(Art. 14 primer párrafo Ley 23.737).

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
ESTUPEFACIENTES. TENENCIA SIMPLE (Art.
14 primer párrafo Ley 23.737).MODIFICACIÓN
DE
LA
CALIFICACIÓN.
VALIDEZ
DEL
PROCEDIMIENTO.
En cuanto al encuadre jurídico que cabe asignar a la tenencia de estupefacientes
atribuido, debe previamente consignarse que no se encuentra controvertido el
secuestro de ese material bajo su esfera de custodia.Respecto a la finalidad de la
aludida tenencia, ante la ausencia de otros elementos con poder convictito suficiente,
no basta –más allá de la sospecha que pueda generar- la sola circunstancia relativa a
la cantidad de droga incautada para la acreditación del dolo de tráfico en cabeza de la
imputada, extremo -este último- necesario para la calificación de su conducta en
USO OFICIAL
cualquiera de las modalidades previstas por el art. 5° inc. “c” de la ley 23.737. Sentado
cuanto precede, por aplicación del principio contenido en el art. 3 del ritual, habrá de
concluirse que el hecho endilgado debe encontrar adecuación típica en el amplio
espectro de posibilidades contenido en el art. 14, primera parte, de la ley 23.737.
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN
//Plata, 18 de febrero de 2010. R.S. I T.70 f* 31
AUTOS Y VISTOS: Para resolver en la presente causa registrada
bajo el n° 5103/I, caratulada: “C., M. I.; M., E.R. s/Inf. Ley 23.737”,
procedente del Juzgado Federal n° 1 de Lomas de Zamora.
Y CONSIDERANDO:
I. Que llega la presente causa a este Tribunal de Alzada, en virtud
del recurso de apelación interpuesto por el Dr. G. E. F., contra la resolución
que decreta el procesamiento con prisión preventiva de M. I. C., por
considerarla “prima facie” autora del delito previsto y sancionado en el art. 5°
inc. c) de la ley 23.737, en la modalidad de transporte de estupefacientes;
recurso al que el señor Fiscal General ante la Alzada no adhiere.
II. Que los agravios de la defensa persiguen la revocatoria del
auto apelado, fundamentando razones de hecho y derecho. Comienza su
alegato relatando los hechos y manifiesta que “…este secuestro dentro del
vehículo
es
el
único
fundamento
probatorio…base
del
auto
de
procesamiento…” por parte del a quo. Asimismo, manifiesta que el juzgador
luego del secreto de sumario “…con el sólo argumento de la sustancia
estupefaciente y endilgándosela graciosamente a M. C.…pretende tener por
acreditado el transporte con fines de comercialización…”.
Subsidiariamente, el apelante cuestiona la prisión preventiva
impuesta, manifestando que “se debe merituar que el principio de
inocencia…” acompaña a la imputada y que la misma “…cumplió con
regularidad las imposiciones procesales…” en causa anterior, presumiendo
que actuará en este caso de la misma manera, sin obstruir la investigación ni
frustrar el proceso.
Que, en tercer lugar, plantea la existencia de una nulidad absoluta
al momento de proceder personal policial a la requisa personal y del automóvil
en que viajaba y su posterior detención. Estima que “…el mero hecho de
agacharse durante unos segundos no justifica ningún tipo de sospecha de la
comisión de un delito…”. Afirma asimismo, que el personal policial viola el
art. 138 del CPPN sin justificación alguna incumpliendo los supuestos del art.
139 del CPPN y concordantes ante la existencia de un solo testigo de
actuación. Culmina solicitando que se declare la nulidad y se revoque el auto
apelado.
III. Que, ingresando al tratamiento del recurso, en primer lugar
cabe señalar que si bien la nulidad pretendida por la defensa, no transitó el
correspondiente trámite incidental, ello no impide el examen oficioso del
Tribunal el que se encuentra autorizado, en la eventualidad de constatarse la
presencia de nulidades de carácter absoluto.
En tal inteligencia, examinada el acta, la misma da cuenta del
procedimiento realizado en la localidad el , en instancias que personal de la
Seccional
se hallaba recorriendo la jurisdicción en uso de sus propias
facultades, de prevención y represión de delitos; dando cuenta que al observar
la actitud de una persona de sexo femenino en un rodado color azul, proceden
con los recaudos del caso a seguir el vehículo. Una vez detenido el rodado, y
ante la sospecha que los mismos pudieran tener algún objeto que pueda
atentar contra si mismos o terceros, solicitan un móvil de apoyo con testigo.
