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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 6 de abril de 2011,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de
votación:
doctores
de
Lázzari,
Pettigiani,
Hitters,
Soria, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de
Justicia
en
acuerdo
ordinario
para
pronunciar
sentencia
definitiva en la causa L. 108.796, "F. , M. Á. contra Banco
de
la
Provincia
de
Buenos
Aires
y
otro.
Enfermedad
profesional".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo n° 5 del Departamento
Judicial
La
Plata
hizo
lugar
a
la
demanda
promovida,
imponiendo las costas a la accionada que resultó vencida
(v. fs. 516/528 vta.).
La
parte
actora
y
"Provincia
A.R.T.
S.A."
interpusieron recursos extraordinarios de inaplicabilidad
de ley (v. fs. 546/550 vta. y 565/580, respectivamente).
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1ª) ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley de fs. 546/550 vta.?
En su caso:
2ª) ¿Lo es el de fs. 565/580?
V O T A C I Ó N
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
I.
El
tribunal
del
trabajo
interviniente
hizo
lugar a la acción que M. Á. F. promovió contra "Provincia
Aseguradora
de
Riesgos
del
Trabajo
S.A.",
en
cuanto
le
requirió el otorgamiento de las prestaciones contempladas
en la ley 24.557, rechazándola -en cambio- respecto de la
misma pretensión deducida contra el "Banco de la Provincia
de Buenos Aires" (v. fs. 303/343).
Para así resolver, tuvo por acreditado que el
actor
padece
de
esclerosis
múltiple
que
le
provoca
una
incapacidad total, permanente y definitiva, y que dicha
minusvalía se halla relacionada causalmente con las tareas
que desarrollara a favor y bajo relación de dependencia de
la demandada "Banco de la Provincia de Buenos Aires" (v.
vered., 2da. cuest., fs. 517 vta. in fine/519 vta.).
En
este
sentido
señaló
que,
con
el
informe
elaborado por el doctor Enrique Mallo (obrante a fs. 6),
así como con el testimonio que dicho neurólogo brindara en
oportunidad de celebrarse la audiencia de vista de causa,
con
más
experticia
el
legajo
realizada
personal,
por
la
constancias
perito
médico
médicas
y
laboralista
doctora Hambeli, quedó acreditado que a partir de mediados
del
año
afectó
2001
su
el
accionante
sensibilidad,
comenzó
con
coordinación
y
un
proceso
que
movimientos
que
derivó en una enfermedad desmielizante con brotes y recaída
-esclerosis
múltiple-
encontrándose
dañado
su
sistema
nervioso central. También tuvo probado que en el mes de
noviembre
de
ese
año
fue
internado
a
fin
de
efectuar
tratamiento con corticoides en altas dosis que le produjo
una mejoría temporaria, para luego continuar con suministro
medicamentoso ambulatorio específico, presentando hiperrelexia
patelar y aquiliana derecha, ataxia-paresia, sensibilidad
alterada, fatiga, ansiedad excesiva y estados depresivos,
dependiendo de terceras personas para su vida diaria (v.
vered., 2da. cuest., fs. 518).
Indicó
que
habiéndose
comprobado
el
tipo
de
labores realizadas, las exigencias y horarios a que estuvo
sometido el actor al momento de los primeros síntomas, con
episodios
de
recaída-remisión
retornaba
al
trabajo
recomendación
médica
sin
que
sobre
en
el
cada
oportunidad
empleador
cambio
de
que
respetara
tareas,
la
tales
circunstancias le ocasionaron stress, con la consecuente
afectación
del
sistema
nervioso
central,
lo
cual
desencadenó en la patología que padece y por la cual se
encuentra
incapacitado
en
forma
total,
permanente
y
definitiva, necesitando la asistencia de terceras personas
-gran invalidez- (v. sent., fs. 521 vta.).
Ponderó,
asimismo,
que
si
bien
la
esclerosis
múltiple no se encuentra incluida en el listado de triple
columna que prevé el art. 6 ap. 2 de la ley 24.557, en el
caso,
resultaba
incorporación
necesario
conforme
analizar
lo
si
establece
correspondía
la
su
modificación
dispuesta por el art. 2 del decreto 1278/2000 (v. sent.,
fs. 521 y vta.).
En
ese
trance,
manifestó
que
habiendo
quedado
debidamente probado en autos que la enfermedad que padece
F.
