S' :, Miguel Alfredo María s/estafa S.C. Comp. 625, L. XLIX supr e ma C o r t e: Entre el Juzgado de Garantías N° 4 del departamento judicial de La Plata, provincia de Buenos Aires, y el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 6, se suscitó la presente contienda negativa de competencia en la causa en que se investiga la presunta falsificación del timbrado inserto en un boleto de compraventa, tendiente a acreditar el pago del impuesto de sellos provincial, circunstancia advertida al ser ingresado ese documento -en el mes de mayo de 2007- ante una dependencia de la Dirección Provincia} de Rentas, a los fines de la inscripción de un inmueble ubicado en la localidad de Pablo Podestá y que había sido subastado judicialmente. Reconoce como antecedente la solicitud de declinatoria efectuada por la defensa del imputado Miguel Alfredo S ~, con el argumento de que el sello presuntamente apócrifo habría sido colocado en una sucursal bancaria ubicada en esta Capital y que el boleto había sido presentado en el expediente de ejecución hipotecaria ·que tramitaba ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 22. Por lo demás, agregó que al rechazarse su pedido de extinción de la acción penal por prescripción se había establecido como dies a qua la fecha en que el documento había sido presentado en el juzgado civil, por lo que allí. cabía tener por configurado el delito de falsificación (confr. fojas numeradas . 166/168). El magistrado local rechazó la declinatoria al considerar que la perjudicada era la administración pública provincial y en esa sede correspondía proseguir la investigación (fs. numeradas 178/179). Apelada esa decisión por la defensa (184/186 vta.), la cámara acogió favorablemente su pedido con fundamento en que el hecho de haberse peIjudicado las arcas provinciales impedía alterar las reglas de asignación de competencia eh razón del territorio, por afectación de la garantía de juez natural, y en que la circunstancia de que la documentación hubiera ingresado en el organismo provincial como último destino tampoco implicaba tener por configurado el delito en esa ciudad (fs. 1921193 vta.) La justicia nacional, por su parte, rechazó esa atribución al considerar que cuando resulta damnificada la administración pública, en este caso provincial, debía ceder el lugar de uso del documento o el domicilio del imputado y acordarse el conocimiento al juzgado donde esa administración tiene su sede (fs. 517). Con la insistencia del primero y la elevación del legajo a la: Corte quedó formalmente trabada la contienda (fs. con numeración 203).' En primer lugar creo oportuno señalar que para la correcta traba de una contienda, debió ser la cámara que resolvió la declinatoria la: que insistiera o no en su criterio (Fallos: 311: 1388), lo que no ha sido observado en el presente, al haber sido elevadas las actuaciones por el juez de garantías. Para el supuesto de que V.E., por razones de economía procesal y mejor administración de justicia, decidiera dejar de lado este reparo formal me pronunciaré sobre el fondo (Fallos: 311: 1965). En ese sentido, cabe señalar que es doctrina de la Corte que si no existe prueba suficiente del lugar donde se confeccionó el documento, corresponde la investigación del hecho al juez con competencia donde se comprobó la existencia del delito o fue descubierto (Fallos: 311: 1390; 313:942; 323: 140; 324:1474). Por aplicación de este principio, toda vez que tanto el juez local como la cámara de apelaciones coinciden en que el delito se advirtió al ingresar el documento en el departamento de recaudación de sellos y tasas en la ciudad de La Plata, organismo frente al cual, además, el timbrado supuestamente falso estaba destinado a cobrar eficacia y donde, por ende, se pretendió hacerlo valer (Fallos: 310:479; 323:140, entre muchos), opino que corresponde al juzgado provincial, que además previno y sustanció la investigación por algo más de seis años, continuar conociendo en el presente caso. Buenos Aires, ~ de 06lI e..;~ ES COPIA EDUARDO EZEQUIEL CASAL de 2014.