A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 27 de junio de 2012, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Hitters, Kogan, Soria, Negri, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 99.441, "Batista, Héctor contra Colegio Inglés Brighton/Inst. Brighton. Despido". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo n° 5 del Departamento Judicial San Martín, con asiento en dicha ciudad, hizo lugar en forma parcial a la acción incoada. Impuso las costas del modo como específica. La parte actora dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: I. El tribunal a quo rechazó la demanda que Héctor Batista entabló contra el Colegio Inglés Brighton y/o Instituto Brighton en procura del cobro de indemnizaciones por antigüedad y preaviso, haberes por el período octubre 2003 a octubre de 2004, incentivo docente por igual período, sueldo anual complementario del segundo semestre de complementario 2003, y vacaciones vacaciones de de 2003, 2004, sueldo y anual pretensiones sustentadas en los arts. 2 de la ley 25.323 y 16 de la ley 25.561. En cambio, admitió los rubros de salario del mes de septiembre de 2003, incentivo docente de 2002 y 2003 por el tiempo trabajado, sueldo anual complementario proporcional y vacaciones proporcionales de 2003, y multa del art. 45 de la ley 25.345. Para resolver de ese modo juzgó que la disolución del vínculo laboral se produjo por voluntad concurrente de las partes en los términos de lo normado en el art. 241, segundo párrafo, de la Ley de Contrato de Trabajo. II. Contra el pronunciamiento dictado en la instancia de grado se alza la legitimada activa mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que invoca infringidos los arts. 1, 2, 7, 11, 13, 31 y 35 de la ley 13.047; 2, 9, 12, 58 y 245 de la Ley de Contrato de Trabajo; 11, 31, 39 inc. 3 y 57 de la Constitución provincial; 14, 14 bis, 16 y 17 de la Carta Magna nacional. Además, denuncia absurdo y arbitrariedad en la valoración de las probanzas. En concreto, plantea que: 1. No es procedente la aplicación al caso del art. 241, segundo párrafo, de la Ley de Contrato de Trabajo porque el instituto allí previsto no es compatible con la naturaleza y modalidades de la actividad docente regulada por la ley nacional 13.047, ni con el especifico régimen jurídico al que la misma se halla sujeta (v. recurso, fs. 595 vta./607 vta.). Ello, por un doble orden de razones: (i) derecho a De la un lado, estabilidad la del ley especial educador consagra privado en el tanto exige la tramitación de un sumario previo a la remoción fundada en las causales taxativamente enumeradas en la ley (art. 13, ley cit.), procedimiento cuya inobservancia importa la subsistencia de la mencionada garantía para el trabajador docente. Tal regulación impide la aplicación del art. 241 de la Ley de Contrato de Trabajo. A todo evento, cualquier otro modo de rescisión contractual referencia especie- que -como genera no el obedezca que derecho se al a las declaró pago de causas legales configurado las en de la indemnizaciones correspondientes. (ii) De otro costado, el art. 35 del estatuto constituye otra manifestación de la estabilidad, toda vez que establece como recaudo para el caso de renuncia la ratificación ante la autoridad competente. Tal exigencia importa que la dimisión o abandono del cargo no puedan presumirse. Ergo, el tribunal al decidir del modo en que lo hizo, vale decir, presumiendo la existencia de una conducta común de las relación partes laboral tendiente soslayó a lo dar por dispuesto concluida en el la citado precepto. (iii) Eventualmente, en caso de duda, debió el juzgador pronunciarse aplicando la norma más favorable (art. 9, L.C.T.). (iv) Finalmente, indica en qué consistiría la violación o el yerro en la aplicación de las cláusulas de las Constituciones nacional y provincial que se mencionan en la pieza impugnativa (v. fs. 607 vta./610 vta.). 