,
que
lo
incapacita
en
forma
total,
permanente
y
definitiva, se relaciona causalmente con las situaciones de
stress vividas en el cumplimiento de sus tareas como Jefe
de Comisión en la Cabecera de Pase de Fondos desde el año
1998, las que se vieron incrementadas durante la crisis
económica que sufrió el país a partir del 2001, tanto en
tiempo de exposición como en las exigencias propias de la
actividad, dicha patología reúne las pautas previstas en
los arts. 6 ap. 2, primero y segundo párrafo y 40 apartado
3
de
la
Ley
de
Riesgos
del
Trabajo,
considerándola
indemnizable en los términos de dicho régimen especial (v.
sent., fs. 521 vta.).
Teniendo en consideración tales premisas dispuso
el rechazo de la pretensión deducida contra el "Banco de la
Provincia
de
Buenos
Aires",
toda
vez
que
-señaló-
por
tratarse la enfermedad profesional del accionante de una
contingencia cubierta por el nuevo régimen de reparación de
infortunios
laborales
-ley
24.557-
debe
responder
la
Aseguradora de Riesgos del Trabajo, en el caso "Provincia
A.R.T. S.A.", según el contrato de afiliación vigente a la
fecha de la primera manifestación invalidante (v. sent.,
fs. 523 in fine y vta.), quedando eximido de hacerlo el
empleador.
II. Contra dicho pronunciamiento la parte actora
interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley,
en el que denuncia la transgresión de los arts. 1109, 1113
y 1199 del Código Civil; 363 y 384 del Código Procesal
Civil
y
Comercial;
44
inc.
"e" de
la
ley
11.653
y
de
doctrina legal que cita.
Dos agravios estructuran su crítica.
a) En primer término, cuestiona la decisión de
grado en cuanto rechazó la pretensión de responsabilizar
solidariamente al "Banco de la Provincia de Buenos Aires"
por la indemnización que le corresponde percibir al actor
como consecuencia de la incapacidad total y permanente que
porta.
En ese sentido, refiere que si bien el art. 6 de
la ley 24.557 establece que las contingencias se encuentran
cubiertas por el contrato de afiliación celebrado entre el
empleador
y
la
Aseguradora
de
Riesgos
del
Trabajo,
de
ningún modo dicha normativa exime al primero de su deber de
responder en caso de que esta última no cumpla con el pago
del resarcimiento al que se halla obligada.
b) En segundo lugar, se agravia porque habiendo
alegado el actor a fs. 246/250 la existencia de un hecho
nuevo -vinculado a la aparición de secuelas incapacitantes
derivadas de la enfermedad profesional que padece, y por el
cual peticionó la declaración de inconstitucionalidad del
art.
39
de
la ley
24.557
con el
objeto
de
lograr
una
reparación integral con sustento en los arts. 1109 y 1113
del
Código
Civil-
el
tribunal
del
trabajo
rechazó
su
invocación mediante la providencia de fecha 21 de mayo de
2007 (obrante a fs. 418/420 vta.), sin que haya brindado
tratamiento a la misma en la sentencia que se impugna.
III. El recurso no puede prosperar.
1. El juzgador de origen, en lo que interesa para
resolver
el
primero
de
los
cuestionamientos
traídos,
consideró que "atento la conclusión establecida respecto al
carácter profesional de la enfermedad que afecta al actor y
por tratarse de una contingencia cubierta en los términos
del art. 6 ap. 2 b) de la ley 24.557, texto incorporado por
el decreto 1278/2000, por la que debe responder 'Provincia
Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A.', según contrato de
afiliación vigente a la fecha de la primera manifestación
invalidante, debe rechazarse la demanda deducida contra el
Banco de la Provincia de Buenos Aires" (v. sent., fs. 523 y
vta.).
El compareciente intenta censurar esta esencial
conclusión de origen. Sin embargo, sus argumentos no pueden
ser
atendidos,
habida
cuenta
que
ensaya
recién
en
su
recurso una postura novedosa al pretender le sea impuesta
la condena solidaria a dicha entidad bancaria cuando en la
demanda, y al dirigir su acción en forma conjunta contra
ésta
y
"Provincia
A.R.T.
S.A.",
no
introdujo
ninguna
manifestación en ese sentido (v. fs. 9/21).
