A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 6 de abril de 2011, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores de Lázzari, Pettigiani, Hitters, Soria, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 108.796, "F. , M. Á. contra Banco de la Provincia de Buenos Aires y otro. Enfermedad profesional". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo n° 5 del Departamento Judicial La Plata hizo lugar a la demanda promovida, imponiendo las costas a la accionada que resultó vencida (v. fs. 516/528 vta.). La parte actora y "Provincia A.R.T. S.A." interpusieron recursos extraordinarios de inaplicabilidad de ley (v. fs. 546/550 vta. y 565/580, respectivamente). Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar las siguientes C U E S T I O N E S 1ª) ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley de fs. 546/550 vta.? En su caso: 2ª) ¿Lo es el de fs. 565/580? V O T A C I Ó N A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: I. El tribunal del trabajo interviniente hizo lugar a la acción que M. Á. F. promovió contra "Provincia Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A.", en cuanto le requirió el otorgamiento de las prestaciones contempladas en la ley 24.557, rechazándola -en cambio- respecto de la misma pretensión deducida contra el "Banco de la Provincia de Buenos Aires" (v. fs. 303/343). Para así resolver, tuvo por acreditado que el actor padece de esclerosis múltiple que le provoca una incapacidad total, permanente y definitiva, y que dicha minusvalía se halla relacionada causalmente con las tareas que desarrollara a favor y bajo relación de dependencia de la demandada "Banco de la Provincia de Buenos Aires" (v. vered., 2da. cuest., fs. 517 vta. in fine/519 vta.). En este sentido señaló que, con el informe elaborado por el doctor Enrique Mallo (obrante a fs. 6), así como con el testimonio que dicho neurólogo brindara en oportunidad de celebrarse la audiencia de vista de causa, con más experticia el legajo realizada personal, por la constancias perito médico médicas y laboralista doctora Hambeli, quedó acreditado que a partir de mediados del año afectó 2001 su el accionante sensibilidad, comenzó con coordinación y un proceso que movimientos que derivó en una enfermedad desmielizante con brotes y recaída -esclerosis múltiple- encontrándose dañado su sistema nervioso central. También tuvo probado que en el mes de noviembre de ese año fue internado a fin de efectuar tratamiento con corticoides en altas dosis que le produjo una mejoría temporaria, para luego continuar con suministro medicamentoso ambulatorio específico, presentando hiperrelexia patelar y aquiliana derecha, ataxia-paresia, sensibilidad alterada, fatiga, ansiedad excesiva y estados depresivos, dependiendo de terceras personas para su vida diaria (v. vered., 2da. cuest., fs. 518). Indicó que habiéndose comprobado el tipo de labores realizadas, las exigencias y horarios a que estuvo sometido el actor al momento de los primeros síntomas, con episodios de recaída-remisión retornaba al trabajo recomendación médica sin que sobre en el cada oportunidad empleador cambio de que respetara tareas, la tales circunstancias le ocasionaron stress, con la consecuente afectación del sistema nervioso central, lo cual desencadenó en la patología que padece y por la cual se encuentra incapacitado en forma total, permanente y definitiva, necesitando la asistencia de terceras personas -gran invalidez- (v. sent., fs. 521 vta.). Ponderó, asimismo, que si bien la esclerosis múltiple no se encuentra incluida en el listado de triple columna que prevé el art. 6 ap. 2 de la ley 24.557, en el caso, resultaba incorporación necesario conforme analizar lo si establece correspondía la su modificación dispuesta por el art. 2 del decreto 1278/2000 (v. sent., fs. 521 y vta.). En ese trance, manifestó que habiendo quedado debidamente probado en autos que la enfermedad que padece F. , que lo incapacita en forma total, permanente y definitiva, se relaciona causalmente con las situaciones de stress vividas en el cumplimiento de sus tareas como Jefe de Comisión en la Cabecera de Pase de Fondos desde el año 1998, las que se vieron incrementadas durante la crisis económica que sufrió el país a partir del 2001, tanto en tiempo de exposición como en las exigencias propias de la actividad, dicha patología reúne las pautas previstas en los arts. 6 ap. 2, primero y segundo párrafo y 40 apartado 3 de la Ley de Riesgos del Trabajo, considerándola indemnizable en los términos de dicho régimen especial (v. sent., fs. 521 vta.). Teniendo en consideración tales premisas dispuso el rechazo de la pretensión deducida contra el "Banco de la Provincia de Buenos Aires", toda vez que -señaló- por tratarse la enfermedad profesional