2. Es arbitraria la valoración de las pruebas esenciales resultó efectuada por incontrovertido el tribunal entre los de origen porque contendientes que la relación laboral se extinguió por despido. Lo que sí se discutió -asegura- fue si el distracto resultó o no motivado: mientras la demandada invocó la existencia de una causa (remoción del cargo), la actora, estimando ilegítima la medida rescisoria de la empleadora que omitió tramitar el sumario vta./613). previo, se consideró despedida (v. fs. 610 Por otra parte, imputa absurdo en la apreciación de las constancias de la causa, alegando que mal puede concluir el a quo que el contrato laboral se disolvió por voluntad concurrente de las partes cuando el mismo día en que al actor se le impidió el acceso a su lugar de trabajo, la demandada asentó la baja de aquél ante el organismo competente (v. fs. 613/620). 3. Por conducto de la aplicación de los arts. 52 y 55 de la Ley de Contrato de Trabajo y 39 de la ley 11.653, el juzgador debió concluir que el actor fue despedido y que tal hecho aconteció el 1 de octubre de 2003, en cuanto establecimiento. ese Ello día así se toda le impidió vez que la ingresar al accionada no exhibió la documentación laboral (v. fs. 620/621). III. El recurso no es procedente. Habré de abordar las críticas ensayadas principiando la exposición con el tratamiento de aquélla vinculada Luego al absurdo abordaré la en que la se apreciación estructura de sobre las el pruebas. planteo relativo al art. 2 de la Ley de Contrato de Trabajo. Por último, tocaré el cuestionamiento fincado en los arts. 52 y 55 de la Ley de Contrato de Trabajo y 39 de la ley 11.653. 1. El eje sobre el que gira el principal agravio que porta la queja está dirigido a cuestionar el aspecto de la decisión con arreglo al cual se estableció que la ruptura de la relación de trabajo se originó en la voluntad concurrente y recíproca de las partes (art. 241, párrafo segundo, L.C.T.). Sobre reseñé- que el tópico, ninguno de el los impugnante litigantes aduce sostuvo -como que la vinculación contractual se hubiese extinguido de ese modo, pues mientras la demandada alegó la existencia de un despido con causa (remoción en el cargo de secretario), la actora -asegura- sustanciación de lo estimó inmotivado actuaciones dada sumariales, la omisa considerándose despedida (v. fs. 611 vta./612). En rigor, tal prédica transita sobre la concepción de que el tribunal de la instancia de origen habría resuelto la contienda por conducto de la introducción de una cuestión no traída a debate por ninguna de las partes, fruto de su propia y original cosecha, apartándose, al así hacerlo, de los términos en que -a criterio del recurrente- habría quedado trabada la relación procesal. En este sentido, vale recordar que reiteradamente ha declarado esta Corte que la interpretación de los escritos constitutivos del proceso y el establecimiento de los términos en que quedó planteada la litis, constituyen facultades privativas de los jueces de la instancia ordinaria y su decisión al respecto sólo puede revisarse en la sede extraordinaria compruebe absurdo principio de "Ferrara", sent. en en la la que interpretación congruencia del medida (conf. 3-VI-2009; se y violación causas L. denuncie L. 87.372, y al 93.988, "Antonini", sent. del 7-III-2007). Partiendo recaudo de de este suficiencia enfoque, del recurso, para el abastecer quejoso el debió denunciar absurdo en la interpretación de los escritos de constitución del proceso e infracción al postulado de la congruencia, carga ésta que omitió satisfacer y que torna insalvable el manifiesto déficit que exhibe la formulación del embate. Téngase en cuenta que el principio de congruencia se vulnera cuando el juez introduce en forma sorpresiva cuestiones a cuyo respecto las partes no pudieron ejercer su plena y oportuna defensa (conf. causas L. 89.005, "Baratti", sent. del 31-X-2007; L. 86.343, "Castrillón", sent. del 12-IV-2006; L. 86.064, "Mamani", sent. del 7-IX2005; L. 78.942, "Alonso", sent. del 19-V-2004), imputación que -como dije- es la que en definitiva se formula al tribunal de grado sin apoyatura técnica adecuada y eficaz. En el contexto definido por la insuficiencia de la impugnación, no contribuye a proveerla de idóneo y acabado sustento la denuncia de quebranto del art. 44 inc. “d” de la ley 11.653 acompañada de la invocación de absurdo en la apreciación de las pruebas esenciales para dilucidar la litis sobre las que se cimienta esta parcela de la queja, máxime -como se verá- teniendo en cuenta que el recurrente soslaya demostrar que la labor axiológica desplegada por el a quo esté efectivamente viciada. 