En las organizaciones de trabajo es bastante frecuente la existencia de simples discusiones o problemas personales entre compañeros y compañeras o jefes, pero cuando una persona o un grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática, al menos una vez por semana durante un tiempo prolongado, más de seis meses, sobre otra persona en el lugar de trabajo, podríamos hablar de mobbing, que se podría traducir como hostigamiento psicológico en el trabajo que se manifiesta en forma de conflictos interpersonales. Leyman distingue 45 comportamientos hostiles que pueden ser de distinta naturaleza: - Acciones contra la reputación o la dignidad personal del afectado (comentarios injuriosos contra su persona, ridiculizándolo o riéndose públicamente de él, etc.); - Acciones contra el ejercicio de su trabajo (encomendándole trabajo en exceso o difícil de realizar cuando no innecesario, monótono o repetitivo, o incluso trabajos para los que el individuo no está cualificado, etc); - Acciones que comprenden una manipulación de la comunicación o de la información con la persona afectada que incluyen una amplia variedad de situaciones, manteniendo al afectado en una situación de ambigüedad de rol negándole u ocultándole los medios para realizar su trabajo… La táctica utilizada en el mobbing consiste en desgastar piscológicamente al trabajador o trabajadora hasta conseguir que se autoexcluya. La víctima va deteriorándose profesional y psicologicamente hasta perder su capacidad de autoestima, luego cae en depresión, enfermedades psicosomáticas, insomnio, alcoholismo, e incluso suicidio. Pero las consecuencias no son sólo para el trabajador o trabajadora que lo padece, sino que aparecen ciertas disfunciones que repercutirán tanto sobre el resto de los trabajadores y trabajadoras (mal clima laboral, insatisfacción en el trabajo, desmotivación,…) como sobre el funcionamiento de la empresa (absentismo, abandonos del trabajo, incremento de la accidentabilidad, disminución de la cantidad y la calidad de trabajo,…) Además, dada la situación del mercado laboral actual facilita el mobbing, sobre todo desde que han proliferado los contratos temporales. El trabajador o trabajadora, para quedarse, traga con carros y carretas. Entre las medidas preventivas que recomiendan los expertos en el tema, citamos las siguientes: planificar y diseñar las relaciones sociales en la empresa; articular sistemas de presentación, acogida e integración de las personas recién incorporadas; realizar un tratamiento médico orientado a los síntomas; contar con un servicio permanente de asistencia a los trabajadores y trabajadoras desempeñado por profesionales de psicología, y en casos extremos cambio de puesto de trabajo. Para más información ver: Nota Técnica de Prevención nº 476. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.