Siglo nuevo mobbing. Este tipo de corporativos va a la vanguardia”, acota Ordóñez. Las empresas deben saber que el mobbing no sólo afecta a la víctima, sino a todo el grupo, pues la comunicación tan necesaria se ve alterada por este tipo de conflictos; además, está comprobado que este fenómeno baja el nivel de productividad de las compañías que lo albergan. “Fomentar o permitir el acoso laboral va en perjuicio de la misma organización, porque ésta podrá deshacerse de un empleado o de dos, pero el ambiente enrarecido de trabajo puede permanecer. Las empresas no deben apartar la vista de su objetivo, que es la productividad, y si lo hacen están perdidas”, opina el Abogado Landeros. FUERA DE LA LEY as consecuencias del mobbing en un trabajador se irradian a su salud, a su vida familiar y hasta su economía, ya que con el ausentismo el empleado pierde sus estímulos, le descuentan los L 40 • Sn Pero también debemos estar atentos a que el mobbing no se revierta, es decir, que una persona diga que está siendo objeto de hostigamiento laboral sólo para perjudicar a otro días no trabajados y esto hace temblar sus bolsillos, sobreviniendo los problemas para solventar sus gastos y compromisos. A la par, la tensión y las secuelas que pueden traer consigo el mobbing, pueden generar conflictos con la pareja, los hijos o las amistades, y así la persona acosada cae en un pozo sin fondo. Por eso, los expertos opinan que el mobbing debe solucionarse lo más rápido posible, y que lo primero que hay que hacer es enfrentar al acosador y decirle que nos está molestando su actitud -así sea el jefe- y, si no es posible un acuerdo, se debe acudir al director o al jefe inmediato superior. El Abogado Landeros recomienda que primero se agoten todas las posibilidades de solución administrativa, es decir, hablando con quien corresponda. De ser necesario, se debe interponer una demanda ante la Procuraduría de la Defensa del Trabajo o llevar el caso ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, donde le asignarán gratuitamente un abogado de oficio. El problema es que en nuestro país la mayoría de estas demandas no proceden porque no existe una ley que estipule el acoso laboral como un delito, ni hay sanciones a las empresas que lo permitan o lo fomenten. “La Ley Federal del Trabajo sólo dice que el patrón debe tratar con respeto al trabajador y propiciarle un ambiente laboral estable, pero no señala to-