2. determinar trabajo Tiene cómo y constituye dicho cuándo una el se Tribunal que extinguió típica cuestión el integro contrato de hecho que de no revisable en casación, salvo que se acredite que el fallo es absurdo (conf. causas L. 56.436, "Dos Santos", sent. del 5-XII-1995; L. 43.806, "Nasi", sent. del 13-III-1990; L. 61.985, "Czaburko", sent. del 7-X-1997). En esta misma línea y en lo específico, ha declarado que la decisión que -a través del análisis de las conductas de las partes- considera acreditada la extinción del contrato de trabajo por voluntad concurrente de las partes, constituye una cuestión de hecho, sólo revisable por vía del absurdo (conf. causas L. 90.652, "Spedalieri", sent. del 7-XI-2007; L. 74.014, "Vigovich", sent. del 23IV-2003). En el caso sub examine, el judicante evaluó de manera integral los elementos probatorios aportados a la causa en orden al establecimiento de las circunstancias de forma y oportunidad en que se produjo la extinción del vínculo laboral. En ese trance, y en lo que aquí presenta interés, en el veredicto determinó que el último día en que el actor prestó tareas fue el 30 de septiembre de 2003, registrándose su baja a partir del 1 de octubre de ese año. También tuvo por probado que las partes intercambiaron las piezas postales glosadas a fs. 4, 5, 6, 34, 35 y 37. En cambio, consideró no demostrado que el trabajador hubiera sido despedido en forma verbal y, que a partir del 30 de septiembre de 2003, infructuosas éste tratativas establecimiento hubiera con tendientes al mantenido las cobro largas autoridades de las e del acreencias laborales reclamadas en autos. En otro orden, en las cuestiones novena y décima del fallo judicial de los hechos protagonizada anterioridad a la se ocupó por los promoción de de reseñar aquí este la batalla litigantes pleito. Detalló con que aquélla se originó con motivo de la medida de no innovar que el actor Héctor Batista y su esposa Noemí Elba Peroni de Batista iniciaron el 1 de marzo de 2002 contra Margarita Galleti de Peroni y Haydée Marta Peroni, invocando su condición de únicos socios de la sociedad de hecho a cargo de la explotación de instituciones educativas "Colegio Inglés Brighton-Instituto Brighton" en procura de una declaración de certeza acerca de los eventuales derechos que en tal carácter les asistían. La causa obtuvo ante la alzada sentencia desfavorable para los peticionarios, que quedó firme (v. fs. 318 y vta.). Por su parte, determinó que Margarita Galleti de Peroni promovió, con fecha 11 de octubre de 2002, acción de amparo contra el actor y su cónyuge (su hija), en la que resultó gananciosa en la medida que en la instancia de origen se hizo lugar a la restitución de la tenencia del inmueble "usurpado por el señor Batista y sus hijos" (v. fs. 319) y la explotación de los servicios educativos del denominado Colegio Inglés Brighton, decisión esta confirmada por la Cámara (con fecha 19-VI-2003) y, a posteriori, por la Corte provincial (v. fs. 318 vta./320). Tal infraestructura fáctica lo condujo en la etapa sentencial a juzgar que la extinción del vínculo se produjo por voluntad recíproca de ambas partes, en tanto formó su convencimiento acerca de que su conducta reveló la inequívoca intención de no continuar con la relación de trabajo (v. fs. 323). Para así concluir, valoró: i) el período de un año transcurrido desde el último día en que el actor concurrió a prestar servicios (30 de septiembre de 2003) hasta la fecha en que remitió el telegrama intimatorio a su empleadora (30 de septiembre de 2004); ii) la orfandad probatoria en punto a su alegación sobre la existencia de despido verbal; iii) la ausencia de elementos de prueba destinados a avalar la afirmación sobre la existencia de tratativas extrajudiciales; iv) y finalmente, hubo de poner de resalto que si bien el contenido de las cuestiones novena y décima "permiten imaginar las circunstancias que determinaron la tardía intimación, no se erigen por ello en motivos excusatorios de la demora incurrida [...] toda vez que es en el marco de la Ley de Contrato de Trabajo, en el que debe dirimirse la presente litis y abordar a las conclusiones legales que la normativa impone" (v. fs. 323). Por todo indemnizatorios vta.), y haciendo septiembre lo expuesto, salariales lugar de 2003, desestimó reclamados únicamente sueldo a anual los (v. los conceptos fs. 323 haberes y de complementario proporcional del segundo semestre de ese año, vacaciones proporcionales del 2003, rubro de incentivo docente en proporción al período de prestación de servicios y multa del art. 80 de la Ley de Contrato de Trabajo (texto conf. art. 45 de la ley 25.345; v. fs. 323 vta./324). 