, mediante
un
procedimiento preferente y sumario, la protección inmediata
de los derechos constitucionales fundamentales, cuando
quiera que éstos resulten lesionados o amenazados por la
acción o la omisión de cualquier autoridad pública o de los
particulares en los casos expresamente previstos por la ley,
siempre y cuando no exista otro medio de defensa judicial, a
no ser que se utilice como mecanismo transitorio para evitar
un perjuicio irremediable.
Dicha eficacia de los derechos fundamentales debe estar en
consonancia, en particular, en lo que concierne a la
administración de justicia, con los principios rectores de
nuestro estado social de derecho, tales como la seguridad
jurídica y la cosa juzgada.
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Sin
embargo,
dicho
mecanismo
tiene
un
carácter
excepcional, delimitado por la Constitución Política, de
suerte que las divergencias en la interpretación y aplicación
de normas legales a casos concretos, o las meras
discrepancias entre las partes respecto de una decisión
judicial, no hacen parte de la órbita constitucional, es decir,
escapan al ámbito propio de esta acción. Salvo que el
funcionario adopte una decisión abiertamente contraria a
derecho, sin ninguna objetividad, a tal extremo, que incurra
en una actuación arbitraria, situación ésta frente a la cual,
abre camino sí, al amparo constitucional para restablecer
los derechos fundamentales conculcados.
Por ello, ésta Sala ha sostenido la tesis de la posibilidad de
estudiar acciones de tutela contra providencias judiciales,
de manera excepcional y subsidiaria, cuando se violenten
por parte de las autoridades judiciales derechos de rango
superior en forma evidente e incuestionable.
Los anteriores razonamientos, resultan suficientes para
considerar que la acción constitucional invocada, no es
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viable, pues, no se advierte el quebrantamiento de los
derechos alegados por la accionante, dado que la decisión
del órgano Judicial, no evidencia arbitrariedad o capricho.
En efecto, la accionante se duele, que el Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Cali, revocara el auto de 4 de junio de
2008, y en su lugar declarara probadas las excepciones
propuestas, nobstante se avista en el cuerpo de la
providencia acusada, que el Tribunal no desconoció los
documentos que constituyen el título ejecutivo complejo,
cierto es, que después de relacionarlos señaló que “Se
aportó como titulo de recaudo ejecutivo, copia del contrato
de trabajo, escrito de 7 de mayo de 1999, donde la
liquidadora le ofrece contrato de prestación de servicios, (…)
acta de conciliación, sin constancia de ser primera copia,
terminación del contrato de prestación de servicios, (…)
copia al carbón de factura cambiaria de compraventa, con
firma de recepción de FES, requerimiento de pago de
obligaciones”,lo que condujo a motivar su decisión.
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El hecho de que la accionante no comparta tal postura no
implica que haya existido trasgresión a los derechos
fundamentales, pues es claro que el Juez natural, al evaluar
los presupuestos que exige el Art. 488 del C. de P.C., y no
encontrarlos satisfechos adoptara una decisión , que si bien
no se comparte, no logra, se reitera quebrantar la
providencia que finiquitó el proceso.
Valga agregar que la función del juez de tutela, no es la de
invadir la competencia del juez ordinario, encargado por la
ley de dirimir una controversia en que se disputa un derecho
legal, cuando quiera que éste, en virtud de los principios de
la independencia y autonomía, según los artículos 228 y
230 de la Constitución Política, amén de la forma de
apreciación probatoria consagrada en el artículo 187 del C.
de P.C. ha hecho un examen ponderado y mesurado de los
medios probatorios allegados al proceso y emite una
decisión acorde con ese análisis, tal cual, se puede apreciar,
aconteció en este asunto.
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En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala
de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley,
RESUELVE:
PRIMERO.- NEGAR la tutela impetrada por las razones
expuestas en las motivaciones de esta providencia.
SEGUNDO.- NOTIFICAR esta decisión a los interesados en la
forma prevista por el artículo 30 del Decreto 2591 de 1991.
TERCERO.- Si no fuere impugnada esta providencia,
remítase el expediente a la Corte Constitucional para su
eventual revisión.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
CAMILO TARQUINO GALLEGO
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ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN
EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS
GUSTAVO JOSE GNECCO MENDOZA
LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ
FRANCISCO JAVIER RICAURTE GÓMEZ
ACLARACIÓN DE VOTO DEL
MAGISTRADO GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA
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Aunque comparto la decisión adoptada, debo
aclarar que en mi opinión la acción de tutela no procede contra
providencias judiciales, en virtud de los principios de autonomía
e independencia de los jueces, columna vertebral de todo
Estado de Derecho, tal como durante mucho tiempo y de
manera pacífica y reiterada lo consideró esta Sala de la Corte
Suprema de Justicia, con apoyo en vario s argumentos jurídicos
sólidos que mantienen plena vigencia. Para no abundar en esas
serias razones, suficientemente conocidas y que ahora no son
compartidas por la mayoría, estimo suficiente remitirme a lo
que argumentó la Sala en fallo del 29 de octubre de 1998:
“Conforme lo ha dicho en múltiples ocasiones esta Sala
de la Corte Suprema de Justicia, la declaración de
inconstitucionalidad de los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2591
de 1991, en los cuales se permitía el ejercicio de la acción de
tutela contra providencias judiciales, retiró de nuestro
ordenamiento jurídico el único aparente fundamento que existía
para la procedencia de dicha acción contra cualquier providencia
que en desarrollo de un proceso o actuación judicial se profiera.
“Como la misma Constitución Nacional establece en su
artículo 243 que los fallos que la Corte Constitucional dicta en
ejercicio del control jurisdiccional "hacen tránsito a cosa juzgada
constitucional", disponiendo igualmente que "ninguna autoridad
podrá reproducir el contenido material del acto jurídico declarado
inexequible por razones de fondo, mientras subsistan en la Carta
las disposiciones que sirvieron para hacer la confrontación entre
la norma ordinaria y la Constitución", se cae de su peso, o por lo
menos así lo considera esta Sala de la Corte Suprema de Justicia,
que mientras no sean modificados los artículos 1º, 228, 229 y 230
de la Constitución en vigor, no es posible "reproducir el contenido
material del acto jurídico declarado inexequible por razones de
fondo", vale decir, el contenido material de los artículos 11, 12 y
40 del Decreto 2591 de 1991, ni tampoco soslayar el efecto de
cosa juzgada constitucional del fallo de la Corte Constitucional
mediante el expediente de calificar la sentencia o la pro videncia
judicial que le pone fin al proceso, de ser algo distinto a lo que
por su naturaleza, forma y contenido son dichas actuaciones
judiciales.
Con el acostumbrado respeto,
Fecha ut supra.
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GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA
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