Tales de Mileto (624-546 a.C.) Filosofo griego nacido en Mileto (Asia Menor). Fue el fundador de la filosofía griega, es el primer filósofo que se conoce y uno de los llamados 7 sabios de Grecia. Tales llego a ser famoso por sus conocimientos de astronomía después de predecir el eclipse de sol que ocurrió en 525 a.C., después de observar a la naturaleza llegó a la conclusión que el Principio de todo o ARJÉ era el Agua ya que esta cumplía un ciclo de movimiento de manera que lo que es líquido se convierte en sólido por el frío o en gaseoso por el calor. Por tanto, lo sólidos, los líquidos y los gaseosos que conforman la naturaleza no serían sino estados de un solo elemento: el agua que es la unidad de la multiplicidad. Es así como el movimiento del agua genera la multiplicidad de todos los seres del mundo. Para Tales, el principio original de todaslas cosas el agua de la que todo procede y a la que todo vuelve otra vez. Antes de Tales, las explicaciones del universo eran mitológicas, y su interés por la sustancia física del mundo marca el nacimiento del pensamiento científico. Al ser el agua fuente y principio de vida, y constituir el elemento básico que todo lo penetra y todo lo sostiene, Tales piensa que todo está lleno de vida, de fuerzas, de poderes extraños: Hilozoísmo. Anaximandro (610-545 a.C.) Filósofo, matemático y astrónomo griego. Nació en Mileto (Actual Turquía), discípulo y amigo de Tales, fue quien confeccionó el primer mapa por o cual se le considera el padre de la cartografía. También se le considera el introductor del reloj de sol en Grecia. Anaximandro está considerado en descubridor de la oblicuidad de la eclíptica, que es el ángulo que forma el plano de la eclíptica y el plano del ecuador celeste. Propuso como sustento de la realidad, no el agua, sino un principio indeterminado llamado el Apeirón lo indeterminado, lo indefinido o lo infinito que en su continuo movimiento v produciendo las cosas llamadas determinaciones. Todo es determinado de lo indeterminado. Consideraba al Apeirón como sustancia inmortal y divina. Posee los atributos impersonales de la divinidad. La contribución más relevante de Anaximandro fue elaborar las más temprana obra en prosa con relación al Cosmos y los orígenes de la vida, por lo que también es mencionado como fundador de la Cosmología. Concebía el universo como un número de cilindros concéntricos, de los cuales el más exterior es el Sol, el del medio la Luna y el más interno contiene las estrellas. Dentro de estos cilindros está la tierra, sin base firme y en forma de bombo. Anaximandro postulaba una teoría del origen del universo que defendía que éste era el resultado de la separación de opuestos desde la materia prima. Así, el calor se movió hacía afuera, separándose de lo frío, y, después, lo hizo lo seco de lo húmedo. Además, Anaximandro sostenía que todas las cosas vuelven con el tiempo al elemento que las originó. Anaxímenes (585-528 a.C), el tercer filosofo de la Escuela de Mileto. Filosofo griego de la naturaleza, el último de la escuela jónica fundada por el griego Tales de Mileto. Nació en Mileto (Jonia), en Asia Menor, Anaxímenes afirmaba que el aire es el elemento primario al que todas las demás cosas pueden ser reducidas. Para explicar cómo los objetos sólidos se forman a partir del aire, introdujo las nociones de condensación y rarefacción. Estos procesos, afirmaba, transforman el aire, en sí mismo invisible, en entidades visibles (como el agua, el fuego y las materias sólidas); de esta manera, pensaba que el aire se calienta y se vuelve fuego cuando se rarifica y que se enfría y se vuelve solido al condensarse. La importancia de Anaxímenes no radica en su cosmología sino en su intento de descubrir la naturaleza última de la realidad. En síntesis, Anaxímenes identifico el principio o ARJÉ con el aire que sería una combinación del agua y el Apeirón; era el aire pues el elemento indispensable para la vida, además, se diferencia o se multiplica en substancias por rarefacción y condensación. El aire es algo vivo y divino, que conserva, anima y ordena todo. Empédocles (492-432 a.C.) filosofo griego, estadista y poeta, nació en Agrigentum hoy Agrigento, Sicilia, discípulo de Pitágoras y Parménides. Según afirma la tradición, Empédocles rechazo aceptar la corona ofrecida por el pueblo de Agrigentum después de haber colaborado a liberarla de la monarquía gobernante, en su lugar instituyó una democracia. Según Empédocles la realidad se componía de los cuatro elementos tierra, fuego, aire y agua estos elementos, que forman la realidad, se unen o disgregan por la fuerza del amor o la discordia, concibiendo todos los objetos que se conocen. Si bien habla de una transmigración de las almas, ésta es difícil de conciliar con su teoría. Esto se debe a que para él la disgregación de la materia supone una eliminación del objeto y por tanto, pasaría lo mismo con el alma en la muerte, ya que ésta es considerada materia. Anaxágoras (500-428 a.C.) Filósofo, geómetra y astrónomo griego. Probable discípulo de Anaxímenes, Anaxágoras perteneció a la denominada escuela jónica y abrió la primera escuela de filosofía en Atenas. Fueron discípulos suyos Pericles, Tucídides, Eurípides, Demócrito, Empédocles y, aunque no se sabe a ciencia cierta, Sócrates. Padeció la expulsión de Atenas bajo la acusación de ateísmo; según los testimonios de la época, el motivo real fue su afinidad con Pericles, quien se hallaba en oposición a Tucídides. Anaxágoras acepta la teoría de la inmutabilidad del ser, siguiendo en esto el pensamiento de Empédocles. Pero se esfuerza por conciliar las dos tendencias: la de la inmovilidad del ser y la del eterno devenir. Si Empédocles explicó la constitución de los seres desde el punto de vista cuantitativo (a base de los cuatro elementos), Anaxágoras lo hará apelando al aspecto cualitativo. No son cuatro las partículas constitutivas, sino infinitas. Se trata de que en cada cosa existen muchos gérmenes o semillas (homeomerías) cualitativamente diferentes. Llega a la conclusión de que para que algo surja ha de estar antes presente en aquello de lo cual procede. Es decir, llega así al principio Todo está en todo. Tenemos aquí una doctrina precursora de la teoría de los átomos. Anaxágoras situó el principio de todas las cosas o ARJÉ en el nous (entendimiento), encargado de imprimir orden al caos original, y en su tratado Sobre la naturaleza, del que apenas nos han llegado algunos fragmentos, afirmó la divisibilidad indefinida del espacio y del tiempo. Leucipo (460-370 a.C.) fue el padre del atomismo. Como tal, pensaba, en contra de Parménides, en la existencia del no-ser, representado por el vacío. Además, el ser atomista consiste en una formación infinita de átomos que son la unidad mínima indivisible de materia que constituyen las cosas. Demócrito (460 – 370 a.C.) nació en Abdera, Tracia. Escribió numerosas obras, pero solo perduran escasos fragmentos. Según la teoría atómica de la materia, el ser está formado por infinitos átomos que se mueven en el vacío. Los átomos son neutros, eternos e imperceptibles por los sentidos. Se distinguen por su posición, orden y forma cóncava o convexa. Demócrito explica que el alma está formada también por átomos, y ésta recibe los estímulos del exterior, pero como los átomos son neutros, es el alma quien interpreta subjetivamente los colores, gustos, etc. Esto lo lleva a ser escéptico en cuanto al conocimiento, es decir, que no podemos conocer la realidad tal y como es. Además, postula unas máximas de moral mediante las que explica que se debe conseguir la felicidad o equilibrio anímico, no dejándose llevar por las emociones, ni placeres ni perturbaciones. Pitágoras (570-496 a.C.) ace en Samos, pero siendo joven abandona su tierra natal y visita la Mesopotamia y Egipto, donde adquiere grandes conocimientos matemáticos. Según Bertrand Russell, la matemática como argumento deductivo-argumentativo empieza con Pitágoras. El pitagorismo incorpora cierto misticismo ya que creía que el alma había caído del mundo divino y estaba atrapada en la prisión que era el cuerpo. De esta forma, los sentidos son un impedimento para conocer la realidad. El alma debe sufrir la transmigración