3. Como adelanté, el fallo no logra ser desvirtuado por vía de la doctrina del absurdo, toda vez que la queja contiene objeciones de marcado tono subjetivo sobre ciertos valoración se impugnación elementos imputa frontal de al y prueba tribunal, eficiente de cuya inadecuada soslayando las una decisivas conclusiones que dotan de sustento al pronunciamiento. Desde este ángulo, el recurrente no aporta argumentos convincentes y eficaces en orden a enervar la conclusión del tribunal acerca de que no existió el despido verbal invocado evidenciar cómo -según afirmó- por el actor, habría quedado acreditado que ni intenta las partes mantuvieron tratativas extrajudiciales tendientes a que aquél percibiera los créditos aquí reclamados, ni se hace cargo de las razones expuestas en el fallo con arreglo a las cuales se apreció que el período de un año transcurrido desde el último día en que el promotor del pleito trabajó hasta la fecha en que envió su telegrama intimatorio resultó suficientemente demostrativo de la recíproca, concurrente e inequívoca voluntad de las partes de rescindir la relación laboral (más allá de que evaluó la constancia de baja ante el órgano de contralor, aunque -claro está- de un modo diverso al propuesto por el recurrente). Insisto: la decisión del tribunal de grado que -a través del análisis de los respectivos comportamientos- considera acreditada la extinción del contrato de trabajo por voluntad concurrente de las partes, constituye una cuestión de hecho, sólo revisable por vía del absurdo y, si en este aspecto, la queja se presenta con marcado déficit técnico, resulta ineficaz para lograr la apertura de la instancia casatoria a la revisión de típicas cuestiones de hecho y prueba (conf. causa L. 84.294, "Mangiantini", sent. del 13-IX-2006). Para más, el impugnante tampoco se ocupa de descalificar las apreciaciones del iudex a quo vinculadas a las contingencias judiciales que precedieron la promoción de este pleito. 4. En otro orden, sin dejar de señalar que la demanda se funda en la Ley de Contrato de Trabajo, la ley provincial 10.579 y hasta en el Convenio Colectivo de Trabajo 130/75 (v. fs. 21 vta./22), dado el modo en que se resolvió la contienda se impone analizar el planteo que el recurrente formula al abrigo del art. 2 de la ley 20.744 -t.o.-, argumentando la exclusión en la aplicación -por incompatibilidad- de la causal de extinción contemplada en el segundo párrafo del art. 241 de la citada ley, en el marco del régimen del Estatuto del Docente Privado (ley 13.047). Adelanto que, en mi opinión, el juicio de compatibilidad resulta positivo. (i) Ante todo, conviene anotar que la relación del docente ligado a la enseñanza privada constituye, en rigor, un excluida vínculo de la laboral Ley de cuya Contrato regulación de Trabajo no ha (art. sido 2), quedando la misma regida por el dispositivo estatutario especial (ley 13.047, A.D.L.A. 1947, 392, derogada por ley 20.614 y reestablecida en su vigencia por ley 21.380) y los principios y preceptos contenidos en la normativa general antes citada, en cuanto éstos están destinados a regular cualquier relación individual de trabajo, obviamente, a condición de que resulten compatibles "con la naturaleza y modalidades de la actividad" y "con el específico régimen jurídico a que se halle sujeta" (art. 2, ley cit.). El examen de compatibilización nos enfrenta entonces con la situación de coexistencia de dos normas de igual jerarquía con vocación para regular un mismo género de actividad en el marco de aquella hipótesis referible a la ausencia de regulación de una determinada institución en la ley especial (en el caso, el supuesto de extinción del contrato por voluntad concurrente de las partes), que sí lo está en la general. Al respecto, no puedo pasar por alto que el supuesto bajo la lupa es bien distinto de aquél ventilado en la causa registrada como L. 