Cuando padres e hijos trabajan juntos

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EL OBSERVADOR
SÁBADO 9 DE MAYO DE 2009
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NEGOCIOS 15
Cuando padres e hijos trabajan juntos
L
as relaciones entre padres e
hijos dentro de una empresa
pueden generar conflictos
de autoridad y disparidad de intereses, en algunas ocasiones, y armonía en los proyectos y críticas
constructivas, en otras. En palabras de Santiago Dodero,1 el padre
suele querer que su hijo se identifique con él, que tenga objetivos
similares para la empresa, que posea actitudes hacia el trabajo parecidas, que piense como él lo hace.
Pero además quiere que su hijo respete su autoridad y posición. Quiere que su hijo sea un buen aprendiz, y que aprenda de él.
El hijo, en cambio, quiere que su
padre reconozca sus capacidades;
quiere crecer en habilidades y responsabilidades, hacer su propio camino, y que en ese proceso su padre se sienta orgulloso de él.
Las razones más frecuentes dadas por los padres acerca de las dificultades que suelen encontrar al
trabajar con sus hijos es que los ven
como contrincantes en varios aspectos. Si el hijo no está buscando
la posición del padre en la empresa, está, por lo menos, tratando de
cambiar las cosas, y se queja con
frecuencia sobre el modo en que
se opera.
Estas explicaciones, dadas por
padres e hijos respectivamente, se
basan, a nuestro juicio, en que el padre identifica la calidad del trabajo
de su hijo con el hecho de que el hijo actúe como él y acepte su autori-
dad. Los hijos, mientras tanto, asocian la armonía en el trabajo con
sus padres con la oportunidad de
crecer. De ese modo, ellos no necesariamente desean pasar por encima de sus padres, pero tampoco
quieren ser la espalda de sus progenitores. La tensión con los padres
por el control de la empresa comienza porque es el único camino
que ven para poder continuar su
crecimiento personal, si deciden
permanecer en la empresa.
LAS COSAS SON DISTINTAS CON LA HIJA. Diversas investigaciones coin-
ciden en destacar que los padres
están mejor dispuestos a aceptar
las críticas provenientes de sus hijas acerca de la empresa, que las
que realizan sus hijos varones. Estas diferencias de actitudes probablemente se expliquen por la
combinación de dos factores (Le-
ach, 1993). En primer lugar, los
padres no suelen ver a las hijas
como una suerte de amenaza
competitiva y, por lo tanto, están
más dispuestos a considerar lo
que dicen de una manera racional; en segundo lugar, las hijas
son más sensibles a las necesidades afectivas y se preocupan más
por la armonía familiar. Por ello,
su principal motivación en el ámbito de la empresa suele ser el deseo de ayudar a sus padres y a la
familia, en contraste con la necesidad de logro personal que se manifiesta más habitualmente en los
varones.
Esto no quiere decir que las hijas sean más débiles o menos eficaces respecto de sus roles en la
empresa familiar. Suelen estar
emocionalmente comprometidas
con la empresa, y con frecuencia
son ambiciosas y tienen una gran
capacidad de decisión. Estas características se dan más cuando la
hija ha tenido que desarrollarse
profesionalmente antes en otra
empresa. Tal situación la lleva –por
ser mujer– a esforzarse más para
destacar entre compañeros de trabajo, donde la mayoría son varones. ●
1
Extracto de El secreto de las empresas familiares exitosas, de Santiago Dodero, Buenos Aires, El Ateneo,
2008.
GLOSARIO
Los cronófagos: parásitos de la oficina
RAÚL LAGOMARSINO
PROFESOR DEL IEEM
La oficina es un lugar duro para vivir, donde la ley suele ser la supervivencia del más apto.
En la fauna autóctona se encontrarán especímenes que con
sus acciones ayuden al ecosistema a sobrevivir, y otros que son
netamente parásitos, cuando no
predadores.
Hoy quisiera referirme a una
especie de parásito bastante peculiar: los cronófagos. Este tipo
de alimaña suele introducirse (física o virtualmente) en nuestro recinto de trabajo, distraernos de lo
que estamos haciendo, y obligarnos a concentrarnos en otra cosa,
que normalmente no aporta ningún valor a la organización.
Nos distraen, nos comen tiempo. Preguntan cosas por el simple
hecho de preguntar, mandan
mails inútiles, nos agendan en
reuniones donde no deberíamos
estar, nos piden opinión cuando
no deberían hacerlo, o simplemente quieren charlar un rato de
fútbol, tenis o la economía global
cuando no es el momento adecuado.
Si al cabo del día nos tomáramos el trabajo de sumar los minutos que estos cronófagos nos
han comido, nos sorprendería ver
que llegan a sumar horas enteras.
Estudios muestran que en el ratio de tiempo perdido en un día laboral promedio está en el entorno
del 25% (unas dos horas al día).
El tiempo es el recurso escaso
por excelencia de los directivos.
Difícilmente se pueda hoy encontrar un directivo con responsabilidades significativas que no se
queje de que le falta tiempo. Con
toda seguridad, muchos de quienes sufren esa falta de tiempo serán capaces de identificar más de
un cronófago en su entorno laboral, responsables por gran parte
de su falta de tiempo.
Ante el ataque de estos parásitos hay que actuar proactivamente. Algunas medidas que podemos
tomar para contraatacar son las siguientes:
• No resolver problemas que no
son nuestros, pero que nos llegan
“porque estamos disponibles”.
Simplemente decir no (de paso,
forzamos a la persona responsable
a hacer su trabajo).
• No contestar mails que no son re-
levantes. Al no contestar un mail
mandamos un mensaje muy interesante a quien lo envió. No permitir que nos convoquen a reuniones irrelevantes. Especialmente
si son meramente informativas,
y nos podrían hacer llegar la misma información por escrito.
• Capacitar más y mejor a los colaboradores, para poder delegar
más en ellos. Las interrupciones
frecuentes por parte de subordinados para preguntar cuestiones
rutinarias, o pedir autorizaciones,
suelen ser síntomas claros de falta de delegación por parte del jefe.
Estemos alerta ante el ataque
de los cronófagos. Ayudémoslos
(y ayudémosnos a nosotros mismos), y no les permitamos comerse nuestro tiempo impunemente. ●
e
•••
OBLIGACIÓN (DEBENTURE)
Un documento que reconoce
una deuda contraída por una
empresa y establece los pagos
de intereses requeridos y la fecha
de amortización del principal.
•••
OBLIGACIONES SUBORDINADAS
Deuda que, contractualmente,
tiene una prioridad menor que
otras (deuda preferente) en los
derechos sobre los activos de una
empresa en quiebra o suspensión
de pagos. Cuando los activos son
insuficientes para pagar todas las
deudas, los títulos de deuda subordinados no tienen derechos
legales hasta que se satisfagan
los de los títulos preferentes.
•••
OPCIÓN
Un activo financiero que otorga
un derecho que no debe necesariamente ser ejercido a menos
que su poseedor decida hacerlo.
Milgrom y Roberts, 1993.
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