a otros cuerpos, para ir purificándose hasta que logre volver al origen. Para esto, era necesaria la dedicación a lo menos material, ya que el conocimiento de lo abstracto libera la razón y el alma de su prisión. De esta forma, vemos como la Escuela Pitagórica le dará gran importancia a las actividades menos concretas, como la música o las matemáticas. La filosofía de Pitágoras entiende la realidad de una forma matemática geométrica. De esta forma, podría decirse que su Arjé son los números, tanto en la naturaleza como en lo material. Los cuerpos físicos son una unión de puntos geométricos, la extensión de éstos forma líneas, la prolongación de estas, superficies, y así sucesivamente. Para Pitágoras construir la realidad racionalmente significa dividirla en unidades, que se puedan medir, operar y abstraer de forma matemática, entendiendo finalmente todo como infinito. La teoría pitagórica introduce la creencia de que la razón es más fiable que los sentidos y es el primer paso hacia la racionalización de la multiplicidad de todo aquello que existe. Además, los pitagóricos fueron los primeros en hablar de la tierra como una esfera observando la sombra que proyectaban los astros en los eclipses. Heráclito (536-470 a.C.) Nació en Efeso, una antigua ciudad griega ubicada en el Asia Menor, que ahora pertenece a Turquía. En cierto sentido Heráclito fue uno de los iniciadores de la Metafísica griega, aunque sus ideas se derivan de la escuela jónica de la filosofía griega. Escribió si libro sobre la naturaleza, el cual fue bastante leído según los fragmentos que de él aun se conservan. Para este filósofo las cosas no son diferentes y estables, como se muestran a través de los sentidos. Esta es la opinión común, que debe ser superada por la razón. La razón dice que “todas las cosas de la realidad son un solo ser, todas las cosas son uno, esto es sabiduría”. Del uno salen todas las cosas, y de todas las cosas el uno. Ahora bien, la realidad está en un continuo cambio y movimiento: “todo fluye y nada permanece, esto lo llamo DEVENIR”. De ahí que las cosas sean y no sean al mismo tiempo, por esta razón afirmaba que de todos los elementos naturales, el que es más acorde con el devenir es el fuego. Un fuego vivo, eterno e inextinguible es el principio y el fin de todas las cosas. Bien, pero este devenir esta unido a una Ley inmanente, a la cual denomina logos. El logos no es una inteligencia personal separada del mundo, es la misma razón universal, la ley eterna, el orden necesario que rige el proceso de cambio en las cosas. Tiene carácter divino pero inmanente. Ahora bien, Heráclito, fue el primer filosofo que trata de estudiar al ser humano, como una composición de cuerpo y alma; el cuerpo se forma de la tierra por vía descendente, mientras que el alma se forma del aire por vía ascendente. Parménides (540-470 a.C.) interpreta que el logos, siguiendo la línea pitagórica, pero utilizando el razonamiento aplicado de forma lingüística más que matemática, llega a la conclusión de que lo que es, es y lo que no es, no es. Parménides dice que el ser no pudo ser engendrado ya que entonces tendría origen en el no-ser y como del no ser no puede ser nada, esto es imposible. En esta explicación plasma su concepción del ser inmutable, inmóvil, único, continuo, limitado y eterno, figurándolo como una esfera perfecta. Parménides describe la existencia de dos Vías de conocimiento, la de la Opinión y la de la Verdad. La de la opinión se basa en los sentidos y no aporta conocimiento real, en cambio la de la verdad se basa en la razón y sí aporta saber. Como se puede ver, Parménides cree en una correspondencia entre razón y realidad. Para este filosofo, el ser es el elemento más profundo de la realidad cósmica: el ser es la totalidad que llena el espacio. Zenon de Elea (490 – 430 a.C.) fue un filósofo de Elea, que fue considerado tanto pitagórico como sucesor de Parménides. De todas formas, su obra consistió en crear una serie de paradojas que desmontaban el pluralismo y sostenían la inexistencia del movimiento, tal como ya había explicado Parménides. Entre