80.076, "García", sent. del 12-XII-2007, en la que participé (y que importó el abandono de la doctrina acuñada en L. 66.908, "Abramovich", sent. del 6-X-1998). En el precedente de referencia, conforme puntualicé en mi voto, debió enjuiciarse una situación de concurrencia conflictiva de normas generales y especiales de igual y diferente jerarquía definida por los arts. 49 de la Ley de Contrato de Trabajo y 3 de la ley 20.160 -Estatuto de los Jugadores Profesionales del Fútbol- y el Convenio Colectivo 430/75. Frente a esa hipótesis, en el marco de las precisas directivas emergentes de los arts. 2 y 9 del régimen legal laboral, de las que -según allí precisé- surgen claramente delineados dos indicadores: (i) el del mejor beneficio (norma más favorable, art. 9); y ii) el de la compatibilidad (art. 2); resultó la solución que hube de proponer para dirimir aquel debate, partiendo del funcionamiento conjunto de las pautas delineadas por las normas precitadas, a la luz del criterio -aplicable- de conglobamiento por instituciones. En el presente, en cambio, no existe concurrencia conflictiva de normas (por antinomia o divergencia), sino que se trata de lo que la doctrina autoral especializada denomina "relación de complementariedad o integración" como modo de exteriorización de uno de los tipos posibles de relación recíproca en el caso de coexistencia vinculada de leyes en sentido "Concurrencia, formal articulación (conf. y Goldín, sucesión de Adrián normas O., en el Derecho del Trabajo. (Lineamientos para una investigación)", DT XLVI-B, pág. 937). La situación descripta, que se presenta en nuestro ordenamiento jurídico laboral en "la relación que media entre un estatuto especial y la L.C.T. aplicable a los trabajadores involucrados en aquél, en relación a aquellas instituciones o aspectos que el régimen especial no ha contemplado y la L.C.T. sí" (conf. ob. cit., pág. 935), es -precisamente y como dije- el supuesto de autos. (ii) específica enseñanza Sentado regulación privada lo del se anterior, personal justifica señalo docente desde el que ligado punto de la a la vista histórico en la reivindicación de sus derechos, tales como el aseguramiento de igual nivel remuneratorio que aquél reconocido a los educadores pertenecientes a establecimientos oficiales, las vacaciones pagas, entre otros (conf. Vázquez Vialard, Tratado de Derecho del Trabajo, Tomo 6, Ed. Astrea, 1985, pág. 89), cumpliendo, dada la fecha a la que se remonta su vigencia (año 1947), funciones propias de los convenios colectivos de trabajo, "práctica que en aquélla época no estaba muy desarrollada y que carecía de regulación especial" (conf. Vázquez Vialard, ob. cit., Tomo 5, pág. 739). En este sentido, en el marco de la disolución del contrato cabe mencionar, entre los rasgos particulares de la regulación estatutaria del docente privado, el que contempla, como supuesto de extinción de la relación, la remoción en el cargo "sin derecho a preaviso ni indemnización" por las causas taxativamente enumeradas en la ley: inconducta, mal desempeño de deberes o incapacidad física o mental (arts. 13 y 14, ley 13.047). Dicha institución no puede concebirse más que como una específica regulación del despido con justa causa, quedando comprendidos en esa legítima motivación sólo aquellas conductas que la ley califica de injuriosas (sin perjuicio de los reparos que merezca la última de las causales comprendidas en la enumeración legal). Se exige a su respecto la sustanciación de un sumario previo ante la autoridad competente, invocadas para inviolabilidad la de destinado remoción la defensa a a demostrar fin (art. de 13, las razones garantizar ley cit.), la cuya inobservancia, desde una orilla jurisprudencial, ha llevado a considerar que si el empleador no acredita la previa instrucción sumarial, el (conf. Nac. Trab., Cám. Ap. despido Sala deviene II, injustificado autos "Poggio c/ Instituto ERNA S.R.L.", sent. del 6-VI-2007; Sala III, in re "Pirato Mazza c/IADES Soc. de Hecho y otros", sent. del 30-VI-2003; entre otras). En este orden, completa la regulación especial lo dispuesto en el art. 14 que remite para "los casos de despido por causas distintas a las taxativamente enumeradas en el artículo anterior" a las "disposiciones de los arts. 157 y afines justificada en del la