Sobre lo específico del placer estético Montesquieu (filósofo y político francés, 1689 – 1755) afirma: “En nuestra manera de ser, nuestra alma goza de tres clases de placeres. Unos los obtiene del fondo de su propia existencia; otros son resultado de su unión con el cuerpo; finalmente, otros están fundados en los pliegues y prejuicios que ciertas instituciones , ciertos usos y hábitos le han producido. Son estos los diferentes placeres de nuestra alma que forman los objetos del gusto, con lo bello, lo bueno, lo agradable, lo ingenuo, lo delicado, lo tierno, lo gracioso, el no sé qué, lo noble, lo grande, lo sublime, lo majestuoso, etc. Por ejemplo, cuando hallamos placer en ver una cosa que nos es útil, decimos que es buena; cuando hallamos placer en verla, sin que obtengamos de ella una utilidad presente, la llamamos bella. Por tanto, las fuentes de lo bello, de lo bueno, de lo agradable, etc., están en nosotros mismos; e investigar esas razones es investigar las causas de los placeres de nuestra alma. (Tomado de Textos de Estética, Coseriu, IPA, Montevideo, 1956.) Página 1