los argumentos contra la pluralidad vemos que Si existe una pluralidad, las cosas serán también grandes y pequeñas; tan grandes como para poder ser infinitas en tamaño y tan pequeñas como para no tener tamaño alguno. Además, postula que si existiese una pluralidad, las cosas existentes serían infinitas; pues siempre habría otra cosa entre ellas, y otras, a su vez, entre estas otras. Y así, los seres existentes son infinitos. Por otra parte, contra el movimiento explica que su imposibilidad se deduce de que el móvil que se desplaza debe llegar primero a la mitad del trayecto antes de llegar a su término y si suponemos la divisibilidad infinitesimal de las distancias, es imposible llegar a recorrer nunca el recorrido completo. 7. FILOSOFÍA SÓCRATICA O ÁTICA En el siglo V a. C, la vida intelectual de Grecia se trasladó de sus colonias a la tierra natal. Atenas llega a ser el centro de la vida intelectual griega. Es el siglo de Pericles, tiempo de paz, de grandes riquezas, de la ciencia y del arte. Tiempo de Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Fidias, etc. La mentalidad griega cambia profundamente en esta época: conjuntamente con la adquisición de mayor profundidad, toma nuevos rumbos. Ahora la atención de los pensadores griegos se concentra en el hombre y su problemática, de esta manera se pasa del periodo cosmológico al periodo antropológico. Los sofistas y Sócrates son los representantes de este nuevo periodo, el cual ofrece un gran desarrollo de las ciencias particulares; matemáticas, astronomía, medicina, historia, etc. Fue imposible que el volumen de todos estos conocimientos fuese abarcado por un solo hombre. Dichas circunstancias obligaron a los filósofos a limitar el campo de sus estudios. Sofistas Los sofistas fueron los primeros en dar el nuevo matiz a la filosofía. Por vocación fueron maestros y educadores que se dedicaban a preparar a la juventud ateniense para la vida pública; sin embargo los sofistas enseñaban también a las personas maduras. Les enseñaban a hablar y a actuar. Ellos mismos aparecían como oradores y dirigentes. Podríamos decir que cumplían la misión que hoy en día desempeñan los publicistas y las Universidades populares. Los grandes dirigentes de Grecia, la elite intelectual, los grandes políticos, los escritores buscaban las enseñanzas de los sofistas. La actitud de los griegos frente a los sofistas, experimentó con gran rapidez un profundo cambio. Las causas fueron varias, ante todo, la aristocracia ateniense les echó en cara que enseñaban por el pago que recibían, cosa que el griego juzgaba que era rebajar la actividad intelectual; al mismo tiempo les han salido al paso los conservadores, afirmando que destrozaban las tradiciones y la fe existente en Grecia. Esta fue la razón por la cual el término "sofistas", que primariamente tenía sentido positivo. Pues, significaba "experto", pasó a significar "seudoexperto", pues, la sofística cambió de pronto en "erística", vale decir, arte de argumentar de tal manera que, permitía hacer aparecer una afirmación falsa como verdadera y viceversa. No cabe duda que los sofistas abusaron de la dialéctica, pero todos lo hacían en aquel tiempo. Los sofistas de mayor importancia son: Protágoras (481-411 a.C.) Nació en Abdera, en la costa norte del Mar Egeo, vivió en Atenas y Sicilia. En Atenas, lugar donde adquirió una gran fama, se hizo amigo de Pericles y se dedicó a la enseñanza basada en el arte del discurso persuasivo, ejercitando a los jóvenes en las técnicas de argüir a favor de las dos caras de un mismo argumento. Entre sus labores profesionales se le encomendó la elaboración de un código penal para Turios. Protágoras defendió un relativismo del conocimiento y de los valores, esto es, negó que existieran valores y verdades universales para todos los hombres. "El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en cuanto que no son". No hay verdades objetivas, absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada uno de nosotros. Este relativismo se aplica a todos los ámbitos de nuestra existencia. El relativismo impide establecer un