Lo expuesto revela la improcedencia del embate
que porta este tramo de la queja, toda vez que, por su
intermedio,
se
introducen
alegaciones
que
no
han
sido
puestas en conocimiento de los jueces de grado. En verdad,
la cuestión que estructura el agravio fue invocada en los
escritos de inicio con una dimensión y enfoques diferentes
a
los
que
absolutamente
se
observan
novedosa
en
y
la
impugnación,
extemporánea,
y,
resultando
por
ello,
improcedente para habilitar idóneamente la vía recursiva
(conf. doct. causas L. 87.545, "G., A.", sent. del 27-III2008; L. 88.366, "Medina", sent. del 14-XI-2007; L. 82.496,
"Barrio", sent. del 12-IX-2007; L. 91.515, "Luques", sent.
del 8-XI-2006; L. 85.509, "Vergara", sent. del 17-V-2006).
2. El restante agravio que trae el recurrente
concierne
proceso,
al
rechazo
dispuso
el
que,
durante
tribunal
la
respecto
tramitación
de
la
del
invocada
existencia de un hecho nuevo.
Adelanto que tal planteo también debe desestimarse.
En efecto, surge de la impugnación deducida que
el cuestionamiento remite a una cuestión procesal previa a
la sentencia definitiva, que se encuentra preclusa y ajena
-por tanto- al ámbito del recurso en tratamiento (conf.
causas
L.
82.721,
93.985,
"Valente",
"Gabrielli",
sent.
sent.
del
del
18-XI-2008;
24-V-2006;
L.
L.
92.501,
"Salto", sent. del 10-VIII-2005; entre otras).
Nótese, en este aspecto, que ante la presentación
que formuló el actor a fs. 246/250, el juzgador resolvió
-luego de algunas vicisitudes procesales- que correspondía
sustanciar aquélla (v. fs. 333 y vta.), cumplido lo cual
desestimó,
por
los
motivos
que
expresamente
manifestó,
dicho planteo (v. fs. 418/420 vta.), conclusión esta última
que no ha merecido, en esa oportunidad, reproche alguno por
parte del recurrente. Por ello, reitero, en cuanto trae a
consideración una decisión firme y consentida, anterior al
fallo definitivo, el pretenso agravio queda marginado de la
competencia revisora extraordinaria de este Tribunal.
Cabe recordar que el recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley tiene por objeto enjuiciar la correcta
aplicación del derecho a los hechos definitivamente juzgados
en
la
instancia
proceso.
Ello
ordinaria
circunscribe
y
el
no
un
ámbito
examen
de
la
íntegro
casación
del
al
contenido del fallo y su concreta impugnación recursiva
(conf. causa L. 96.489, "Fink", sent. del 2-IX-2009).
Por lo expuesto, el recurso debe rechazarse, con
costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto, pues, por la negativa.
Los señores jueces doctores Pettigiani, Hitters y
Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de
Lázzari,
votaron
la
primera
cuestión
también
por
la
negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
I. En su recurso extraordinario de inaplicabilidad
de ley "Provincia A.R.T. S.A." denuncia la violación de los
arts. 63 de la ley 11.653; 163 del Código Procesal Civil y
Comercial; 6 ap. 2 b) de la ley 24.557; resolución 287/01
de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo; 10 de la
Constitución de la Provincia de Buenos Aires; 16, 17, 18 y
19 de la Constitución nacional y de la doctrina legal que
cita.
a)
En
primer
término,
cuestiona
la
decisión
plasmada en el pronunciamiento de grado que obliga a la
aseguradora
cobertura
contrato
a
pagar
otorgada
de
una
al
afiliación
indemnización
empleador
en
suscripto,
que
los
pues
excede
términos
-afirma-
la
del
la
patología que presenta el actor no se encuentra incluida en
el art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo ni en el listado
de
enfermedades
profesionales
aprobado
por
el
decreto
658/1996.
Refiere que el fallo transgrede la doctrina legal
que este Tribunal ha establecido en la causa L. 81.216,
"Castro" (sent. del 22-X-2003), ya que allí se resolvió que
la
Aseguradora
de
Riesgos
del
Trabajo
únicamente
debe
responder "en los límites del nuevo sistema" o "hasta el
valor garantizado por el régimen de la ley 24.557".