del accionante de una contingencia cubierta por el nuevo régimen de reparación de infortunios laborales -ley 24.557- debe responder la Aseguradora de Riesgos del Trabajo, en el caso "Provincia A.R.T. S.A.", según el contrato de afiliación vigente a la fecha de la primera manifestación invalidante (v. sent., fs. 523 in fine y vta.), quedando eximido de hacerlo el empleador. II. Contra dicho pronunciamiento la parte actora interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que denuncia la transgresión de los arts. 1109, 1113 y 1199 del Código Civil; 363 y 384 del Código Procesal Civil y Comercial; 44 inc. "e" de la ley 11.653 y de doctrina legal que cita. Dos agravios estructuran su crítica. a) En primer término, cuestiona la decisión de grado en cuanto rechazó la pretensión de responsabilizar solidariamente al "Banco de la Provincia de Buenos Aires" por la indemnización que le corresponde percibir al actor como consecuencia de la incapacidad total y permanente que porta. En ese sentido, refiere que si bien el art. 6 de la ley 24.557 establece que las contingencias se encuentran cubiertas por el contrato de afiliación celebrado entre el empleador y la Aseguradora de Riesgos del Trabajo, de ningún modo dicha normativa exime al primero de su deber de responder en caso de que esta última no cumpla con el pago del resarcimiento al que se halla obligada. b) En segundo lugar, se agravia porque habiendo alegado el actor a fs. 246/250 la existencia de un hecho nuevo -vinculado a la aparición de secuelas incapacitantes derivadas de la enfermedad profesional que padece, y por el cual peticionó la declaración de inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557 con el objeto de lograr una reparación integral con sustento en los arts. 1109 y 1113 del Código Civil- el tribunal del trabajo rechazó su invocación mediante la providencia de fecha 21 de mayo de 2007 (obrante a fs. 418/420 vta.), sin que haya brindado tratamiento a la misma en la sentencia que se impugna. III. El recurso no puede prosperar. 1. El juzgador de origen, en lo que interesa para resolver el primero de los cuestionamientos traídos, consideró que "atento la conclusión establecida respecto al carácter profesional de la enfermedad que afecta al actor y por tratarse de una contingencia cubierta en los términos del art. 6 ap. 2 b) de la ley 24.557, texto incorporado por el decreto 1278/2000, por la que debe responder 'Provincia Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A.', según contrato de afiliación vigente a la fecha de la primera manifestación invalidante, debe rechazarse la demanda deducida contra el Banco de la Provincia de Buenos Aires" (v. sent., fs. 523 y vta.). El compareciente intenta censurar esta esencial conclusión de origen. Sin embargo, sus argumentos no pueden ser atendidos, habida cuenta que ensaya recién en su recurso una postura novedosa al pretender le sea impuesta la condena solidaria a dicha entidad bancaria cuando en la demanda, y al dirigir su acción en forma conjunta contra ésta y "Provincia A.R.T. S.A.", no introdujo ninguna manifestación en ese sentido (v. fs. 9/21). Lo expuesto revela la improcedencia del embate que porta este tramo de la queja, toda vez que, por su intermedio, se introducen alegaciones que no han sido puestas en conocimiento de los jueces de grado. En verdad, la cuestión que estructura el agravio fue invocada en los escritos de inicio con una dimensión y enfoques diferentes a los que absolutamente se observan novedosa en y la impugnación, extemporánea, y, resultando por ello, improcedente para habilitar idóneamente la vía recursiva (conf. doct. causas L. 87.545, "G., A.", sent. del 27-III2008; L. 88.366, "Medina", sent. del 14-XI-2007; L. 82.496, "Barrio", sent. del 12-IX-2007; L. 91.515, "Luques", sent. del 8-XI-2006; L. 85.509, "Vergara", sent. del 17-V-2006). 2. El restante agravio que trae el recurrente concierne proceso, al rechazo dispuso el que, durante tribunal la respecto tramitación de la del invocada existencia de un hecho nuevo. Adelanto que tal planteo también debe desestimarse. En efecto, surge de la impugnación deducida que el cuestionamiento remite a una cuestión procesal previa a la sentencia definitiva, que se encuentra preclusa y ajena -por tanto- al ámbito del recurso en tratamiento (conf. causas L. 82.721, 93.985, "Valente", "Gabrielli", sent. sent. del del 18-XI-2008; 24-V-2006; L. L. 92.501, "Salto", sent. del 10-VIII-2005; entre otras). Nótese, en este aspecto, que ante la presentación que formuló el actor a fs. 246/250, el juzgador resolvió -luego de algunas vicisitudes procesales- que correspondía sustanciar aquélla (v. fs. 333 y vta.), cumplido lo cual desestimó, por los motivos que expresamente manifestó, dicho planteo (v. fs. 418/420 