criterio de verdad, teniendo todas las opiniones la misma validez. El relativismo de los valores implica que una misma cosa o acción puede ser buena para un sujeto y mala para otro. Es más, una acción puede ser mala o buena para un mismo sujeto dependiendo de cada circunstancia, y en la medida en que él lo crea así. Protágoras dedico su vida a promover la “virtud política”, es decir, la habilidad desempeñarse en el foro y las asambleas, y la prudencia tanto en asuntos privados como públicos. Gorgias de Leontini (483-375 a.C.) Filósofo griego. La vida de Gorgias, nacido hacia 487 a.C. en Lentini, Sicilia (vivió 108 años en perfecta salud física), estuvo marcada por fuertes alternancias de éxitos y fracasos: viajó por toda Grecia ejercitando con gran éxito el arte retórico, acumuló una ingente fortuna económica y dirigió la formación de numerosos seguidores. Lo acompañó una merecida fama de dialéctico capaz de desarrollar razonamientos aplastantes para sostener opiniones muy alejadas del buen sentido y de los comunes valores; por ejemplo, que nada existe, su tesis más célebre, o bien que Elena, la adúltera responsable de la guerra de Troya, no fue culpable. Gorgias fue el más admirado maestro de retórica de la antigua sofística. Los sofistas, literalmente los sabios, es el nombre que recibió un grupo de intelectuales que en la Atenas de mediados del siglo V empezó a hacer del saber una profesión impartiendo, con gran escándalo de los filósofos, lecciones de retórica y elocuencia a los jóvenes de la clase dirigente que pretendían dedicarse a la carrera política. Dado que la prestación de servicios pagados estaba mal considerada por los ciudadanos atenienses de buena condición social, los sofistas fueron tratados con desprecio por la élite intelectual. El relativismo cognoscitivo sostenido por los sofistas, según el cual no hay ninguna verdad absoluta sino sólo un enfrentamiento entre opiniones diversas, acabó por conceder una importancia extraordinaria a la retórica, el arte del discurso y de la persuasión, la capacidad de vencer en la polémica más allá de la intrínseca bondad de las propias razones. No hay que infravalorar la importancia del movimiento sofista en la historia del pensamiento: fueron ellos los primeros en situar los problemas del hombre en el centro de la reflexión filosófica, anticipando la inminente revolución socrática. Los rasgos característicos de la figura de Gorgias que nos han sido transmitidos por los testimonios clásicos se encuentran admirablemente fundidos en el diálogo platónico que se titula justamente con su nombre. El prestigio de Gorgias como padre de la retórica se basaba en el hecho de que fue el primer teorizador de las reglas del buen escritor que fue oído y seguido. Su fama llegó al máximo cuando, enviado como embajador a Atenas por sus conciudadanos, para solicitar ayuda contra Siracusa, conquistó a los habitantes de la capital cultural de la Hélade, apasionados por sus bellos discursos, con su palabra elocuente y persuasiva. Sócrates Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas. El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser humano y la sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la naturaleza. Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó sus investigaciones hacia los temas más propios de la sofística. Pensamiento Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico: el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato que hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece como un sofista jocoso y burlesco, y que no merece mayor consideración. Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico: ¿Responden las teorías puestas en boca de Sócrates en los diálogos platónicos al personaje histórico, o al pensamiento de Platón? La posición tradicional es que Platón puso en boca de Sócrates sus propias teorías en buena parte de los diálogos llamados de transición y en los de madurez, aceptándose que los diálogos de juventud reproducen el pensamiento socrático. Esta posición se vería apoyada por los comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón, quien afirma claramente que Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece bastante credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la Academia. El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo; probablemente la búsqueda de dicha definición universal no tenía una intención puramente teórica, sino más bien práctica. Tenemos aquí los elementos fundamentales del pensamiento socrático. Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo. ¿Cómo proceder a esa búsqueda? Sócrates desarrolla un método práctico basado en el diálogo, en la conversación, la "dialéctica", en el que a través del razonamiento inductivo se podría esperar alcanzar la definición universal de los términos objeto de investigación. Dicho método constaba de dos fases: la ironía y la mayéutica. En la primera fase el objetivo fundamental es, a través del análisis práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad. La segunda fase consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición universal, ese modelo de referencia para todos nuestros juicios morales. La dialéctica socrática irá progresando desde definiciones más incompletas o menos adecuadas a definiciones más completas o más adecuadas, hasta alcanzar la definición universal. Lo cierto es que en los diálogos socráticos de Platón no se llega nunca a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la dialéctica socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante, desconcertante o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto, sin llegar realmente a alcanzar esa presunta definición universal que se buscaba. Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación o era de carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica: descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos valores a realizar. En este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": el conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si conociéramos lo "Bueno", no podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el saber. En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper a la juventud". Al parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta. PLATÓN MI MUNDO – MI REPUBLICA -LIBRO PRIMERO. Céfalo dice que la vejez es un estado de reposo y libertad respecto de los sentidos. Cuando la violencia de las pasiones se ha relajado y se ha amortiguado su fuego, se ve uno libre de una multitud de tiranos. Con cordura y buen humor, la vejez es soportable. Las riquezas son un gran auxilio porque a ellas se debe en gran parte el no haberse expuesto a hacer daño a tercero. Sócrates y Polemarco comienzan a discutir sobre la justicia. -LIBRO SEGUNDO. La justicia es un bien que se debe amar por sí mismo y por sus consecuencias, según Sócrates. Glaucón expone que hay algunos que creen que la justicia ocupa un lugar intermedio entre el mayor bien, que es poder ser injusto impunemente, y el mayor mal, que es padecer la injusticia. -LIBRO TERCERO. Los hombres que deben formar la República son los hombres cuyo principal fin debe ser honrar a los dioses y a sus padres, y mantener la amistad. Se les ha de hacer valientes, y para ello hay que suprimir el Hades. Tampoco debemos permitir que se nos presente a los dioses dominados por una risa incontenible. Debemos desarrollar en ello la templanza. No deben estar ansiosos de riquezas. -LIBRO CUARTO. Adimanto cree que Sócrates no hace a los guardianes hombres dichosos, porque los priva de todas las ventajas de la sociedad, no poseyendo ni tierras ni casas. Sócrates dice que al formar el Estado, no se han propuesto como fin la felicidad de unos pocos, sino la del Estado entero. -LIBRO QUINTO. Si esta forma de gobierna es la buena, las demás son malas. Y son cuatro. Sócrates se dispone a hablar sobre las formas de gobierno, pero Adimanto la pide que explique mejor cómo será esa comunidad de mujeres e hijos. Todo debe ser común entre los sexos, hay igualdad de sexos, pero teniendo en cuenta la mayor debilidad física de las mujeres. -LIBRO SEXTO. El filósofo ama la ciencia y tiene horror a la mentira. Gusta de los placeres del alma, y desecha los del cuerpo. Es templado, es extraño a la avaricia. Es mesurado. Sólo a ellos, perfeccionados por la educación y la experiencia, se debe confiar el gobierno del Estado. Los filósofos son tratados mal porque los Estados actuales son malos. -LIBRO SÉPTIMO EL MITO DE LA CAVERNA) -LIBRO OCTAVO. Las demás formas de gobierno son malas por este orden: timocracia, oligarquía, democracia, y tiranía. De la aristocracia a la timocracia se pasa porque nacen niños indebidos incapaces de gobernar bien. -LIBRO NOVENO. El hombre tiránico está dominado por las pasiones, está tiranizado por ellas. Desprecia las leyes. No es amigo de nadie. Es el más malo de los hombres y por tanto el más desgraciado. -LIBRO DÉCIMO. Aquí se expone la teoría de las ideas. Las cosas participan de las ideas. Las cosas sensibles no son reales, solo son copias de las ideas que son reales. No se debe tomar en serio la poesía. Las cosas son destruidas por su mal connatural, el del alma es la injusticia, y como la injusticia no destruye al alma, debemos decir que el alma es inmortal. BASES DEL SABER FILOSÓFICO COMPRENDIENDO TODO LO QUE ME RODEA Y SU RAZÓN DE SER. CONOCIMIENTO FILOSÓFICO Los filósofos, cuando realizan investigaciones para producir conocimientos no utilizan ningún instrumento de medición. El instrumento que requiere y con el cual “observa” su entorno, es básicamente el razonamiento. El trabajo filosófico es un trabajo en que la actividad racional juega un papel de suma importancia, ya que cuando generan nuevas ideas, lo hacen después de haber analizado y criticado no sólo su pensamiento sino también el de filósofos tanto anteriores como contemporáneos. El conocimiento filosófico es un conocimiento que se obtiene de los documentos escritos, pero esto no quiere decir que el filósofo se dedique únicamente a recopilar datos escritos sino que los analiza y los corrobora en la práctica humana. Dos armas que tiene el filósofo para ejercer y producir conocimientos son el análisis y la crítica. Mediante un buen análisis podemos darnos cuenta de cómo se han ido desarrollando los razonamientos. Esto nos permite detectar fallas y contradicciones en nuestras explicaciones. Mediante la crítica refutamos dichas fallas y contradicciones, y proponemos su superación. Por la crítica el filósofo busca conocer las concepciones imperantes en determinada sociedad, siendo una de las diferencias entre el científico y el filósofo la manera de abarcar los fenómenos. El científico selecciona los fenómenos y su objeto de estudio. Por su parte, el filósofo estudia los fenómenos como totalidades; busca entender sus relaciones. La filosofía se va ocupar de objetos que en algunos de los casos son abstractos, esto es, de objetos a los que no podemos conocer por la vía estrictamente sensorial, sobre ellos, intenta establecer características universales. Características el Conocimiento Filosófico: 1. Racional. Uso de conceptos, categorías y principios lógicos en la explicación de un objeto de estudio; sus conocimientos son fundamentales a través de la lógica. 2. Analítico. Distingue, separa las partes de un todo: teorías, categorías, conceptos científicos o filosóficos. 3. Crítico. Emite juicios de valor sobre una concepción filosófica imperante en la realidad, su finalidad es detectar o determinar contradicciones en su formulación. 4. Totalizador. Tener un saber o conocimiento de los fundamentos de toda ciencia o disciplina. 5. Histórico. Su problemática está determinada por condiciones histórico-sociales. 6. Sistemático. Qué exista ordenación de principios (conceptos y categorías) que sustentes las teorías o argumentaciones, de forma que éstas sean coherentes. Así, los filósofos se preguntan, entre otras cosas, si la realidad puede ser conocida, hasta qué punto puede ser conocida y con qué medios. La filosofía se nutre de la actividad científica y viceversa, con ella reformula sus problemas, investiga de qué manera se plantean los problemas de las ciencias y el tipo de respuesta que se propone para la solución. Teniendo así un saber totalizador.