v POBLACIÓN DEL GALLINF.RO Al sentar las bases de la moderna Avicultura fijamos como primera la de no trabajar más que con gallinas de mucha producción y, por lo tanto, inútil decir que cuando se trata de poblar un gallinero es condición indispensable la de procurarse buenas gallinas. 1?ntre las innumerables razas conocidas, ^^a dijimos que unas son más ponedoras que otras; que unas se adaptan mejor a la producción de buena volatería y que otras tienen doble utilidad ; así, pues, en la elección de raza, el avicultor ha de tener en cuenta la finalidad de su producción. Ahora bien : dentro de esa predisposición racial a una cosa o a otra, en grupos de gallinas de la misma raza hay familias naturales de mayores predisposiciones que otras, y en cada famitia hay individuos que sobresalen como productores de huevos, de buena volatería o de ambas cosas a la vez. Como tales predisposiciones las determinan - 54 -Cc^ctores yenét^icos que se hereda^a, de razón natural es que uno se pruvca de gallinas que los apurt^n al nu^vu balltneru, u a aqucl cuya puUlación yuicrti u,ejurarsr. :^ rsa^ gxliiuas purtaduras de factores genétiius dc: niucha y d^ Luena pruducción, se las cunuce Laju ^1 nombre dc: uves de seleeción, y si tal ha sidu é^ta, que hasta se cunserven antecedentes de aquellus pa^lres o de aquellos abuelos de los que surgicron, se las denomina aves de pediqree; esto es, de historial, filiación o genealugía conocida. Esta clase de gallinas no se encuentran en el campo, y sólo pueden pruducirlas las granjas avículas u lus establecimientos avícolas oficiales que eu un país se sostengan para diseminar luego la buena semilla. Ls algu relativamente moderno, porque, en tanto no se conocieron por la Geneticia las leyes que regulan ]a herencia de los caracteres y de las aptitudes en las especies, aun cuando empíriramente se saUía que de padres buenos productores salían hijos buenos también, no podían dictarse reglas fijas, como se pueden dar ahora, y ello ha constituído cl mayor de lus progresos en Avicultura. )✓n el siguiente capítulo nos ocuparemos especialmente de esto, ya que éste tiene como principal objeto tratar de los diversos modos de formar el gallinero. El avicultor que empieza, u aquel que quiere substituir sus gallinas improductivas por otras buenas, tiene tres medios de procurárselas, a sa- ^^- - ^ ^ ^ l'ig. 2.}.-_Jaul^.is para una y dos gallina: ^1c pue;ta, tenirl;i^ f°n rig^w^r^so ri^;itnrn inten5ivo, l in^^uenta i entímetros ^'ll})ICOS pOi S^^t'. }^ig. z^.-Muileruísimcr ;istema para tencr gallinas de puesta a Uase ri^;urosamente intensiva, en jaulas índividuales, con ciispositivos especiales para la limpieza y para cl registro automático de la postura de cada huevo que se de5liza por la pendientc del piso ile alambrera, r^uedando fuer.^ ^lel alrlnrc ^le la gallina y frente a la jaula ^le la qur l^^ }^u^o. - ;b ber: r.°, adquiriendu haevos para dar a la incubación, utiliz:cnclu gallinas o pavas clueeas, o bien una incuhadora artificial ; 2.°, cumpra de polluelos recién ^eaci^dns para criarlos artificialmente, o bien zlgún tanto ^riadus para recriarlos, y 3.°, cornpra de un buc^ra lut^^ da rcproduttores. A primera vista, el primero es el que resulta más barato, pero no es el más económico, porque por buenos que sean los huevos, con el transporte y en la incubación se malogran muchos. El segundo sistema cuesta algo más, pero es más recomendable porque, dada la facilidad y la rapidez con que hóy se transportan los polluelos, llegan casi todos a destino ; pero tiene luego los riesgos de la crianza, y si éstos se adquieren ya criados, tienen el gasto de su recría hasta que dan producto. El tercer procedimiento es, de rnomento, el más costoso, porc{ue los reproductores selcccionados se venden a altos precios ; pero tiene la ventaja de que, con un grupito de gallo y media docena de gallinas, en un año se puede ya tener una manada de un centenar de pollitas ponedoras. De los tres sistemas, el más generalizado es el de recurrirse a la compra de polluelos seleccio^nados recién nacidos o j^olluelos de um día, como se les llama en Avicultura. Estos se expiden el mismo día de su nacimiento en cajitas especiales que les proporcionan el debido calor, y aprovechándose para el transporte las cuarenta y ocho horas que el polluelo debe pasar sin tomar ningún alimento. Cuando se apela a este sistema, hay que tener pre- ..,_ S^ __ paradas algunas pavas adíestradas para la cunducción de polluelos, o bíen uno tiene que proveerse: de una de esas muchas cria^loras artiriciales clue tanto se encuentran en Lspaña. 