Indica que "Provincia A.R.T. S.A.", como parte
integrante de un subsistema de la Seguridad Social, tiene
funciones específicas asignadas por la ley 24.557, decretos
reglamentarios
y
resoluciones
de
la
Superintendencia
de
Riesgos del Trabajo, que la limitan estrictamente en su
objeto y, en consecuencia, sólo puede ser responsable por
las prestaciones en especie y dinerarias que otorga esta
normativa, pero de ningún modo puede ser condenada, como
acontece en la especie, a reparar una minusvalía laborativa
derivada de enfermedades no incluidas en el listado que
prevé el art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo.
Denuncia también que el a quo se apartó de las
directrices
que
ha
fijado
esta
Suprema
Corte
en
el
precedente L. 47.438, "Cirone", sent. del 10-XII-1991, en
cuanto
allí
interpretarse
determinó
que
"el
literalmente
en
contrato
los
de
seguro
supuestos
que
debe
la
cobertura
está
otorgarle
expresada
interpretación
claramente,
no
siendo
extensiva,
toda
vez
posible
que
la
enumeración de los riesgos y la extensión de la cobertura
deben apreciarse restrictivamente".
b) En segundo lugar, impugna la aplicación de la
tasa de interés activa al capital de condena por considerar
que dicha conclusión vulnera la doctrina emanada de las
causas
Ac.
43.858,
"Zgonc",
sent.
del
21-V-1991
y
L.
74.228, "García", sent. del 19-II-2003.
A ello agrega que la tasa de interés aplicada por
el sentenciante, prevista en la Resolución 287/01 de la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo, no sólo implica el
desconocimiento de la doctrina legal citada precedentemente,
sino que -además- deviene desacertada, habida cuenta que en
la especie no ha existido "mora" o "pago fuera de término"
de las prestaciones dinerarias contempladas en la Ley de
Riesgos del Trabajo, tal como lo requiere el art. 6 de la
citada resolución.
c) Finalmente, señala que el fallo de grado es
arbitrario, toda vez que decidió la condena de "Provincia
A.R.T. S.A." con fundamento en lo dispuesto por el art. 6
ap. 2 b) de la ley 24.557, sin brindar una explicación
lógica de los motivos por los cuales se consideró que las
tareas llevadas a cabo por el actor fueran la causa directa
e inmediata de la aparición de su patología.
En sustento de este tramo de la queja argumenta
que no se ha logrado demostrar en autos que las labores
desarrolladas por F. fueran de una exigencia tal que -por
sí solas- pudieran haberle provocado algún grado de stress
y, en la hipótesis de que así lo fuera, no es factible
relacionar a este último con la aparición de la esclerosis
múltiple, tal como lo expusiera el perito médico en su
informe de fs. 373/385.
II.
Entiendo
que
a)
Invirtiendo
este
recurso
tampoco
puede
prosperar.
razones
metodológicas,
corresponde
porta
la
desestimar
queja,
acreditación
tareas
de
el
orden
considero
este
vinculado
la
existencia
desarrolladas
por
el
de
los
que,
en
agravios
primer
lugar,
último
cuestionamiento
a
supuesta
la
de
nexo
actor
y
que
falta
de
entre
las
patología
que
causal
la
por
padece, habida cuenta que remiten a la consideración de
típicas cuestiones de hecho y prueba que, a todo evento,
sólo
podrían
ser
analizadas
por
vía
del
absurdo
(conf.
causas L. 95.261, "Villalba", sent. del 25-III-2009; L.
91.388, "Ortiz", sent. del 16-IV-2008; L. 89.956, "Weber",
sent. del 12-XII-2007; L. 85.736, "Burgos", sent. del 6-IV2005;
L.
85.025,
"Delfina",
sent.
del
10-XI-2004;
L.
76.281, "Luciano", sent. del 2-X-2002; entre muchas otras).
En
la
especie,
a
más
de
prescindirse
de
toda
denuncia relativa a la supuesta configuración del aludido
vicio, los cuestionamientos que se esbozan en modo alguno
resultan suficientes para evidenciar que la conclusión del
a
quo
adolece
del
error
grave,
grosero
y
manifiesto
susceptible de abrir la vía extraordinaria.
En
personal,
efecto,
intenta
partiendo
el
de
recurrente
su
propia
otorgar
apreciación
preeminencia
a
determinadas conclusiones plasmadas en la pericia médica
que
resultan
beneficiosas
a
su
postura,
pero
en
ese
quehacer crítico omite ponderar que el tribunal a quo no
sólo formó su convicción a través de dicho medio probatorio
-en
el
que,
para
más,
también
se
indicó
que:
"De
constatarse en la etapa procesal oportuna el tipo de tareas
y las condiciones que el actor refiere haberla realizado, y
de
acuerdo
ocasionaron
actividades,
a
la
stress"
las
bibliografía
(v.
fs.
mismas
consultada,
385);
pudieron
las
mismas
"...
de
probarse
las
actuar
y
favorecer
el
desarrollo de la enfermedad padecida por el actor" (v. fs.
