El Reinado de Justiniano I (HA) Uno de los más grandes emperadores bizantinos fue Justiniano I, cuyo largo reinado se extendió del 527 al 565. Pero el reinado de Justiniano casi llega a su fin mucho antes, y de manera abrupta. En enero del año 532, el emperador y su hermosa esposa, Teodora, asistieron a una competencia de cuadrigas en el Hipódromo. En ocasiones anteriores, simpatizantes Azules y Verdes de los que se encontraban entre el público habían peleado entre sí. Esta vez, sin embargo, ambos grupos estaban molestos debido al arresto de algunos de sus miembros. Justiniano notó con espanto que ambos grupos se habían unido en su contra. Se desató un conflicto que continuó en las calles y que creció hasta convertirse en una rebelión de gran envergadura. Los disturbios se prolongaron durante una semana, durante la cual Justiniano y Teodora se ocultaron en el palacio. Una buena parte de la ciudad estaba en llamas. Los consejeros de Justiniano querían que el emperador abandonara la ciudad. Teodora, sin embargo, lo incitaba a quedarse y a luchar. Animado por su esposa, Justiniano aplastó la revuelta [revuelta: una acción violenta en oposición a un gobierno o la ley] . De acuerdo con Procopio, el historiador oficial de la corte, 30.000 personas perdieron la vida en los enfrentamientos. La ciudad de Constantinopla quedó en ruinas. Justiniano estaba decidido a reconstruir la ciudad en grande. Destinó grandes sumas de dinero para obras públicas. Poco tiempo después, Constantinopla tenía nuevos puentes, baños públicos, parques, caminos y hospitales. El emperador también construyó varias iglesias espléndidas, entre las clases se encuentra la magnífica Hagia Sofia, que significa “Divina Sabiduría” en griego. En la actualidad, esta gran obra es uno de los edificios más famosos del mundo. Además de reconstruir Constantinopla, Justiniano trató de recuperar parte de los territorios perdidos por el Imperio Romano. Lanzó campañas militares que, durante un tiempo, lograron reconquistar partes del norte de África, Italia y España. Sin embargo, Justiniano es más famoso por la creación de un cuerpo sistemático de leyes. Bajo su supervisión, un comité estudió las miles de leyes que los bizantinos habían heredado del Imperio Romano. El comité revisó las leyes que no se habían actualizado y las que eran confusas. También hizo mejoras, tales como ampliar los derechos de las mujeres a la propiedad. El resultado de su trabajo se conoce como el Código de Justiniano. Se convirtió en la base de varios códigos legales del mundo occidental. Procopio, el historiador de la corte, escribió relatos llenos de elogios a los logros de Justiniano. Pero también escribió la Historia secreta, en la cual tilda al emperador de “enemigo traicionero, enloquecido por matar y saquear”. A lo largo de su historia, la desconfianza y las divisiones a menudo azotaron la corte imperial bizantina. La corte de Justiniano no fue una excepción a la regla.