Historia del arte PAU 2015 Junio Opción A Corrección esquemática Obra: El entierro del señor de Ordaz, 1586-1588, Toledo, Iglesia de Santo Tomé, óleo sobre lienzo. Autor: El Greco Época: (Renaciemiento español) Manierismo El fracasado intento de entrar en la corte, el Greco se instala definitivamente en Toledo donde encontraría un ambiente más propicio para su pintura. Allí recibe el encargo de pintar el Entierro, probablemente su obra más conocida y la que cimentó, ya en vida, su fama y su prestigio como pintor. Se representa en ella una piadosa leyenda local: Gonzalo Ruiz, señor de la villa de Orgaz, murió en 1323 en olor de santidad y San Agustín y San Esteban descendieron del cielo y lo transportaron a su tumba en reconocimiento por sus obras de beneficencia (en el siglo XIV no había condes en Orgaz, por lo que el título que suele dársele a la obra (El Entierro del Conde Orgaz) es inadecuado. Los hechos milagrosos sucedieron en el siglo XIV pero el Greco actualiza la escena y la ambienta en el XVI. El señor de Orgaz viste armadura renacentista (típico recurso veneciano que permite los juegos de luces y los reflejos) y a su entierro asisten todos los miembros de la nobleza toledana de la época, vestidos a la moda del quinientos, perfectamente caracterizados en una impresionante galería de retratos. Los rostros aparecen místicos e idealizados pero perfectamente reconocibles lo que ayuda a explicar el éxito que la obra tuvo en la sociedad toledana que se veía allí representada. El propio Greco parece que se incluyó en la obra, autorretratándose como uno de los asistentes al entierro (es el séptimo por la derecha, el único que se desentiende del entierro y mira, orgulloso de su obra, al espectador), e incluyó a su propio hijo y discípulo, Jorge Manuel, en la figura del niño que en primer plano señala hacia el cadáver. El cuadro se estructura en dos niveles, el terrenal y el celestial, enlazados por la figura del ángel que en el centro se eleva llevando el alma del difunto, representada por la figura vaporosa e incorpórea de un niño desnudo. En la zona terrenal el tratamiento es realista y son evidentes las influencias venecianas (luz, armadura...etc.). La profundidad se consigue por medio de escorzos (el difunto) y con el recurso de las figuras de espaldas en primer plano. La parte alta, por el contrario, recibe un tratamiento manierista con desproporciones expresionistas, luces irreales y entonaciones fantásticas. Entre nubes verdosas, sólidas como hielo o cristal, aparece Cristo que espera el alma del difunto rodeado por la Virgen, los apóstoles y los coros angélicos. En esta parte el Greco se aleja de Tiziano y busca nuevos caminos que le conducirán en su última etapa a la creación de un lenguaje expresivo completamente autónomo y original. Obra: Tímpano de Platerías (Portada del Paraíso) Autor: Maestro Esteban o Maestro de la puerta del Perdón Época: Románico, siglo XII Portada del Paraíso: Es la portada norte o la actual Azabachería. Se conservan algunas piezas y la descripción del Códice Calixtino, que han permitido al profesor Moralejo una reconstrucción hipotética. Se representaba en ella el dualismo Pecado/Redención. Trabajan en ella tres Maestros: del cordero de la traición y de platerías, que luego veremos trabajando en la portada sur. La portada norte estaría dedicada a escenas del Antiguo Testamento: Creación de Adán, de Eva, Expulsión del Paraíso, Diluvio Universal, Sacrificio de Isaac etc Portada de Platerías: Es la portada sur y la única que queda actualmente de estilo románico. Esta formada por dos tímpanos gemelos en los que se recogen escenas alusivas a la vida de Cristo (Pasión, tentaciones...), la figura de la mujer adúltera y, sobre ambos tímpanos, se muestra una galería de relieves adosados. La portada se dedica a Cristo en su doble naturaleza humana y divina. (escenas que nos relatan la vida de Jesús como hombre y como hijo de Dios) En el tímpano derecho (desde el punto de vista del espectador)se representa, en el registro superior, la Epifanía: los Reyes Magos se arrodillan ante la Virgen con el niño mientras que a cada lado unos ángeles les guían, el demonio también presencia la escena. En el registro inferior se representan escenas de la Pasión ( El Prendimiento; Jesús atado a la columna; la coronación de espinas) y el milagro de la curación del ciego (Jesús como hombre en la pasión y como hijo de Dios haciendo el milagro y siendo adorado por los Reyes Magos). Obra: Almuerzo sobre la hierba O Almuerzo campestre, (1863) Museo d'Orsay, París. Autor: Édouard Manet Época: Impresionismo Contemporánea de su Olímpia, el cuadro desagradó a los sectores bien pensantes de la época, por la desfachatez que suponía representar a modelos reales como Victorine Meured, Ferdinand Leenhoff y Gustave, el cuñado de Monet. El cuadro es sin duda un homenaje a la pintura veneciana y se inspira en el Concierto campestre de Giorgione, lo mismo que La Olimpía lo hace de la Venus de Urbino de Tiziano. Además de los calificativos de "indecente" se le reprochó a Manet el tratamiento formal a base de grandes manchas de colores planos, la violencia de los colores