Identificados los ocupantes del rodado, y arribado el segundo móvil policial
con el testigo proceden a la requisa de M. I. C. extrayendo la misma de su
indumentaria tres envoltorios de color azul y una parte media de las
denominadas tizas. Asimismo, se procede a secuestrar del rodado y del lugar
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en donde C. se hallaba situada, un bolso de cuero negro conteniendo en su
interior una lata de té con la cantidad de 29 envoltorios con sustancia
blancuzca denominadas tizas y un retazo de nylon color blanco conteniendo
una pequeña porción de sustancia blancuzca; todo en presencia del testigo
citado. Posteriormente, ya en la dependencia policial, se procede a convocar a
(un) segundo testigo hábil de las actuaciones, a quien se le exhiben los
elementos secuestrados y ante quien se procede al peso de la sustancia
incautada.(...)se da cuenta del resultado del test de orientación que arroja
resultado positivo para la presencia de cocaína. Asimismo, se encuentra
agregada la pericia toxicológica de las denominadas tizas secuestradas,
realizada por la División Laboratorio Químico de la Prefectura Naval
Argentina.
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Que respecto a la pretendida nulidad del acta, se adelanta que ella
no habrá de prosperar, ya que las circunstancias de tiempo, modo y lugar en
que ocurrió el hecho permiten determinar que nos hallamos ante un supuesto
de flagrancia, el cual por sus características, no hubiera requerido para su
validez de la presencia de testigos de actuación. Sin perjuicio de ello, la
presencia de (testigo) desde el principio del procedimiento y luego la
convocatoria de (testigo) certifican la validez de los hechos, no resultando
nula en modo alguno el acta que da inicio a las actuaciones.
Cabe señalar que el acta constituye una pieza probatoria del
proceso y que no puede perderse de vista que su posterior valoración debe
hacerse junto con las demás probanzas colectadas; así puede constituir una
circunstancia totalmente independiente de los elementos probatorios
incorporados, o bien, tener con ellos una relación causal tal como aparece en
el legajo.
En este orden de ideas, las declaraciones de los preventores
resultan coincidentes con el relato de las circunstancias contenidas en el acta
de procedimiento, por lo que se advierte que la diligencia en cuestión no fue
arbitraria, toda vez que existió una sospecha razonable que determino al
personal policial a actuar de un modo racional interceptando al vehículo y
requisando a sus ocupantes.
La pretensión defensista importaría la reducción de las facultades
prevencionales a una expresión tan mínima que significaría su eliminación,
con la exigencia -en el caso- de que el personal policial, aun contando con la
sospecha de que podría estar frente a una falta o hecho ilícito, frustre con su
pasividad el cometido que por la ley se encuentra obligado a cumplir.
Sentado lo
expuesto, no se
advierte la existencia de
irregularidades en el procedimiento descripto que autoricen a invalidar lo
actuado, por lo que cabe el rechazo de la nulidad impetrada.
IV. En cuanto al encuadre jurídico que cabe asignar a la tenencia
de estupefacientes atribuida a la encartada, debe previamente consignarse que
no se encuentra controvertido el secuestro de ese material bajo su esfera de
custodia.
Respecto a la finalidad de la aludida tenencia, ante la ausencia de
otros elementos con poder convictito suficiente, no basta –más allá de la
sospecha que pueda generar- la sola circunstancia relativa a la cantidad de
droga incautada para la acreditación del dolo de tráfico en cabeza de la
imputada, extremo -este último- necesario para la calificación de su conducta
en cualquiera de las modalidades previstas por el art. 5° inc. “c” de la ley
23.737.
Sentado cuanto precede, por aplicación del principio contenido en
el art. 3 del ritual, habrá de concluirse que el hecho endilgado a C. debe
encontrar adecuación típica en el amplio espectro de posibilidades contenido
en el art. 14, primera parte, de la ley 23.737.
V. Por último, dada la calificación legal adoptada en la presente
resolución respecto a la conducta de la imputada, y teniendo en cuenta los
agravios del apelante en relación a la prisión preventiva ordenada en el auto de
procesamiento, corresponde que el magistrado de primera instancia se expida
al respecto en el pertinente incidente de excarcelación, toda vez que dicha vía
resulta el medio legal adecuado para su tratamiento.
POR ELLO ES QUE SE RESUELVE:
I. Rechazar la nulidad impetrada.
II. Modificar la resolución apelada, decretando el procesamiento
de M. I. C., por considerarla, prima facie, autora responsable del delito de
tenencia simple de estupefacientes, previsto y reprimido por el artículo 14,
primer párrafo, de la ley 23.737, indicando al magistrado de primera instancia
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Año del Bicentenario
que deberá proceder conforme a lo expuesto en el considerando V de la
presente.
Regístrese, notifíquese y devuélvase. Firmado jueces Sala I Dres.:
Julio Víctor Reboredo.Carlos Román Compaired
USO OFICIAL
Ante mí: Dr.Roberto A. Lemos Arias.Secretario.
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