408);
"...
se
considera
un
origen
multi
causal,
con
afección del sistema autoinmune, por lo tanto el stress se
ha demostrado que si es prolongado o severo debilita el
sistema inmunológico, presiona al corazón, daña las células
de la memoria en el cerebro" (v. fs. 466) sino que, además,
tuvo en consideración para resolver la contienda, la prueba
testimonial, documental y explicaciones brindadas por la
doctora
Hambeli
en
la
audiencia
de
vista
de
causa
(v.
vered., 1ra. y 2da. cuest., fs. 516 vta./519 vta.).
Con lo cual, y en definitiva, las argumentaciones
que esgrime el compareciente en este tramo de la queja
remiten
al
análisis
de
los
hechos
y
de
los
elementos
probatorios, evidenciando la pretensión de disputarle al
juzgador su facultad de seleccionar, jerarquizar e interpretar
las probanzas del proceso según su propio y personal criterio
valorativo, sistema este que reiteradamente se ha considerado
impropio para descalificar el pronunciamiento de grado en
orden a cuestiones de índole fáctica y probatoria como las
aquí traídas (conf. causas L. 93.006, "Hermann", sent. del
28-V-2008; L. 80.959, "Gallo", sent. del 6-VII-2005; L.
75.143,
"Carreras",
sent.
del
23-XII-2002;
entre
muchas
otras).
b)
Asimismo,
estimo
que
los
argumentos
que
estructuran el primer agravio traído lucen manifiestamente
improcedentes para lograr la modificación de lo resuelto en
la instancia de origen. Ello así, porque enfatizando que en
el antecedente "Castro" se resolvió que las Aseguradoras de
Riesgos
del
Trabajo
debían
responder
"hasta
el
valor
garantizado por el régimen de la L.R.T." o "en los límites
del nuevo sistema" (v. fs. 571 vta./574 vta.), ignora el
recurrente que la sentencia en crisis -si bien por conducto
de la incorporación al listado previsto en el art. 6 de la
ley 24.557, conforme las pautas establecidas por el decreto
1278/2000,
de
una
enfermedad
extrasistémica-
condenó
a
"Provincia A.R.T. S.A." a abonar al actor precisamente las
prestaciones dinerarias previstas en el régimen especial de
la Ley de Riesgos del Trabajo.
No
obstante
ello,
dable
es
señalar
que
la
doctrina legal que emana de la causa "Castro" fue elaborada
en el marco de una controversia que no se identifica con el
caso sub examine.
En aquélla, frente a una pretensión indemnizatoria
fundada en el derecho común con motivo de un siniestro
laboral, la problemática giró en torno a la declaración de
inconstitucionalidad del art. 39 aps. 1 y 2 de la ley
24.557
efectuada
por
el
tribunal
de
la
instancia
como
cuestión previa, tópico que fue motivo de análisis en esta
sede
-en
mediante
sustancia,
la
a
excepción
interpretación
de
de
lo
algunas
fallado
opiniones-
por
la
Corte
federal en el conocido caso "Gorosito".
En la presente causa, en cambio, nos encontramos
frente a una acción interpuesta con sustento en la ley
especial, en la cual se discute la incorporación decretada
por
el
tribunal
a
quo
-en
los
términos
del
decreto
1278/2000- de una enfermedad (esclerosis múltiple) que no
se hallaba incluida en el listado previsto por el art. 6 de
la
Ley
de
Riesgos
del
Trabajo,
dispuesta
por
sentencia
definitiva
y
de
la
condena
dispuesta
contra
la
firma
aseguradora a pagar una prestación dineraria contemplada en
dicho régimen.