yuxtapuestos y la sensación de boceto, características todas ellas frecuentes en la pintura veneciana, lo mismo que en El Greco, Velázquez o Goya a los que Manet conocía por los cuadros de la Galería Española de París y por sus viajes por España. El cuadro fue rechazado por el jurado del Salón Oficial de 1863 y fue expuesto en el "Salón de los Rechazados" con gran polémica. Hoy está considerado como la partida de nacimiento del impresionismo. Género: se trata de una mezcla de paisaje con figuras y bodegón. Iconografía: Se trata de un tema que ya pinta Giorgione en su "El concierto campestre" o Courbet en su cuadro "Señoritas al borde del Sena". En un bosque aparecen cuatro personajes parisinos que han ido a almorzar a orillas del Sena. Dos hombres jóvenes, vestidos de forma elegante a la moda de la época (uno con sombrero y bastón), tumbados en la hierba, charlan con una mujer desnuda que mira descaradamente al espectador. Al fondo una bañista inclinada, con camisa, sale del rio. En primer plano vemos una naturaleza muerta espléndida, de gran virtuosismo: cesta con frutas, sombrero y ropas. Composición: el cuadro chocó tanto por su tema, como por la manera de estar pintado. Manet rompe con la perspectiva tradicional al suprimir el fundido de los planos. Los personajes aparecen recortados, casi sin relieve, planos, aunque aparecen en escorzo, colocados ante el paisaje que está utilizado como un simple decorado. Quizá sea por influencia del arte japonés. Sólo en la naturaleza muerta el pintor se atiene a la perspectiva tradicional, ya que hay profundidad, ligero modelado, quizá para demostrar que es buen pintor y cuando quiere sigue las normas académicas. La composición está organizada en varios triángulos: dos tienen por vértice las cabezas masculinas, repitiéndose más pequeñitos en las piernas de la modelo y del hombre a la derecha; otro triángulo mayor tiene su vértice en la joven del fondo; aún hay otro que engloba las cuatro figuras y cuyo vértice es el pájaro de brillantes colores que aparece en la parte central y superior. Luz: los cuerpos parecen faltos de volumen porque ya no están modelados tridimensionalmente, ha desaparecido el claroscuro tradicional. Hay contrastes fuertes de luces y sombras, en las que ha desaparecido el negro sustituido por diversos matices de verde. El pintor ha invertido el foco lumínico, ya que la claridad procede del fondo, y existen diversos puntos de fuga transparentes (la hierba, el agua). Historia del Arte – Sofía Lanchas Arte Impresionista y Postimpresionista – Pág.: 4 Color: Está aplicado con grandes manchas de colores planos, yuxtapuestas las zonas claras (desnudo, camisa blanca, pantalones grises) con las oscuras (zapatos, gorro, chaquetas) de forma violenta, sin gradaciones. Es el color quién sugiere los volúmenes. Bellos azules, amarillos y rojos en la naturaleza muerta del primer plano, con manifiesta influencia de Tiziano. Gran variedad de verdes en el paisaje. Dibujo: No tiene apenas importancia. Los cuerpos presentan formas recortadas, como figuras de una baraja. Los fondos del follaje y los reflejos en el agua están sólo esbozados, insinuados con pinceladas flojas. Estilo: Manet ha creado un estilo muy original en esta tela, al subvertir algunos principios fundamentales de la pintura tradicional. Vemos grandes superficies de color, preferencia por el plano pictórico, bruscas transiciones de luz a sombra, figuras recortadas violentamente sobre el fondo, etc. Rasgos inconfundibles de la pintura de Manet, nueva por su tratamiento del color, modelado, perspectiva y tema. Es una revolución estética que atrae a los jóvenes pintores impresionistas, que lo admiran. Manet contribuyó a liberar la pintura de las limitaciones académicas. Significado: el cuadro escandalizó por su claro contenido erótico: colocar a mujeres desnudas junto a hombres vestidos, con los miembros enlazados. Se trataba además de un desnudo no idealizado, sino realista, lejano de la perfección. La gente estaba acostumbrada a desnudos alegóricos y mitológicos, pero en esta tela están representados sin la coartada de la belleza ideal, lo que se consideró vulgar e indecente. Manet critica la hipocresía social de la época. Se burla haciendo referencia a los grandes maestros, a los que admira, pero a los que utiliza de forma simplificada y nueva. VOCABULARIO: Bajorrelieve: relieve que sobresale de fondo menos de la mitad del bulto. Imposta: serie horizontal de ladrillos o piedras en un muro algo volada (que sobresale) sobre la que se asienta un arco o bóveda. En general, saledizo que separa dos plantas de un edificio. Perspectiva lineal: aquella en que sólo se representan los objetos por la línea de su contorno. Estatua-columna: columna que presenta su fuste esculpido con forma humana. Torso: representación del cuerpo humano sin extremidades. Arco de herradura: ultrasemicircular y con arranques de igual altura. Arco más típico del arte musulmán. Planta basilical: tipo de planta rectangular que consta de 3 o 5 naves. Friso: parte media del entablamento situado entre el arquitrabe y la cornisa (puede ser liso, como en el dórico, escultórico como el jónico…).