Código época de del Comercio", dictado del remisión que, estatuto, debe considerarse actualmente efectuada a la Ley de Contrato de Trabajo. En este marco, es destacable que esta Corte ha considerado como hipótesis viable el despido incausado. En ese sentido, hubo de declarar que, estando firme por falta de impugnación idónea la conclusión fáctica relativa a que la cesantía del dependiente de un establecimiento de enseñanza privada se produjo por despido sin indicación de causa, es ajustada a derecho la decisión que encuadra la situación en el precepto del art. 14 de la ley 13.047 que dispone la aplicación del régimen de contrato de trabajo para supuestos diferentes a los enumerados en el art. 13 de la misma ley citada (conf. L. 37.539, "Alvarez", sent. del 2-VI-1987). En la misma línea, se ha dicho en el ámbito jurisprudencial que en la órbita de la ley 13.047, en los casos de despidos por causas diferentes a las enumeradas taxativamente en su art. 13, se aplican las normas concernientes al régimen de contrato de trabajo, siendo una posibilidad que un docente sea despedido sin invocación de causa (conf. Cám. Nac. Ap. Trab., Sala II, autos "Sepag de Gallardo c/ Asociación Civil Universidad del Salvador", sent. del 12-V-1995, en Lexis Nexis 13/1539). En afín orden de ideas, Vázquez Vialard ha sostenido que "en los casos de despido por causas distintas de las taxativamente enumeradas, se aplican las normas de la Ley de Contrato de Trabajo para los casos de disolución del contrato por voluntad del empleador" (conf. ob. cit., Tomo 6, pág. 99). En armonía con ello, ha considerado aplicable -por ejemplo- la causal de extinción prevista en el art. 247 del régimen de contrato de trabajo (conf. ob. cit. Tomo 6, pág. 103). Como corolario de lo hasta ahora expuesto, encontrándose admitidos otros modos de extinción fundados en la voluntad del empleador distintos al despido con causa que regula la normativa estatutaria y -al fin- siendo que la inobservancia del sumario previo exigido a su respecto daría lugar al pago de las indemnizaciones correspondientes por despido injustificado, contrariamente a lo que insinúa el quejoso, no puedo sino sostener que los trabajadores comprendidos en el estatuto en cuestión no quedan sustraídos del régimen de estabilidad contemplado en la Ley de Contrato de Trabajo. Mi afirmación se ve robustecida a partir de que en el terreno pretoriano así se ha resuelto, afirmándose que la exigencia formal del sumario previo sólo importa intensificar la protección del trabajador docente, quien goza de estabilidad relativa (conf. Cám. Nac. Ap. Trab., Sala II, autos "Salvia c/Asociación Hijos de María Inmaculada Asoc. Civil", sent. del 31-V-2006). (iii) Frente a este cuadro de situación no encuentro motivaciones para afirmar que otros medios de extinción previstos en la Ley de Contrato de Trabajo puedan resultar excluidos en su aplicación por incompatibilidad con el régimen estatutario, en el sentido y por las razones que plantea puntual, la el recurrente, extinción por cuanto voluntad menos, en el concurrente caso de las partes (art. 241, párrafo segundo, ley cit.). Sobre regulación el particular, estatutaria de considero dicho que instituto la omisa conduce a la aplicación lisa y llana de la citada ley laboral básica, integrando en este aspecto la apuntada carencia normativa del régimen especial, desde que, a tenor de lo expuesto supra, resulta superado el examen de compatibilidad al que la Ley de Contrato de Trabajo queda condicionada en su actuación (art. 2, ley cit.). En tal sentido, no encuentro óbice para sostener que en el ámbito del contrato de trabajo docente la extinción del vínculo no pueda producirse por la voluntad de ambas partes exteriorizada de un modo que refleje un comportamiento concluyente y recíproco que traduzca un abandono mutuo de la relación laboral, típica cuestión de hecho que concreto -al por cabo- los deberá jueces de ser la apreciada causa en (conf. cada L. caso 90.652, "Spedalieri", sent. del 7-XI-2007; L. 74.014, "Vigovich", sent. del 23-IV-2003; entre otras). En definitiva, y en otras palabras, la voluntad concurrente de las partes prevista en el segundo párrafo del art. 241 de la Ley de Contrato de Trabajo como modo de extinción del vínculo se exhibe compatible, desde