Prof. Ana Singlàn Filosofía QUÉ ES LA UTOPIA En la utopía de ayer, se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades. José Ingenieros La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor. Anatole France Las utopías nacen solamente dentro de aquellas culturas donde se encuentra claramente diseñada una edad feliz que desapareció. María Zambrano La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. Eduardo Galeano Una sociedad no vive sin utopías, es decir, sin un sueño de dignidad, de respeto a la vida y de convivencia pacífica entre las personas y pueblos. Si no tenemos utopías nos empantanamos en los intereses individuales y grupales y perdemos el sentido del bien vivir en común. Leonardo Boff Acerca del concepto de utopía El anhelo de mundos ideales y perfectos es tan antiguo como el ser humano. Sin embargo, la invención y descripción de sociedades que lo sean no recibe el nombre de utopía hasta el s. XV. Por ello, no es paradójico afirmar que existen utopías desde siempre, incluso antes de que se acuñase este nombre para referirse a ellas. El término utopía se debe a Tomás Moro, quien tituló así una de las obras más famosas de este género. Literalmente significa 'no lugar' y designa una localización inexistente o imposible de encontrar. Moro bautizó con este término una isla perdida en medio del océano cuyos habitantes habían logrado el Estado perfecto: caracterizado por la convivencia pacífica, el bienestar físico y moral de sus habitantes, y el disfrute común de los bienes. En general, podemos definir una utopía como un Estado imaginario que reúne todas las perfecciones y que hace posible una existencia feliz porque en él reinan la paz y la justicia. Como hasta el momento estos Estados perfectos sólo se han dado en la mente de los filósofos o en las obras de los literatos, suele definirse la utopía como una novela o ficción que describe un Estado de esas características. El mismo Moro, según la opinión de algunos, lo estaría advirtiendo al darle a su idílica isla ese nombre ('en ningún lugar'), Por muy deseable que fuese un Estado así, es un sueño imaginario e irrealizable. Desde entonces, utópico es lo que además de perfecto y modélico, es imposible de encontrar o construir. Sin embargo, sería equivocado identificar las utopías con ensoñaciones de los filósofos. Las utopías hunden las raíces en la realidad más auténtica y concreta, aunque sea para criticarla e intentar transformarla. Funciones de las utopías A pesar de este carácter novelado o ficticio de las utopías, a lo largo de la historia del pensamiento se les han atribuido funciones que van más allá del simple entretenimiento. Veamos algunas de ellas: F. orientadora. Aunque la utopía en su conjunto pueda verse como un sueño inalcanzable, a veces, es útil para señalar la dirección que deben tomar las reformas políticas en un Estado concreto. Así, por ejemplo, Tomás Moro propone en su Utopía (1516), medidas como la reducción de la jornada laboral o la libertad de culto, que fueron y son todavía reivindicadas en la mayoría de las sociedades democráticas posteriores. F. valorativa. Aunque las utopías son obra de un autor determinado (Moro, Platón, san Agustín...), a menudo se reflejan en ellas los sueños e inquietudes de la sociedad en la que el autor vive. Por esta razón, permiten reconocer los valores fundamentales de una comunidad en un momento concreto y, también, los obstáculos que encuentran a la hora de materializarse. Por ello, para muchos autores, las utopías no sirven tanto para construir mundos ideales como para comprender mejor el mundo en el que vivimos. F. crítica. Al comparar el Estado ideal con el real, se advierten las limitaciones de este último y las cotas de justicia y bienestar social que aún restan por alcanzar. De hecho, la utopía está construida a partir de elementos del presente, ya sea para evitarlos (desigualdades, injusticias...) o para potenciarlos (adelantos técnicos, libertades...). Por eso, supone una sutil pero eficaz crítica contra las injusticias y desigualdades evidentes tras la comparación. Incluso si consideramos que la sociedad utópica es un disparate irrealizable, nos presenta el desafío de explicar por qué no tenemos al menos sus virtudes. F. esperanzadora. Para algunos filósofos, el ser humano es esencialmente un ser utópico. Poder soñar con lugares mejores que el que nos rodea y poder actuar en la dirección de estos deseos mantiene el hálito de esperanza que siempre permanece en nosotros: por muy injusto y desolador que sea nuestro entorno, siempre hallamos la posibilidad de imaginar y construir uno mejor.