vta.), conclusión esta última que no ha merecido, en esa oportunidad, reproche alguno por parte del recurrente. Por ello, reitero, en cuanto trae a consideración una decisión firme y consentida, anterior al fallo definitivo, el pretenso agravio queda marginado de la competencia revisora extraordinaria de este Tribunal. Cabe recordar que el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley tiene por objeto enjuiciar la correcta aplicación del derecho a los hechos definitivamente juzgados en la instancia proceso. Ello ordinaria circunscribe y el no un ámbito examen de la íntegro casación del al contenido del fallo y su concreta impugnación recursiva (conf. causa L. 96.489, "Fink", sent. del 2-IX-2009). Por lo expuesto, el recurso debe rechazarse, con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto, pues, por la negativa. Los señores jueces doctores Pettigiani, Hitters y Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votaron la primera cuestión también por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: I. En su recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley "Provincia A.R.T. S.A." denuncia la violación de los arts. 63 de la ley 11.653; 163 del Código Procesal Civil y Comercial; 6 ap. 2 b) de la ley 24.557; resolución 287/01 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo; 10 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; 16, 17, 18 y 19 de la Constitución nacional y de la doctrina legal que cita. a) En primer término, cuestiona la decisión plasmada en el pronunciamiento de grado que obliga a la aseguradora cobertura contrato a pagar otorgada de una al afiliación indemnización empleador en suscripto, que los pues excede términos -afirma- la del la patología que presenta el actor no se encuentra incluida en el art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo ni en el listado de enfermedades profesionales aprobado por el decreto 658/1996. Refiere que el fallo transgrede la doctrina legal que este Tribunal ha establecido en la causa L. 81.216, "Castro" (sent. del 22-X-2003), ya que allí se resolvió que la Aseguradora de Riesgos del Trabajo únicamente debe responder "en los límites del nuevo sistema" o "hasta el valor garantizado por el régimen de la ley 24.557". Indica que "Provincia A.R.T. S.A.", como parte integrante de un subsistema de la Seguridad Social, tiene funciones específicas asignadas por la ley 24.557, decretos reglamentarios y resoluciones de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que la limitan estrictamente en su objeto y, en consecuencia, sólo puede ser responsable por las prestaciones en especie y dinerarias que otorga esta normativa, pero de ningún modo puede ser condenada, como acontece en la especie, a reparar una minusvalía laborativa derivada de enfermedades no incluidas en el listado que prevé el art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo. Denuncia también que el a quo se apartó de las directrices que ha fijado esta Suprema Corte en el precedente L. 47.438, "Cirone", sent. del 10-XII-1991, en cuanto allí interpretarse determinó que "el literalmente en contrato los de seguro supuestos que debe la cobertura está otorgarle expresada interpretación claramente, no siendo extensiva, toda vez posible que la enumeración de los riesgos y la extensión de la cobertura deben apreciarse restrictivamente". b) En segundo lugar, impugna la aplicación de la tasa de interés activa al capital de condena por considerar que dicha conclusión vulnera la doctrina emanada de las causas Ac. 43.858, "Zgonc", sent. del 21-V-1991 y L. 74.228, "García", sent. del 19-II-2003. A ello agrega que la tasa de interés aplicada por el sentenciante, prevista en la Resolución 287/01 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, no sólo implica el desconocimiento de la doctrina legal citada precedentemente, sino que -además- deviene desacertada, habida cuenta que en la especie no ha existido "mora" o "pago fuera de término" de las prestaciones dinerarias contempladas en la Ley de Riesgos del Trabajo, tal como lo requiere el art. 6 de la citada resolución. c) Finalmente, señala que el fallo de grado es arbitrario, toda vez que decidió la condena de "Provincia A.R.T. S.A." con fundamento en lo dispuesto por el art. 6 ap. 2 b) de la ley 24.557, sin brindar una explicación lógica de los motivos por los cuales se consideró que las tareas llevadas a cabo por el actor fueran la causa directa e inmediata de la aparición de su patología. En sustento de este tramo de la queja argumenta que no se ha logrado demostrar en autos que las labores desarrolladas por F. fueran de una exigencia tal que -por sí solas- pudieran haberle provocado algún grado de stress y, en la hipótesis de que así lo fuera, no es factible relacionar