1_a prucíucción de huevos, de pulluelus, de puIladas y de aves adultas para la reproducciún ha dado lugar a una gran industria, que ha tumadu extraordinario incremento en muchos países, y eiitre ellos España, donde abundan las llacnadas granjas de seleccián; pero como no todas las que dicen seleccionar seleccionan, o no selecciolian debidamente, hay que tener gran cuidado en esto y saberse dónde se compra. PARA REGENERAR O;^SEJOR^IH L'N GALLINJ;ItO Hay otro mediu, si no de poblar el gallinero, cuando menos de mejorar la producción o de aumentarla. Es el de regenerar la raza que se tenga dándole gallos de la misma raza o de otra que con ella tenga ciertas afinidades, pero gallo de absoluta selecció^n y de pura rava. Ha sido experimentalmente comprobada la influencia del gallo seinental en la calídad de la descendencia, y ha podido verse que, <íando un gallo hijo de gallina altamente ponedora a gallinas de mediana producción, en la descendencia la producción mejora en calidad y en cantidad. A base de esto, en algunos países, el fomento de la mayor producción huevera ha tenido y tiene por base la distribución de gallos seleccionados entre las gentes del campo, para que los den a sus gallinas. No cabe duda de yue es algu recomen^iable, no sólo por la razón elpuc,ta, si yuc t,tmbi^n pur ser c^sa dcmustra^lrc que la mczrla dc sangres ^sobre tud^^ si lc^s rrpr^,ductores son ^Ic ^listintrt r,val, aumenta el vigor y la pruducciúu t^rc l^^s Itij^^s dt• (^riniera yenera^ció^r; pero si en las ;il;uientes #;eneraciones no se sigue dando a las gallinas gallos de la misma raza y cle la calidad mejorantc, la mcjora no pasa de la primera generación, L,sto debe scr tenido en cuenta para mantener durante varias generaciones la presencia de los gallos mejorantes y, desde luego, y en cada generación, la eliminación o el desecho dc la descendencia que no salga buena. ÉPOCAS FAVORABi.F.S PARA LA POBLACIÓN DEL GALLINI:RO Los momentus inás favorables para la población del gallinero varían según el sistema que se adopte. Cuando se elige el d,e la compra de huevos para incubar, no es conveniente adquirirlos hasta febrero o marzo, ni tampoco después de mayo. Si se adquieren antes, abundan los huevo^ iniértiles, si se adquieren de junio hasta fin de año, los huevos. aunque sean fecundados, Ilevan gérmenes flojos por cansancio orgánico de los reproductores durante la primavera, y más acíelante, por debilidad^ de los mismos como efecto de la rnucía del plumaje. -59Si se opta por la adquisición de polluelos, los n^ítis vigurosos son lus de pr^>ducción temprana na^;idos en dicieinbre y en enero, porque proceden ^lc huevos dadus despu^s dc un largu período de descanso inotivaclo por la muda ; l^^ero cunw se adyuicrcn en tiempo fríu, el que lus compra ha dc estar iuuy bicn equipado para recibirlus y ha de prestar gran atcncic"^n a su crianza. Los polluelos acíquiridos de febrero a mayo se crían más fácilmente por llegar pasados los primeros y fuertes fríos, y son los que producen más ponedoras invernales, porque, si nacieron lo más tarde en abril, cían huevos en el otoño siguiente y siguen dándolos durante el invierno. Los procedentes de crías tempranas (diciembre y enero) dan ya huevos en junio, julio o agosto, pero en otoño se desponen para volvcr a dar huevos en diciembre. Cuando se adupta el sistema de adquirir repro^luctor^s, lo n^iejor es comprarlos a entrada del vcrano, porque es el momento en que los que los tienen pueden darlos a mcnor precio por suspender sus crías. Adquiridos en tal momento pasan el verano, hacen su mucía en el nuevo gallinero y aunquc hasta el siguiente invierno no estén en condiciones de dar nuevas crías, entonces puede esperarse que las den Uuenas. Nunca deben utili-r.arse reproductores de menos cle un año ni de más cíe tres, por las razones quc se darán en el próximo capítulo.