LA COMISION EUROPEA AMENAZA CON DEJAR LA FARMACIA EN MANOS DE GRANDES GRUPOS ECONOMICOS MULTINACIONALES. Ante la solicitud de la Comisión Europea al gobierno de España para que modifiquen las reglas para el establecimiento de farmacias en el plazo de dos meses, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba manifiesta lo siguiente: Las recomendaciones de la CE son totalmente contraproducentes y sólo buscan abrir el mercado a las cadenas multinacionales de farmacia y a los grupos de distribución, que consiguen cambiar la legislación europea mediante poderosos lobbies de presión financiados con cuantiosos recursos económicos, además, puede generar el caos en la prestación farmacéutica y convertirá a todos los farmacéuticos en meros asalariados de grandes empresas. Las “exigencias” de la UE son gravísimas, a juicio del Colegio, porque demuestran un total y absoluto desconocimiento de la realidad. Por ejemplo, el Ejecutivo de la UE considera que limitar la apertura de farmacias a una cada 2.800 habitantes y a 250 metros de otra, es “desproporcionado” e incluso “contraproducente” para garantizar el suministro de medicamentos. La realidad, sin embargo, es que en la provincia de Córdoba hay de media una farmacia cada 1.800 habitantes: más que en cualquier otro país de la Unión Europea. Es el servicio más accesible ya que el 99% de los cordobeses tienen una farmacia en el lugar donde habitan. O sea, que en todo caso la desproporción estará en otros países. Gracias a esa atomización, España es el país donde mejor garantizado está el suministro de medicamentos. Propone que no pueda abrirse ninguna farmacia más en una zona con muchos establecimientos, hasta que el área que no tenga boticas, disponga de al menos una. La realidad es que en Córdoba, gracias a la regulación, no hay ningún municipio, ni aldea, ni núcleo, donde no exista farmacia. La Ley de Ordenación Andaluza, además, asigna las nuevas aperturas mediante un baremo de méritos, por lo que esas farmacias serán siempre para los farmacéuticos mejor preparados, lo que constituye una garantía para el ciudadano. En España, sólo los farmacéuticos pueden abrir una farmacia y no pueden ser propietarios o copropietarios de más de una, lo que garantiza los aspectos sanitarios de la actividad, por encima de los económicos, y además proporciona mayores posibilidades de empleo. Sin embargo, la última recomendación de la Unión es justamente la contraria: que cualquier persona o empresa puede abrir una o varias farmacias. Casi con las mismas palabras, lo que vienen reclamando las cadenas multinacionales de farmacia y grupos de distribución para convertir a los farmacéuticos en meros asalariados a las órdenes de un jefe de ventas. Es decir, que le parece mal que las 20.000 farmacias españolas sean de más de 30.000 farmacéuticos y sin embargo propone que esas 20.000 farmacias puedan ser propiedad de una sola empresa o persona. ¿Beneficiará eso a los nuevos licenciados, a los ciudadanos y al Estado? En absoluto. La realidad es que en los países donde se aplica este sistema, hay muchas menos farmacias y los precios de los medicamentos son mucho más caros. Nos encontramos pues, ante un nuevo ataque de los grupos neoliberales que, a base de gastar millones de euros en gabinetes de presión en Bruselas, pretenden romper el Modelo Mediterráneo de Farmacia, que se caracteriza por ser el que mayor número de profesionales emplea, el que tiene más farmacias por habitante y los menores precios de los medicamentos.