a este último con la aparición de la esclerosis múltiple, tal como lo expusiera el perito médico en su informe de fs. 373/385. II. Entiendo que a) Invirtiendo este recurso tampoco puede prosperar. razones metodológicas, corresponde porta la desestimar queja, acreditación tareas de el orden considero este vinculado la existencia desarrolladas por el de los que, en agravios primer lugar, último cuestionamiento a supuesta la de nexo actor y que falta de entre las patología que causal la por padece, habida cuenta que remiten a la consideración de típicas cuestiones de hecho y prueba que, a todo evento, sólo podrían ser analizadas por vía del absurdo (conf. causas L. 95.261, "Villalba", sent. del 25-III-2009; L. 91.388, "Ortiz", sent. del 16-IV-2008; L. 89.956, "Weber", sent. del 12-XII-2007; L. 85.736, "Burgos", sent. del 6-IV2005; L. 85.025, "Delfina", sent. del 10-XI-2004; L. 76.281, "Luciano", sent. del 2-X-2002; entre muchas otras). En la especie, a más de prescindirse de toda denuncia relativa a la supuesta configuración del aludido vicio, los cuestionamientos que se esbozan en modo alguno resultan suficientes para evidenciar que la conclusión del a quo adolece del error grave, grosero y manifiesto susceptible de abrir la vía extraordinaria. En personal, efecto, intenta partiendo el de recurrente su propia otorgar apreciación preeminencia a determinadas conclusiones plasmadas en la pericia médica que resultan beneficiosas a su postura, pero en ese quehacer crítico omite ponderar que el tribunal a quo no sólo formó su convicción a través de dicho medio probatorio -en el que, para más, también se indicó que: "De constatarse en la etapa procesal oportuna el tipo de tareas y las condiciones que el actor refiere haberla realizado, y de acuerdo ocasionaron actividades, a la stress" las bibliografía (v. fs. mismas consultada, 385); pudieron las mismas "... de probarse las actuar y favorecer el desarrollo de la enfermedad padecida por el actor" (v. fs. 408); "... se considera un origen multi causal, con afección del sistema autoinmune, por lo tanto el stress se ha demostrado que si es prolongado o severo debilita el sistema inmunológico, presiona al corazón, daña las células de la memoria en el cerebro" (v. fs. 466) sino que, además, tuvo en consideración para resolver la contienda, la prueba testimonial, documental y explicaciones brindadas por la doctora Hambeli en la audiencia de vista de causa (v. vered., 1ra. y 2da. cuest., fs. 516 vta./519 vta.). Con lo cual, y en definitiva, las argumentaciones que esgrime el compareciente en este tramo de la queja remiten al análisis de los hechos y de los elementos probatorios, evidenciando la pretensión de disputarle al juzgador su facultad de seleccionar, jerarquizar e interpretar las probanzas del proceso según su propio y personal criterio valorativo, sistema este que reiteradamente se ha considerado impropio para descalificar el pronunciamiento de grado en orden a cuestiones de índole fáctica y probatoria como las aquí traídas (conf. causas L. 93.006, "Hermann", sent. del 28-V-2008; L. 80.959, "Gallo", sent. del 6-VII-2005; L. 75.143, "Carreras", sent. del 23-XII-2002; entre muchas otras). b) Asimismo, estimo que los argumentos que estructuran el primer agravio traído lucen manifiestamente improcedentes para lograr la modificación de lo resuelto en la instancia de origen. Ello así, porque enfatizando que en el antecedente "Castro" se resolvió que las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo debían responder "hasta el valor garantizado por el régimen de la L.R.T." o "en los límites del nuevo sistema" (v. fs. 571 vta./574 vta.), ignora el recurrente que la sentencia en crisis -si bien por conducto de la incorporación al listado previsto en el art. 6 de la ley 24.557, conforme las pautas establecidas por el decreto 1278/2000, de una enfermedad extrasistémica- condenó a "Provincia A.R.T. S.A." a abonar al actor precisamente las prestaciones dinerarias previstas en el régimen especial de la Ley de Riesgos del Trabajo. No obstante ello, dable es señalar que la doctrina legal que emana de la causa "Castro" fue elaborada en el marco de una controversia que no se identifica con el caso sub examine. En aquélla, frente a una pretensión indemnizatoria fundada en el derecho común con motivo de un siniestro laboral, la problemática giró en torno a la declaración de inconstitucionalidad del art. 39 aps. 1 y 2 de la ley 24.557 efectuada por el tribunal de la instancia como cuestión previa, tópico que fue motivo de análisis en esta sede -en mediante sustancia, la a excepción interpretación de de lo algunas fallado opiniones- por la Corte federal en el conocido caso "Gorosito". En la presente causa, en cambio, nos encontramos frente a una acción