CARTA El orden perfecto de las cosas Cada cosa tiene su lugar, cada oportunidad su momento, cada niño su sonrisa, cada naranja su mitad, cada estrella su universo… Se trata de un equilibrio invisible, una justa armonía, la importancia del ser y el estar, del aquí y ahora. Todo lo que conocemos nos llega a través de los cinco sentidos, y este es parte del quid de la cuestión: saber interpretar las señales que percibimos para reconocer cuándo es el momento de adaptarse y seguir presentes en nuestro ordenado lugar. En los servicios de atención al cliente es imprescindible que exista esta misma proporción entre cliente y empresa. La empresa se sirve de su marca, productos y servicios para llegar al consumidor final; el cliente, al comprar, adquiere una relación invisible pero necesaria con la empresa, que deberá aportarle desde ese preciso instante un soporte completo y de calidad. Aquí es donde se pone de manifiesto la excelencia de los servicios de atención al cliente, ofreciendo una respuesta acertada, profesional y directa, una mano experta que sostenga la verdadera experiencia del cliente. Precisamente por la importancia y la necesidad de adaptación a las nuevas demandas de los clientes, en este número de ContactCenter destacamos el valor de la multicanalidad como fuente de anticipación y de respuesta a una realidad que hoy el consumo impone, no solo desde un punto de vista tecnológico, sino también con el desarrollo del equipo ya que, con su trabajo y su visión, hacen que el conjunto adquiera ese perfecto orden del que hablábamos. En esta realidad multicanal la banca, el sector financiero en definitiva, desempeña uno de los roles más destacados en cuanto a capacidad de adaptación a las necesidades del cliente. Con los smartphones e internet en cualquier parte, el cliente espera y pide gestionar sus cuentas en cualquier momento, siempre que lo necesite, sin horarios ni restricciones. Es hablar de autonomía de servicio y disponibilidad sin que ello suponga una merma de la confianza en la efectividad y resolución que la marca ofrece, siguiendo una clara pauta de atención aún más individualizada, adaptada a la necesidad concreta de cada momento. De esta forma, apostando por la adaptación, aprendiendo a crecer en futuro, y analizando minuciosamente nuestro entorno, sabremos dar la mejor respuesta a nuestros clientes en el momento preciso. Augusto Comte ya destacó “El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin”; porque trabajando con amor, y confiando en el equilibrio del orden, se alcanza el fin que esperamos: el éxito. Un abrazo, Mila Miguel, Directora General de Contact Center ı nº64 febrero-marzo 2013