Para
más,
no
resulta
ocioso
recordar
que
el
precedente "Castro" -reitero- fue elaborado sobre la base
de la interpretación que este Tribunal formulara de la
jurisprudencia
de
la
Corte
Suprema
de
Justicia
de
la
Nación (G. 987. XXXVI, "Gorosito c/ Riva S.A. y otro s/
daños
y
perjuicios",
sent.
del
1-II-2002)
que
posteriormente fue modificada por el propio alto Tribunal
(A. 2652. XXXVIII., "Recurso de hecho. Aquino, Isacio c/
Cargo
Servicios
Industriales
S.A.",
sent.
del
21-IX-
2004), lo que originó el dictado de nuevos precedentes
por esta Corte (conf. causas L. 80.735, "Abaca", sent.
del 7-III-2005; L. 81.826, "Yaman" y L. 87.394, "V. de C.
M. C.", ambas sents. del 11-V-2005 -esta última citada
inclusive por el recurrente-) que constituyen la doctrina
legal vigente sobre la materia.
Resta
señalar
que
la
cita
de
la
doctrina
procedente de la causa "Cirone" también deviene inhábil
para sustentar la postulación recursiva, habida cuenta que
se refiere a una normativa que no resulta de aplicación en
la especie, esto es, la vinculada al contrato de seguro de
responsabilidad
civil
definido
por
la
ley
17.418,
que
difiere sustancialmente del contrato de afiliación previsto
en la ley 24.557.
c) Finalmente, entiendo que también corresponde
el rechazo del agravio vinculado a la aplicación de la tasa
de interés.
En
efecto,
no
fue
objeto
de
impugnación
el
fundamento basal de la construcción jurídica en la que se
sustentó
la
sentencia,
que
ha
llevado
al
juzgador
a
concluir que resultaba aplicable el art. 6 de la resolución
de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo 287/2001 para
liquidar los intereses desde que cada suma es debida -julio
de 2003- y hasta su efectivo pago, conforme la tasa activa
mensual que percibe el Banco de la Nación Argentina para
las operaciones de descuento de documentos (v. sent., fs.
524).
De allí que, la lacónica afirmación que exhibe la
queja, en cuanto expone "... que la remisión que hace el
tribunal
a
la
resolución
S.R.T.
287/01,
amén
de
la
supremacía de la doctrina legal asentada precedentemente,
su
aplicación
ha
sido
arbitraria,
tendenciosa
y
sacada
fuera de contexto" (v. fs. 575 vta.), resulta ineficaz para
obtener
la
modificación
de
lo
resuelto
en
la
instancia
ordinaria.
Máxime
si
se
tiene
en
consideración
que
la
doctrina cuya supremacía denuncia el recurrente -emanada de
los precedentes Ac. 43.858, "Zgonc", sent. del 21-V-1991 y
L. 74.228, "García", sent. del 19-II-2003- fue elaborada
por este Tribunal a instancias de presupuestos fácticos
disímiles a los del caso en juzgamiento. Allí, el núcleo
central
de
la
cuestión
sometida
a
conocimiento
de
esta
Suprema Corte, radicaba en la fijación, por conducto de la
estimación judicial, del tipo de tasa de interés a aplicar
-en los términos del art. 622 del Código Civil- respecto de
la liquidación de deudas derivadas de obligaciones cuando
ni
las
partes
ni
la
legislación
especial
preveían
una
alícuota determinada. Circunstancia esta última que difiere
sustancialmente de lo actuado y decidido en autos, donde el
tribunal
del
trabajo
interviniente
declaró
aplicable
la
tasa de interés que establece la legislación especial que
rige la materia (art. 6 de la resol. de la S.R.T. 287/01).
Establecido lo que antecede, se impone señalar
que
las
restantes
argumentaciones
que
contiene
la
impugnación, vinculadas a la fecha de comienzo del cómputo
de tales accesorios y a la inexistencia de mora en el pago
de las prestaciones dinerarias a cargo de la Aseguradora de
Riesgos del Trabajo, resultan manifiestamente improcedentes,
habida
cuenta
que
remiten
al
análisis
de
cuestiones
de
índole fáctica inabordables en esta sede casatoria, salvo
absurdo, que en la especie no se encuentra configurado.
III. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad
de
ley
deducido (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Pettigiani, Hitters y
Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de
Lázzari,
votaron
la
segunda
que
terminó
cuestión
también
por
la
dictándose
la
negativa.
Con
lo
el
acuerdo,
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
se rechazan los recursos extraordinarios de inaplicabilidad
de
ley
traídos;
con
costas
a
cargo
de
los
respectivos
recurrentes vencidos (art. 289, C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
EDUARDO JULIO PETTIGIANI
EDUARDO NESTOR DE LAZZARIDANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
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