interpuesta con sustento en la ley especial, en la cual se discute la incorporación decretada por el tribunal a quo -en los términos del decreto 1278/2000- de una enfermedad (esclerosis múltiple) que no se hallaba incluida en el listado previsto por el art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo, dispuesta por sentencia definitiva y de la condena dispuesta contra la firma aseguradora a pagar una prestación dineraria contemplada en dicho régimen. Para más, no resulta ocioso recordar que el precedente "Castro" -reitero- fue elaborado sobre la base de la interpretación que este Tribunal formulara de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (G. 987. XXXVI, "Gorosito c/ Riva S.A. y otro s/ daños y perjuicios", sent. del 1-II-2002) que posteriormente fue modificada por el propio alto Tribunal (A. 2652. XXXVIII., "Recurso de hecho. Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Industriales S.A.", sent. del 21-IX- 2004), lo que originó el dictado de nuevos precedentes por esta Corte (conf. causas L. 80.735, "Abaca", sent. del 7-III-2005; L. 81.826, "Yaman" y L. 87.394, "V. de C. M. C.", ambas sents. del 11-V-2005 -esta última citada inclusive por el recurrente-) que constituyen la doctrina legal vigente sobre la materia. Resta señalar que la cita de la doctrina procedente de la causa "Cirone" también deviene inhábil para sustentar la postulación recursiva, habida cuenta que se refiere a una normativa que no resulta de aplicación en la especie, esto es, la vinculada al contrato de seguro de responsabilidad civil definido por la ley 17.418, que difiere sustancialmente del contrato de afiliación previsto en la ley 24.557. c) Finalmente, entiendo que también corresponde el rechazo del agravio vinculado a la aplicación de la tasa de interés. En efecto, no fue objeto de impugnación el fundamento basal de la construcción jurídica en la que se sustentó la sentencia, que ha llevado al juzgador a concluir que resultaba aplicable el art. 6 de la resolución de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo 287/2001 para liquidar los intereses desde que cada suma es debida -julio de 2003- y hasta su efectivo pago, conforme la tasa activa mensual que percibe el Banco de la Nación Argentina para las operaciones de descuento de documentos (v. sent., fs. 524). De allí que, la lacónica afirmación que exhibe la queja, en cuanto expone "... que la remisión que hace el tribunal a la resolución S.R.T. 287/01, amén de la supremacía de la doctrina legal asentada precedentemente, su aplicación ha sido arbitraria, tendenciosa y sacada fuera de contexto" (v. fs. 575 vta.), resulta ineficaz para obtener la modificación de lo resuelto en la instancia ordinaria. Máxime si se tiene en consideración que la doctrina cuya supremacía denuncia el recurrente -emanada de los precedentes Ac. 43.858, "Zgonc", sent. del 21-V-1991 y L. 74.228, "García", sent. del 19-II-2003- fue elaborada por este Tribunal a instancias de presupuestos fácticos disímiles a los del caso en juzgamiento. Allí, el núcleo central de la cuestión sometida a conocimiento de esta Suprema Corte, radicaba en la fijación, por conducto de la estimación judicial, del tipo de tasa de interés a aplicar -en los términos del art. 622 del Código Civil- respecto de la liquidación de deudas derivadas de obligaciones cuando ni las partes ni la legislación especial preveían una alícuota determinada. Circunstancia esta última que difiere sustancialmente de lo actuado y decidido en autos, donde el tribunal del trabajo interviniente declaró aplicable la tasa de interés que establece la legislación especial que rige la materia (art. 6 de la resol. de la S.R.T. 287/01). Establecido lo que antecede, se impone señalar que las restantes argumentaciones que contiene la impugnación, vinculadas a la fecha de comienzo del cómputo de tales accesorios y a la inexistencia de mora en el pago de las prestaciones dinerarias a cargo de la Aseguradora de Riesgos del Trabajo, resultan manifiestamente improcedentes, habida cuenta que remiten al análisis de cuestiones de índole fáctica inabordables en esta sede casatoria, salvo absurdo, que en la especie no se encuentra configurado. III. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Pettigiani, Hitters y Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votaron la segunda que terminó cuestión también por la dictándose la negativa. Con lo el acuerdo, siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechazan los recursos extraordinarios de inaplicabilidad de ley traídos; con costas a cargo de los respectivos recurrentes vencidos (art. 289, C.P.C.C.). Regístrese, notifíquese y devuélvase. EDUARDO JULIO PETTIGIANI EDUARDO NESTOR DE LAZZARIDANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario