El Kárate-Do (“Camino de la mano vacía”) es un Arte marcial japonés. Compuesto por diferentes técnicas de ataque, bloqueo, defensa y otras aplicaciones. La práctica del Karate no se refiere tan sólo al desarrollo técnico de los movimientos, el ejercicio físico, el estudio de los katas y el combate. También debe ir de la mano del desarrollo teórico la parte humana y la parte espiritual, el crecimiento como personas y ciudadanos ejemplares que unidos por el bien común benefician a la sociedad. Por ello, la máxima del karate es educar y construir individuos cuya ética este basada en el respeto, la justicia, la armonía y el esfuerzo, valores que en nuestra sociedad son difíciles de encontrar. Al fin y al cabo personas que sepan desenvolverse con éxito en la sociedad. Mi historia en este arte marcial comienza cuando cumplí 5 años. Yo era un niño muy inquieto, más bien travieso. Mis padres, en lugar de apuntarme a fútbol, tenis o cualquier otro deporte, decidieron que practicara karate. ¡Gracias! Porque la práctica de este arte marcial me ha enseñado muchísimas cosas. Me ha enseñado a levantarme tras una caída, a confiar en mí mismo, a intentar ser cada día mejor persona, a luchar por mis sueños y a esforzarme por ellos. Todas esas horas en el Dojo han aportado algo a mi personalidad. Uno puede pensar que a cierta edad llega el fin la práctica del karate, como puede suceder con otros deportes. Pero para cada edad hay un tipo de práctica; Los niños se educan, los jóvenes aprenden, los adultos perfeccionan, y los ancianos se mantienen y transmiten el espíritu. Todos los miércoles de 19:30 a 21:00 he intentado transmitir lo que sé a mis compañeros, y con aire distendido hemos aprendido algunos valores. Valores que se reflejan en el Dojo Kun, una serie se preceptos que ayudaban a mantener una vía del pensamiento al practicante. Son los siguientes: HITOTSU! JINKAKU KANSEI NI TSUTOMURU KOTO! HITOTSU! MAKOTO NO MICHI O MAMORU KOTO! HITOTSU! DORYOKU NO SEICHIN O YASHINAU KOTO! HITOTSU! REIGI O OMONZURU KOTO! HITOTSU! KEKKI NO YU O IMASHIMURU KOTO! Ante todo, buscaré la perfección del carácter! Ante todo, defenderé los caminos de la verdad! Ante todo, fomentaré el espíritu de esfuerzo! Ante todo, respetaré los principios de la honorabilidad! Ante todo, controlaré mis impulsos! Publicado en la revista universitaria R.U. Bartolomé Cossío, edición nº12 (09/10). Autor: Ángel Sánchez Inocencio, cinturón negro 1er Dan y estudiante de Ingeniería de Edificación en la Universidad de Castilla la Mancha, campus de Cuenca.