el punto de vista fáctico, con la naturaleza y modalidades de la actividad docente desarrollada en el ámbito privado y, en su faceta jurídica, también se acomoda, cual pieza que se ensambla para hacer funcionar un mecanismo (normativo, en el caso), al específico régimen legal que la regula, integrándolo o complementándolo. Finalmente, tribunal de grado no cabe juzgó que sino la agregar relación que si el laboral se extinguió en los términos del art. 241 segundo párrafo de la Ley de Contrato de Trabajo, es lo cierto que tal modalidad no genera derecho al cobro de indemnización por parte del trabajador, ni carga económica para el empleador (conf. causa L. 84.294, "Mangiantini", sent. del 13-IX2006). (iv) De otro costado, la argumentación acerca de que debió verificarse en la especie el cumplimiento del recaudo contemplado en el art. 35 de la ley 13.047, se halla huérfana de respaldo atendible. La ratificación por escrito ante el Consejo Gremial de Enseñanza Privada, que prevé dicho precepto, no es un requisito impuesto para la extinción por mutuo acuerdo de la relación; ni expreso, supuesto este en que la ley exige la escritura pública o su celebración ante la autoridad judicial o administrativa del trabajo (art. 241, primer párrafo, L.C.T.), ni -menos aún- tácito, pues su configuración dependerá de la convicción que en el juez se forme a partir de la valoración de la conducta observada por las partes. Es la renuncia unilateral del docente a su cargo, hipótesis distinta exigencia de temperamento a las validez, acuñado anteriores, recaudo en la que la -para doctrina que motiva más- autoral, tal según puede un ser suplido por el telegrama colacionado cursado al empleador en los términos del art. 240 de la Ley de Contrato de Trabajo, dado su carácter de notificación fehaciente (Vázquez Vialard, ob. cit., Tomo 6, pág. 113). (v) Por último, el fallo no resulta violatorio del art. 9 de la mencionada normativa legal en la medida que no se avizora dubitativo el juicio formulado por el tribunal de grado en torno a la aplicación de la ley. En reiteradas denuncia este sentido, ocasiones relativa a esta la cabe aquí Corte violación recordar que en ha declarado que la del mencionado art. 9 resulta infundada si no se advierte duda alguna expresada por los juzgadores con respecto a la aplicación o interpretación de la ley (conf. causas L. 75.889, "Poma Cerrunda", sent. del 16-V-2001; L. 64.977, "Borgue", sent. del 10-XI-1998; L. 61.494, "Díaz", sent. del 19-VIII-1997; entre otras). 5. En otro orden, las presunciones iuris tantum que emergen de los arts. 39 de la ley 11.653 y 55 de la Ley de Contrato de Trabajo, en conjunción con lo normado en el art. 52 de este último plexo legal, no son idóneas para probar de qué modo o por cuál medio se produjo la ruptura del vínculo laboral, resultando estéril el planteo traído para contrarrestar la conclusión acerca de que fue el comportamiento recíproco de las partes el que reveló el mutuo desinterés y la inequívoca intención de no continuar con la relación. 6. Para concluir, señalo que resulta ineficaz la invocada denuncia de violación de normas constitucionales, que sería eventual consecuencia de haberse previamente infringido preceptos legales de la materia de que se trata (conf. causas L. 94.302, "Occhiuzzi", sent. del 18-II-2009; L. 94.749, "Romero", sent. del 3-XI-2008), supuesto no verificado en la especie. IV. Por todo lo expuesto, propongo rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido, con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: A excepción de lo expuesto en los párrafos tercero, cuarto y quinto del apartado III.4. (i), habré de adherir al voto emitido por mi distinguido colega doctor Hitters, por considerar suficientes los demás señalamientos allí plasmados para fundar la solución que eleva a este acuerdo. Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Negri y de Lázzari, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votaron también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído; con costas (art. 289 del C.P.C.C.). Regístrese, notifíquese y devuélvase. EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI JUAN CARLOS HITTERS DANIEL FERNANDO SORIA HILDA KOGAN GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario