PRIMERA OLIMPIADA NACIONAL DE FILOSOFÍA “José Vasconcelos” Nombre del Alumno: Martha Isela Pérez Calzada Nombre del Plantel: Dirección General Subsistema DGECYTM, DGETI, CECYTEA PLANTEL EL LLANO o (DGB, DGETA, COLEGIO DE ESTUDIOS CIENTIFICOS Y TECNOLÓGICOS DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES Conalep, Colbach o CECYTES): Estado: AGUASCALIENTES Correo electrónico: wicha_95@hotmail.com Título significativo o Nombre Límites de la autoridad civil del ensayo2: Resumen o Abstract: El hombre es un ser social y político, no puede vivir solo. La familia primero, la aldea y la sociedad son sus ámbitos de desarrollo. Como tal el hombre en la sociedad se organizó hasta lograr el Estado con todos sus poderes como los modernos que hoy conocemos. ¿Cuál es el fin del Estado en la sociedad? ¿Por qué la Autoridad Civil no es capaz de garantizar el bien común? ¿Qué camino debe seguir la sociedad civil para lograr una justicia social a pesar de la autoridad civil? Límites de la autoridad civil Desde tiempos inmemorables es sabido que el hombre por naturaleza es un animal social1, ya que la naturaleza de éste es estar acompañado. Aristóteles es el principal teórico de esta tesis, el piensa que la sabiduría misma de la naturaleza no se equivoca y que existe una razón en ella de que el ser humano viva en sociedad. Para Aristóteles la fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la Ciudad-Estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes)2. Así mismo menciona que para el buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad 3. En la misma línea de pensamiento, menciona la acción de mandar como una potestad natural de ahí la necesidad de crear una autoridad civil, entendiéndola como aquella que tiene el derecho de determinar la conducta de los demás imponiéndoles un deber de conciencia y exigiendo, por tanto, una adhesión moral y personal. Aunque muchos pensadores y teóricos de la antigüedad plantearon esta tesis “mandar según la recta razón” al aplicarla, su propósito original fue corrompido por la avaricia y orgullo de los hombres que confundieron el poder, que sólo legitima esa autoridad, cuya función debía ser el dirigir de manera equitativa la sociedad. Por otra parte, desde muchos siglos atrás el pueblo ha creído lo que unos cuanto señalan, que el poder era otorgado por orden divina, razón principal por la que el pueblo debe obediencia y conformidad con aquellos límites de autoridad que los lideres imponían aunque no buscaran el bien de la sociedad. Teniendo en cuenta las sociedades perfectas, es decir, supremas e independientes, que debían tender al bien común y por lo tanto en ella se tenía el 1 Aristóteles, La Politica, http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/766/3.pdf p. 5 Op. cit. P.4 3 Op. Cit. P. 11 2 derecho de exigir de sus miembros todo lo que es moralmente necesario para lograr plenamente su propio fin. En tiempos antiguos al igual que en la actualidad siempre han habido grandes autoridades que el pueblo respeta, el poder eclesiástico y el Estado, dice que los dos buscan el bien en común que tanto mencionamos. El bienestar de la sociedad pero ¿en realidad se ha logrado aquel bien que se busca desde la tiempos remotos? Mi respuesta es que no, al igual que en aquellos tiempos cuando surgió la teoría de la autoridad se ha corrompido su propósito. En la actualidad, el poder del Estado está repartido injustamente y solo busca el bien de aquellos líderes políticos que lo dirigen dejando al pueblo sin oportunidad de progresar. Y los dirigentes que el mismo pueblo designa sólo a éste como un escalón para poder obtener más poder. De la misma forma el poder eclesiástico que hoy esta corrompido por fines económicos que solo logran estafar al pueblo creyente en nombre de Dios. En ambos casos no hay tales límites de la autoridad no puede haberlos si solo se busca el bien de un solo hombre, no puede haberlos si nuestros líderes son los que nos quitan las oportunidades. La autoridad hoy en día está demasiado lejos de lo que debe ser, ha hecho de nosotros una sociedad mediocre, necesitamos despertar y reconocer que la democracia nos da la oportunidad de elegir qué autoridades van a regir nuestro país; necesitamos deshacernos de aquellos lideres faltos de sabiduría y llenos de corrupción que hoy nos alejan de ser una sociedad avanzada y con oportunidades para todos. Una nación donde la autoridad nos ayude a ser mejores ciudadanos y a respetar nuestro prójimo, donde la autoridad rija de manera justa a todos y no sea la misma autoridad la que nos haga formar parte de aquella idea corrompida y mediocre que hoy llamamos autoridad. Creo firmemente que la información es la solución al problema de autoridad que tanto nos acompleja, que una sociedad informada es más difícil de corromper ya que cuenta con las herramientas necesarias para hacer sus propios juicios de valor y tomar mejor sus decisiones. También el no dejarse llevar por el amarillismo de los medios de comunicación que solo mal educan y traban la mentalidad de los más jóvenes, porque solo ven lo que los altos mandatarios quieren que la gente vea. Pero más que nada exigir a nuestros líderes políticos cuentas claras, demostrarles que ya no pueden comprarnos más con sus falsas promesas de campaña y que el pueblo quiere cambio y más que nada exige acción de su parte. El México justo y sin abuso en el ejercicio del poder por parte del Estado es un sueño que merece ser realizado, todos merecemos un país mejor, es necesario plantearnos la idea original de autoridad y seguirla, avanzar hasta lograr una nación mejor donde los límites de la autoridad civil sean los formadores de ese México libre, que los gobiernos no solo busquen enriquecerse a costa del pueblo, en contra parte que favorezcan la educación, el progreso y la democracia justa que nos empujara hacia tiempos mejores y sea el legado que dejamos a futuras generaciones. BIBLIOGRAFÍA 1. Aristóteles, La política. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/766/3.pdf