Bali, la ciudad de los dioses Redacción Travelview Bali es una isla muy conocida a nivel mundial, no sólo por quienes han tenido la posibilidad de viajar hasta ella, sino por todos aquellos que han quedado maravillados por lo que han oído y están deseando tener la oportunidad de viajar hasta este paradisiaco lugar. Mucho se ha dicho sobre esta isla bañada por las aguas del Océano Indico, aunque lo que más llamé la atención es la cantidad de contrastes que se encuentran en esta isla y que hacen de ella un lugar tan especial al que ir. Conocida como la ciudad de los dioses Bali es un lugar que hechiza a quien lo visita, volver después de haber viajado a esta isla es como el que sufre un síndrome de Estocolmo, vuelve impresionado con la isla y con un único pensamiento, volver lo antes posible. Se ha hablado de que es una isla de contrastes, pero ¿por qué se dice esto? A diferencia de otros lugares y de lo que se pudiera pensar, Bali no es una playa de arenas blancas, al contrario, se puede decir que son negras. El hecho de que las arenas sean de este color tiene una explicación y es que el volcán situado en la isla, al entrar en erupción, ocasionó que la arena pasase a ser de este color. Este hecho no significa que su calidad, sea menor, sino que le aporta un toque característico y que la diferencia de otros denominados paraísos. Bali es un destino conocido principalmente por ser una isla paradisiaca, aunque hay una Bali que aún está por conocer, una Bali que ofrece aventuras para quien las busca, como el poder ascender a un volcán todavía activo como el Kintamani, el de conocer una cultura diferente a través de distintas danzas y bailes típicos de la zona, así como visitar monumentos de gran importancia cultural para esta isla como Besakih, el Mengwi. Para aquellos que busquen perderse en la naturaleza también tienen la oportunidad de perderse por sus selvas, sus frondosos bosques verdes y de paso conocer algunas de las especies animales que viven en la zona. Poco se puede decir ya que no se haya dicho sobre las magníficas playas que hay en Bali, unos lugares paradisiacos, llenos de palmeras y cocoteros, que incluso parecen estar puestos a conciencia en el lugar adecuado para la función que han sido diseñados. Por no hablar de sus cristalinas aguas, perfectas para la práctica de cualquier tipo de deporte acuático, desde natación hasta surf pasando por submarinismo, este último una de las mejores opciones para conocer la rica fauna y flora marina que hay bajo estas aguas. Una sensación que se experimenta al llegar a esta isla es la de estar en otro mundo, la luz parece diferente, es como si se estuviera mirando a través de un cristal de otro color, que hace que te transportes a un lugar distinto, los colores vivos parece que son más vivos, hasta el aire es como si tuviera un olor diferente. Para muchos Bali es como un pequeño universo, en el que nada está colocado al azar, sino que es como si alguien hubiera querido crear un lugar único y puesto en cada sitio lo que quería cocoteros, palmeras, ríos, volcanes, esos inmensos arrozales que forman un manto de color verde esmeralda del que no te cansas de mirar y que le dan el aspecto de uno de los jardines mejor cuidados del mundo. Hasta la gastronomía de la isla destaca por ser diferente, por su gran variedad, incluso esa sensación de ser una isla de otro color se ve reflejado en sus platos, una perfecta combinación de colores, sabores y aromas. Unos platos en los que aunque el arroz sea el ingrediente principal se preparan de distinta forma según los ingredientes que le acompañen pudiendo en ocasiones resultar demasiado picante y otras un poco más dulce. En el caso de tener que poner un inconveniente a Bali este sería la distancia, y es que es realmente una pena, el no poder disfrutar de un lugar tan maravilloso como este cada vez que se nos antoje, ya que se nos queda un poco lejos para poder realizar una escapada de fin de semana a un lugar como este en el que poder encontrar un poco de paz.